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Tengo algo que contarte (11). Correspondencia entre dos mujeres

Fiestas navideñas y año nuevo en el caimán verde

Fuentes: http://miraicrida.blogspot.com.es

Mi querida Vicentita, En los albores del recién nacido 2017 te tengo que confesar que lo más que anhelo para ustedes, los catalanes de talante noble y generoso, y para los cubanos que habitamos en este caimán bravío, es que nuestras miradas y corazones contemplen el renacer de la paz y de la solidaridad entre […]

Mi querida Vicentita,

En los albores del recién nacido 2017 te tengo que confesar que lo más que anhelo para ustedes, los catalanes de talante noble y generoso, y para los cubanos que habitamos en este caimán bravío, es que nuestras miradas y corazones contemplen el renacer de la paz y de la solidaridad entre los hombres y las mujeres. Que los poderosos olviden por un momento la rapacidad que los guía y destinen el mínimo y decoroso 0.7% para las naciones del sur donde se concentran los más altos niveles de pobreza y miseria hiriente y que accionen para reconciliar el desarrollo concentrado en el norte con la madre naturaleza. Y que la sensatez toque en las mentes de los grandes consorcios militares y se detenga la escalada armamentista y se destinen parte de esos recursos, ya que pensar en mucho más es una quimera de oro, a llenar, aunque sea un poquito, los estómagos de los millones de niños que mueren de desnutrición o de enfermedades tratables en la actualidad.

Las navidades en Cuba no cuentan con la ampulosidad de las sociedades llamadas de consumo del que se dice primer mundo. No hay derroche de luces porque la tenemos que ahorrar para que no se apague en ninguno de los 98% de los hogares hoy electrificados, ni el mercado irresponsable es protagonista de celebración alguna.

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