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Juan Torres López censurado en «El País»

Fuentes: Rebelión

Parece increíble pero es así. El diario global-imperial ha vuelto a hacer de las suyas. «Alemania contra Europa» es el título de un artículo de Juan Torres López [JTL] inicialmente publicado en El País (de Andalucía) con fecha 24 de marzo de 2013. JTL da en él y defiende explicaciones y tesis tan razonables como […]

Parece increíble pero es así. El diario global-imperial ha vuelto a hacer de las suyas. «Alemania contra Europa» es el título de un artículo de Juan Torres López [JTL] inicialmente publicado en El País (de Andalucía) con fecha 24 de marzo de 2013. JTL da en él y defiende explicaciones y tesis tan razonables como las siguientes:

Es muy significativo, señala, «que habitualmente se hable de «castigo» para referirse a las medidas que Merkel y sus ministros imponen a los países más afectados por la crisis». Con la terminología usada están señalando a «sus compatriotas que tienen que castigar nuestra irresponsabilidad para que nuestro despilfarro y nuestras deudas no los paguen ahora los alemanes». El razonamiento es incorrecto, apunta JTL, porque los verdaderos irresponsables «no han sido los pueblos a los que Merkel se empeña en castigar sino los bancos alemanes a quienes protege y los de otros países a los que prestaron, ellos sí con irresponsabilidad, para obtener ganancias multimillonarias».

La descripción de lo sucedido la resume del modo siguiente: 1. Los grandes grupos económicos europeos establecieron un modelo de unión monetaria muy imperfecto y asimétrico «que enseguida reprodujo y agrandó las desigualdades originales entre las economías que la integraban». 2. Gracias a su enorme capacidad inversora y al gran poder de sus gobiernos, sus grandes corporaciones lograron apropiarse de gran cantidad de empresas e incluso de sectores enteros de los países de la periferia, como España, causando «grandes déficits comerciales en éstos últimos y superávit sobre todo en Alemania y en menor medida en otros países». 3. Las políticas de los gobiernos alemanes concentraron «aún más la renta en la cima de la pirámide social, lo que aumentó su ya alto nivel de ahorro. De 1998 a 2008 la riqueza del 10% más rico de Alemania pasó del 45% al 53% del total, la del 40% siguiente del 46% al 40% y la del 50% más pobre del 4% al 1%». 4. Todo ello puso «a disposición de los bancos alemanes ingentes cantidades de dinero». En lugar de dedicarlo a mejorar la situación de los niveles de renta más bajos, «lo usaron -unos 704 mil millones de euros hasta 2009, según el BIP- para financiar la deuda de los bancos irlandeses, la burbuja inmobiliaria española, el endeudamiento de las empresas griegas o para especular», lo que fue causa de que, por una parte, la deuda privada en la periferia europea se disparase y, por otra, «que los bancos alemanes se cargaran de activos tóxicos (900.000 millones de euros en 2009)». 5. Al estallar la crisis, los bancos de Deutschland über alles «se resintieron gravemente pero consiguieron que su insolvencia, en lugar de manifestarse como el resultado de su gran imprudencia e irresponsabilidad (a la que nunca se refiere Merkel), se presentara como el resultado del despilfarro y de la deuda pública de los países donde estaban los bancos a quienes habían prestado». La deuda quedaba en los balances de los bancos deudores. 6. Angela Merkel se erigió en defensora de sus banqueros. Para ayudarles puso en marcha dos estrategias. «Una, los rescates, que vendieron como si estuvieran dirigidos a salvar a los países». En realidad consisten en darle dinero a los gobiernos «que pagan los pueblos para traspasarlo a los bancos nacionales para que éstos se recuperen cuanto antes» y paguen a los bancos alemanes. 7. La segunda estrategia. «impedir que el BCE cortase de raíz los ataques especulativos contra la deuda de la periferia para que al subir las primas de riesgo de los demás bajara el coste con que se financia Alemania».

JTL apunta ahora una comparación que no es identificación desde luego: «Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse su espacio vital económico«. JTL no habla de ningún enfrentamiento bélico como es obvio, ni señala ninguna igualdad entre H y A. La política defendida por Frau Merkel nos castiga, añade, «para proteger a sus grandes empresas y bancos» y también, y el punto es muy importante, «para ocultar ante su electorado la vergüenza de un modelo que ha hecho que el nivel de pobreza en su país sea el más alto de los últimos 20 años, que el 25% de sus empleados gane menos de 9,15 euros/hora», o, como ya ha señalado anteriormente, «que a la mitad de su población le corresponda un miserable 1% de toda la riqueza nacional».

Las palabras finales del artículo, que pueden o no compartirse: «La tragedia es la enorme connivencia entre los intereses financieros paneuropeos que dominan a nuestros gobiernos, y que estos, en lugar de defendernos con patriotismo y dignidad, nos traicionen para actuar como meras comparsas de Merkel».

Este artículo del reconocido catedrático de Economía ha sido censurado en la web del diario.

El propio autor ha publicado una nota sobre la censura:

«Ante la retirada de mi artículo Alemania contra Europa de la web de El País quiero manifestar lo siguiente: Sin entrar a valorar la decisión del diario, lamento que se interprete que la tesis de ese artículo es comparar a la señora Merkel con Hitler, tal y como algunas personas están dando a entender en la red. Lo lamento porque creo que es evidente que de ninguna manera son personas comparables o que sus políticas sean igual de dañinas. Y, sobre todo, porque creo que de ninguna manera se puede deducir esto último de mi texto. Es más, creo que interpretarlo así solo sirve para desviar la atención sobre el fondo de mi artículo que es claramente otro.» [la cursiva es mía]. Añade JTL: lo escrito es «la comparación de dos hechos históricos lamentables aunque de desigual factura, y no como la equiparación de dos líderes políticos».

JTL lamenta «que haya que hacer este tipo de comparaciones que involucran a un pueblo al que admiro, pero creo que los europeos tenemos la obligación de recodarnos el daño tan grande que ya en otras ocasiones nos hicimos por darle prioridad a los intereses financieros y de las grandes corporaciones, como creo que está sucediendo ahora». Él mismo ha lamentado en otros artículos «que Alemania no recuerde lo que sufrió por las reparaciones de guerra que tan injusta y equivocadamente le impusieron otras potencias europeas». Generosamente concluye JTL: «Lamento finalmente los problemas que estas interpretaciones hayan ocasionado al diario y a sus lectores y lectoras, y que éstos no puedan seguir leyéndolo en la web».

¿Hay alguna identificación de A con H en el artículo del autor? En absoluto. Hay, obviamente, una crítica bien formulada que apunta, que quiere señalar las dimensiones y los peligros del abismo al que algunas fuerzas quieren llevarnos y las causas que dan cuenta de la situación actual.

¿Una reflexión así debe ser censurada por un diario que se las da de liberal y democrático? ¿Qué presiones ha podido recibir? ¿De quién?¿De qué poderes fácticos?

 

 

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

 

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.