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La destrucción del sistema de C y T argentino

Fuentes: Rebelión

Con la Resolución 10/2025, el Gobierno nacional avanzó sobre el sector científico y universitario.

“Resulta imperioso que la evaluación de los programas se realice verificando su correlato con el Plan Estratégico definido para el 2024-2025, el cual tiene su eje en la redefinición y reorientación de las estructuras institucionales y sistemas de evaluación relacionados con la gestión del conocimiento y la promoción de la ciencia y la tecnología, con una política orientada a la generación de conocimiento y el desarrollo de tecnologías al servicio del crecimiento económico y desarrollo estratégico del país, con asiento en las temáticas de agroindustria, energía y minería, economía del conocimiento y la innovación y salud”, plantea la Resolución 10 de la Jefatura de Ministros, liderada por Guillermo Francos, a cargo de la Secretaría de Ciencia.

Y continúa: “Que, en este sentido, corresponderá dar por finalizados aquellos programas cuyos objetos no encuentren asidero en el citado Plan Estratégico. Que las medidas que se adopten deberán realizarse procurando soluciones que reduzcan las contingencias presentes y futuras para el ESTADO NACIONAL y en definitiva de todos los argentinos, minimizando los riesgos y costos a su mínima expresión”.

En ese marco, aceptarán solo las que estén desarrolladas en un valor mayor al 30% de ejecución. El resto entrará “en revisión” o directamente se cerrará. Siempre y cuando no sean los temas de interés del gobierno. El cambio climático, en medio de olas de frío récord e incendios que azotan lugares como Los Ángeles, es uno de los temas considerados “no estratégicos”.

Según el gobierno, ajustarán $ 1.867 millones destinados a investigación en 70 programas sociales. Desde el organismo explicaron que esos programas “no cumplen con el grado de pertinencia y aporte efectivo al desarrollo” del área. En algunos casos hasta se exigirá la devolución del dinero destinado.

La Federación de Docentes Universitarios (FEDUN), la de Sindicatos Universitarios de América del Sur (FESIDUAS) y la Federación Latinoamericana de Trabajadores Científicos (FEDLATCI) expresaron “su más enérgico repudio a la Resolución 10/2025 emitida por el Gobierno Nacional”.

“Dicha Resolución plantea la eliminación de las investigaciones científicas relacionadas con las ciencias sociales, el medio ambiente y el calentamiento global entre otras, lo que representa un ataque directo al avance del conocimiento y un grave retroceso en las políticas públicas orientadas al desarrollo sostenible y la soberanía científica nacional, afirman. Esta medida refleja una postura negacionista que desconoce la importancia estratégica de la ciencia y la tecnología para abordar los desafíos globales y locales”.

Completan advirtiendo por las “graves consecuencias” de esta decisión “que compromete directamente la estabilidad laboral y el desarrollo de las carreras profesionales de las trabajadoras y los trabajadores de la investigación y la ciencia argentina”.

Y hacen un llamado “urgente” a la comunidad universitaria, científica y al conjunto de la sociedad “a mantenerse alerta y movilizada en defensa de la educación pública, la ciencia y la tecnología, pilares esenciales para el progreso y el futuro de nuestra nación y el bienestar del pueblo argentino”.

«Hay una decisión política de terminar con el sistema de Ciencia y Tecnología de la Argentina»

El decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Guillermo Durán, advirtió que el ajuste a las universidades nacionales “es para todos y todas”, luego que amparado en la Ley Bases y en el decreto 70/23, que el Senado declaró inconstitucional y Diputados nunca llegó a tratar, el gobierno de Javier Milei parece decidido a avanzar durante 2025 en la destrucción del sistema científico y tecnológico nacional eliminando “investigaciones científicas relacionadas con las ciencias sociales, el medio ambiente y el calentamiento global, entre otras”.

Para Durán, esta decisión del Gobierno “es una reafirmación de lo que hemos vivido este año, justamente desfinanciar todos los programas de ciencia”.

“De alguna forma están generando una herramienta para blanquear lo que están haciendo desde que asumieron. El ajuste es parejo para todos y todas. No es que hay una política en la que se priorizan unas áreas y otras se desfinancian. Nos condena a un fracaso absoluto como país”, aseguró el decano.

“Hemos perdido entre 25.5 y 30% del valor real de nuestro salario en un año de gobierno de Milei. Es una decisión política, ya no económica, de desfinanciar estas áreas. Lo que hay es una decisión política de terminar con el sistema de ciencia y tecnología de la Argentina y con el sistema de universidades públicas de calidad que nos han destacado siempre como país”, remarcó.

“Esta gente decidió terminar una serie de programas muy buenos para la Argentina. El daño que están haciendo puede llevar muchos años recuperarlo”, cerró.

Lo que están haciendo con la ciencia es realmente una tragedia”

Por Pablo Esteban

Aunque el video de su discurso se viralizó esta semana, Valeria Edelsztein comunica ciencia desde muchos años. De hecho, esta química del Conicet se destaca como una de las divulgadoras más importantes del país. No por casualidad fue distinguida con el premio “Científicas que cuentan” en la Embajada de Francia. A lo largo de su trayectoria, escribió libros (Contemos historias, Sudamericana), contó historias en podcasts y participó en ciclos televisivos (La Liga de la Ciencia, TV Pública). ¿El denominador común? En todos los casos, Edelsztein comparte el conocimiento como nadie. Es clara, rigurosa y contundente. Atributos que puso a funcionar en la lectura del texto que cuestionó con dureza la destrucción del sistema científico y tecnológico protagonizada por su titular Daniel Salamone.

En este diálogo, cuenta detalles sobre las repercusiones, ofrece su perspectiva sobre cómo debería ser la resistencia del sector con clave en la comunicación, al tiempo que opina sobre el negacionismo que une a Milei con el que sostienen otros jefes de Estado como Donald Trump.

