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La guerra radial y televisiva contra Cuba: en fase de expansión

Fuentes: Cubarte

La agresión radial contra Cuba por parte del Gobierno de los Estados Unidos de América se inició apenas unos días después del triunfo de la Revolución Cubana, abarcando tres aspectos fundamentales: 1. Uso de transmisiones encubiertas por parte de la Agencia Central de Inteligencia, CIA. Actividad que formó parte de la Operación Pluto, plan de […]

La agresión radial contra Cuba por parte del Gobierno de los Estados Unidos de América se inició apenas unos días después del triunfo de la Revolución Cubana, abarcando tres aspectos fundamentales:

1. Uso de transmisiones encubiertas por parte de la Agencia Central de Inteligencia, CIA. Actividad que formó parte de la Operación Pluto, plan de invasión a Cuba aprobado por la Administración Eisenhower, y ejecutado por la Administración Kennedy. El centro de esta acción de propaganda fue la emisora Radio Swan, creada por el experto en propaganda de la CIA David Atlee Phillips, que había dirigido previamente la campaña para derrocar al Gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala.

2. Uso de transmisiones oficiales públicas ­ la llamada «diplomacia pública», a través de la reanudación de las emisiones en idioma español de la emisora » Voz de América» , el 21 de Marzo de 1960.

3. Puesta en marcha, mediante financiamientos encubiertos, de emisoras de habla hispana en el sur de la Florida y Nueva York, redireccionalizando sus sistemas de antena para que se pudieran captar en Cuba , en particular en la región central del país, con gran intensidad por ondas medias; y desde ubicaciones en el estado de Massachussets, lanzaron emisiones en ondas cortas de la llamada Radio New Cork Worldwide, financiando una programación anti-Cubana diaria de varias horas de duración.

A raíz de la victoria de la Revolución Cubana en Playa Girón, la emisora Radio Swan pasó a formar parte de las «bajas en combate», pero los expertos de la CIA la incluyeron en un plan de rescate de todo lo que se pudiese salvar del desastre de la Operación Pluto, lo cual implementaron cambiándole el nombre a Radio América «La Voz de la Verdad para todo el Continente», enfatizando en su programación que se trataba de la «Voz Anticomunista de América». Dichas transmisiones de Radio América desaparecieron tiempo después, a raíz de cortes presupuestarios y una reasignación de prioridades.

Durante la Crisis de Octubre

En 1962, durante la Crisis de Octubre, ocurre una intensificación de las transmisiones radiales anti-cubanas, utilizándose un gran número de emisoras de ondas medias de alta potencia ubicadas en el Sur de los Estados Unidos de América, y la Marina de Guerra de ese país instaló aceleradamente dos transmisores de 50,000 Watt de potencia en los Cayos de la Florida conocidos como Maratón y Sugar Loaf.

La instalación de Maratón sigue en el aire en nuestros días, pero ahora está equipada con un transmisor de 100,000 Watts de potencia y una antena direccional cuya cobertura abarca básicamente el occidente y centro del país. Sugar Load , que operaba en los 1040 kiloHertz fue destruida por el huracán Alma en 1966, y no se restauró debido a las presiones de los propietarios de la estación WHO 1040 kHz de Des Moines , Iowa que era severamente afectada por la interferencia que le producían las transmisiones hacia Cuba de la Voz de América desde dicha ubicación en el Sur de la Florida.

Durante la Crisis de Octubre, expertos en propaganda de la CIA y el Pentágono propusieron al Presidente Kennedy iniciar transmisiones de televisión hacia Cuba desde un avión, utilizando la tecnología propuesta por la firma Westinghouse bajo el nombre de Stratovision, a lo cual no accedió el mandatario norteamericano, aduciendo que era una acción riesgosa y de dudosa efectividad.

La Voz de América, la CIA y las emisoras contrarrevolucionarias

Entre 1962 y 1985 se mantuvieron las transmisiones contra Cuba por ondas medias y cortas mediante la Voz de América, así como una gran cantidad de emisoras supuestamente «clandestinas» que eran financiadas por la CIA, como parte de los paquetes de programas encaminados a dotar a los grupos contrarrevolucionarios de su propia «identidad radial», como el caso de Alfa 66, La Voz del CID y otras muchas. Igualmente, las emisoras de habla hispana de Miami fueron dotadas de permisos especiales de la Comisión Federal de Comunicaciones, FCC, para que aumentaran la potencia de sus transmisores, y cambiaran los patrones de radiación de sus antenas direccionales.

