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En clave de humor vitriólico. Animales mediaticos

Jesus del Gran Poder (o la historia de un dios hecho a toda Prisa)

Fuentes: Rebelión

Elevado a los altares del poder mediático en pleno franquismo, como su vástago ideológico Juan Luis Cebrián, experto en manipulación periodística desde que asentara sus posaderas en la Jefatura de los Servicios Informativos de la TVE de la dictadura, este pícnico militante, bestia negra de la objetividad y el rigor, dedica sus esfuerzos al final […]

Elevado a los altares del poder mediático en pleno franquismo, como su vástago ideológico Juan Luis Cebrián, experto en manipulación periodística desde que asentara sus posaderas en la Jefatura de los Servicios Informativos de la TVE de la dictadura, este pícnico militante, bestia negra de la objetividad y el rigor, dedica sus esfuerzos al final de su lamentable existencia, a tratar de defender terroristas de la calaña de Luis Posada Carriles, encargando la recogida de patatas calientes, o sea del mamporreo más chusco con la mafia anticubana de Miami, a pusilánimes colaboradores del diario El País, que no tienen otra salida que la mentira y la deformación de los hechos para justificar el estipendio de final de mes.

No basta que tribunales Supremos (como en este caso el de Venezuela) soliciten la extradición del asesino «anticastrista», no. Para Jesús del Gran Poder, la moral y la ética, o si se quiere ser más drástico, la deontología profesional en el ejercicio del periodismo, le importa tanto como a George W. Bush la opinión de su abnegada esposa en asuntos de sexo (si es que George sabe lo que es eso)

Maite Rico (1), obediente a las órdenes del divino maestro, trueca, cambia y altera los apelativos sobre Posada, con la misma alegría que Esperanza Aguirre lanza un «Viva Cuba Libre», tal vez en clara referencia a su bebida favorita, que mira por dónde, es también, y desde hace lustros la del mercenario «anticastrista», pizpireto denostador en verso de los «maricones modernos». Maite Rico, como Condolezza Rice, confunde a su marido con el presidente de A Toda Prisa Hay Que Hundir a Castro, resbalando en la yema de huevo cuando de utilizar la verdad se trata. Posada, para ella, para la opinión española, tan serena y rigurosa, es un simple ciudadano cubano que protesta contra la dictadura del barbudo Fidel, ordenando poner bombas en aviones y hoteles, pero eso es «anticastrismo». Ergo, Maite convendrá conmigo en que los miembros de Al Qaeda son entonces una estupenda gente antibushista, que confundieron la estación de Atocha con el Metro de Nueva York. Las Brigadas Rojas eran una pandilla de amigos que profesaban una más que comprensible «antidemocraciacristianismo», y los soldados yanquis que torturan para su placer a los prisioneros irakíes, afganos o chicanos, forman parte de un ejército «antiterrorista». Así de claro, Maite. Olé tus ovarios.

Sin embargo, desde el cielo, Jesús del Gran Poder bendice. Y Esperanza bebe los vientos por Aznar. Ambos podrían protagonizar un excelente drama psicológico a lo Tennessee Williams, en el que el archimillonario amigo del golpista Gustavo Cisneros, amigo íntimo a su vez del terrorista Carriles, o de Orlando Bosch, que también presume de «anticastrismo» matando civiles indefensos, copulan alegremente entre el jolgorio de sus invitados: Pedro Jota, Vargas Llosa, Zoe Valdés y demás elementos de la intriga antirrevolucionaria, allá donde exista una revuelta contra el fascismo que hoy representa, indudablemente, el gobierno de los EEUU. Al final, como era de esperar, éstos más que acérrimos y mutuos enemigos, El Mundo y El País, yacen y pastan del mismo vertedero. La inmoralidad los ha unido en sagrado vínculo matrimonial.

Jesús del Gran Poder medita acerca de su impotencia. Llama a sus socios más radicales (a los que no importa en absoluto la mentira más soez) para que le ayuden a defenestrar al «maldito Hugo Chávez». Sus imparables negocios tienen una meta bien definida, marcada por un brillante muchacho que registró la marca Microsoft hace bastantes años. Le odia. ese mequetrefe debe caer también. Mis amigos de la IBM, refunfuña Jesús, aplaudido de cerca por Ceberio, Cebrián y Estefanía, no me perdonarían que cambiara mi Apple por Windows. ¡¡ Bill Gates debe caer¡¡, grita desaforado el Gran Jesús entre el alborozo de sus arcángeles.

Jesús del Gran Poder debe hacer honor a su nombre y maquina hasta cuando ronca. Su tímida consorte, una de las hijas de Eduardo Barreiro, industrial de lujo que dejó España para ayudar a la economía cubana, calla sumisa porque es una esposa de la vieja guardia, incapaz de salir a la palestra para decir lo que piensa.

Jesús tiene un único obtetivo: dominar la opinión pública. Hundir a los disidentes fue una de sus estrategias mejor cumplidas, desde que Cebrián abandonara la TVE para embarcarse en la nave de El País: un diario independiente. El chiste es celebrado hasta en la Moncloa, donde Fraga Iribarne, que estaba de visita, abraza a Juan Luis y le saca unas cuantas acciones de la empresa, que no para de obtener beneficios políticos de su apoyo mediático al partido que fuere, independientemente de quien haya ganado las elecciones. Todo depende de cómo se comporte el gobierno de turno con sus ambiciones empresariales.

Jesús del Gran Poder ha creado un cielo, un infierno, un purgatorio y un limbo perfectos. En el primero. se hallan los miembros de la grey del Gran Balido. En el segundo, los diablos incorregibles comunistas, anarquistas, o simplemente, ángeles caídos con la verdad en la boca. En el tercero, penan las almas que alguna vez osaron enfrentarse a él y a su Imperio. Y en el cuarto están casi todos los colaboradores del País, de Anal Plus, de Cojecable, de la editorial Juan De La Cruz, del Poder Rosa y de una interminable lista de voluntarios ciego-sordo-mudos.

Pero los imperios caen, oh poderoso Jesús. Te falta aún un Pontífice, un Papa como Ratzinger (qué envidia te dio esa foto del ex cardenal con el brazo en alto al lado de la horda nazi), pero no te preocupes que acabo de enterarme que está a la venta. Lanza una OPA hostil contra el Vaticano y quédate ya con todo. Hasta el Espíritu Santo, esta vez en forma de pichón, se pondrá a tiro para que le dispares duro y al corazón. Estás convencido de que hasta Dios debe firmar por Prisa. Pero ¿y luego, qué?.

(1) Ver «La bestia negra de Fidel». Maite Rico. El País. 18 de mayo de 2005