El papel de la BBC no es mantener informados a los espectadores. Es persuadirlos de que un claro crimen contra la humanidad ejecutado por Israel es, de hecho, una geopolítica muy complicada que no pueden esperar entender.
Ya se puede decir que los niveles de hambruna en Gaza son horribles –cuando la población comienza el tercer mes de un bloqueo total de la ayuda por parte de Israel–, y por fin anoche, la BBC dedicó una parte de su principal programa de noticias, News at Ten, al tema.
Pero mientras se mostraban imágenes perturbadoras de un bebé de cinco meses, todo piel y huesos, la mayor parte de la sección estaba, por supuesto, dedicada a confundir al público y desvirtuar el programa genocida de Israel de querer matar de hambre a más de 2 millones de civiles palestinos.
Particularmente impactante fue el hecho de que la BBC no mencionara ni una sola vez el hecho de que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, lleva meses como prófugo de la Corte Penal Internacional, que impone juzgarlo por crímenes contra la humanidad. ¿Por qué? Por utilizar el hambre como arma de guerra contra la población civil.
Todavía no he visto en la BBC, ni en ningún otro medio de comunicación británico importante, añadir el estatus de «buscado como sospechoso de crímenes de guerra» al mencionar a Netanyahu en las noticias. Eso es aún más inconcebible en esta ocasión, cuando es el tema por el que se le acusa es precisamente -matar de hambre a la población civil-.
Evitan mencionar la orden de arresto en contra de Netanyahu porque podría indicar con demasiada claridad que las más altas autoridades legales del mundo atribuyen la hambruna en Gaza directamente a Israel y a su gobierno, y no es una consecuencia «humanitaria» continua y desafortunada de la «guerra» -como aparentemente lo hacen los medios de comunicación del establishment británico-.
Como era de esperar, también fue engañosa la aportación de la BBC Verify. Proporcionó una explicación temporal del bloqueo intensificado de Israel sin culparlo, a pesar de que es el que bloquea toda la ayuda, dejando implícitamente la responsabilidad a Hamas.
El reportero de Verify afirmó que a principios de marzo Israel «bloqueó la ayuda humanitaria exigiendo que Hamas extendiera un alto el fuego y liberara a los rehenes restantes». Para pasar a declarar que el 18 de marzo «Israel reanudó las operaciones militares».
Los espectadores se quedaron con la impresión, presumiblemente intencionada, de que Hamás había rechazado la continuación del alto el fuego y se había negado a liberar al último de los rehenes.
Pero nada de eso es cierto. La supuesta «extensión» de Israel fue en realidad una violación unilateral del alto el fuego al insistir en cambios radicales en los términos que ya se habían acordado, y que incluían la liberación de los rehenes por parte de Hamas.
Israel rompió el alto al fuego precisamente para tener el pretexto que necesitaba y seguir matando de hambre a los civiles de Gaza –y a los rehenes cuya seguridad proclama importarles– como parte de sus esfuerzos por liberarlos, tanto que están dispuestos a arriesgar sus vidas forzando la apertura de la frontera con el vecino Sinaí sellada por Egipto.
Ayer, un ministro del gobierno israelí, dejó claro una vez más cuál ha sido el plan desde el principio. «Gaza será completamente destruída», dijo Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas. La población de Gaza, añadió, se verá obligada a «huir en grandes cantidades hacia terceros países», en otras palabras, Israel tiene la intención de llevar a cabo lo que el resto de nosotros llamaríamos la limpieza étnica de los palestinos, como ha estado haciendo continuamente durante ocho décadas.
¿Para qué tiene la BBC un servicio de Verify?, supuestamente están ahí para verificar los hechos y garantizar que los espectadores obtengan la pura verdad, sin adornos, sin embargo su equipo está vendiendo burdas distorsiones de la realidad.
La BBC y su servicio Verify no mantienen informados a los televidentes. Les están haciendo propaganda para que crean que un claro crimen contra la humanidad por parte de Israel es, de hecho, una geopolítica muy complicada que el público no puede llegar a entender.
El objetivo de los medios de comunicación del establishment es confundir a las audiencias hasta el punto que levanten las manos y digan: «¡Al diablo con Israel y los palestinos! Son tan malos el uno como el otro. Déjenlo a los políticos y diplomáticos para que lo resuelvan».
En cualquier otra circunstancia, parecería obvio que matar de hambre masivamente a niños y niñas es moralmente aborrecible, y que cualquiera que lo haga, o lo excuse, es un monstruo. El papel de la BBC es persuadirte de que lo que debería ser obvio para ti es, de hecho, más complicado de lo que puedes apreciar.
Puede haber bebés que solo le quedan piel y huesos, pero también hay rehenes. Puede haber decenas de miles de niños y niñas que están siendo masacrados, pero también existe el riesgo de antisemitismo. Puede que los funcionarios israelíes estén pidiendo la erradicación del pueblo palestino, pero el Estado judío que dirigen debe ser preservado a toda costa.
Si pudiéramos pasar cinco minutos en Gaza sin las constantes distracciones balbuceantes de estos supuestos periodistas, la verdad estaría clara. Es un genocidio. Siempre fue un genocidio.
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