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La humanidad «presa por la libertad de prensa»

Fuentes: Rebelión

  Históricamente, los precios de los productos se mueven por la demanda del mercado. Los que comercializan los contenidos mediáticos de la gran prensa se han dado cuenta de que cualquier cosa que se ponga en antena o en pantalla se «vende», no importa la hojarasca que sea, se envuelve y basta. No creo que […]

 

Históricamente, los precios de los productos se mueven por la demanda del mercado. Los que comercializan los contenidos mediáticos de la gran prensa se han dado cuenta de que cualquier cosa que se ponga en antena o en pantalla se «vende», no importa la hojarasca que sea, se envuelve y basta. No creo que estos tiempos sean para ver, oír o leer materiales superfluos.

Si libertad debe significar responsabilidad y esta conlleva éticamente una actitud moralmente ajustada a los cánones de convivencia social, no creo entonces que el concepto de Libertad de Prensa que tanto se enarbola esté claramente expuesto a la opinión publica mundial y mucho menos, que sea adecuadamente decodificado por las masas.

La libertad es una facultad natural que tenemos los seres humanos de obrar de una manera o de otra, pero siempre siendo responsables de nuestros actos; si ser libre es una condición o estatus contrario a ser esclavos, me atrevo a proponer que la famosa libertad de prensa debe verse desde el punto de vista del perceptor porque en definitiva son los oyentes, televidentes y lectores los que pueden asumir el servicio que les venga en gana al leer, escuchar o ver lo que realmente quieran y no lo que se le vende u ofrece como bueno, con etiquetas repletas de colores atractivos con un sabor que desvirtúa el pensamiento bajo el pretexto de una aparente libertad: la perfecta manipulación de la mente humana.

Disímiles significados he encontrado de la palabra libertad, algunos de ellos vale la pena se asocien con la difusión de mensajes mediáticos. Ejemplo: «Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres«… entonces: ¿A dónde se han ido los buenos modales de los que tienen ante si el desarrollo de la humanidad?

Según la Organización de Naciones Unidas al crear el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993 recuerda: «a los gobiernos, organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales y sociedad civil- el papel decisivo que desempeña la libertad de prensa en el fortalecimiento de la democracia y el fomento del desarrollo en todo el mundo».

La libertad también se define como prerrogativa, privilegio y licencia. ¿Entonces los grandes consorcios mediáticos pueden hacer lo que le venga en gana en materia de «domesticar» a la humanidad bajo los designios de una libertad de expresión a todas luces anárquica?

Lo que ocurre hoy respecto a la libertad de expresión es una «contravención» desenfrenada de las leyes y buenas costumbres en este insólito barrio que se llama humanidad. Categóricamente se puede afirmar: No hay facilidad, ni soltura, tampoco disposición y mucho menos razón para utilizar la libertad de prensa como «camino feliz» hacia la democracia. Las futuras generaciones se van a reír de nosotros y de aquellos, de los primeros, por dejarnos confundir con el cuento de «la libre expresión,» y de los segundos por ser tan ruines e intentar encerrar en la ignorancia a los hombres y mujeres de la actual civilización.

En el libro «Cien horas con Fidel» de Ignacio Ramonet, el entrevistado ofreció una de las más clara definiciones acerca de la libertad de prensa: «En esos medios «libres», ¿quién habla? ¿De qué se habla? ¿Quién escribe? Se habla lo que quieren los dueños de los periódicos o de las emisoras de televisión. Y escribe quien ellos deciden. Usted lo sabe bien. Se habla de «libertad de expresión», pero en realidad lo que se defiende fundamentalmente es el derecho de propiedad privada de los medios de divulgación masiva».

El concepto esgrimido hoy por los que dirigen y hacen la gran prensa respecto a la libertad, se ha convertido en facultad de comprar y «vender un producto» sin estorbo alguno, dirigido a confundir y matar conciencias. Predomina la «ley del más fuerte», el dominio y señorío del ánimo sobre los sentimientos con el objetivo que los seres humanos utilicen la cabeza para ponérsela entre las piernas y no para pensar. Triste símil que es hora de desterrar.

La humanidad está presa por la libertad de prensa, encarcelada mediaticamente y no es una paradoja. ¡Se necesita una fianza ya, y un urgente juicio! para poner orden. Mientras, un consejo personal: apague el radio, el televisor o no compre el periódico si usted sabe de antemano que puede ser agredido y ofendido.

Libertad de prensa es seleccionar el medio que no lastime el pensamiento, porque es lo más digno y libre que tiene el ser humano. Libertad de prensa es por encima de todo ser libres para examinar nuestra voluntad a solas y consumir un producto que valga la pena encaminado a crear valores espirituales, que contribuya al conocimiento, que eduque y entretenga sin engaños.

Sobre el tema se puede escribir mucho pero es mejor repasar y volver a leer y estudiar argumentos expuestos por otros colegas.

El soporte digital me permite ofrecerle un producto comunicacional que ejemplifica al detalle que la libertad de prensa se usa con fines de colonización y explotación de la especie humana.

http://portal.rds.org.hn/listas/catrachos/msg14069.html  de José Daniel Fierro