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Panorama económico

La inflación de octubre fue de 2,3%, según el INDEC

Fuentes: Rebelión

La inflación nacional alcanzó el 2,3% según el último informe oficial lanzado por el INDEC durante la jornada de miércoles 12 de noviembre. El promedio de aumento de precios al consumidor, conocido como IPC, se elevó respecto al mes pasado, cuando marcó 2,1%. De este modo, el acumulado anual llegó a 24,8% en 2025 en los primeros diez meses del año y el interanual marcó una desaceleración con 31,3%, dato destacado por el propio ministro de Economía, Luis Caputo.

Según lo expuesto en la última semana por el propio encargado de la cartera de Economía, las expectativas del Gobierno están puestas en no superar el 30% en el año, lo cual podría darse a pesar de la aceleración en los últimos meses del año. Con noviembre y diciembre restantes, la tendencia a la baja comparada con 2024 y 2023 alivia a los sectores económicos comandados por Javier Milei.

A su vez, INDEC también publicó que, según sus estudios, los salarios aumentaron 2,2% en el mes de septiembre y acopian un 30,4% interanual.

En el desglose, el informe de octubre mostró un destacado incremento en Transporte, que llegó a 3,5% y pudo verse justificado por la subida en el precio del combustible, que se despegó del valor del dólar oficial.
A esto le siguió el aumento en Vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles, que estuvo en 2,8%. Más atrás, pero superior a la inflación promedio de octubre, Bienes y servicios varios junto con Prendas de vestir y calzado se elevaron 2,4%. Educación subió 1,7%, Salud 1,8% y, uno de los ítems con mayor impacto en el balance final para el número de inflación, Alimentos y bebidas no alcohólicas, varió 2,3%, al igual que el IPC.

Desde el Gobierno argumentan que la aceleración en octubre estuvo influida por la volatilidad cambiaria devenida por las elecciones legislativas del domingo 26, que pudo impactar directamente en los precios en las últimas semanas del mes. Al mismo tiempo, el ministerio de Economía buscará continuar con su programa económico sin el peso de la “incertidumbre electoral” o “riesgo kuka”, como le llamó el propio Luis “Toto” Caputo en la previa de los comicios que dejaron victoriosa a la alianza La Libertad Avanza.

A través del INDEC, otros informes indicaron que una familia tipo, para no ser pobre, necesita contar con mínimo $1.276.649 y unos $533.304 para no ser indigente, actualizando el monto correspondiente a septiembre. En otro documento, el Instituto reveló que las familias argentinas, entre 2003 y 2025, duplicaron el uso de sus ahorros para los gastos diarios. El porcentaje pasó de ser 19,9% a 37,4% en el año actual. En poco más de dos décadas, el dato se duplicó en la República Argentina.

En octubre los alimentos subieron 2,11% en el Conurbano Bonaerense

Según el relevamiento mensual en los negocios de cercanía de los barrios populares del Conurbano bonaerense que realiza el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana, a través de su Índice Barrial de Precios (IBP); tal como viene ocurriendo en los últimos meses, el rubro “carnes” encabeza los aumentos anuales (+61,47%), mientras que almacén y verdulería se incrementaron alrededor del 7% cada uno. A su vez, una familia de cuatro integrantes -dos adultos y dos hijos pequeños- necesitó 529.621,59 pesos para cubrir sus gastos de alimentación durante todo octubre. Esto es 22,18% más que un año antes.

La misma familia requirió para cubrir el total de sus gastos indispensables (alimentos, servicios del hogar, tarifas, transporte, educación, salud y otros) 1.207.537,72 pesos, o sea 23,81% más que en el mismo mes del año 2024.
Respecto a los productos de cada rubro que tuvieron las mayores subas en los últimos meses; en el rubro almacén, los lácteos alcanzaron incrementos anuales que estuvieron cerca del 25% (yogurt firme 24,6%; queso de rallar 22,2%; queso cuartirolo 20,5%). Dentro de la verdulería, un conjunto de frutas encabezadas por las bananas (32%); mandarinas (28,4%); manzanas (23,5%) y peras (27%) tuvieron subas por encima del promedio.

Al igual que sucedió a lo largo de todo el año, los cortes populares que integran el rubro carnes tuvieron incrementos que en algunos casos triplicaron, y hasta cuadruplicaron, el promedio del aumento de la Canasta de Alimentos (CBA) en su totalidad.

Así, mientras el promedio de la CBA subió 22,18% en el transcurso de los últimos doce meses, en este mismo período el asado subió 73,8%; el espinazo 85,3%; la carnaza 73,9%; la nalga para milanesas 70,5%.

