El nuevo vicepresidente de la Autoridad Palestina, Hussein al-Sheikh, se une a los espías de Israel
La Autoridad Palestina, la entidad colaboracionista de Israel en Cisjordania, nombró el mes pasado a un vicepresidente por primera vez.
Hussein al-Sheikh, ex coronel de una brutal agencia de «seguridad» de la Autoridad Palestina, es ahora ampliamente visto como el heredero aparente del régimen desmoronado de Mahmoud Abbas, que tiene 89 años.
El mandato electo de Abbas como presidente de la Autoridad Palestina expiró hace más de 16 años y desde entonces ha cancelado repetidamente las elecciones, que según las encuestas perdería ante Hamas.
Israel y sus partidarios en Estados Unidos y Europa han temido durante mucho tiempo que, sin un sucesor claro, la muerte de Abbas podría llevar al colapso de la Autoridad Palestina.
Hablando en privado en 2023, Benjamín Netanyahu dijo explícitamente que «necesitamos a la Autoridad Palestina (…) No podemos permitir que colapse». El primer ministro israelí explicó que dondequiera que la Autoridad Palestina esté operando con éxito en un área, «hace nuestro trabajo por nosotros» allí.
En un perfil mayoritariamente simpático de al-Sheikh publicado por Foreign Policy en 2023, el compromiso del nuevo «vicepresidente» de ayudar a Israel a seguir ocupando territorio palestino es claro.
Refiriéndose a la capital de facto de la Autoridad Palestina en Cisjordania, un espía israelí de alto rango que habló con la publicación estadounidense detalló explícitamente el papel de al-Sheikh: «Es nuestro hombre en Ramala».
El oficial de inteligencia, cuyo nombre no ha sido revelado, está jubilado, pero sigue activo como reservista.
Abbas ha sido durante mucho tiempo un colaborador abierto de la ocupación israelí. Una vez describió notoriamente la «cooperación en materia de seguridad» de las fuerzas armadas de la Autoridad Palestina con las tropas de ocupación israelíes como un principio «sagrado».
Al-Sheikh ha sido visto durante mucho tiempo por los planificadores estadounidenses como su sucesor preferido de Abbas. O, como dijo recientemente el periódico libanés de izquierdas Al-Akhbar: «El ascenso de Al-Sheikh no es simplemente una reorganización de posiciones, sino un movimiento calculado por algunas fuerzas árabes y occidentales externas para diseñar un proceso de sucesión adaptado a sus intereses».
El perfil de Foreign Policy era una pieza aparentemente destinada a impulsar a al-Sheikh a los ojos de los lectores de la publicación, en su mayoría planificadores imperiales estadounidenses y sus lacayos. También contiene información sobre su historia y carácter.
Antes de su nombramiento como «vicepresidente» no electo, al-Sheikh ya era el «principal intermediario de la Autoridad Palestina con Israel en la Cisjordania ocupada», explicó la publicación.
«Habla hebreo con fluidez, viste trajes finamente confeccionados e insta a cooperar, no a chocar, con Israel», dijo efusivamente Foreign Policy. «El funcionario trotamundos que luce Rolex ahora trabaja tras bambalinas para evitar el colapso de la Autoridad Palestina».
Burguesía colaboracionista
El artículo comenzaba con una descripción de cómo, en febrero de 2022, al-Sheikh «entró en una sala de conferencias fortificada en la imponente sede del Ministerio de Defensa de Israel en Tel Aviv».
Explicaba cómo «pocos palestinos entran en el santuario interior del ejército de Israel, pero, como recordaba al-Sheikh, fue recibido por los altos mandos del ejército y los líderes del hermético aparato de inteligencia del Shin Bet».
Los reporteros de Foreign Policy admiten que la mayoría de los palestinos en Cisjordania consideran que la Autoridad Palestina existe «para hacer el trabajo sucio de la ocupación israelí» y que «para muchos, al-Sheikh es el hombre que hace el trabajo sucio».