-Luego de su discurso, ¿pudo hablar con Salamone? ¿Alguien del Gobierno la convocó?

-No, nada parecido. No hubo respuesta, acercamiento ni intento de hablar alguno. Incluso en ese momento tampoco: bajé del escenario y siguió el acto porque había otras galardonadas, a las que sinceramente espero no haberles arruinado la alegría. No es la primera vez, de cualquier forma, que vemos estas expresiones públicas de repudio a Salamone. Él siempre actúa de la misma manera, se queda escuchando sin mover un músculo y luego sigue con su vida. Fuera de eso, tuvo una repercusión que no esperaba bajo ningún concepto, porque tuve un montón de muestras de apoyo y de cariño. Mucha gente se sintió interpelada por las palabras.

-Es que la comunidad científica está siendo muy atacada desde la asunción de este gobierno.

-Sí, por eso, el hecho de que estuviera ahí y dijera esas palabras fue una contingencia, pero hay que saber que se trata de una demanda colectiva. El sector científico y tecnológico resiste desde hace meses, de la misma manera que también lo hacen otros sectores, como los jubilados, la salud y la educación públicas, y tantos actores más. Esto no es una persona o un caso aislado.

-Uno de los aspectos que más se destacaron por estos días fue la valentía que tuvo al decir todo lo que dijo en frente del propio presidente del organismo. El mismo que entregaba el premio…

-Cuando me enteré de que me iban a entregar un premio y que iba a tener la posibilidad de hablar dos minutos ante la presencia de Salamone, pensé automáticamente que tenía una oportunidad. Si me subía y tan solo agradecía el reconocimiento me convertiría en alguien muy hipócrita, porque me siento parte activa de la lucha contra la destrucción de la ciencia. Creo que era el momento para aprovechar y decírselo en la cara; para mencionar con nombre y apellido a los responsables.

-Precisamente, su discurso llegó cuando no hay muchas voces que se animen a esta clase de denuncias contra el gobierno.

-Por eso creo que circuló tanto. Ojalá este puntapié ayude a que las voces se multipliquen. Algunas veces, cuando la lucha se prolonga durante mucho tiempo y cuesta ver avances, uno se cansa y también hay que cuidarse, la salud de cada quien es primordial. Quizás esto ayude a tomar un poco más de fuerzas y de envión para, otra vez, salir a pelear. Por otro lado, muchas personas no se animan a decir las cosas directamente, pero muestran su apoyo mediante redes sociales, con un like o un comentario. Pienso que también es una forma de expresarse.

-¿Cree que quienes no pertenecen a la comunidad científica comprenden lo que sucede con la ciencia?

-En principio pensaba que sí, que la gente conocía lo que está pasando el sector. Las marchas universitarias que tuvimos, o el Festival Elijo Crecer que hicimos hace un tiempo, me daban la pauta de que el reclamo excedía a los de siempre. Sin embargo, ahora me di cuenta de que quizás no. De hecho, muchísima gente se acercó luego del discurso y la viralización del video a decirme justamente que no conocía la gravedad del asunto. Esto nos presenta un reto: evidentemente necesitamos contarlo más, porque no se dimensiona el daño que se está causando a corto, mediano y largo plazo. Comprender que no solo se destruye a la comunidad científica, el trabajo de un sector chico o lo que fuere. Por el contrario, la relevancia de la producción de conocimiento es un pacto social, es algo que debería importar a todas las personas que habitan este país.

-Quizás el mensaje no llegue de la forma en que se espera porque, como parte de su estrategia, el Gobierno abre muchos frentes de disputa al mismo tiempo.

-Coincido, hay muchas situaciones trágicas que están transcurriendo en simultáneo. Por eso, es muy comprensible que la gente también esté viendo cómo afrontar lo que sucede con otras de sus prioridades. Aprovechar este ratito de mucha exposición para mostrar lo que pasa con el sistema científico y tecnológico puede ayudarnos a volver a poner el tema en agenda. Es cierto, nunca se fue de nuestra propia agenda, pero quizás sí se diluye entre todos los problemas que enfrenta la sociedad. Al mismo tiempo, pienso que los científicos y los universitarios tenemos que acompañar otros reclamos, y no quedarnos solo reivindicando lo nuestro. Adquiere otro color la lucha cuando es colectiva.

-Superar la endogamia del campo científico. En su discurso, hay una frase contundente: “Salamone y su gente no entienden a la ciencia argentina como propia”. Aunque el gobierno de Milei se presenta como novedad, esto ya pasó con otras gestiones.

-Lo vivimos, por ejemplo, durante los ’90 cuando Cavallo nos mandó a lavar los platos. El Gobierno que está ahora dijo todo lo que iba a hacer antes de asumir; ni siquiera son decisiones movidas por una cuestión económica. Esto es algo que ya afrontamos y que estamos volviendo a vivir. El ajuste del macrismo también se sintió y provocó que en aquel momento mucha gente se fuera del país. La cantidad de personas, de profesionales, que hoy está pensando en irse es enorme. Recuperar esos recursos será difícil; el Estado apostó a su formación a través de las universidades públicas, y probablemente nunca vuelvan si deciden marcharse. Hay casos de científicos que habían sido repatriados y que, en la actualidad, otra vez sienten que los están echando de su propio territorio. Realmente a este gobierno no le interesa la ciencia, no le importa; está convencido de que lo valioso viene dado por lo que decide el mercado. Lo que no saben es que hay muchísimas cuestiones en las que el mercado no asoma ni la nariz.

-¿Cuáles?