Según señala Isaac Rudnik, director Nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), “aun cuando el promedio de los aumentos de las Canastas Básicas se fue desacelerando en relación a lo sucedido durante el 2024 -especialmente respecto al primer semestre- lo cierto es que productos esenciales para una buena alimentación de las familias, como carnes, frutas y lácteos, se fueron encareciendo a niveles de hacerse prohibitivos para la dieta de los hogares de menores recursos. Durante los últimos doce meses, entre otros cortes, el asado subió 73,7%, la carnaza 73,9% y las milanesas 70,5%”.

“Después del triunfo electoral que el gobierno obtuvo en las legislativas de medio término, hace quince días, –continúa su análisis Rudnik– la situación financiera de nuestro país entró en un período de relativa calma, de la mano de la ayuda cotidiana del Tesoro norteamericano. Esta ‘calma’ en cierta medida se traslada al dólar, cuyos valores diarios dejaron de ser preocupación constante del equipo económico. Dejaron, por el momento, de ser una amenaza de aumento abrupto, pasible de ser trasladado a los precios internos. No obstante, ya en nuestro informe de julio advertimos que ‘hay que reconocerle al gobierno el “mérito” que la devaluación del peso respecto al dólar está teniendo una incidencia en los precios internos mucho menor a la esperada’. Y agregábamos: ‘El gobierno cuenta con dos herramientas fundamentales, que está utilizando sistemáticamente, para contener los aumentos: apertura irrestricta de la economía, dejando el campo orégano a los productos importados; desde alimentos a electrodomésticos pasando por vestimentas y juguetes, ningún bien que circula por el mercado interno con la inscripción “hecho en Argentina” se salva de compartir las góndolas con productos similares de origen extranjero, que acusan precios más baratos’.

Para Rudnik, a la apertura de la economía se agregó en este segundo semestre una batería de medidas destinadas a reducir la actividad económica (altas tasas de interés, salarios, asignaciones sociales y jubilaciones con aumentos mínimos por debajo de los registros inflacionarios) que derivaron en una parálisis del consumo masivo, y contribuyeron a la fuerte desaceleración inflacionaria. Así es, que en lo que va del 2025 mientras el valor del dólar se incrementó 37,35%, la Canasta Básica de Alimentos en el Conurbano Bonaerense aumentó menos de 16%.
“El gobierno anuncia alguna intención de promover cierta reactivación de la economía para la primera parte del año próximo, a través de la reducción de las tasas de interés, algunos incrementos en las remuneraciones, y pequeños traslados de recursos a las provincias. Sin embargo, habida cuenta de cómo funcionó el torniquete anti inflacionario en 2025, seguramente estas medidas -y otras con las que presionan las grandes empresas, como la salida del cepo, y una devaluación más pronunciada- estarán fuertemente condicionadas a la continuidad de la desaceleración inflacionaria”, asegura Rudnik.

“Aun cuando el promedio de los aumentos de las Canastas Básicas se fue desacelerando en relación a lo sucedido durante el 2024 -especialmente respecto al primer semestre- lo cierto es que productos esenciales para una buena alimentación de las familias, como carnes, frutas y lácteos, se fueron encareciendo a niveles de hacerse prohibitivos para la dieta de los hogares de menores recursos”, concluye el director de Isepci.

Cada vez más inaccesibles y menos consumidas

Se registraron tres meses consecutivos de aumentos en frutas y verduras, una tendencia que rompe con la narrativa del gobierno de Milei de una “inflación frenada”.

El periodista Nahuel Lag de Agencia Tierra Viva analizó los datos mensuales del IPC difundidos por el INDEC, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sobre precios en el Mercado Central, y los testimonios de los productores.

Aunque los alimentos suben levemente por debajo del índice general, subraya que se trata de un “aumento a cuentagotas” que la población siente directamente en la verdulería, agravado por la brutal caída del poder adquisitivo.

“Somos un país que decimos ser el granero del mundo, en el gobierno de Macri se saltó la góndola del mundo, pero no podemos abastecer de alimentos a nuestra propia población”, aseguró Nahuel y agregó: “Cuando el poder adquisitivo cae, acceder a una alimentación variada cuesta mucho más”.

Según el especialista, “el núcleo del problema es la falta de planificación de una política nacional de alimentos”. Y explica que esta falta de planificación se evidencia en las dos puntas de la cadena: el productor, con costos atados al dólar, y el consumidor, que no puede llevar comida sana a su mesa.
“Esto revela una brecha de hasta 159% entre lo que recibe quien produce el alimento y lo que paga quien lo consume, evidenciando las distorsiones de la cadena de comercialización”, concluyó Lag.

