La noticia apareció en los medios de todo el mundo hace dos días y, de inmediato, los carroñeros españoles de la derecha rancia y de la desinformación se lanzaron sobre ella para distorsionarla y convertirla en un arma contra Cuba. Sin embargo, el contenido de la noticia original era claro y límpido como las aguas […]
La noticia apareció en los medios de todo el mundo hace dos días y, de inmediato, los carroñeros españoles de la derecha rancia y de la desinformación se lanzaron sobre ella para distorsionarla y convertirla en un arma contra Cuba. Sin embargo, el contenido de la noticia original era claro y límpido como las aguas de Varadero: a petición de los médicos cubanos que se ocupan de la convalecencia de Fidel Castro, el Dr. José Luis García Sabrido, jefe del servicio de cirugía general del hospital Gregorio Marañón de Madrid, se desplazó a La Habana en un viaje relámpago de ida y vuelta para darles su opinión profesional sobre el estado clínico del paciente.
Fue sólo eso, una consulta más como se hacen miles a diario entre facultativos en los hospitales de cualquier país, sin que ello signifique ni que los médicos que las piden sean unos matasanos ni que los médicos solicitados para dar su opinión estén científicamente por encima de los primeros.
Dicen que la ignorancia es atrevida y es verdad, pero cuando se trata de Cuba la ignorancia se multiplica hasta el infinito a causa de la mala fe.
¿Qué hizo García Sabrido en la perla de las Antillas? Pues lo que cualquier médico hace cuando un colega lo llama a consulta: tras estudiar todos los datos de la historia clínica (informes de cirugía, de anatomopatología, de radiología y de análisis clínicos, así como la hoja de evolución) y tras proceder al examen físico del comandante, emitió la opinión, coincidente con la de sus colegas cubanos, de que considera que el proceso que sufre el enfermo es de carácter benigno y, por ello, resulta factible que vuelva a ejercer el poder en fechas próximas si se recupera del todo. En total, la consulta duró 90 minutos. Luego, regresó a Madrid.
¿Cuál ha sido el comentario ambiguo de algunos medios ibéricos de desinformación masiva al glosar por su cuenta la noticia y qué han añadido de palabra ciertos políticos de la derecha española? Pues, entre otras sandeces, que tras haber pasado años presumiendo de la medicina cubana, Fidel Castro ha tenido que acudir a un médico español para que lo trate. Esperanza Aguirre, que ejerce la presidencia de la Comunidad de Madrid, lamentó ante las cámaras el hecho de que la embajada de Cuba pidiera ayuda a la Sanidad madrileña para «el dictador» y, acto seguido, se preguntó piadosamente qué tipo de cuidados médicos recibe el resto de los ciudadanos de la isla, habida cuenta de que el primer mandatario se ve obligado de llamar a nuestra puerta a la primera ocasión.
Dan ganas de vomitar ante tamaña estupidez. En primer lugar, el comandante ha estado desde el principio de su dolencia bajo los cuidados exclusivos de médicos cubanos y lo único que ha hecho el Dr. García Sabrido es desplazarse a Cuba como consultor con un permiso especial de la dirección del hospital donde trabaja. Lo habitual es que dicho permiso (en este caso a lo sumo de dos o tres días) sea un adelanto de las vacaciones anuales, lo cual quiere decir que el médico español no le ha robado ningún tiempo de ejercicio profesional a la Sanidad pública madrileña ni ésta ha tenido nada que ver institucionalmente con el caso, que fue un servicio rendido por el cirujano a título personal y voluntario. En segundo lugar, el desplazamiento y cualquier gasto adicional corrieron a cargo de la Embajada de Cuba en España, no del presupuesto de la Comunidad de Madrid y, en tercero, como ya se ha dicho más arriba, el jefe de servicio sólo fue a «dar su opinión» profesional, no a tratar a Fidel Castro.
Por desgracia, muchos ciudadanos de España, eternamente mantenidos por los medios burgueses en la ignorancia más supina sobre la realidad política y económica del acontecer global, se han creído los comentarios subliminales que éstos les cuentan en relación con el viaje de García Sabrido y ya he escuchado en la calle ironías y críticas sarcásticas que pretenden rebajar la excelencia de los médicos cubanos, quienes en realidad no sólo se encuentran entre los mejor formados del mundo, sino que son además -sin lugar a dudas- los más solidarios de la historia de la Humanidad, pues gracias a la Revolución hace ya cuarenta y seis años que dejaron de considerarse como una casta privilegiada.
El escritor español Manuel Talens es miembro de Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Este texto se puede reproducir libremente con fines no lucrativos, a condición de respetar su integridad y de mencionar a su autor y la fuente. URL de esta página: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=43892