Y ya en 1985 aparece una nueva emisora en Miami, que desplaza del cuadrante a la WGBS, para lanzar al aire a Radio Mambo «La Grande» por los 710 kiloHertz, financiada por el Teniente Coronel Oliver North, directamente desde la Casa Blanca, con dinero proveniente de operaciones de narco tráfico en América Central, lo cual daría mas tarde lugar al escándalo conocido como » Irán-Contras».

Radio Martí

En el propio 1985, el 20 de Mayo a las 5 y 28 de la madrugada, por la frecuencia de 1180 kiloHertz hasta entonces utilizada por la Voz de América desde Cayo Maratón, la administración de Ronald Reagan pone en el aire a Radio Martí, operando desde Washington D.C. con el mandato dado por la ley pública 98-111 de 1983, «Ley de Transmisiones hacia Cuba» («Radio Broadcasting to Cuba Act».

El amplio espectro de emisiones anti-cubanas en la radio no fue suficiente para el lobby mafioso de Miami encabezado por la llamada Fundación Nacional Cubano-Americana que dirigía Jorge Lincoln Mas Canosa, quien no solo hizo todo el cabildeo posible para que se aprobara la ley mediante la cual fue creada Radio Martí, sino que llevó adelante un intenso programa para que se trasladara a Miami la sede de dicha emisora, a fin de lograr un control más perfecto de su programación , y por otra parte, inicia una nueva fase de cabildeo para que se creara una estación de televisión a la que llamarían TV Martí.

La creación de TV Martí

Es precisamente la creación de TV Martí lo que podemos considerar la etapa más agresiva de las transmisiones anti-cubanas, pues su puesta en marcha pone de manifiesto el total irrespeto del Gobierno de los Estados Unidos de América por las normas internacionales que rigen el uso del espectro radioeléctrico, violando el Convenio Internacional de Radiocomunicaciones, del cual el Gobierno de EE.UU. es uno de sus países signatarios.

En la actualidad, tras más de 15 años de infructuosos intentos por penetrar con la señal de TV en el occidente de nuestro país, la administración Bush ha puesto en operación dos aeronaves que sustituyeron a los globos cautivos ubicados en uno de los cayos de la Florida.

Utilizaron primero un avión EC-130 ­J «Commando Solo» que forma parte de una unidad de guerra sicológica de las fuerzas armadas de los EE.UU. y más recientemente alquilaron un bimotor Grumman G-1 a una empresa aérea, instalando a bordo equipos de transmisión en la banda decimétrica UHF, canal 20 de la norma NTSC-M, así como, por primera vez en el uso de los aviones, una cabina para transmitir en vivo programas, en lugar de los reproducidos mediante grabaciones de video.

Esta nueva etapa de la agresión radio y televisiva contra Cuba que hemos descrito hasta aquí desde el punto de vista tecnológico, lleva, como era de esperar, un fuerte respaldo económico, que en el año fiscal 2006 alcanza una cifra pública de cerca de 37 millones de dólares, aunque se ha podido conocer que otros fondos no públicos están también destinados al financiamiento de dichas transmisiones anti-cubanas.

En cuanto a los contenidos de los programas que se transmiten hoy en día por la banda de radiodifusión de ondas medias, la de radiodifusión por frecuencia modulada y en las bandas de televisión métricas (VHF) y disimétricas (UHF), cabe destacar que se caracterizan por una extraordinaria agresividad, la intromisión en los asuntos internos de Cuba, la promoción de las actividades delictivas, el estímulo a las salidas ilegales del territorio nacional, e incluso a la manipulación de los pronósticos del tiempo en violación de los acuerdos de la Organización Meteorológica Mundial.

Desde 1960 han transcurrido 46 años en los que nuestro país ha sido objeto de constantes agresiones, destacándose en particular el uso de los medios masivos de comunicación en manos del Gobierno de los Estados Unidos de América, como sistemática complementación a la guerra económica, política e ideológica contra la Revolución Cubana.