El aumento de la carne

El presidente de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (Camya), Leonardo Rafael, estima que el incremento es del orden del 20% a 25% desde setiembre y octubre a la fecha, lo que implica un  salto de $ 3000 promedio por corte.

El kilo de carne en la media res está por encima de los $ 8000 y eso hace que el kilo de milanesas no baje de los $ 16.000.

Según el consultor ganadero, Víctor Tonelli, «desde mediados de octubre a la fecha el ganado subió entre 12% y 14%. Esto hace que se esperen ajustes a lo largo de noviembre de por lo menos el 8% que es mucho para  el consumidor, pero ni los matarifes ni los carniceros pueden aguantar los precios viejos».

Esto «va a llevar a que el INDEC muestre un ajuste al alza en los precios del 6% o 7% en diciembre o más», agregó.

Los detalles del acuerdo comercial con EE UU

Por Hernán Letcher

Sólo Argentina asume los compromisos en el marco de un acuerdo bilateral. Un mes atrás, Caputo decía “no nos piden nada a cambio del swap”.

Se comunicó desde la Casa Blanca la existencia de un acuerdo comercial y de inversión recíproco entre ambos países: “Joint Statement on Framework for a United States-Argentina Agreement on Reciprocal Trade and Investment”.

Lo publicado en este documento permite extraer una serie preliminar de conclusiones, a la espera de la letra concreta del acuerdo.

Primero, tal como el título preanuncia, se supone que es un acuerdo de concesiones reciprocas, pero en la realidad es sólo Argentina la que asume los compromisos en el marco de un acuerdo bilateral. No aparece ningún beneficio para nuestro país, y se detallan concesiones hacia los Estados Unidos en cada uno de los puntos: barreras arancelarias y no arancelarias, propiedad intelectual, acceso al mercado agrícola, trabajo y eliminación de ‘distorsiones’ de empresas públicas sobre algunos mercados, entre los ejes más importantes. Así, resulta imposible asignarle al acuerdo un carácter bilateral. No hay derechos y obligaciones de las dos partes. Hay derechos de los EE UU y obligaciones de Argentina.

Segundo, Argentina y Estados Unidos son economías que compiten en sectores relevantes, como el agro. Esto se agrava, además, por la diferencia de productividad, particularmente en el segmento industrial. La apertura al ingreso de bienes de capital, automóviles, medicamentos y demás significa un automático impacto negativo sobre el aparato productivo argentino.
Tercero, la difusión que se hizo del acuerdo por parte de Estados Unidos indica: “Argentina ha desmantelado numerosas barreras no arancelarias que restringían el acceso a su mercado, incluyendo las licencias de importación, garantizando así condiciones más equitativas para el comercio internacional”. Esta aseveración sorprende, ya que omite la decidida política de aplicación de aranceles en tanto políticas de protección comercial del mercado estadounidense que encabezó la administración de Donald Trump, y que se dirigió a prácticamente todos los países del mundo desde el 4 de marzo de este año. Suena irrisorio que sea EE UU bajo la presente administración quien sostenga una retórica discursiva en pos del libre comercio.

Compromisos asumidos por Argentina

– “Con este Acuerdo, (Argentina) se ha comprometido a no exigir formalidades consulares para las exportaciones estadounidenses a Argentina”: la mayoría de las exigencias de formalidades consulares están suspendidas desde 2018, aunque con medidas locales de la Argentina. El acuerdo implica que estas exigencias no sean modificables a futuro.

– “Argentina aceptará la importación de vehículos fabricados en Estados Unidos que cumplan con las Normas Federales de Seguridad de Vehículos Automotores y … de Alimentos y Medicamentos”: es una concesión inédita. Argentina nunca asumió un compromiso de estas características. Si bien Sturzenegger impulsó medidas que anticipan esta redacción y saltean los organismos de control locales, lo cierto es que, siendo parte de un acuerdo bilateral, ahora esto se convertiría en una (des)regulación de difícil modificación. No hay reciprocidad.