El artículo continúa: «Es el rostro de la élite de la Autoridad Palestina, que experimenta lo que un ex funcionario palestino que vive en Cisjordania calificó como una ‘ocupación VIP’. A los altos funcionarios palestinos se les hace pasar por los controles de carretera israelíes y se les pagan jugosos salarios».
Haciendo referencia al brutal monarca que gobernó Irán hasta la revolución islámica de 1979, un funcionario que trabaja para la administración del presidente estadounidense Joe Biden admitió a los periodistas de Foreign Policy que al-Sheikh «es tan popular entre el pueblo palestino como lo fue el Shah».
Al-Sheikh es un verdadero representante de la clase colaboracionista palestina, esa rica minoría de empresarios palestinos que se benefician de estrechos lazos económicos con Israel y su ocupación de Cisjordania, a expensas de todos los demás.
Corrupción
Su familia extendida, los Tarifis, explicó Foreign Policy, «tenía una historia de estrechos vínculos con los israelíes. Su pariente Jamil, un rico hombre de negocios propietario de canteras, aprovechó su relación con las autoridades israelíes para conseguir permisos y privilegios para los palestinos que conocía.
Los reporteros explicaron: «En cierto sentido, al-Sheikh heredó el negocio familiar: el enlace entre las autoridades [de ocupación] israelíes y los palestinos».
El artículo también explica cómo al-Sheikh aprovecha estos lazos para su propio enriquecimiento personal, en un sistema de corrupción arraigada, que parece ser fomentado activamente por los israelíes. En una encuesta de 2022, «casi una cuarta parte de los palestinos informaron haber pagado un soborno u ofrecido un regalo, o que un familiar lo había hecho, a cambio de recibir un servicio público».
La oficina de Al-Sheikh es responsable de colaborar con los israelíes para otorgar permisos VIP que permiten a los funcionarios palestinos de alto rango «cruzar a través de los puestos de control normalmente reservados para los israelíes. Los empresarios adinerados pueden solicitar una ‘tarjeta de empresario’ o BMC, un pase que proporciona acceso casi sin restricciones a Israel y a su aeropuerto internacional cerca de Tel Aviv.
A menudo se reparten de forma descaradamente corrupta: «Cuando los comerciantes se acercan a los funcionarios del ministerio de al-Sheikh para obtener un BMC, se les puede pedir que les hagan favores o dinero en efectivo».
Al-Sheikh también ha sido acusado de manera creíble de acoso sexual a una empleada. Una queja formal del marido de la empleada (quien, según Foreign Policy, es influyente dentro de Fatah, Abbas y el partido político de al-Sheikh) llevó a un pago de 100.000 dólares por su silencio.
Tal corrupción entre los colaboradores palestinos de Israel proporciona una importante palanca contra la posibilidad de que alguna vez se vuelvan contra sus amos en Tel Aviv.
Violencia
Los ataques de la Autoridad Palestina contra la resistencia palestina a la ocupación israelí son en su mayoría de naturaleza violenta y se dirigen tanto contra los críticos políticos o mediáticos palestinos –como Nizar Banat, notoriamente golpeado hasta la muerte por matones de la Autoridad Palestina en 2021– como contra los combatientes de la resistencia.
Más recientemente, las tropas de la Autoridad Palestina trabajaron en estrecha colaboración con las fuerzas de ocupación israelíes en el norte de Cisjordania para atacar a los combatientes de la resistencia palestina con base en el campo de refugiados de Yenín entre diciembre y enero.
El ataque de la ocupación israelí contra Yenín y las zonas circundantes, que siguió en enero, ha causado la muerte de decenas de palestinos. Casi 40.000 personas han sido desplazadas de sus hogares.
En marzo, los reporteros de Electronic Intifada en Jenin documentaron que las fuerzas de la Autoridad Palestina trabajaban en estrecha colaboración con las fuerzas de ocupación israelíes, tomando el último piso del hospital público de la ciudad y abriendo fuego desde el interior de las instalaciones.
La formalización de al-Sheikh como sucesor de Abbas, asegura un largo futuro para que la Autoridad Palestina desempeñe el papel para el que fue creada: la liquidación de la resistencia palestina en todas sus formas.
Publicado en Electronic Intifada
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