No son radios comerciales ni entran en la categoría de permisionadas, con lo que sus retos para sostenerse son aún mayores: las radios comunitarias en México discuten cómo actuar unidas y superar los problemas que les plantean unas leyes diseñadas para el lucro con el espectro radioeléctrico, más que para su uso social. El primer […]
No son radios comerciales ni entran en la categoría de permisionadas, con lo que sus retos para sostenerse son aún mayores: las radios comunitarias en México discuten cómo actuar unidas y superar los problemas que les plantean unas leyes diseñadas para el lucro con el espectro radioeléctrico, más que para su uso social. El primer paso está dado, con la conformación de una coordinación que aspira a ser nacional.
En México hay aproximadamente 3 mil emisoras; de ellas, el 90 por ciento son concesionadas por el Estado a empresarios, generalmente monopólicos, que hacen las reglas del juego, y no más del 10 por ciento son permisionadas para uso social. Las primeras tienen como objetivo último el lucro. Las permisionadas están ligadas, legal y fácticamente, al gobierno en turno o a alguna escuela, universidad o al antiguo Instituto Nacional Indigenista -que pervive hoy con el nombre de Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Algunas de estas radios permisionadas se agrupan en la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), que tiene un asentamiento importante en América Latina y una sección en México, y es la red de permisionadas más importante del país.
La cualidad mayor de AMARC-México es su tenacidad de años para avanzar en una legislación que asegure la permanencia y sostenimiento de esta forma de hacer radio. Gracias a ella y otras asociaciones, como la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), se aprobó legalmente que las radios permisionadas contarán con un título que les permite trasmisión por un periodo, que es necesario refrendar cada 7 años, con la prohibición de hacer radio comercial. Sin embargo, esta prohibición las condena a la debilidad, ya sea por no poder allegarse recursos o por someterse al proyecto estatal.
Las comunidades urbanas y rurales no entran en ninguno de los dos rubros mencionados, pero el avance tecnológico permite que hoy sea más fácil montar una radio. Colectivos e individuos se han dado a la tarea de construir experiencias, sin fines de lucro, con la idea de fortalecer la cultura y, dentro de ella, salvar las lenguas originarias. Este trabajo ha sido reivindicado con mayor fuerza a raíz de los movimientos sociales, el más influyente de los cuales es el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que en los Acuerdos de San Andrés reivindica el concepto de autonomía. Así, a pesar de la traición del Estado en cuanto a poner en marcha los acuerdos firmados en 1996, indígenas, maestros rurales y urbanos, estudiantes y otros trabajadores se han multiplicado para abrir estaciones de radio en donde se puede.
Sí es difícil para las permisionarias crecer y fortalecer un proyecto radiofónico, lo es más para los radialistas independientes, cuya propuesta es alternativa y contra el poder. Además, porque los independientes se proponen un trabajo de reconstrucción del alma de los pueblos. Agustín Arellano, indígena y comunicador boliviano, sostiene que: «Siendo este siglo XXI el tiempo de reconocer la sabiduría de los pueblos indígenas y originarios, a la vez que nos alegremos, debemos prever que seguimos siendo colonizados y es momento de emprender el trabajo de la descolonización».
Con esta mirada coincidieron los comunicadores que se dieron cita en el Primer Encuentro Nacional de Radios Libres y Comunitarias, que fue enriquecedor y diverso.
El sábado 22 y el domingo 23 de febrero de 2014, en la capital del estado de Oaxaca se encontraron radialistas independientes, pertenecientes a casi 30 emisoras comunitarias que se definen como medios libres. El objetivo fue, en sus propias palabras, dar voz a las comunidades, para romper el cerco de los poderes estatales y privados que con represión, control y abuso quieren impedir que esto suceda. La convocatoria tuvo como acuerdo principal conformar una coordinadora nacional de radios libres y comunitarias.[1] [1]
La necesidad de construir esta coordinadora, señalaron los comunicadores, obedece a que las comunidades rurales y urbanas carecen del bien tan preciado que es el derecho a la comunicación. En México, la radio nació más por impulsos comerciales que sociales. En el siglo XX tan sólo un presidente, Lázaro Cárdenas, tuvo la noción de la importancia de este medio de comunicación como un bien social. Para los gobiernos posteriores, coludidos con los concesionarios, la radio representa una fuente de recursos económicos y de control político que no están dispuestos a compartir con el pueblo.
Para el Encuentro se conformaron dos mesas de trabajo, una dedicada a estrategia y táctica de alianzas a nivel nacional, y la otra a los problemas tecnológicos. En la primera se acordó construir una «Coordinadora de Radios Libres y Contra el Poder», con un área de capacitación que permita una relación continua con la educación y vea a la radio como medio para romper con la explotación humana y donde la información sea producto de un análisis crítico. Se planteó también la necesidad de hacer autodiagnósticos, fomentar intercambio de productos entre comunidades considerando el espíritu particular de cada una, o dar información veraz sobre temas urgentes, como la imposición de empresas trasnacionales con proyectos eólicos, agropecuarios, turísticos o mineros que impactan negativamente a la naturaleza y al desarrollo de la vida en el planeta. Y por último, se habló de luchar para detener la violencia contra los medios libres y los profesionales de la comunicación.
En la mesa de problemas tecnológicos se coincidió en la necesidad de tener instancias de capacitación, bajo la idea de que si bien lo político es importante, la consideración de lo tecnológico es vital ahora que las reformas a las leyes de la comunicación impondrán la digitalización, con lo que se restará libertad a las transmisiones y señales de las radios hoy existentes. Un acuerdo importante de esta mesa es que las radios deben conservar sus equipos e irse capacitando y transformando a la velocidad que cada uno pueda y en una red de ayuda mutua. Capacitarse en el ámbito tecnológico debe ser considerado prioritario, pues sólo con conocimiento su puede competir con los grandes monopolios.
Los radialistas consideran que hay mucho más para aprender, informar y hacer en esta nueva iniciativa. Los integrantes del Centro de Comunicación (CENCOS) de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) quedaron como responsables provisionales de las primeras acciones a realizarse. Por lo pronto, ya existe un directorio de las radios participantes y las que serán convocadas.
Beatriz Amézquita es profesora de Comunicación en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Notas
[1] [2] De esta reunión salieron dos actividades inmediatas una a celebrarse el jueves 20 de marzo entre las 10 de la mañana y las 16 horas se realizará un plantón en la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes en las Calles de Xola y Eje Central en la Ciudad de México. Se acordó también, realizar el Segundo Encuentro de Radios y Medios Libres y Comunitarios en SAN GABRIEL CHILAC, PUEBLA, el 5 y 6 de abril para exibir la represión del Estado a la radios comunitarias, sobre todo a la CHILEÑITA en la que en días pasados se ejerció la represión estatal, cometiendo el delito de robar el equipo que es de la radio y de la comunidad de Chiac.
URL del artículo: http://desinformemonos.org/2014/03/encuentro-de-radialistas-para-romper-el-cerco-mediatico/