Si se anotaran a diario los registros de la historia universal de la infamia, esa terminología borgiana tan a tono con los terribles tiempos que corren, Estados Unidos tendría un abundante récord, en franca contradicción con el supuesto protagonismo que pretende ejercer la nación más poderosa de la Tierra en materia de derechos humanos.La impudicia […]
Si se anotaran a diario los registros de la historia universal de la infamia, esa terminología borgiana tan a tono con los terribles tiempos que corren, Estados Unidos tendría un abundante récord, en franca contradicción con el supuesto protagonismo que pretende ejercer la nación más poderosa de la Tierra en materia de derechos humanos.
La impudicia alcanza los ojos de miles de televidentes, horrorizados con la propuesta de uno de los llamados reality show, Gana la verde, producido por Liberman Broadcasting para el Canal 62 (KRCA-TV), de California, con repeticiones en emisoras de Houston y Dallas.
Se trata de convocar a inmigrantes latinos indocumentados para que, mediante la exhibición de ciertas «habilidades», se hagan merecedores de la asistencia legal gratuita de un bufete que debe encaminar sus trámites para la obtención de la tarjeta verde, que certifica la residencia oficial en Estados Unidos.
Este último fin de semana el concurso rompió las barreras de la humillación, cuando una de las participantes, de nombre Ariana de la Luz, se zampó delante de las cámaras un taco repleto de gusanos como si se tratara del más delicioso de los manjares, mientras su contrincante, Michel Couto, por tal de superarla en la realización de un acto insólito, se lanzó desde un camión a alta velocidad, a otro que viajaba en sentido contrario, con grave peligro para su vida.
Las llamadas telefónicas de repudio colapsaron a la sección de relaciones públicas de la telemisora. En California, donde casi el 30% de la población es de origen latino, numerosas organizaciones comunales y personas a título individual, exigieron la suspensión del programa.
Los productores de Liberman Broadcasting se escudaron bajo el pretexto de que Gana la verde ocupa el segundo lugar de audiencia entre los hispanos residentes en California y de que cada uno de los participantes concurre a conciencia de las pruebas a las que se somete.
No dicen, sin embargo, que al dar la cara, los concursantes se denuncian a sí mismos. Son ilegales y las autoridades migratorias se sienten servidas de primera mano ante la información que se les proporciona.
Tampoco confiesan el grandísimo timo implícito en la premiación: ganar la liza no implica necesariamente la obtención de la residencia, sino apenas una consultoría por parte de abogados pagados por la televisora quienes se limitan a orientarlo en la selva burocrática de la admisión definitiva al país.
Pero lo realmente aberrante radica en la baja estima que se les tiene a los indocumentados, conminados a humillarse en público a niveles incalificables, más bajos aún de los que se hacen visibles en los deplorables telespectáculos de Univisión y Telemundo donde se ventilan de manera soez las miserias humanas.
Un norteamericano de origen mexicano, al comentar la noticia en el foro internetopina.eldebate.com, escribió el lunes lo siguiente: «En el país donde dicen, se valora al ser humano, donde dicen «hay libertad, en este país, el país de Bush, se humilla al necesitado, se desconoce la condición de persona de todos los habitantes que no sean norteamericanos; y yo les digo a los defensores de este país potencia que les invito a leer este informe donde nos cuentan cómo es ser latino indocumentado en USA. País desnaturalizado, USA, tierra de monstruos».