-En el discurso hablé del Chagas porque es uno de mis ejemplos favoritos. El mercado la entiende como una enfermedad de pobres, para países pobres, por lo que poco le importa cuántos se mueren a causa de ella. Al no ser rentable, no pasa nada. Ahora bien, ¿el Estado dirá que el combate de este problema de salud pública es en vano porque el mercado decidió que así fuera? La respuesta de los libertarios probablemente sea ‘Sí’, por eso, sostengo que es una discusión de base moral. No tenemos premisas compartidas; me cuesta muchísimo realmente entender cómo piensan. Es un ejercicio que trato de hacer todo el tiempo, pero no siempre sale. Lo que están haciendo con la ciencia es realmente una tragedia.

-Lo que da un poco de vértigo son las conexiones que unen al negacionismo local con el internacional. Volvió Trump…

-Que nosotros tengamos un presidente negacionista del cambio climático, que tengamos legisladores que son antivacunas; y que en Estados Unidos y otras partes del mundo ocurra más o menos lo mismo es sumamente peligroso. Con el poder que tienen es un peligro que necesitamos dimensionar porque vamos a tener nuevos brotes de enfermedades. El cambio climático seguirá avanzando si no hay un acuerdo internacional que permita combatirlo de alguna manera. Y eso, como sabemos, va a provocar que quienes son más vulnerables sufran más. Aparecerán nuevas enfermedades y se profundizarán algunas que ya tenemos. Claramente necesitamos gente muy formada que pueda pensar nuevas formas de lidiar con esta transformación del mundo y todos los cambios que vamos a vivir en las siguientes décadas. Hay un oscurantismo a nivel general que realmente me angustia muchísimo y genera impotencia.

-Usted fue distinguida por el modo en que difunde conocimientos. ¿Qué es lo más disfruta de comunicar y por qué?

-Creo que contar historias es necesario para poder entender a la ciencia en su contexto y para poder cuestionar una imagen muy arraigada que la define en términos de objetividad. Así como también, esa idea de que está hecha solo por personas brillantes con mentes maravillosas. En verdad, el conocimiento se parece más a una construcción colectiva, atravesada por grupos con motivaciones e intereses; que las ideas son hijas de su época y que, aunque a veces se encarnan en algunas personas, están plagadas historia. Si no eran Newton o Einstein serían otros los responsables; tenemos que olvidarnos de los nombres propios y comenzar a pensar el tema como algo que se hace en conjunto. Porque es eso: algo de todos y todas.

Un discurso contra el brutal ajuste en ciencia, en la cara del director del Conicet

El presidente del Conicet, Daniel Salamone, continúa recolectando repudios en cada acto que comparte con científicos y científicas del organismo que representa. Esta vez, fue en ocasión del reconocimiento entregado a Valeria Edelsztein, investigadora y divulgadora, que fue distinguida con el premio “Científicas que Cuentan”. 

Es la tercera edición del premio Científicas que Cuentan que entregan el Conicet, Sanofi y el Institut français d’Argentine- Embajada de Francia. Distingue anualmente a mujeres que, al interior del sector científico y tecnológico, llevan adelante una labor destacada en la comunicación pública de la ciencia, la salud, la tecnología y la innovación. La Edición 2024 es en homenaje a Christiane Dosne Pasqualini y Edelsztein obtuvo una distinción en la categoría “Trayectoria”. Como resultado, realizará un viaje de trabajo a Francia.

«No vamos a dejar que destruyan lo que es de todos»

En otro pasaje, en un discurso que duró poco más de dos minutos, apuntó: “Están reconociendo una labor que muchas veces es ninguneada. La comunicación de la ciencia muchas veces no tiene el lugar que merecería y es esencial, especialmente en tiempos como los que estamos viviendo ahora. El negacionismo se volvió protagonista, impulsado por el gobierno nacional y sus cómplices”.

Edelsztein en redes sociales es conocida como @ValeArvejita y en la actualidad destaca como una de las personas que mejor cuenta los avances científicos de Argentina. Ha participado de ciclos televisivos como La Liga de la Ciencia (TV Pública), así como también ha publicado libros como Contemos historias (Sudamericana) y participado de podcasts. Una auténtica todoterreno del campo de la comunicación pública de la ciencia.

Bajo esta premisa, continuó con su discurso enfatizando la relevancia de la ciencia local. “Son investigadores hoy en actividad los que lograron la primera formulación pediátrica contra el Chagas; las que investigan la Galectina para combatir el cáncer; los que mejoran la detección del dengue; las que recopilan las historias de nuestro pasado; las que recuerdan a nuestros caídos en Malvinas. Para contar ciencia, necesitamos que haya ciencia y no vamos a dejar que destruyan lo que es de todos”.

Luego aprovechó e hizo alusión a las glorias del pasado: “La ciencia argentina nos dio tres premios Nobel; nos dio a Eugenia Sacerdote de Lustig y su lucha contra la polio; a Sara Rietti y su defensa de la ciencia para y por los latinoamericanos; nos dio a Salvador Mazza que se ocupó del Chagas, una enfermedad de pobres, en países pobres que no le importan al mercado”. Y remató: “No tenemos que olvidarnos que somos los humildes herederos de todas esas personas y que este gobierno ni siquiera pudo mencionar en su saludo por el Día del Investigador Científico porque no los siente como propios”.

Milei contra los científicos

Algo no se puede ocultar: lo que el gobierno libertario está haciendo en el campo de la ciencia y tecnología no tiene precedentes. Milei trae un aire novedoso precisamente por el ensañamiento que manifiesta contra el Estado y con todo lo que representa. Y mucho más aún, si esa representación llega de parte de la ciencia y la universidad argentinas, dos emblemas locales en el mundo.

