La comuna santafesina de Arequito prohibió el uso de los productos fitosanitarios catalogados por el Senasa como «Banda Roja», que desde hace años son denunciados como cancerígenos por pobladores del cordón agrícola argentino. Un fabricante de agroquímicos puso el grito en el cielo judicial, pero el planteo fue rechazado. Desde el riñón sojero argentino surgió […]
La comuna santafesina de Arequito prohibió el uso de los productos fitosanitarios catalogados por el Senasa como «Banda Roja», que desde hace años son denunciados como cancerígenos por pobladores del cordón agrícola argentino. Un fabricante de agroquímicos puso el grito en el cielo judicial, pero el planteo fue rechazado.
Desde el riñón sojero argentino surgió una ordenanza sin precedentes en el país que limita el uso de agroquímicos fundamentándose en los daños que pueden generar en la salud de la población. Se trata de una iniciativa pionera que instruyó la Comuna de Arequito, en Santa Fe, prohibiendo, entre otras cosas, coadyuvantes que se utilizan junto al glifosato.
Juan Pablo Larrambebere, presidente de la Comuna, explicó que la ordenanza de fitosanitarios se modificó «en base a un trabajo que se realizo en la localidad, con profesionales de la salud, agrónomos y técnicos del (Instituto Nacional de Tecnología Agrícola (INTA).
«Prohibimos algunos de los productos que nosotros considerábamos más perjudiciales o que podrían afectar la salud de nuestra población y el medio ambiente», sostuvo Larrambebere y detalló que se decidió limitar el uso de los «más tóxicos» entre los que enumeró «los fitosanitarios de banda roja y los coadyuvantes a base de nonilfenol etoxilado que se aplican en los tanques de fumigación (para potenciar al glifosato)».
Arequito, que tiene cerca de 7.500 habitantes, se autoproclama como el «Centro Sojero del País», con unas 50 mil hectáreas que en su inmensa mayoría están sembradas por esta oleaginosa, por lo que la ordenanza que data de enero pero que tomó revuelo público esta última semana de marzo adquiere un peso todavía más fuerte.
De acuerdo a la ordenanza, todos los productores agropecuarios que cultiven lotes rurales dentro de los 500 metros en torno a la zona protegida (que incluye el área urbana y también suburbana), donde se apliquen agroquímicos están obligados a comunicar con 24 horas de antelación cuándo van a fumigar.
La comuna, entonces, asigna un veedor que se presenta ese día al horario indicado y verifica la existencia de vientos en una dirección contraria a la zona urbana al momento de producirse la aplicación, además de controlar los productos que se van a utilizar.
El uso de los pesticidas potenciados por los coadyuvantes cerca de las poblaciones puede generar -de acuerdo a innumerables informes y denuncian que lo respaldan- diferentes típos de cáncer, además de reducción de la fertilidad, problemas en los embarazos y hasta muertes. De hecho, a fines del año pasado se hizo público un caso de la ciudad santafesina de Firmat en que una mujer perdió un embarazo luego de una fumigación con glifosato en las inmediaciones de su casa (Video http://www.youtube.com/watch?
La Justicia dijo «No»
Tras la ordenanza de Arequito, el fabricante de agroquímicos SpeedAgro intentó dar curso a un recurso de amparo en la Justicia, alegando que la medida sería inconstitucional.
Sin embargo, la Cámara en lo Contencioso Administrativo N°2 de Rosario rechazó el pedido cautelar y ratificó la ordenanza 965 de protección del medioambiente y la población.
SpeedAgro tiene su complejo industrial ubicado en la ciudad santafecina de Sauce Viejo. La firma intentó plantear judicialmente que la Comuna se extralimitó en sus potestades al prohibir lo que no veta el mismo Senasa o la ley santafesina de Fitosanitarios.
El rechazo judicial se fundamentó en que las normas nacionales o provinciales fijadas son un piso para que eventualmente las autoridades locales puedan determinar medidas todavía más eficaces para proteger a su población de daños ambientales.
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