“Vayan pasando compañeros, vayan pasando para el fondo”, como quien recibe a los invitados, Milagro Sala atiende a las personas que hicieron una caravana a nueve años de su detención arbitraria. Bajo la sombra de un parral en el patio de la casa de La Plata, donde cumple prisión domiciliaria, la lideresa de la Tupac Amaru los espera ansiosa. “Sigan pasando, compañeros. Después nos sacamos las fotos”, pide Milagro, que los espera con un cuello ortopédico de goma y se sostiene con un bastón.
Va y viene por el patio, observa la disposición de un escenario improvisado con palets de madera, camina con cautela y suelta: “Renga, renga pero que venga”. Después se envalentona y se sincera: “Tengo que resistir como dirigente, pero eso no quiere decir que no tenga dolor. A veces me siento con bronca, impotente, de no poder salir a defender a mis compañeros”.
Habla del daño que el gobierno de Javier Milei le está haciendo al país y dice que “lo que hoy estamos viviendo no es una democracia porque no hay libertad de expresión”. También habla de la dirigencia que debe oponerse pero que “está paralizada”. “Lamentablemente hay muchos dirigentes que no sé si es por miedo, o qué, pero hoy no están saliendo a la calle, y el que sale, llega hasta cierto lugar y se vuelve. Hoy los argentinos no necesitan que los dirigentes los lleven a pasear o a dar la vuelta a la calesita. Antes aumentaba la luz y nosotros estábamos en la calle, hoy no poder hacer nada me pone mal. Me pone mal no poder salir a pelear”, dice.
“Estar hoy con la compañera Milagro es sumamente importante porque también es parte de nuestras frustraciones”, dice el exsecretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla. “Ya está cumpliendo 3 cuartos de la condena, ella tendría que tener una libertad condicional y no se está llevando adelante porque siempre fue un tema político y no judicial. Hay una clara persecución de los poderes reales de Jujuy, porque ahora ya Morales no está en el gobierno y, sin embargo, Milagro sigue sufriendo la persecución y el hostigamiento de los poderes concentrados de la provincia”, explica.
Juan Vitta, integrante de la Mesa Nacional y del Frente Barrial de la CTA habla también sobre por qué Milagro Sala sigue presa después de tres gobiernos diferentes: “Hubo cambios de gobierno, pero esos poderes económicos son permanentes. El lawfare en América Latina es una herramienta de los poderosos para disciplinar, para aplicar correctivos a quienes se animan a discutirlos”, explica.
La secretaria general de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), María Elena Naddeo, coincide: “El objetivo del poder económico y político es acallar su voz y la de la Tupac en función de sus negociados: el extractivismo, el negocio del litio y de los minerales y de las tierras caras. Buscan disciplinar y acallar a quienes se levantan en defensa de sus territorios, en defensa de sus derechos”, agrega. Además, se refiere a la responsabilidad del gobierno de Alberto Fernández en el sostenimiento de esta situación: “Es imperdonable que el gobierno democrático anterior no la haya liberado y es imperdonable que las fuerzas políticas, populares, no hayamos podido entre todas lograr su libertad”.
El diácono de Curas en Opción por los Pobres Ricardo Carrizo también habla de esa responsabilidad. “Siempre le decíamos que la íbamos a sacar y lo intentamos de todas las formas, con idas y venidas, pero no se logró. El que tenía el poder de la birome para poder resolverlo tuvo más miedo a las tapas de diarios que a enfrentar la realidad. Los abogados de lesa humanidad le habían presentado todos los motivos legales para poder hacerlo a nivel de legislación nacional e internacional y, sin embargo, escudándose en no querer romper la Constitución, simplemente tuvo miedo”, analiza.
Para Naddeo, “representa a una mujer perseguida por ser mujer, por ser pobre y por provenir de sectores indígenas. En ella está representada la opresión más brutal, que es la opresión de un patriarcado misógino y de un poder político patriarcal”.
“Milagro nos representa a todos, es dignidad, lucha, trabajo y educación. Eso es lo que ella nos enseñó y por eso hoy vinimos desde Jujuy a abrazarla”, resume Graciela Calizaya.