Según los datos que releva el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación, a un año del comienzo de la gestión de Milei, el presupuesto y los salarios de los trabajadores del área cayeron el 30 %; así como los subsidios entregados a actores del sector disminuyeron un 61 %. De la misma manera, se perdieron 2.696 puestos de trabajo desde diciembre de 2023, al tiempo que se paralizaron programas fundamentales como Equipar ciencia (brindaba nuevos equipamientos a los grupos de trabajo) y Construir ciencia (apoyaba la construcción de infraestructura). 

Una debacle con nombre y apellido que Edelsztein, esta vez, se encargó de mencionar.    

Vigilia del sector científico a un año del inicio del gobierno de Javier Milei

El martes 10 de diciembre, ATE Conicet organizó una vigilia en el Polo Científico y Tecnológico, ubicado en Godoy Cruz 2320 de la Ciudad de Buenos Aires.

A un año de la asunción de la gestión de La Libertad Avanza, continúa el reclamo por las altas de más de mil investigadores y personal de apoyo ya concursadas que no fueron efectivizadas, por el financiamiento de los proyectos PICT gestionados por la AGENCIA I+D+I, y el aguinaldo para becarixs, entre otros.

Durante la jornada también se rechazó el examen llamado de “idoneidad” impuesto por el gobierno al conjunto de trabajadores estatales como una manera más de hostigamiento y estigmatización.

Participaron de la vigilia: Cora Gamarnik, Tenor Obrero, Koufequin, La Calle no se Calla, Tachame la Doble, Ana Clara Moltoni, Mil Guitarras Para Víctor Jara y Samba Marta.

Milei defendió la privatización de la ciencia

Por Matías Hof

En su discurso en el Polo Científico, el presidente afirmó que pusieron “un candado al equilibrio fiscal y se tragaron las llaves” en referencia al recorte presupuestario que viene recayendo sobre los jubilados, los trabajadores y sus familias. La concentración de la propiedad de la tecnología en grandes empresas es una de las causas principales del aumento de la desigualdad social.

En su primera visita al Polo Científico, este lunes 2 de diciembre, Javier Milei aseguró que continuará su política de déficit cero durante el próximo año, profundizando el ajuste sobre los más vulnerables y recortando también la inversión estatal en ciencia. “No vamos a utilizar la política monetaria y fiscal para tratar de influir sobre el resultado electoral”, afirmó, al mismo tiempo que viene impulsando una reforma para privatizar las elecciones, eliminando el financiamiento público de las campañas electorales.

Dentro de su breve discurso afirmó que le pusieron “un candado al equilibrio fiscal y tragaron las llaves”, reafirmando su objetivo de ajustar sin importar el costo social. Horas antes de su exposición el Gobierno informaba que los medicamentos gratuitos dejarían de ser para todos los jubilados y sólo podrían acceder aquellos que integran ingresos muy por debajo de la línea de pobreza.

El Polo Científico fue históricamente la sede del Ministerio hasta que su gestión lo degradó a Secretaría, como parte de los ataques a la comunidad científica. El complejo es sede de la Semana de la Inteligencia Artificial, un evento que estará centrado en las exposiciones de grandes empresas, marcando cuál es la orientación del Gobierno en el área.

El mandatario destacó el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) y pidió explorar los nuevos horizontes de la tecnología, aunque marcó los riesgos que presenta “en manos incorrectas”. “No quisiera imaginar una inteligencia artificial súper poderosa en manos de un dictador comunista”, declaró Milei, mostrando una vez más su alineamiento con la derecha internacional.

También hizo una reflexión llamativa: “Le debo mucho dado que gracias a las imágenes que creaban mis seguidores con inteligencia artificial, nuestro mensaje de libertad llegó a más personas y así ganamos las elecciones con la campaña más austera de la historia de la humanidad. No teníamos un mango, así que todo dependía de lo que hacían nuestros seguidores en las redes”. Haciendo omisión de que fue el candidato con más minutos en la televisión en los últimos años y el gran apoyo empresarial que fue sumando durante el proceso electoral.

También fue parte de la inauguración de las jornadas Demian Reidel, jefe de Gabinete del Consejo de Asesores del Presidente. El funcionario afirmó que: “De las cuatro revoluciones industriales que hemos experimentado hasta ahora, todas han compartido una característica muy importante, que es el pánico a la pérdida irreversible de puestos de trabajo y a un estado de miseria posterior. Pero hoy nadie piensa que las computadoras fueron algo malo para nadie. No hay que pensar que la Inteligencia Artificial nos va a dejar sin trabajo”. Si bien el sistema a creado nuevos puestos de trabajo, el reemplazo de los perdidos no ha evitado que la desocupación aumente en todo el mundo y sobre todo que crezca la precariedad laboral. Pese a los avances tecnológicos la jornada laboral es la misma o más larga que hace 100 años.

Milei cerró su discurso afirmando que la inteligencia artificial “traerá inversiones” y anunció que “la próxima carrera será” la “desregulatoria”. Estas palabras hacen recordar las promesas de Mauricio Macri sobre la “lluvia de inversiones” que nunca ocurrió y fue reemplazada por el endeudamiento impagable con el Fondo Monetario Internacional. Las “desregulaciones” sólo podrán traer un agravamiento de la crisis social y del atraso del país mediante la reprimarización de la economía.

Conicet perdió 1055 trabajadores

Por primera vez en 20 años, el Conicet tiene menos personal. En lo que va de 2024, el principal organismo de investigación científica de la Argentina registró una pérdida de 1.055 trabajadores, entre los que se encuentran 598 investigadores de carrera, 457 becarios y personal administrativo. El retroceso actual no tiene equivalentes en la historia reciente del organismo.

Los datos se desprenden del último estudio de Evolución de Empleo y Recursos Humanos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, elaborado por el Grupo EPC-CIICTI. Esta caída, según expone el informe, se da en el marco de un descenso generalizado de puestos de trabajo en el sector científico público, en el que ya se perdieron 2.696 empleos, pasando de 75.051 en diciembre de 2023 a 72.355 en septiembre de este año.

