Nada es sorprendente en el diario monárquico-matutino de derecha extrema, el global, el beligerantemente antisocialista. Unas pruebas más, innecesarias a todas luces [1]. Titular del artículo de Yoani Sánchez, la famosa «periodista» premiada por Prisa por su riguroso trabajo: «Cuba saca partido del ‘caso Payá». El letra de tamaño un poco menor: «El régimen [el […]
Nada es sorprendente en el diario monárquico-matutino de derecha extrema, el global, el beligerantemente antisocialista. Unas pruebas más, innecesarias a todas luces [1].
Titular del artículo de Yoani Sánchez, la famosa «periodista» premiada por Prisa por su riguroso trabajo: «Cuba saca partido del ‘caso Payá». El letra de tamaño un poco menor: «El régimen [el término no es inocente obviamente] acusa de homicidio imprudente al político del PP que condujera el coche en el que murió el disidente y fuerza al Gobierno español a negociar para repatriarlo». El contenido de la nota: por la misma senda de desinformación, infamia y vómitos. En ningún momento, claro está, habla doña YS de régimen español.
Miguel González, en la página siguiente del matutino monárquico, «Madrid se prepara para una larga crisis diplomática con La Habana», se mueve en los alrededores del mismo núcleo. Un ejemplo entre doscientos posibles: «El artículo publicado ayer por Granma evidencia que la investigación ha estado más dirigida a conocer los contactos de Carromero y su compañero sueco Jens Aron Modig con la oposición anticastrista que a esclarecer las circunstancias del siniestro». El resto del «artículo» por la misma senda de servidumbre.
Una muestra del talante de ese tal Jens Aron Modig, que avergonzaría hasta la última célula de la aorta al gran Henning Mankell, un mensaje en su cuenta de Twitter reproducido por doña Sánchez la bloguera: «El suelo europeo está bajo mis pies. ¡Estoy tan aliviado!». ¡El suelo europeo, fascismo incluido, está bajo sus pies exquisitos! ¡Siente alivio ese político de pacotilla de derecha extrema!
Intenten no vomitar por el momento. Hay más.
Francho Borán nos regala otro artículo -«Hugo Chávez vuelve a salir al mundo»- en el que se atreve a hablar, sin sonrojo alguno, del compadreo -en sentido netamente petorativo- entre Chávez y Lula, y dedica casi una columna innecesaria a explicar las conjeturas de un médico venezolano afincado en Miami, ninguna autoridad en la materia, sobre el cáncer supuestamente incurable del presidente venezolano.
Lo mejor, lo último: el artículo de Maye Primera, desde Miami, ese núcleo belicista de la reacción de extremísima derecha mundial. Su título: «La lucha contra el «imperio» aún es rentable». ¿Tienen alguna vergüenza? No la tienen por supuesto. ¿Desde qué coordenadas piensan, hablan y escriben?
Así inicia su artículo esta tal Maye Primera que tanto recuerda aquella Maite Rico que en años ochenta y noventa arremetía sin pudor ni límites contra sandinistas, zapatistas y todo lo que oliese a izquierda, rebeldía y revolución. El paso de doña MP: «Los noticiarios no hablan de él. Los políticos no hablan de él. La gente, en las calles, no habla de él. Pero Hugo Chávez insiste en que los grandes medios, la oposición y el Gobierno de Estados Unidos solo piensan en impedir su reelección para un tercer mandato consecutivo de seis años en las presidenciales de octubre próximo».
¿Hay alguna contradicción entre lo primero y lo segundo como Maye Primera parece querer insinuar? ¿Hay alguna duda de que los grandes medios y el establishment usamericano en su totalidad, mil pruebas tenemos de ello, no sólo odian al chavismo sino que hacen desde años todo lo posible e imposible para arrojarlo a la cuneta de la historia? ¿No está clara la participación usamericana en golpes de estado fracasados? ¿Qué espera doña Maye Primera? ¿Que lo proclamen urbi et orbe en los medios? ¿Espera acaso que Obama, esa nueva esperanza-humo, o el amigo de Mister Adelson Eurovegas anuncien las maniobras criminales y antidemocráticas en una conferencia de prensa?
Por si faltara algo en toda esta salsa tóxica, alguno de ellos se atreve a hablar del presidente Chávez, al que ningunean todo lo que les es posible, como ex paracaidista. La vergüenza, la prudencia, el equilibrio, no son sentimiento ni virtudes que florezcan en sus cumbres abismales de abyección. Nunca ha sido el caso.
Nota:
[1] Informaciones y notas de la edición en papel de El País, de 1 de agosto de 2012.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.