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Apple demandará a quienes filtran información confidencial sobre sus productos

¿Gacetilleros o periodistas?

Fuentes: noticiasdot.com

El pasado fin de semana, Apple anunciaba la interposición de una demanda contra quienes habían difundido a través de Internet información sobre un nuevo producto de la compañía. La firma que desconoce quien o quines son los responsables de haber dado a conocer esa información, afirmo, además, que se propone demandar, a partir de ahora, […]

El pasado fin de semana, Apple anunciaba la interposición de una demanda contra quienes habían difundido a través de Internet información sobre un nuevo producto de la compañía. La firma que desconoce quien o quines son los responsables de haber dado a conocer esa información, afirmo, además, que se propone demandar, a partir de ahora, a todos aquellos que den a conocer detalles de nuevos productos que no hayan sido anunciados oficialmente.

Dicen que quien avisa no es traidor y editores de Weblogs o medios independientes podrían ver coartada su libertad de información bajo esta amenaza directa de Apple y de otras firmas del sector.

No hace mucho tiempo, Noticiasdot.com ya fue amenazada por la multinacional finlandesa Nokia por haber dado a conocer el prototipo de un nuevo modelo que circulaba profusamente por la red. Nuestro compromiso hacía nuestros lectores nos obligaba a dar cuenta de esta información.

Los periodistas de medios independientes vivimos en una «eterna contradicción». Agasajados por los gabinetes cuando quieren dar a conocer un nuevo producto o una información… presionados, cuando por el contrario cumplen con su obligación de informar aún cuando esa noticia sea contrario a los intereses de la compañía de turno.

No todos padecen ese trato. Los Medios oficiales (especializados o generalistas, tanto da) han venido convirtiéndose con el paso del tiempo en simples «voceros» de los anunciares de turno. Allí el lector no encontrará ninguna nota inconveniente ni puntos de vista que puedan herir los sentimientos de quienes invierten sus euros en llenar páginas de publicidad o adornan los sitios con banners que pagan ese trato servicial.

Las «gacetillas» del gabinete de comunicaciones son ampliamente difundidas y adornadas. Y el papel del periodista queda reducido a simple repicador de las notas que recibe. Por supuesto que todo tiene su pago, y este, digamos, «periodista» es obsequiado con viajecitos, regalitos y otras prebendas (lo más habitual comidas en restaurantes de lujo) que le compensen por esa actitud dócil hacía quienes sostienen su medio.

Es cierto, que en ocasiones esos medios, que hacen de su profesionalidad su bandera, desprenden un alud de críticas hacía alguna firma determinada o un producto concreto… que milagrosamente desaparece cuando el fabricante reinicia la inversión publicitaria que había suspendido.

La llegada de Internet, de los medios independientes (como Noticiasdot.com y otros) y la profusión de los Weblogs han roto con ese círculo vicioso que convierte la noticia en promoción publicitaria de las marcas de los anunciantes.

El lector digital tiene a un «golpe de click» un enorme fondo de conocimiento para contrarrestar la información que recibe y comprobar su calidad.

La información fluye por decenas de sitios, desde medios digitales a chats, foros y listas de distribución haciendo más difícil así el control sobre lo que este recibe.

Este es un motivo de preocupación no solo para las firmas sino, también, para aquellos que «viven» de comercializar su intermediación no a costa del precio del producto sino de la venta de sus espacios publicitarios.

Y fracasados sus intentos de acallarnos con todo tipo de mensajes sobre la ética y la calidad… se aprestan a pasar a un siguiente nivel. Quienes no pasen por el aro serán demandados, aunque son conscientes de que así no conseguirán eliminar el flujo de información libre aunque si frenar el impulso de muchos sitios a la hora de decidir si publican o no una información que pueda ser inconveniente. Es un «aviso hacía los navegantes», un «semáforo en ámbar» que nos indica cuan lejos están las grandes firmas en el respeto hacía la libertad de información