En relación con lo sucedido en el Conicet, la investigación del Grupo EPC-CIICTI remarca: “Tras un crecimiento poblacional (en la cantidad de investigadores) sostenido hasta el año 2016, el organismo asistió a un estancamiento de su planta hasta el año 2021. El retroceso actual no tiene equivalentes en la historia reciente del organismo”. El Conicet representa por sí solo casi el 37 % del empleo en el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Además del Conicet, al estudiar individualmente todos los organismos de Ciencia y Tecnología, la reciente investigación identificó disminución de personal en cada uno de ellos: “Si bien los demás organismos no perdieron tantos trabajadores como el Conicet, se destaca la caída absoluta en INTI (-673). La Secretaría de ICT ha sufrido una importante reorganización que incluyó más de 131 bajas. Otros organismos como CNEA, el SMN y la Agencia I+D+i también presentan una contracción significativa de su planta en los últimos nueve meses”, destaca el informe.

En el informe se describe, además, que en diez meses, el gobierno de Milei redujo el empleo en el total de la Administración Pública Nacional en un 10,5 %, destruyendo 36.048 puestos de trabajo.

“En apenas 10 meses la nueva gestión se abocó a reducir la planta, iniciando los despidos en diciembre mismo, y dedicándose de allí en más a achicar de manera incesante la cantidad de puestos de trabajo en el sector, desarticulando capacidades estatales y comprometiendo la posibilidad de llevar adelante políticas públicas en los más variados ámbitos. Con ello a fines de septiembre de 2024 la planta se encuentra en un mínimo en la serie, alcanzando apenas los 307.305 puestos de trabajo”, puntualiza el informe del Grupo EPC-CIICTI.

Asimismo, los responsables del informe advierten que el único organismo de Ciencia y Tecnología que presenta un ligero incremento en la nómina de personal en los últimos 10 meses es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA, con +6), “aunque el organismo está impulsando procedimientos de retiros y jubilaciones en medio de una marcada crisis institucional”.

Fundado por las universidades nacionales de La Plata y San Martín, EPC-CIICTI se dedica al análisis e investigación en temas estratégicos. Daniel Filmus, Gabriela Dranovsky, José Luis Zárate y Fernando Tauber integran su Consejo directivo. En tanto, el Grupo EPC es dirigido por el doctor en Filosofía y Letras Nicolás Lavagnino y está formado por investigadores, analistas y consultores.

El Conicet y la fuga de cerebros

Miembros del directorio del Conicet e investigadores y trabajadores de ciencia se presentaron en Diputados para reclamar un aumento de las partidas. Según un informe del CIICTI, la función Ciencia y Tecnología del Presupuesto Nacional alcanza este año el mayor deterioro de la historia: cayó 31,3 % en términos reales y se ubicó en 0,216 % del PBI. Mientras tanto, ya empezó a gestarse la fuga de cerebros.

El concepto “fuga de cerebros” fue acuñado por la prensa británica en la década de 1960. Ya desde la campaña electoral se advertía que volvería a pasar y hoy es un hecho: científicos y científicas que no tienen oportunidades de seguir sus investigaciones en territorio nacional, producto de la decisión política de desfinanciar al sector, buscan hacerlo en otros países. Se van con la formación de la ciencia argentina a cuestas.

Esta situación tiene como paradoja la «plata guardada» por capricho del Ejecutivo nacional. Según admitieron funcionarios de Javier Milei, el Estado tiene 53 millones de dólares ya otorgados por organismos internacionales para ciencia, pero decide no usarlos porque «fueron aprobadas con anterioridad a este gobierno».

Como si el desfinanciamiento y el brutal ajuste no fueran suficiente, se conoció la renuncia del integrante del Directorio del Conicet en representación de las entidades del agronegocio, Manuel García Solá, quien habría sido «invitado a retirarse» por expresar sus diferencias por la persecución política e ideológica que ocurre con los becarios e investigadores del organismo.

La salida de García Solá dejó en evidencia el alineamiento total del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, con el presidente Javier Milei, puesto que el ahora ex dirigente hizo público que dio un paso al costado en contra de su voluntad y por un pedido expreso de Pino.

«Nunca podría callar mi voz cuando se intentara cometer algún acto de persecución por ideas científicas, políticas, religiosas, tecnológicas o las que fueran», expresó Solá en una carta y le advirtió a Pino que «jamás se alcanzó la libertad económica, en la que coincidimos y por la que bregamos en la SRA, sin libertad política, de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas del otro».

El ex integrante del directorio del Conicet marcó que se refería a la política desplegada por la Casa Rosada en el directorio del Conicet y ejemplificó con la respuesta a la pregunta 177 que dio el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su última visita al Senado, en la que explicita que la evaluación a los investigadores del organismo condiciona que «sean pertinentes los temas que trabajen», o sea, «que se va a someter a una segunda evaluación de corte político».

«Algo parecido ocurrió en las últimas semanas con algunos becarios y fue lo que me llevó a señalar que estaba en desacuerdo con esos procedimientos y, evidentemente, eso no gustó. A alguien no le gustó y se canalizó de la manera que se canalizó», volvió a dejar en claro la tarea encargada por la Casa Rosada al presidente de la SRA. 

El ex integrante del directorio también apuntó contra la paralización de los proyectos que se llevaban adelante desde el organismo y puso como ejemplo la asociación entre la Sociedad Rural, el Conicet, la Universidad Nacional de La Plata y Asociación de Criadores «para transformar nuestro laboratorio de genética aplicada en un centro de análisis e investigación genómica multiespecies que lleve a consolidar el liderazgo argentino en selección genética a nivel latinoamericano».

