Nos hemos quejado muchas veces, no sin razón, del desconocimiento, indiferencia o incomprensión que el proceso de liberación nacional y social de Euskal Herria causaba entre otros pueblos y naciones del mundo. Se nos antoja que lo que el diario GARA está haciendo respecto al conflicto libio pasa por las mismas circunstancias. Como poco incomprensión […]
Nos hemos quejado muchas veces, no sin razón, del desconocimiento, indiferencia o incomprensión que el proceso de liberación nacional y social de Euskal Herria causaba entre otros pueblos y naciones del mundo. Se nos antoja que lo que el diario GARA está haciendo respecto al conflicto libio pasa por las mismas circunstancias. Como poco incomprensión pura y dura.
A estas alturas del curso es evidente que la crisis global capitalista empuja, tanto a las viejas potencias económicas como a los países emergentes (BRICS), a realinearse y a situarse en la mejor posición para abordar un nuevo orden mundial. En este sálvese quien pueda, vamos a contemplar cómo varían las circunstancias internacionales en función de sucios intereses económicos, a una velocidad inaudita. Contradicciones imperiales que van a resolverse por la fuerza de las armas como suele ser habitual. Violencia por tanto, que está en el ADN del capitalismo como forma de supervivencia cuando las contradicciones le son irresolubles.
Fue Schumpeter quien popularizó aquello de la destrucción creativa como fórmula descriptiva del proceso de transformación que acompaña a las innovaciones. Afirmaba que el ciclo económico destruye todo estado de equilibrio que pudiera haber establecido por sí mismo. Este ciclo económico no podría ser achacado a medios exógenos, como períodos de hambruna, guerras,… pero que, por el contrario, son necesarios para la evolución del propio ciclo.
No creemos que el diario GARA participe de los pensamientos de Schumpeter. Así pues, el debate respecto a Libia no radica en la trampa planteada por los falsos demócratas de: «Gadafi si o Gadafi no». Aquí lo que se dirime, la cuestión central es verificar que los sucios intereses de las potencias económicas mundiales llevan a la masacre de pueblos y naciones enteros, sin más objeto que la perpetuación de la rapiña y el robo como medio de supervivencia del sistema, algo a lo que cualquier persona de izquierdas debe ser sensible, sin caer en la trampa de las falsas libertades o independencias.
A estas alturas, seguir encabezando las noticias sobre la agresión al pueblo libio con la frase: «Rebelión en Libia», precisamente la coartada creada por los agresores, sólo alimenta la desinformación que la OTAN fomenta, potencia y necesita para seguir perpetrando este crimen impunemente, falsamente comparado con las sublevaciones de Túnez, Egipto, Yemen y Bahréin.
En todo caso ¿olvidamos las atrocidades perpetradas por el ejército en Egipto o la implicación de Arabia Saudita con aportación de soldados incluida a la represión en Bahréin?, ¿Por qué no hubo intervención de la OTAN?, ¿Y Marruecos, por qué el silencio se extiende sobre esta monarquía autoritaria? En última instancia… ¿no era Sadan Hussein un asesino y toda la izquierda se posicionó en contra de la invasión de Irak?
Y eso sólo es una gota de agua en el mar de desinformaciones (la portada de mediados de febrero con la patraña de los bombardeos gubernamentales a manifestantes en Trípoli) y de recursos estilísticos propios de la clásica propaganda de guerra (el uso de la palabra «régimen» para referirse al gobierno de la Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista…, o de la palabra «rebelde» aplicada a los mercenarios y golpistas marionetas de la OTAN). Un mar con el que GARA también casi ahoga a sus lectores desde el comienzo de esta guerra colonial.
Hacemos la crítica desde una perspectiva constructiva, sabiendo que las cuestiones que atañen a la política internacional no son fáciles de evaluar en el momento, ya que existen multitud de variables y motivaciones pero esas son, precisamente, las que hay que percibir y analizar para informar.
Alguien dijo que la verdad es la primera víctima de la guerra. Euskal Herria conoce muy bien a esa víctima. Creemos que el tratamiento mediático que se está dando de la agresión imperialista a Libia en un medio como GARA es un asunto serio, para analizar y debatir en profundidad y sin prejuicios.
Existen tristes antecedentes como el del ataque y derribo del imperialismo a Yugoslavia o las masacres entre etnias a golpes de machete ocurridos en el África oriental subsaharina, en el que la izquierda cometió errores de los que pudimos aprender.
Intentemos aprender, al menos, de los que se están cometiendo con Libia.
* Los autores de este artículo son miembros de Euskal Herriko Komunistak (EHK)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.