Estimativamente las elecciones PASO Presidenciales se realizaran en 5 meses un tiempo casi inimaginable para un país que día a día no para de sorprender ni a propios ni a extraños.
La vertiginosidad de los últimos acontecimientos que son acompañados por una descontrolada tasa inflacionaria y de la casi falta de respuesta concreta por parte de la totalidad del arco político a las demandas de la población permitirían pensar el grado de incertidumbre sobre el resultado y que a su vez debe extenderse hasta las elecciones generales y posteriormente al recambio gubernamental en el mes de diciembre del presente año.
Puntualmente y fruto de la sequía la Argentina ha perdido ingresos por casi 20.000 millones de dólares y su correlato en el erario publico bajo la ratificación de un acuerdo económico/financiero con el FMI que no solo impone obligaciones sino también dictámenes económicos a seguir. En este sentido ha transcendido que el organismo ha pedido una aceleración en la devaluación del tipo de cambio oficial que sumado al índice inflacionario, al déficit fiscal, al ritmo de emisión y a la escasez de reservas genuinas para fogueo monetario es por sobre todo una invitación para que la cotización del dólar informal crezca hasta un punto de difícil determinación a lo largo del año.
En el país los procesos hiperinflacionarios y devaluatorios son casi siempre seguidos de corridas bancarias pues es casi una verdad de Perogrullo que hace tiempo desde las sedes oficiales se estudia un nuevo Plan Bonex para Plazos Fijos y Depósitos. No obstante este escenario -ya visto en tiempos pasados- pueden existir detonantes imprevistos -o no- que pueden tambalear la relativa paz social cuya materialidad nadie puede predecir.
La preocupación de los dirigentes políticos se mantiene -sobre todo- por la preocupación de quienes serán los ganadores y perdedores de las contiendas electorales pero ni la mas exquisita encuesta podrá determinar previamente en el tiempo alguna premisa cierta.
Sería latoso detallar el recorrido argentino en descenso de por lo menos los últimos 20 años en materia de involución social, económica y política algo que la misma sociedad palpita cotidianamente. Meses anteriores y ante el triunfo argentino en el Mundial de Qatar 2022 detalle la actitud del Seleccionado Nacional que en ningún momento tomo contacto con autoridades políticas y que a su vez estableció un vinculo directo con la población en su conjunto.
Se evidencia así una vacío entre la gente y sus representantes que circunstancialmente fue cubierto por esos jóvenes notables. Sera quizás los valores y las virtudes que ellos manifiestan los encantos que desvelan a una sociedad bajo el desamparo de una dirigencia sorda y mediocre.
Ezequiel Beer. Geógrafo UBA. Analista político.
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