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Elecciones en Argentina

Fuentes: Rebelión

El gobierno de Cristina Fernández plebiscita su gestión en las elecciones parlamentarias de hoy, arriesgando a su principal figura, el ex presidente Néstor Kirchner. Mientras, la oposición fogonea la posibilidad de un fraude. Aunque las últimas encuestas arrojan una leve ventaja del oficialismo frente al derechista Francisco de Narváez, el escenario electoral argentino sigue al […]

El gobierno de Cristina Fernández plebiscita su gestión en las elecciones parlamentarias de hoy, arriesgando a su principal figura, el ex presidente Néstor Kirchner. Mientras, la oposición fogonea la posibilidad de un fraude.

Aunque las últimas encuestas arrojan una leve ventaja del oficialismo frente al derechista Francisco de Narváez, el escenario electoral argentino sigue al rojo vivo. Es que el carácter plebiscitario de esta elección y la virulencia de la campaña instalaron la idea de que un triunfo ajustado del gobierno marcaría el declive definitivo de su poder. En este escenario, impulsado también por los principales medios de comunicación privados, ya se anticipó la posibilidad de apelar al argumento del fraude: la profecía auto-cumplida.

Sin embargo, lo que está claro es que esa leve ventaja a favor del oficialismo en las urnas no le evitará a la administración de Cristina Fernández ver recortada su hegemonía. Aunque seguirá conservando la primera minoría en ambas cámaras, los partidos políticos de la derecha lograrán sumar algunas bancas en el Congreso argentino.

De los 115 diputados que ostenta hoy el oficialismo, podría conservar 102 de un total de 257. En la Cámara de Senadores podría ver reducido su número de 38 representantes a 35, de los 72 componentes de ese cuerpo.

Sin embargo, estas cifras, y la actual dispersión de los partidos opositores, evidencian que la capacidad parlamentaria del gobierno seguirá activa, aunque deberá apelar a un espectro de alianzas más amplio del utilizado hasta ahora para obtener resultados legislativos favorables.

Por eso, para captar la mayor cantidad de votos, Néstor Kirchner basó su estrategia electoral en evidenciar los dos modelos de país que se enfrentan. Por un lado, el actual esquema que prioriza el desarrollo inclusivo del mercado interno con una política exterior alejada de los dictados de Washington. Por el otro, lo que se dio en llamar una «vuelta al pasado» neoliberal, encabezada por el candidato opositor Francisco De Narváez, un personero millonario del sector privado que confesó en la última semana sus intenciones de regresar a la etapa privatizadora que caracterizó al ex mandatario Carlos Menem.

Pero lo que en definitiva se juega en estas elecciones es la continuidad del proyecto político que inició Néstor Kirchner en el año 2003. Como toda elección parlamentaria «de medio mandato», un resultado electoral favorable determinará las posibilidades del gobierno para profundizar los cambios producidos y, llegado el caso, volver a postularse para las presidenciales de 2011.

Y este es justamente el escenario que las fuerzas de derecha y los medios de comunicación pretenden evitar. Para ello han logrado instalar un clima social de «fin de época» similar al de 2008, durante el conflicto del gobierno con el sector agroexportador. Por eso la noche de hoy será clave. Si la ventaja del oficialismo no es lo suficientemente amplia, el fantasma reclamado de un supuesto fraude podría convocar a ambos bandos a defender su voto en las calles.

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Pablo Taricco es Jefe de Redacción de Radio Madres de Plaza de Mayo