Hace unos años días, en Nueva York, en plena fiebre electoral, estuve participando en el Tercer Congreso de Prensa Hispano-Americana que se celebraba en una dependencia de la Columbia University. Fue una experiencia, a más de un título apasionante. Primero, porque pude conocer a algunos de los periodistas latinoamericanos más prestigiosos, como el renombrado maestro […]
Hace unos años días, en Nueva York, en plena fiebre electoral, estuve participando en el Tercer Congreso de Prensa Hispano-Americana que se celebraba en una dependencia de la Columbia University. Fue una experiencia, a más de un título apasionante. Primero, porque pude conocer a algunos de los periodistas latinoamericanos más prestigiosos, como el renombrado maestro colombiano Javier Darío Restrepo, referencia internacional en materia de ética periodística. Y escuchar con enorme interés a Eleazar Díaz Rangel, director del diario Últimas Noticias , el de mayor difusión en Caracas, quien nos contó la feroz batalla mediática que se desarrolla en Venezuela y la ofensiva de los grandes medios audiovisuales durante la campaña del referendo revocatorio el verano pasado, contra el presidente Chávez.
También pude visitar, en el sur de Manhattan, en Hudson Street, muy cerca de la zona cero donde se hallaban las Torres Gemelas, la redacción del gran periódico hispano El Diario/La Prensa ( www.eldiariony.com ), decano de los cotidianos en lengua castellana de esa ciudad, que celebró el año pasado sus ochenta años de existencia. Como en otros lugares, en Nueva York la prensa escrita está también en crisis. Todos los periódicos de esta megápolis, y hasta el célebre New York Times , han perdido cantidad de lectores. La única excepción es El Diario , cuyas ventas aumentaron este año más del 10%.
¿Como lo conseguieron? Pues insistiendo en lo local, en lo particular y en lo que más interesa a los miembros de la comunidad hispana. Por ejemplo, al día siguiente del primer debate entre George W. Bush y John F. Kerry, cuando toda la prensa publicaba fotos del pugilato entre los dos candidatos, El Diario presentó en primera plana y a toda página una foto de la madre de un soldado hispano de Nueva York muerto en Irak ese mismo día, que llora mientras ve en la televisión el debate entre los dos candidatos.
El periódico vende unos sesenta mil ejemplares diarios, pero con diferencias muy notables según los días. Los fines de semana, por ejemplo, y al contrario de casi toda la prensa, vende muy poco, apenas unos treinta mil ejemplares. Porque ese día los hispanos, como los demás empleados, no trabajan, y por lo tanto no toman el metro o los trenes de cercanías, que es donde compran El Diario . Los días de mayor difusión son los lunes -más de ochenta mil copias- porque se publican los resultados deportivos de las competiciones de toda América Latina y del Caribe. Cosa que no hacen los periódicos «anglos».
En Nueva York hay varios cotidianos en lengua castellana ( Hoy, Daily News, Dominican Times ), muchos canales de televisión (los de mayor audiencia son Mundovisión y Univisión ) y decenas de radios en español. Y, claro, hay centenares de periodistas que trabajan en todos estos medios, muchos de los cuales asistieron al Congreso. Uno de ellos me decía: «Hace veinte años, la mayoría de los periodistas de la prensa hispana procedían de América Latina, habían nacido y se habían formado allí. Hoy casi todos nuestros colegas, muchos de ellos mujeres, han nacido aquí, en Estados Unidos, son bilingües, y dominan de igual manera el castellano y el inglés».
Aunque la calidad del español que utilizan no siempre es ideal, esta nueva generación de periodistas hispanos posee más ambición. Una vez formados en las mejores escuelas, y practicado en los medios hispanos de Nueva York, se lanzan a la conquista de los medios «anglos», como la controvertida estrella de Fox News , Geraldo Rivera. Y es cada vez más frecuente leer en las páginas de los más prestigiosos diarios o de los canales de televisión de mayor audiencia los nombres de brillantes periodistas hispanos