La actual situación política argentina se haya en su primer punto de inflexión donde el espanto une a las fuerzas opositoras citadas a marchar el próximo martes en la ciudad de Bs As en un primer intento de desafío a la administración neoliberal del presidente Macri. Conglomerados sindicales y partidarios políticos particularmente de signo peronista […]
La actual situación política argentina se haya en su primer punto de inflexión donde el espanto une a las fuerzas opositoras citadas a marchar el próximo martes en la ciudad de Bs As en un primer intento de desafío a la administración neoliberal del presidente Macri.
Conglomerados sindicales y partidarios políticos particularmente de signo peronista se da cita en el marco de lo que se prevé como una gran huelga nacional docente por mejoras en su salario.
La debilidad de este conjunto multi político es la radicación de un liderazgo o de liderazgos claros que entusiasmen a la población en su conjunto más allá de la figura de la ex presidenta Cristina Fernandez de Kirchner que presenta una gran dualidad en su preferencia donde no hay un término medio de adhesión es decir si la quiere o no eliminando alguna mediación posible.
Las próximas elecciones de término medio determinarán para el peronismo los liderazgos para la gran contienda de 2019 por lo tanto los gestos de unidad serán parciales o de hecho lo son pues varios de sus integrantes proponen alternativas más allá de la mentada unidad.
En favor de un gobierno que ya al término de un año y meses presenta un desgaste en la sociedad producto no de errores o equivocaciones sino de una clara política de re distribución regresiva del ingreso en favor de los sectores concentrados de la economía argentina bajo pintorescas acciones políticas que nos retrotraen en años la progresividad social y cultural que caracteriza a la Argentina.
El gran juego de los poderosos medios de comunicación es el desprestigio de la política en términos generales estimulando el desánimo social y la desesperanza bajo el rotulo de todos roban socavando de esta manera los pilares de una todavía débil y joven democracia.
Las aun deudas pendientes en materia de pobreza, vivienda, empleo digno y una mejora sustancial del sistema educativo y de salud son señales subterráneas de que lo que en la esfera pública se discute son meras tropelías verbales que expresan las miserias de los actores.
Es necesario pensar en la necesidad de generar una generación de estadistas de variopinto color político pero que aúnen sus acuerdos en posibilitar al país de lo que en una Alemania que venía destruida luego de la Gran Guerra se denominó como Economía Social de Mercado donde todos los actores no solo acordaron sino que cedieron parte de sus aspiraciones por un bien común.
Cabe aclarar que dicho proceso es muy lejano a lo que se denomina como Economía de Mercado o Neoliberalismo pues en el caso anteriormente expuesto es el Estado el eje de la acción tanto política como económica.
La consecuente generación de un gran mercado interno de producción y consumo bajo un esquema de pleno empleo fue la punta de lanza de su éxito.
Pero volvamos un poco a nuestra casi trágica coyuntura donde el avance de un gobierno por sobre derechos adquiridos por la población incurre en dejar todos nuestros esfuerzos en el proceso de la defensa de lo adquirido no solo desde lo material sino también desde lo simbólico o cotidiano.
La corrosión social y cultural a la que nos sumerge Cambiemos desde todo el aparato estatal y su cómplice mediático nos empuja a realizar actos de resistencia tanto individual como social desde abstenerse de los rayos catódicos hasta eludir conversaciones en los medios públicos de transporte.
Vivimos o viviremos encapsulados la respuesta es personal pero lo que si tenemos como un acto de libertad es la lectura de un Eco o los violines de Vivaldi.
La gesta recién comienza y promete ser dura. Mejor fortalecernos que debilitarnos. Mejor congregar nuestras fuerzas en un solo objetivo y no desperdigarnos.
Nada dura 100 años ni siquiera el Nacional Socialismo que apenas duro 12 años, pero tenemos que pensar el paso siguiente a la descomposición del macrismo argentino.
Invito a todos a movilizarse el próximo martes 7 de marzo de 2017.
Ezequiel Beer- Geógrafo UBA. Analista Político
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