– “Acceso a los mercados agrícolas: Argentina … se ha comprometido a permitir el acceso al mercado de las aves de corral estadounidenses en el plazo de un año y ha acordado no restringir el acceso al mercado de los productos que utilizan ciertas denominaciones para quesos y carnes. Argentina simplificará los procesos de registro de productos para la carne de res, los productos cárnicos, las vísceras y los productos porcinos estadounidenses, y no exigirá el registro de instalaciones para las importaciones de productos lácteos estadounidenses”: tal como establece la redacción citada, Argentina abre su mercado a importaciones de ganado bovino, carne aviar, quesos y otras carnes. También se establecen compromisos que Argentina asumirá en la simplificación de procesos para carne de res, vísceras, productos de cerdo provenientes de Estados Unidos. También Argentina relajará el ingreso de productos lácteos. En el marco del acuerdo además se eliminan controles propios del SENASA. El compromiso, nuevamente, es sólo de Argentina.

– “Afrontar las empresas estatales y las subvenciones: Argentina se ha comprometido a abordar las posibles acciones distorsionadoras de las empresas estatales y las subvenciones industriales que puedan tener un impacto en la relación comercial bilateral”. Otro compromiso unilateral que pareciera dirigirse a la estatal INVAP, con la que Estados Unidos ha planteado su molestia en materia de competencia por los satélites geoestacionarios. Ya en los wikileaks en 2006, EE UU ponía el ojo en INVAP mencionando que “Las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen intereses directos en la tecnología que resultaría de este proyecto.” Asimismo, no descartamos que se dirija a empresas como YPF o ARSAT.

– “Trabajo: Argentina … adoptará e implementará una prohibición a la importación de bienes producidos mediante trabajo forzoso u obligatorio y reforzará la aplicación de la legislación laboral”: representa una medida “escondida” orientada a condicionar productos provenientes de la República Popular China y otros países del sudeste asiático. Aunque se oculta en un noble objetivo, la intención apunta a garantizarse mercados sin competir en el marco de la guerra comercial existente.

– “Argentina y Estados Unidos cooperarán para facilitar la inversión y el comercio de minerales críticos”: la intención es que EEUU se garantice el acceso a minerales críticos. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró en más de una oportunidad, que es parte de la agenda de Trump. Otro compromiso argentino. Es sintomático, además, que el documento publicado por la Oficina del Presidente argentino no figura la misma mención ¿La razón? Intención de ocultar y “gesto” a los gobernadores (los recursos “bajo la tierra” son provinciales).

– Argentina se compromete además con exigencias de Propiedad intelectual, Medio ambiente y comercio digital, de manera unilateral: en este último punto, Argentina facilita el comercio digital con Estados Unidos y la transferencia de datos personales.

– “Aranceles: Argentina otorgará acceso preferencial a los mercados estadounidenses para las exportaciones de bienes, incluidos ciertos medicamentos, productos químicos, maquinaria, productos de tecnología de la información, dispositivos médicos, vehículos automotores y una amplia gama de productos agrícolas”: esta constituye la principal concesión de nuestro país. No hay reciprocidad, es decir, el beneficio sólo es para EE UU en una amplia gama de productos.

– “Asimismo, los países se han comprometido a mejorar las condiciones de acceso bilateral y recíproco a los mercados de carne de res”: el comunicado de Argentina sostiene, a diferencia del realizado por la Casa Blanca, que habría una “ampliación significativa del acceso de la carne bovina al mercado estadounidense”. Si nos ajustamos a los hechos, el comunicado aparece como una profesión de fe. El antecedente relevante es del 22 de octubre de este año (2025), ni bien trascendió que Argentina podría incrementar de 20.000 a 70.000 toneladas las exportaciones de carne: la mismísima Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, anticipó que el volumen de carne “no será mucho” y agregó “Argentina enfrenta un problema de fiebre aftosa y que deberá garantizar la seguridad si se concreta un incremento del producto argentino”. En conclusión, aunque aparenta ser un compromiso mutuo, no se desprende beneficio alguno para nuestro país.

– “Normas y evaluación de la conformidad: Argentina permitirá el ingreso de productos estadounidenses que cumplan con las normas estadounidenses o internacionales aplicables”: esta mención hace referencia a los Reglamentos Técnicos certificaciones de organismos e intervenciones previas cómo Senasa, Anmat, Inal. Al igual que el caso anterior, ya rige con resoluciones locales. El acuerdo lo “blinda” hacia adelante. Nuevamente, no hay reciprocidad.

– “Asimismo, Argentina eliminará gradualmente la tasa de estadística a los productos estadounidenses”: nuevamente, es otro compromiso de Argentina que carece de reciprocidad. En los primeros diez meses de 2025, el tributo suma $875.000 millones, de los cuales $80.000 millones corresponden a productos de Estados Unidos.

– “Alineación en materia de seguridad económica: Argentina intensificará la cooperación con Estados Unidos para combatir las políticas y prácticas no mercantiles de otros países”: este compromiso aparece como abiertamente dirigido a productos de origen chino, en mercados subsidiados que desde la redacción oficial son prácticas no mercantiles.