El “crimen” de Milagro Sala y la Túpac Amaru
La organización construyó dos escuelas. Una fue bautizada Germán Abdala, lo otra, Olga Aredes. Los trabajadores terminan sus estudios primarios o secundarios y obtienen títulos legales reconocidos por la provincia. Entre ambos colegios tienen 150 profesores, cuyos sueldos paga la organización. Los fines de semana los profesores realizan trabajo voluntario en los barrios más humildes de Jujuy. A las escuelas asisten jóvenes y adultos de 17 años en adelante. Además del programa de estudios se dictan tres materias obligatorias: Autoestima, Historia y cultura de Jujuy y de los pueblos originarios y Lucha del movimiento obrero. En dos centros de salud atienden 42 médicos y hay farmacéuticos, bioquímicos, y enfermeros. Funcionan una farmacia y un laboratorio. Además, adquirieron un tomógrafo y un mamógrafo.
En el barrio Túpac Amaru está el CEMIR (Centro Integral de Rehabilitación para personas discapacitadas) que fue construido en cuatro meses. Hay una plaza con juegos adaptados. El edificio es gratuito y abierto a la comunidad. A él son derivados pacientes de los hospitales provinciales. Hay salas preparadas para diferentes discapacidades, un gimnasio acondicionado, pileta climatizada, una sala con Cámara Gesell para el uso de psicólogos y psicopedagogos. Hay baños en distintas versiones y con variantes de protección, y salas con la acústica preparada para discapacidades auditivas. Compraron dos ambulancias de alta complejidad equipadas para el traslado y la atención de pacientes. La atención y los remedios son gratuitos.
Se establecieron seis fábricas con fondos del Ministerio de Desarrollo Social que emplean a 600 ex desocupados. Todas ellas venden su producción al público. En el barrio Túpac Amaru hay una fábrica textil con 146 empleados. Hacen delantales blancos, acolchados y remeras por encargo. La Túpac Amaru creó una fábrica de bloques de construcción, con los que se ahorran buena parte de los costos de las viviendas.
La Túpac Amaru trabajando como cooperativa de vivienda, construyó ―con dinero del Gobierno Nacional para cooperativas de vivienda― un barrio de 1.800 casas llamado «El Cantri de los Villeros» en el Alto Comedero, a 15 kilómetros de la capital provincial.
Todos los barrios tienen pileta de natación, cibercafé, telecabinas, minimercado y polideportivo con canchas de fútbol, básquet, hockey y rugby. A partir de 2003 recibieron planes para la construcción de viviendas de 54 m², con dos habitaciones, cocina comedor, baño y lavadero. Desde entonces llevan levantadas 3.800 viviendas. Cada casa cuesta $ 86.700 y da empleo a cuatro personas ―contra $ 130.000 pesos y un empleo y medio cuando son construidas por empresas comerciales―, porque producen ellos mismos los bloques de cemento y las carpinterías metálicas son hechas en el taller metalúrgico. Las cooperativas de la Túpac Amaru construyen 200 casas populares en seis meses, mientras que a las constructoras privadas les llevaría dos años o más.
La intendencia de San Salvador ha empleado a otras 13 cooperativas municipales. También tienen cooperativas la Iglesia católica y otras ONG. Realizan, por ley provincial de Jujuy, el mantenimiento de los edificios públicos y escuelas como cooperativa social. La Túpac tiene 8 de esas cooperativas y se encarga de la mayoría de los trabajos, los cuales siempre son entregados a tiempo.
Entre lo que recaudan por construir casas (130 millones de pesos), reparar edificios, coser delantales, fabricar bloques de ladrillos, un porcentaje de los planes y otros ingresos, los fondos de la Túpac rondan los $ 200 millones al año.
Nota: Los datos corresponden al 2016, año en el que fue detenida Milagro Sala. Todas las realizaciones de Milagro y la Tupac fueron abandonadas por el gobierno jujeño a partir de su arresto.
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