«Espero que, rápidamente, y a través de sus interlocutores con el actual gobierno se retome aquel ritmo que había logrado imprimirle a la relación», le reclamó a Pino.  

Discriminación ideológica en el Conicet

Desde ATE Conicet Capital manifestaron su repudio a todo tipo de discriminación política e ideológica en el CONICET y en el Estado en general. Es tras conocerse la carta de renuncia de Manuel García Solá, representante en el Directorio de las corporaciones empresariales del agro, a pedido de la Sociedad Rural Argentina, en la que denuncia que el gobierno nacional pretende imponer una persecución ideológica contra becarixs e investigadorxs en los procesos de selección.

En la carta de renuncia, dirigida al titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, García Solá aseguró que su dimisión no era voluntaria, sino que respondía a esa “persecución ideológica”.

En tanto, desde ATE Conicet Capital expresaron: “Repudiamos y rechazamos todo tipo de discriminación política e ideológica en el CONICET y en el Estado en general. El gobierno pretende iniciar un proceso de persecución ideológica en el Estado cuyo primer ensayo es Cancillería, donde lxs trabajadorxs recibieron por GDE una notificación llamándolos a renunciar si no acordaban con las ideas del gobierno. A su vez, agitadores del gobierno se encuentran propagandizando la idea de que se debe ‘depurar’ ideológicamente el Estado. En este contexto, la carta de García Solá resulta sumamente alarmante. Nuestro sindicato no va a aceptar ningún tipo de discriminación política o ideológica que mine la libertad de pensamiento y la democracia elemental que debe regir en todo organismo científico, en el Estado y en la sociedad en general. No vamos a permitir que conviertan al CONICET, que hoy es uno de los organismos científicos más reconocidos del mundo, en una usina libertaria. Exigimos el alta inmediata de quienes fueron seleccionadxs en los concursos de ingresos y que no se aplique ningún criterio discriminatorio ni en esta ni en futuras convocatorias”.

La ciencia argentina «en el límite del colapso»

El biólogo argentino Alejandro Nadra está preocupado porque tuvo que suspender algunos de sus experimentos sobre proteínas para prevenir enfermedades genéticas. El drástico ajuste presupuestario del gobierno de Javier Milei acorrala a la ciencia y abre las puertas a un éxodo de investigadores.

«Estamos en el límite del colapso», dice Nadra, rodeado de cajas y tubos de ensayo en el atiborrado escritorio de su laboratorio en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, cuna de tres premios Nobel en ciencias.

«Si no cambia algo, es muy cercano el momento en el cual se va a terminar de disgregar todo», advierte. 

El presidente «anarcocapitalista» Javier Milei, elegido a fines del año pasado en un contexto de inflación descontrolada (236% en agosto), emprendió inmediatamente una cruzada contra el gasto público.

Entre otras medidas, inició el año congelando los presupuestos de las universidades públicas y la investigación y, aunque hubo actualizaciones posteriores, el gasto real en Ciencia y Tecnología cayó 33% interanual en agosto, según el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación.

«La gente se está yendo, dejando de aplicar a becas o a cargos docentes porque no puede vivir de esto», dice Nadra.

El investigador, que trabaja también en el desarrollo de biosensores para detectar contaminantes como plomo o arsénico en el agua, explica que «discontinuar una de estas líneas implica que no van a tener aplicación, ni inmediata, ni a largo plazo».

Los salarios (en torno a 1,1 millones de pesos brutos, o alrededor de 1.100 dólares al cambio oficial) perdieron en junio entre 25% y 30% en términos reales respecto al año pasado, según un reporte de septiembre de la red de institutos de ciencia RAICYT.

«Es la primera vez que tenemos subsidios ganados y otorgados por los cuales no recibimos un peso y no solo que no lo recibimos, sino que nos dicen ‘no lo van a recibir'», cuenta la bióloga Edith Kordon, desde el laboratorio que dirige en el IFIBYNE, un instituto estatal dedicado a la fisiología animal, la biología molecular y las neurociencias.

Kordon y su equipo estudian semejanzas y diferencias entre lo que ocurre en la glándula mamaria normal y el tumor de mama, para encontrar mecanismos que permitan prevenir o curar el cáncer de mama.

«Es poca la plata que necesita un sistema científico para funcionar bien», destaca Kordon.

El exministro del área Lino Barañao (2007-2018) señaló recientemente que mientras Argentina invierte el 0,31% de su PBI en ciencias, Brasil dedica el 1,21%, Estados Unidos, el 3,45%, y Corea del Sur, el 4,9%.

En Argentina, la ejecución del presupuesto en Ciencia y Tecnología cayó, en términos reales, un 51% interanual a junio, de acuerdo a la RAICYT.

«Nunca en la historia reciente de Argentina hubo una reducción tan drástica del presupuesto» científico, afirmó Barañao.

La inversión estatal es la que permitió, por ejemplo, el desarrollo del trigo transgénico resistente a la sequía por parte de Raquel Chan, investigadora del Conicet, principal organismo científico argentino, con cientos de investigadores laureados.

Una de ellas, Florencia Cayrol, acaba de obtener el Global Research Award 2024 por su trabajo sobre hormonas tiroideas en terapias oncológicas.

Una ley de 2021 fija un aumento escalonado del presupuesto científico hasta alcanzar el 1% del PBI, pero este año la norma no se está cumpliendo y el gobierno propuso derogarla en 2025.

«Uno piensa en el colapso como una gran hecatombe y en realidad ya está sucediendo», dijo Kordon. 

El gobierno ajustó en poco más de 100.000 dólares la partida para el Conicet, una cifra que uno de sus investigadores, el físico Jorge Aliaga, consideró «irrelevante» para la necesidad del sector. «No cambia nada», dijo.