Compromisos que asumiría EEUU

– “En reconocimiento del ambicioso programa de reformas de Argentina y sus compromisos comerciales… Estados Unidos eliminará los aranceles recíprocos sobre ciertos recursos naturales no disponibles y artículos no patentados para uso farmacéutico”: el “beneficio” para Argentina es particularmente difuso. Los aranceles incrementados temporariamente por Trump se reducirán, pero sólo para los recursos naturales no disponibles. La versión de la Oficina del Presidente argentino indica que “EE UU se compromete a eliminar aranceles a productos no disponibles en su territorio”, es decir, aquellos que no impliquen competencia para EE UU, y los artículos farmacéuticos no patentados, con baja incidencia.

– “Además, Estados Unidos podría considerar positivamente el efecto del Acuerdo sobre la seguridad nacional”: el beneficio, además de hipotético (utilizando la conjugación verbal “podría”) no garantizaría la eliminación de aranceles impuestos por la primera gestión de Trump justificados en razones de anti-dumping, por ejemplo, en el acero, que son de carácter permanente.

Luego de la descripción detallada, y aunque Luis Caputo sostuvo, un mes atrás, que “no nos pidieron nada a cambio” del swap y que “es un acuerdo que favorece a los dos países”, la evidente disparidad en el anuncio evidencia su verdadera razón de ser: es el “pago” por la ayuda financiera brindada por EEUU en plena campaña electoral.

Hernán Letcher es Magíster en Economía Política (FLACSO) y Director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)

El acuerdo con EE UU se negoció a espaldas de todos los sectores productivos

Por Alan Longy

Industriales y agropecuarios niegan haber conocido el acuerdo de antemano. Cautela y distancia hasta ver la letra chica.

El acuerdo marco comercial con los Estados Unidos se negoció en el más estricto secreto y a espaldas de todos los sectores productivos argentinos. Desde la Mesa de Enlace hasta las cámaras empresariales con terminales en EE UU plantean que no tuvieron participación ni oportunidad de arrimar sugerencias en la negociación. Horas después del anuncio prima la cautela.
“Es solo un comunicado muy general, no nos vamos a pronunciar”, aseguran desde un conglomerado empresarial del que participan varias multinacionales. “Queremos tener más precisiones del gobierno para entender el alcance real y el impacto”, es la respuesta que se repite entre los sectores industriales, productivos, comerciales y agrarios. Ninguno participó de las conversaciones ni fue consultado por el Gobierno para tener en cuenta sugerencias o pedidos específicos.

“Fue muy hermético y cerrado todo el proceso”, observaron desde una Cámara industrial con llegada a despachos oficiales. Hasta ahora fueron pocos los sectores que se pronunciaron públicamente.

En la Mesa de Enlace agropecuaria hay sorpresa. «Aguardamos los detalles finales del acuerdo para determinar qué impacto tendrá el mismo en la cadena agroindustrial”, escribió la Sociedad Rural. En esa entidad dan por sentado que no tienen lugar para arrimar sugerencias que determinen la letra fina del entendimiento.

En la Federación Agraria ven con preocupación el lugar que se le da a las autoridades norteamericanas sanitarias. “El reconocimiento del Senasa norteamericano y dejar entrar alimentos con ese aval para nosotros nos parece incorrecto”, evalúan.

“Lo anunciado es bueno para carne y malo en leche, aviar y biodiesel”, observan. Desde la FA suman que “solo se podrá sumar un 5% de exportación de carne vacuna” y en biodiesel recuerdan que “el argentino está con un arancel muy alto para entrar a EE UU y el acuerdo no dice nada”.

“Si algo sobra acá es leche, quesos y carne aviar y si traemos de allá será peor”, manifestó José Luis Volando, vicepresidente de la Federación Agraria.

Del otro lado, el titular de la American Chamber (AmCham), Facundo Gómez Minujin, está estudiando los anuncios y clarificando con el gobierno argentino los alcances que no están siendo informados con mayor precisión. La negociación del acuerdo comenzó con las autoridades norteamericanas en abril. La delegación incluyó al secretario de desregulación Alejandro Cacace, al de relaciones económicas internacionales, Luis María Kreckler, al de coordinación de producción, Pablo Lavigne, y a los cancilleres, Gerardo Werthein y Roberto Quirno.
Si bien el anuncio es un acuerdo marco, los detalles ya están definidos. “El acuerdo ya está cerrado y la letra chica ya fue redactada”, confirmó uno de los autores. En las próximas semanas se hará un trabajo de revisión legal y traducción para luego ser rubricado por Javier Milei y Donald Trump.

