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Continúa el enfrentamiento PP-Prisa

La auténtica interpretación de las palabras de Jesús de Polanco

Fuentes: Rebelión

La polémica entre el Partido Popular y el grupo empresarial Prisa continúa seis días después. El pasado día 22 de marzo se celebró en Madrid la Junta de Accionistas del Grupo Prisa. Para poder acudir a una junta de accionistas de una entidad como Prisa hay que ser titular de un gran número de acciones, lo […]

La polémica entre el Partido Popular y el grupo empresarial Prisa continúa seis días después. El pasado día 22 de marzo se celebró en Madrid la Junta de Accionistas del Grupo Prisa. Para poder acudir a una junta de accionistas de una entidad como Prisa hay que ser titular de un gran número de acciones, lo que quiere decir que todos los asistentes eran ricos y, por lo tanto, de derechas. Esto no merece más comentarios.

Uno de los accionistas de aquel selecto grupo interpeló a Polanco, pero no para lamentarse de la falta de rentabilidad de su inversión, sino de que el grupo Prisa esté percibido «como una fuente de poder partidista». el Presidente del emporio aseguró que el grupo de comunicación intenta «ser neutral», pero es «muy difícil serlo cuando a una de las partes le vale todo para recuperar el poder» y si la derecha «recupera el poder, van a venir con unas ansias de revancha que me dan mucho miedo». A continuación, Jesús de Polanco aseguró que si hubiera un partido «de derechas y laico, lo apoyaríamos porque es lo que hace falta en este país«. De lo cual hay que concluir:

Primero: lo que desea Jesús de Polanco es amparar a un partido de derechas (como ya hace en Venezuela, Colombia, Bolivia…). Segundo: si no favorece al PP es, sobre todo, por conflictos de índole empresarial (adjudicación de emisoras, publicidad institucional, libros de texto…). El grupo Prisa tampoco apoya al PP debido a que el resto de los medios de comunicación ya lo hacen, dejando vacante un importante «nicho de mercado» compuesto por los votantes del PSOE, espacion que ha ocupado el grupo Prisa y que  le resulta económicamente muy rentable. En menor medida, tampoco lo apoya porque el partido de Aznar es, sin duda, un partido de corte franquista, violento y autoritario.

Y tercero: lo que el Presidente del grupo Prisa lamenta de todo corazón es tener que dar cobertura al actual gobierno de Zapatero, que considera demasiado radical y revoltoso, sobre todo comparado con la niña de su ojos: Felipe González.

En conclusión, desconozco el motivo del enfado de los dirigentes del PP (su reacción posterior, a lo sumo, da la razón a Polanco) cuando realmente los ofendidos deberían ser los lectores de El País y los oyentes de la cadena Ser al saberse traicionados, puesto que a la mínima oportunidad el grupo Prisa «apoyará» a un partido de derechas, laico pero, al fin y al cabo, de derechas.