En marzo, un grupo de 68 nobeles científicos manifestaron en una carta pública su preocupación por «cómo el sistema argentino de ciencia y tecnología se acerca a un peligroso precipicio».

Al justificar los recortes, Milei apuntó contra «los supuestos científicos e intelectuales, que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores». 

«Si tan útiles creen que son sus investigaciones, los invito a salir al mercado como cualquier hijo del vecino, investiguen, publiquen un libro y vean si la gente le interesa o no, en lugar de esconderse canallescamente detrás de la fuerza coactiva del Estado», expresó.

«Lo que dijo es una burrada», sostuvo Alejandro Nadra, «históricamente todos los desarrollos tecnológicos estuvieron completamente o en gran medida apalancados por el Estado».

El apoyo estatal permitió desde el desarrollo de vacunas hasta el de antibióticos, como el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en el siglo pasado.

CONICET, INTA y CONAE en proceso de desguace

La inversión en el área de Ciencia y Tecnología por parte del Estado durante el año 2024 cayó un 32,9% respecto de la realizada en el 2023, lo que la convierte en la reducción más importante desde 1972, cuando se empezaron a medir esos fondos. De acuerdo con el último informe del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIITI), la ejecución acumulada a noviembre del presupuesto de ciencia y tecnología no se redujo de manera pareja en todo el territorio: algunas provincias tuvieron una disminución superior al 70% y en 13 distritos, al 50%.

De acuerdo con el análisis del CIITI, el CONICET tuvo un 20,8% menos de recursos, el INTA, un 23,6%; la CNEA, un 28,8%; los fondos para investigación de las universidades nacionales se contrajeron un 72,6%. La peor caída fue la de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (SICT) que declinó un 91,7%. En resumen, la función Ciencia y Técnica representa tan solo 0,208% del PBI (cuando había sido el 0,302% en el año 2023; y cuando debería haber alcanzado el 0,39% según la Ley 27.614).

“Hoy el Estado Nacional ha bajado un 30% el financiamiento de la ciencia llevándolo a niveles mínimos”, explica Roberto Salvarezza, presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires. Y enfatiza: “Los valores de inversión en Ciencia y Tecnología de Israel, Estados Unidos, la Unión Europea, son cuatro o cinco veces mayores al que tenemos nosotros. Por otro lado, en la Argentina contamos con tres investigadores por cada mil habitantes de población económicamente activa, los países desarrollados en cambio multiplican por cuatro esa cifra, tienen 12, 9. Nos superan ampliamente en financiamiento y en personal científico”. 

A esta debilidad argentina actual hay que sumarle el éxodo de científicos que está ocurriendo en la actualidad. “No vamos camino a lo que son los países desarrollados, lo que hace el presidente Javier Milei es plantear un país colonial que va a exportar insumos con bajo valor agregado, va a exportar gas, petróleo, litio, sin agregar valor a esos bienes que tiene nuestro país. Es claramente un modelo en el cual la Argentina cumple el rol de ser un suministrador de bienes primarizados, y eso no requiere ni ciencia ni tecnología. No es un esquema novedoso, ya lo hizo en su momento el ex presidente Carlos Menem”, opina el ex ministro de ciencia y tecnología de la Nación. 

En medio de este panorama, de una pérdida salarial de aproximadamente el 30%, el 9 de este mes se conoció a partir de su publicación en el Boletín Oficial la Resolución 10/2025 de la Jefatura de Gabinetes de Ministros, con la firma de Guillermo Francos, el otorgamiento de facultades especiales al actual secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua. A partir de ahora el funcionario puede revisar el otorgamiento de fondos en gestiones anteriores; exigir la devolución con intereses de recursos transferidos que no hayan sido rendidos a la fecha o bien hayan sido parcialmente ejecutados; definir el cierre de programas y la rescisión de convenios que no se adecúen al “Plan estratégico definido para el 2024/2025”; iniciar acciones legales contra quienes considere que no cumplen en algunos de los sentidos estipulados. 

Lo real es que el supuesto plan mencionado no fue dado a conocer y no fue presentado al Congreso, sino que apenas se esbozó a través de un post publicado en la red social X el 14 de noviembre del 2024 y que consta de apenas cuatro puntos, sin objetivos, sin descripción de áreas científico-tecnológicas a impulsar, sin un análisis profundo de las necesidades, fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas del sector. Esto va contra la ley 27.614 de financiamiento de la CyT, promulgada en febrero del 2021, y que requiere para su ejecución de un plan que sea presentado y aprobado por el Congreso Nacional. Ese plan existe, es el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, donde se definen las prioridades que el Estado considera que deben guiar sus acciones. Ese supuesto plan 2024/25 comentado en un tuit, de hecho, desconoce esa ley nacional, la 27.738, que fue votada por unanimidad en el Congreso Nacional en octubre del 2023. 

“Lo que hace esta resolución es delegar en el Secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología las atribuciones para decidir qué hacer con todos los convenios que tenía firmados el ex Ministerio de Ciencia, que hoy en día sería la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología. No estamos hablando de los subsidios de la agencia de investigación, eso es otra cosa. Estamos hablando de los contratos que tenían que ver con el Construir ciencia, Equipar ciencia, los programas federales y otros programas menores que había lanzado el ministerio para estimular jóvenes vocaciones científicas, la divulgación, la creación de clubes de ciencia. La resolución tiene una buena parte de considerandos que son los que fundamentan la decisión. Muchos simplemente se refieren a la crisis económica, a los problemas que padece la Argentina y todas las atribuciones que le han delegado al Gobierno, ya sea por el DNU 70/23, que nunca fue anulado por el Congreso, como por la Ley Bases, es decir, la emergencia económica, administrativa, etcétera. Entonces, en base a todo eso, agrega además que hay un plan estratégico para la ciencia 2024-25, que dieron a conocer ellos en un tuit, que establece ciertos temas que hay que priorizar, que tienen que ver con agricultura, energía, minería, innovación y salud”, resume Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires.  