Cuánto beneficia y cuánto perjudica a Argentina el acuerdo con EE UU

Por Javier Slucki

Un listado rápido revela que la lista de condiciones que aceptó el gobierno de Javier Milei supera ampliamente a las que aceptó el gobierno de Donald Trump.

El futuro acuerdo comercial con Argentina que anunció el gobierno de los Estados Unidos plantea, en verdad, un enorme desbalance entre los beneficios que obtiene uno y otro país, ya que la lista de aperturas y condiciones que el gobierno argentino admite para con Washington supera ampliamente las condiciones que el gobierno de Trump acepta de parte de la administración de Javier Milei.

Un rápido conteo hecho a partir del comunicado que publicó la Casa Blanca permite ver que hay solamente unos tres beneficios para Argentina respecto a su entrada en el mercado estadounidense, que contrastan con unos 24 beneficios comerciales para Estados Unidos respecto al mercado argentino.

Los beneficios para Argentina

En primer lugar, la declaración de la Casa Blanca señala que «en reconocimiento del ambicioso programa de reformas de Argentina y sus compromisos comerciales, y en consonancia con el cumplimiento por parte de Argentina de los requisitos pertinentes de seguridad económica y de la cadena de suministro, Estados Unidos eliminará los aranceles recíprocos sobre ciertos recursos naturales no disponibles y artículos no patentados para uso farmacéutico». Es decir, se volverá, para esos productos, al punto previo a los aranceles establecidos el 2 de abril pasado por Donald Trump.
En segundo lugar, el anuncio señala que se establecerán «mejores condiciones de exportación de carne de res» argentina, así como una mayor «cooperación para el comercio de minerales críticos». Aun así, estos últimos dos ítems son beneficios no exclusivamente argentinos sino recíprocos, que también pueden beneficiar del mismo modo a la parte estadounidense.

Los beneficios para Estados Unidos

En cambio, un listado de los beneficios para Estados Unidos, según se desprende directamente de la declaración de la Casa Blanca, revela los siguientes puntos:

Mejores condiciones de exportación de carne de res
Acceso preferencial de medicamentos
Acceso preferencial de productos químicos
Acceso preferencial de maquinaria
Acceso preferencial de productos de tecnología de la información
Acceso preferencial de dispositivos médicos
Acceso preferencial de vehículos automotores
Acceso preferencial de productos agrícolas
Argentina desmantela barreras no arancelarias
Argentina no exige formalidades consulares
Argentina no dará conformidad propia para productos con certificado aprobado por EE UU en materia de automóviles, alimentos y medicamentos
Argentina fortalecerá el combate a la falsificación y piratería
Argentina se abre al ganado bovino vivo de EE UU
Argentina se abre a las aves de corral de EE UU
Argentina se abre a «ciertos quesos y carnes» de EE UU
Argentina «no exigirá el registro de instalaciones para las importaciones de productos lácteos estadounidenses»
Argentina reforzará el combate a «la importación de bienes producidos mediante trabajo forzoso»
Argentina adoptará medidas para combatir la tala ilegal
Argentina hará un uso más eficiente de los minerales críticos
Argentina aplicará la normativa de la OMC sobre subvención a la pesca
Argentina «intensificará la cooperación con Estados Unidos para combatir las políticas y prácticas no mercantiles de otros países».
Cooperación para el comercio de minerales críticos
Argentina abordará «distorsiones» generadas por las empresas estatales y las subvenciones industriales
Argentina facilitará el comercio digital con EE UU

Se hacen humo 20.000 millones de dólares

El paquete de rescate por unos 20.000 millones de dólares que evaluaban J.P. Morgan, Bank of America y Citigroup para la Argentina fue dejado de lado. La información surge de una una nota publicada por The Wall Street Journal, que revela que las entidades financieras decidieron explorar una alternativa mucho más acotada: un crédito de corto plazo cercano a los 5.000 millones de dólares.

El ministro de Economía, Luis Caputo, usó las redes sociales para contestar sobre esta versión y dejó trascender que es sólo un rumor, pero no la desmintió. Lo hizo reafirmando la pregunta de un usuario de X que alertaba sobre la noticia de The Wall Street Journal.

“El préstamo del sector privado no llegó a concretarse, ya que los Bancos esperaban orientación del Departamento del Tesoro sobre qué garantías y colaterales podían utilizar para protegerse de posibles pérdidas, informó anteriormente The Wall Street Journal. Ahora, los banqueros afirman que ya no se está considerando seriamente, según personas familiarizadas con las conversaciones”, aseguró el principal diario financiero de Nueva York.

