El pasado miércoles, Roberto Fernández, Secretario General de la UTA, reafirmó la convocatoria al anunciado paro para el próximo 31 de marzo. El sindicalista del transporte aseguró que «no van a andar los colectivos, trenes, subtes, combis, aviones ni barcos. Es un paro del transporte completo y seguirán sumándose otros gremios». Y continuó: «El punto […]
El pasado miércoles, Roberto Fernández, Secretario General de la UTA, reafirmó la convocatoria al anunciado paro para el próximo 31 de marzo. El sindicalista del transporte aseguró que «no van a andar los colectivos, trenes, subtes, combis, aviones ni barcos. Es un paro del transporte completo y seguirán sumándose otros gremios». Y continuó: «El punto central es la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias que son casi $ 1.500 y más que nos quitan y más para arriba».
La semana pasada, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo habían declinado apoyar el paro, argumentando la desconfianza que ambos profesan por el colectivero Roberto Fernández y el ferroviario Omar Maturano, del gremio de conductores de locomotoras, un dúo con antecedentes de propiciar medidas de fuerza y luego borrarse si en el ínterin consiguen sacar partido a favor de sus organizaciones.
En el mismo sentido se pronunció Sergio Palazzo, titular de los bancarios: «lógicamente esperamos que consoliden esa medida y que garanticen que van a parar. Si llegamos 48 horas antes y alguno de los gremios (que lanzó el paro) decide bajarse de la medida de fuerza, así es difícil ser efectivo».
La Asociación Bancaria realizó 10 paros en el 2014, de los cuales 6 fueron por Ganancias. Al respecto, el secretario general de los bancarios, criticó la «desidia» del gobierno de Cristina Fernández frente a los reclamos por el Impuesto a las Ganancias y dijo que su gremio «acompañaría» el paro del martes 31, si la Unión Tranviario Automotor (UTA) «confirma» la medida de fuerza.
A pesar de las dudas, tras las declaraciones de Fernández, apareció el dirigente de la CGT, Hugo Moyano, para doblar la apuesta, anunciando que el 31 de marzo habrá un paro general.
La CTA Autónoma y la Multisectorial que convocaron el martes 17 a una marcha del Obelisco al Ministerio de Trabajo, para denunciar las condiciones salariales y de vida de millones de trabajadores ya se había pronunciado en el mismo sentido a través de Pablo Micheli.
También un encuentro de delegados clasistas reunidos el pasado 21 en la sede del Sindicato Unico de Trabajadores del Neumático (SUTNA) en la sede de San Fernando habían resuelto defender un paro general de la clase obrera por la abolición definitiva del impuesto a las ganancias, la prohibición de suspensiones y despidos y que las paritarias sean sin techo alguno. Al mismo tiempo, reclamaron el pase a planta permanente de todos los trabajadores precarizados. Además, propusieron una marcha al Ministerio de Trabajo y cortes en Gaona y Vergara (zona oeste), Panamericana, Puente Pueyrredón y Puente La Noria.
El próximo sábado Comisiones Internas y referentes sindicales de izquierda de la zona norte del Gran Buenos Aires, se reunirán con el mismo objetivo.
El reclamo contra el impuesto al salario es justo pero no puede ser el único
El Indec reconoció que la mitad de los ocupados remunerados a fines del año pasado tenía ingresos menores a los $ 5.500 por mes, monto que representa un poco más de la mitad del valor de la canasta básica de consumo para una familia tipo que rondaba los $ 9.940 en la Ciudad de Buenos Aires. El 80% de los jubilados cobrará apenas $ 4.000 con el último aumento y el impuesto a las ganancias alcanza a 1.500.000 de jubilados y trabajadores en relación de dependencia.
De allí, que sea necesario garantizar que el paro tenga un carácter activo, impulsando asambleas en todos los lugares de trabajo y acciones en todo el país no solo por la eliminación del impuesto al trabajo, sino también por un salario equivalente al costo de la canasta familiar y el 82% móvil para los jubilados, por acabar con el trabajo en negro que afecta al 33% de los trabajadores ocupados y por la efectivización de los contratados, entre otros reclamos.
Paritarias entrando en calor
El gremio de comercio que dirige Armando Cavallieri aceptaría un incremento del 30% en dos tramos, más tres sumas fijas de $ 1.200. Su contraparte sería la Federación Obreros de Estaciones de Servicio (FOESGRA) que solicitó «un piso de un 45%». También aceiteros reclaman un 40% y hasta el propio Daer (alimentación) de la CGT oficial un 35%.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sostuvo que «no hay ninguna razón que justifique» reclamos del 40% y pronosticó que las próximas paritarias podrían ofrecer un ajuste que «va a estar más cerca de un 20 a 25%». Esta apreciación coincidió con la del Ministro de Economía, Axel Kicillof, para quien tampoco se justifica un reclamo que ronda el 40%, teniendo en cuenta que en 2014 las paritarias cerraron en un promedio de 31,5%, según declaraciones reproducidas por DyN.
No obstante, el Plenario Autoconvocado de Delegados de Prensa elaboró un pliego, en base a los mandatos de asamblea, para intervenir en las paritarias, donde reclaman un 40% de incremento salarial. Además, demandan un bono de $ 3.000 que cubra el desfasaje en los salarios hasta la firma del nuevo convenio. Por eso, el jueves 26 se movilizaron al Ministerio de Trabajo, exigiendo la incorporación de los delegados a la mesa de negociación paritaria.
Se preparan los docentes universitarios
El viernes 13 sesionó en la sede nacional de la CONADU Histórica, el Plenario de Secretarios Generales con presencia de 23 Asociaciones. Allí, los representantes de los diferentes gremios de base de la Federación definieron un plan de lucha que incluye un paro de una semana a partir del 13 de abril y convocar a una Jornada Nacional de Lucha para el 30 y 31 de marzo, con las modalidades que cada Asociación defina y con movilización al Plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) que se celebrará en la ciudad de Rosario.
Mientras tanto, y tras 3 días de votación en la Universidad Nacional de Rosario, 1.141 (87%) sobre 1.341 profesores universitarios resolvieron realizar una semana de paro del 13 al 17 de abril en coordinación con 26 universidades nacionales.
Gloria Rodríguez, Secretaria Nacional de la Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR, señaló que «existe un gran malestar en la docencia a causa del retraso salarial. No podemos esperar hasta junio para discutir nuestros ingresos cuando el último aumento se retrotrae a noviembre». Reclaman una canasta salarial de $ 15.500 para el cargo de 40 horas que recién se inicia.
El titular de Conadu, Pedro Sanllorenti, afirmó que seis federaciones universitarias reclamaron en una reunión con el gobierno, que se realizó el viernes pasado, la puesta en vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo (CCC) ante la «precarización laboral» en las casas de altos estudios.
Al respecto, Claudia Baigorria, secretaria adjunta de Conadu Histórica, manifestó la necesidad de que «el convenio se convierta en una ley nacional, como todos los convenios que ratifica el Ministerio de Trabajo».
Como vemos, motivos sobran para ir al paro nacional activo y como parte de un plan de lucha, no a un paro dominguero, aislado y sin continuidad como pretende la burocracia sindical. Debemos aprovechar que el movimiento obrero recuperará en centro del escenario político nacional, desplazando el debate electoral, el devaluado caso Nisman y la repudiable quema de un muñeco con la figura de Hebe de Bonafini, para levantar las reivindicaciones de todos los trabajadores, de forma independiente, tanto del gobierno como de la oposición de los partidos políticos patronales.
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