Genua puede revisar los convenios y tomar las decisiones que estime, de acuerdo con las situaciones detalladas. “Esto viene a resolver es el problema que veníamos denunciando de toda la plata que no ejecutaba la secretaría, esos 70 mil millones que se habían gastado en el 2023 en estos programas y que en el 2024 estuvieron ahí sin ejecutarse. Ante el reclamo de ejecución dan a conocer esta normativa que en realidad no va a ir esencialmente a ejecutar, sino a liquidar la mayoría de los programas”, concluye Aliaga, miembro del directorio del CONICET en representación de las universidades. 

“La Ley 27.614 establece que la función Ciencia y Técnica debe incrementarse progresivamente hasta alcanzar el 1% del PBI en 2032 y que el Ministerio de Ciencia y Tecnología es la autoridad de aplicación. Entre sus disposiciones establece que el 20% del incremento debe ser destinado al programa de Federalización de la ciencia. Este programa a su vez se nutría entre otros de los Programas Construir y Equipar Ciencia. En el presupuesto 2023 este programa de Federalización contaba con 49.000 millones de pesos y fue prorrogado en 2024. La ejecución fue del 0.88% en 2024”, resume Salvarezza.

Y agrega: “Los funcionarios son responsables de velar y por la ejecución de las leyes en las cuales son autoridad de aplicación, y de no hacerlo son susceptibles de quedar expuestos a cargos por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Cabe consignar que la ley 27.614 está vigente y por ello intentaron suspender los artículos de la ley que otorga los fondos en el fallido presupuesto 2025”.

La situación de desfinanciación de la ciencia argentina, así como las agresiones verbales vertidas por miembros del actual Gobierno movieron a parte de la comunidad científica a nivel internacional. Así surgieron una carta firmada por 68 premios Nobel pidiendo por la protección de la ciencia argentina, artículos en las revistas Science, Nature y, hace apenas diez días un Editorial en The Lancet. El estado de la ciencia argentina es crítico.

El sistema de Ciencia y Técnica sufrió en 2024 el recorte más grande de su historia

El sistema de ciencia y tecnología argentino sufrió en 2024 el peor de los ataques. Como muestra de que el gobierno de Milei decidió pasarle una aplanadora por encima, está lo que hizo con su presupuesto: en 2024, la inversión del Estado en Ciencia y Tecnología cayó un 32,9% comparada con 2023. “Se trata de la caída más importante desde que los fondos que el estado destina a Ciencia y Técnica se empezaron a medir, en 1972”, señaló Gabriela Dranovsky, codirectora del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIITI), que realizó el análisis presupuestario.

El análisis del presupuesto ejecutado que realizó el CIITI muestra que:

*El Conicet tuvo un 20,8 % menos de recursos. (Se trata de lo que realmente fue gastado, en comparación con 2023).

*Los fondos para el INTA cayeron un 23,6 %.

*La CNEA fue ajustada un 28,8 %.

*Los fondos para que las Universidades Nacionales realicen investigaciones perdieron un 72,6 %. 

El discurso del gobierno libertario es que no le interesan las ciencias sociales, porque no son rentables, ni el medio ambiente o el cambio climático -que niega-; pero asegura en cambio que sí quiere impulsar investigaciones en temas como la agroindustria, energía, minería o economía del conocimiento. 

¿Los recortes que hizo al presupuesto de Ciencia y Técnica lo confirman? La respuesta es que no.

«Las áreas que dicen que sí tienen interés en desarrollar también fueron recortadas», dijo Dranovsky. «La Comisión Nacional de Energía Atómica, por ejemplo: aunque desde el gobierno estuvieron hablando de un supuesto plan nuclear, la ejecución real de su presupuesto también cayó. No hubo un correlato entre el discurso oficial y la realidad.  Lo que encontramos es que hubo áreas más recortadas que otras, pero todas cayeron».

Los salarios de Ciencia y Técnica perdieron terreno contra la inflación y quedaron muy por debajo, en términos reales, respecto de noviembre del año pasado. Los sueldos de los investigadores del Conicet perdieron por ejemplo un 30 % de poder de compra, mientras que los docentes de las universidades vieron deteriorados sus ingresos en un 23 % y los trabajadores de los organismos de ciencia del estado en un 21 %.  

El análisis realizado por el CIICTI encontró, por otra parte, que el uso del presupuesto no se retrajo de la misma manera en todo el país, sino que los ajustes llevaron a una concentración regional de la inversión. Y es que el 72 % de los fondos se usaron en dos distritos, la ciudad y la provincia de Buenos Aires que, si bien son importantes, ya que concentran al 45 % de la población, no son todo el país.

Hubo así una pérdida de federalismo. Las caídas más drásticas se dieron en provincias como Santa Cruz, La Rioja y Formosa, que tuvieron descensos reales del 67,4, 63,4 y 61,7 % respectivamente. Tierra del Fuego y Chaco también vieron afectadas sus partidas presupuestarias, con retracciones superiores al 57 %.

Pero en rigor, los 24 distritos del país tuvieron ajuste en sus presupuestos de Ciencia y Técnica, incluidos la provincia de Buenos Aires y Caba, con una inédita reducción del 33 %. En síntesis, señala el informe, «en todos los casos se trata de descensos notables, que no registran antecedentes en la serie histórica de la inversión presupuestaria en ciencia en nuestro país».

Fuentes: Tiempo Argentino, Página/12, Perfil, La Izquierda Diario, Red Eco Alternativo

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