El próximo jueves 2 de marzo Diagonal cumplirá un año, o lo que es lo mismo: 24 números de noticias, debates, perspectivas distintas y cierres interminables. Los más escépticos no terminan de entender cómo Diagonal va consolidándose sin el apoyo de ningún grupo económico ni político distinto al que componen sus 3.300 suscriptores, quienes lo […]
El próximo jueves 2 de marzo Diagonal cumplirá un año, o lo que es lo mismo: 24 números de noticias, debates, perspectivas distintas y cierres interminables. Los más escépticos no terminan de entender cómo Diagonal va consolidándose sin el apoyo de ningún grupo económico ni político distinto al que componen sus 3.300 suscriptores, quienes lo han dotado de sentido en tanto que movimiento social y proyecto político.
Para celebrar el aniversario, el mismo 2 de marzo saldrá a la calle un número especial que incluirá una investigación sobre los abusos de la justicia española en los juicios del 11-S y el 11-M, así como una entrevista a Noam Chomsky en la que señala el fin de la hegemonía norteamericana, y una charla con Theo Van Boven, ex relator de la ONU para la tortura, cuyos informes acusaban al Gobierno español de complicidad y encubrimiento.
Cada quince días, los quioscos, los puntos de distribución alternativa y los buzones de los suscriptores han venido recibiendo un periódico realizado de forma participativa y horizontal. Esto es: 48 páginas que surgen del debate asambleario dentro del colectivo de redacción, de las reflexiones de cada sección, de las aportaciones de los colaboradores, de los análisis de quienes comparten una mirada crítica respecto a la actualidad… y comparten también la dificultad de definir de forma simplificada lo que esa mirada crítica significa.
Pero para que los 15.000 ejemplares lleguen a los lectores ha sido también indispensable el trabajo de los grupos de apoyo y de todas las personas que sienten este proyecto como propio. De modo que Diagonal, con sus aciertos y errores, responde a una apuesta colectiva en la que aprendemos cotidianamente cómo elaborar un medio informativo que quiere ser crítico, plural e incisivo. Y ese aprendizaje, afortunadamente, no está exento de conflictos. El día en que no surjan, estaremos haciendo cualquier cosa menos un periódico.
Límites e iniciativas
Respecto a la situación económica, podríamos detenernos a glosar la enorme precariedad que nos acecha. Se trata de un problema conocido y recurrente -además de real-, para el que desde el comienzo perfilamos una ‘solución’: 5.000 suscriptores. Si se mantiene la tendencia actual, sería probable alcanzar esa cifra a finales de 2006 o comienzos de 2007.
Ahora bien, el camino hacia la estabilidad económica no puede desligarse de superar ciertas limitaciones y abrir nuevas sendas. Así, es necesario diseñar fórmulas de participación que aseguren que todos los lectores, colaboradores o colectivos dispongan de canales para incidir en líneas principales de trabajo (temas preferentes, enfoques, debates planteados). Los plazos de un periódico quincenal en ocasiones propician decisiones de urgencia; queremos que cualquier decisión se adopte en un marco conocido y, en cierta forma, decidido por todos, dentro del cual ésta pueda ser discutida. De este modo, la participación en los contenidos superaría la aportación de textos, imágenes e ilustraciones, para situarse en la definición misma del periódico. Aunque esta idea siempre ha estado presente en Diagonal, creemos que hay que encontrar cauces más eficaces para llevarla a cabo.
Por otro lado, queremos avanzar, en coordinación con los grupos de apoyo, en la descentralización de los contenidos. El hecho de que la mayor parte del equipo de redacción trabaje en Madrid nos inclina a menudo a centrarnos en lo que pasa en esta ciudad o en lo que dicen aquí que pasa en otros lugares. Sabemos que es un error y estamos tratando de corregirlo, entre otras cosas, con una red de colaboradores permanentes más amplia y descentralizada.
Queda mucho por hacer, mucho por mejorar en la distribución, en la difusión del periódico… pero, aunque sólo sea en este breve paréntesis del aniversario, queremos darnos cuenta de que ya se ha recorrido un camino considerable. Lograr que un periódico de estas características esté en la calle cada quince días, y haya durado así un año (contra muchos pronósticos), ha sido un asunto tan apasionante como complicado. Ahora, cuando Diagonal cumple un año, es un proyecto más consolidado que hace doce meses, cada vez más cerca de las 5.000 suscripciones que aseguran la viabilidad del proyecto. La continuación de esta historia la escribiremos entre todos, acertando o equivocándonos juntos