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La experiencia de una revista mensual bonaerense vendida por personas sin hogar

Hecho en la calle

Fuentes: IPS

En cinco años saltó de tirar 5.000 ejemplares a 30.000. Se trata de una revista mensual vendida sólo en la capital argentina por más de 250 personas en situación de calle, muchas de los cuales también forman parte de su equipo de redacción. La experiencia de la publicación Hecho en Buenos Aires ha abierto un […]

En cinco años saltó de tirar 5.000 ejemplares a 30.000. Se trata de una revista mensual vendida sólo en la capital argentina por más de 250 personas en situación de calle, muchas de los cuales también forman parte de su equipo de redacción.

La experiencia de la publicación Hecho en Buenos Aires ha abierto un camino en América Latina. Como primera en su tipo en la región, en estos cinco años de vida inspiró y colabora con la creación de propuestas similares en Chile, Brasil y Colombia.

Su objetivo principal es brindar una oportunidad de generar un ingreso a personas de la calle, desempleados y excluidos.

La publicación aborda con frecuencia mensual temas de interés general, con acento en cuestiones sociales, de investigación, medioambiente, arte y cultura. «En nuestros inicios encontramos mucha resistencia a la idea», comentó a IPS Patricia Merkin, fundadora y directora del proyecto.

«Hecho en Buenos Aires se crea como una manera innovadora de resolver un problema social, posibilitando que las personas en situación de calle puedan aspirar a una vida mejor y a la integración social y laboral a través de la autogestión, cortando toda forma de asistencialismo», afirman en su balance social 2005.

Los vendedores compran la revista a 50 centavos argentinos (unos 17 centavos de dólar), y luego la venden a 1,50 pesos. «Me da una posibilidad de ganarme la vida», contó a IPS Mariano Sepúlveda, de 20 años y con dos como vendedor.

«Pude progresar», dice este joven que vende entre 20 y 30 revistas por día, que sigue adelante tras conversar con IPS, pensando en sus dos pequeños hijos «para que ellos tengan lo que yo no tuve en mi infancia».

Pero «Hecho en Buenos Aires es también un particular espacio de expresión: «da una voz a grupos de la comunidad que carecen de llegada a los medios», sostuvo Merkin.

En la sección «Prensa del asfalto», vendedores y personas en situación de calle comparten opiniones, comentarios y vivencias.

En el último número puede leerse la entrevista al vendedor Luis Luna. «A través de la revista hice nuevos amigos, nos juntamos para hablar de todo en general, los fines de semana, o cuando me acuerdo yo», cuenta en ese reportaje.

El equipo de redacción está integrado principalmente por una decena de cooperantes consustanciados con el proyecto. Pero además, «los vendedores acercan a la organización temas de su interés, en especial vinculados a los derechos humanos y al derecho al trabajo», relató Merkin.

Según una encuesta encargada por la propia organización, casi 70 por ciento de los lectores consultados adquieren su ejemplar, tanto por «ayudar al vendedor» como por «el contenido» de la propuesta.

La revista «hace visible un problema social invisible y permite acercar grupos sociales entre quienes por lo general no se generan puntos de encuentro», sostienen en su balance.

La hipótesis es corroborada por Gabriela, una joven profesional y fiel lectora de la publicación. «Lo que más me gusta es el contacto con el vendedor, compartir ese ratito en el que me ofrece la revista, con mucha dignidad, respeto y valoración de sí mismo», afirmó.

En este sentido, también más de 70 por ciento de sus vendedores, según una investigación de los responsables del proyecto, afirman que la venta de la revista mejoró su situación personal.

Casi la mitad de los vendedores estaban en la calle al momento de incorporarse al proyecto. «La venta de la revista es una suerte de primer paso en un proceso de desarrollo personal que Hecho en Buenos Aires propone a sus vendedores», indicó Merkin.

«Si una persona logra avanzar en su vida y vendiendo logra alquilar una habitación, eso no significa que tenga que dejar de vender la revista, ya que tener un lugar para estar aún no significa dejar de estar excluido», aclaran.

«La exclusión no es sólo un factor económico», explica además Merkin.

Por esta razón, y junto con apoyos privados y estatales, el proyecto se amplió con la creación del centro social «Puerto 21», un espacio en el que dictan cursos, ofrecen talleres creativos y de capacitación, brindan asesoramiento jurídico y atención psicológica, tanto a los vendedores como al resto de la comunidad en situación de calle.

Es que «todos los beneficios posinversión generados por la revista son reinvertidos para crear proyectos de apoyo social para los excluidos», según lo establece desde sus principios la organización internacional que «Hecho en Buenos Aires» integra.

Se trata de la Red Internacional de Publicaciones de la Calle (INSP, por sus siglas en inglés, International Network of Street Papers), una asociación que nuclea a más de 50 revistas del mundo de características similares.

Con todo, y a pesar de los apoyos que recibe la revista por parte de fundaciones, asociaciones y organismos estatales, el sostén económico y financiero de la iniciativa constituye en la actualidad uno de sus principales desafíos.

Pero la meta, según concluyó Merkin, permanece intacta: «seguir ayudando cada vez mejor a las personas que se acercan a la organización para que puedan, con su trabajo y nuestro apoyo, salir adelante por su propio esfuerzo.»