Según la versión del medio estadounidense, la opción que analizarían ahora los bancos sería un acuerdo de financiamiento tipo Repo, en el cual el país entregaría activos financieros como garantía a cambio de recibir dólares frescos. Con ese colchón, el Gobierno podría cubrir un vencimiento de deuda cercano a los 4.500 millones de dólares previsto para enero. Una vez cumplido ese pago, la estrategia oficial sería volver a los mercados internacionales con una emisión de bonos para reunir los fondos necesarios y cancelar el Repo.

Pero no todo sería tan sencillo como lo imagina Caputo. El mismo Wall Street Journal señala que “Los bancos podrían verse en aprietos si las condiciones del mercado cambian y Argentina no puede vender nuevos bonos ni encontrar otros fondos para reembolsarlos”. Por eso el diario aclara que la iniciativa recién está en sus comienzos y que podría caerse.
Frente a la corrida que amenazaba con llevarse puesto el gobierno de Javier Milei justo antes de las elecciones de octubre, el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, anunció el rescate de la administración Trump. Primero presentó la alternativa del swap por 20.000 millones de dólares y como la corrida no se frenaba le sumó otros 20.000 millones de ayuda que llegarían de la mano de un préstamo organizado por el JP Morgan, el Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup.

Una vez logrado el objetivo de empujar el triunfo de La Libertad Avanza en las urnas, la iniciativa “privada” comenzó a enfriarse. Los bancos esperaron sin éxito precisiones del Departamento del Tesoro sobre los colaterales y garantías que ofrecerían para cubrirse de eventuales pérdidas.

El WSJ también pone la lupa sobre el mecanismo utilizado por Trump para rescatar a Milei. “Ex funcionarios del Tesoro criticaron públicamente la falta de transparencia del respaldo financiero brindado a la Argentina, señalando que se aparta de prácticas de décadas anteriores, como las implementadas para asistir a México en los años 90″, consigna el medio financiero.

“‘Básicamente no hay información sobre cómo se está utilizando ese dinero’, advirtió Brad Setser, investigador del Consejo de Relaciones Exteriores y ex secretario adjunto del Tesoro durante la administración Obama al WSJ. Y cerró: ‘Creo que es inusual, considerando que se trata de fondos provistos por los contribuyentes’.”

Cencosud cerró un Easy en La Tablada y redujo las sucursales de supermercados Vea

Del personal afectado, 30 aceptaron retiros voluntarios con indemnización completa y 25 fueron reubicados en distintas sucursales, como las de San Justo, Morón, Ituzaingó, Moreno, Remedios de Escalada y Monte Grande, según el Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio (SEOCA).

La multinacional chilena Cencosud, que es una de las oferentes para comprar la operación argentina de Carrefour, redujo sucursales de supermercados Vea en varias provincias (Mendoza, San Juan, Catamarca y Buenos Aires), e inclusive acaba de cerrar el supermercado Easy sobre la rotonda de La Tablada, sobre Camino de Cintura, y 55 empleados pasaron a disponibilidad.

Fundado por Horst Paulmann, empresario alemán nacionalizado chileno, se trata de una de las principales cadenas minoristas en América Latina: cuenta con más de 100.000 empleados y miles de tiendas en varios países, con ingresos significativos en la región, especialmente en Chile y Argentina.
En nuestro país, opera con varias marcas reconocidas, entre ellas Easy, que se especializa en productos para el hogar y la construcción, y supermercados Vea.

Pero en los últimos meses le tocó afrontar idéntico padecimiento al de las grandes cadenas de retail internacionales, que derivó en un proceso de reestructuración y ajuste de sus operaciones en el país, debido a una caída marcada en la actividad comercial y el consumo interno.

La baja de ventas promedia entre un 30% y un 50% en relación a los últimos dos años.

La consecuencia es el cierre de varias sucursales y la reducción de su red comercial.

Una de las últimas medidas fue disponer el cese de actividades en una de las sucursales más grandes del país, el Easy ubicado en La Tablada, en el conurbano bonaerense, sobre Camino de Cintura.

Así y todo, a contramano con este redimensionamiento, versiones hicieron mención a una oferta “preventiva” que Cencosud habría presentado el viernes 17 de octubre ante la casa matriz del grupo francés, que inquietó a los otros interesados, como Coto Argentina, Changomás y el fondo norteamericano Klaff Realty.

Según la especie, el conglomerado chileno habría realizado la propuesta por fuera de las negociaciones que las máximas autoridades de Carrefour Francia vienen manteniendo con estos cuatro interesados en las 700 sucursales de varios formatos de la filial argentina, como los 80 híper; 80 market; 35 mayoristas y 450 del modelo Express.

Consistiría, de acuerdo con lo publicado por ese medio nacional, en prescindir de un proceso de due diligence habitual para estas transacciones, y que sea “a libro cerrado”, como forma de asegurarse la compra, aunque con el riesgo de asumir posibles pasivos ocultos.
El grupo inició sus actividades en los años 50 y 60 en la ciudad sureña de Temuco, Chile, con un autoservicio llamado “Las Brisas” y se convirtió en la firma Centros Comerciales Sudamericanos S.A.

En 1976 se transformó en la cadena de hipermercados Jumbo, el primer hipermercado en Chile, y se expandió a otros países como Argentina, Brasil, Colombia y Perú, e incorporó supermercados, tiendas por departamento, centros comerciales y tiendas de mejoramiento del hogar, como la cadena Easy.

Crece la crisis en el sector de supermercados

Supermercados Vea anunció el cierre de sucursales en todo el país por el derrumbe del consumo, aunque oficialmente planteó que «lleva adelante un esquema de ajustes operativos que incluye la desactivación de locales en el interior».

Tras avanzar con la decisión de dejar de competir por los activos de Carrefour en la Argentina, y enfocada en ajustar su presencia comercial en tiempos de merma en el consumo y pérdida general del poder adquisitivo, la chilena Cencosud sigue achicando su estructura de negocios en la Argentina.

En lo que respecta a los motivos de esta reducción en la presencia comercial de las cadenas de Cencosud, fuentes del ámbito del supermercadismo señalan que la firma es una de las golpeadas por la caída en las ventas que viene generando el menor consumo. En contrapartida, los costos operativos de sus locales no han dejado de subir con suma potencia.
El incremento en los valores de los alquileres comerciales, por ejemplo, se ubica entre los aspectos que, reconocen los gremios de Comercio, derivaron en los cierres de Vea en ciudades como Tucumán.

“La decisión empresarial, enmarcada por la caída de ventas registrada en las encuestas y los análisis económicos, pone de relieve la fragilidad del consumo en la provincia y sus efectos concretos sobre el empleo y la oferta comercial en zonas céntricas “, indicaron al respecto fuentes de esa provincia.

“El cierre de sucursales abre interrogantes sobre la ocupación del local, el impacto en proveedores locales y la dinámica del comercio en el microcentro, donde la concentración de actividad económica depende en parte de la presencia de cadenas mayoristas y supermercados», añadieron.
En Tucumán, Cencosud bajó la persiana de tres sucursales de Vea apenas en las últimas semanas. En esa ciudad, la medida impactó también en 55 empleos directos. A fines del mes pasado, Cencosud también decidió cerrar su punto de venta en San Pedro, en la provincia de Buenos Aires. La decisión afectó 30 puestos de trabajo.

En ese caso, el Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) señaló que “la medida responde a una reestructuración nacional del grupo chileno Cencosud, que ya cerró unas veinte sucursales de Vea, Easy y Blaisten en distintas provincias “.

En esa línea, Marcelo Mosteiro, secretario general de la representación del SEC en San Pedro dijo que Cencosud tomó la decisión a raíz de “un déficit operativo sostenido ” y el “alto costo del alquiler, que pasará de 18 a 34 millones de pesos mensuales. Es un monto imposible de sostener con el margen actual de ganancias “.

El gremialista afirmó que el cierre de Vea en esa ciudad refleja “un cambio profundo en los hábitos de consumo “, a la vez que reconoció “caída total en las ventas, producto de la crisis económica y la pérdida de poder adquisitivo “.

“Antes la gente llenaba el chango, hoy se compra lo del día. El ajuste lo hacen los laburantes y los jubilados “, dijo.

En Mendoza, Cencosud cerró una sucursal de Vea en Guaymallén, con impacto en 14 empleos. En ese distrito, voces ligadas al supermercadismo afirman que la medida no implica la retirada del grupo chileno del mercado argentino, sino “una reconfiguración de la red de tiendas con el objetivo de fortalecer las marcas más competitivas del grupo, como Jumbo, Disco y Easy “.

Hacia adelante, grupos en redes sociales conformados por empleados y ex trabajadores de Vea anticipan que el grupo chileno también pondrá fin a sucursales de Vea en Hurlingham y Necochea.

La firma trasandina suma meses de cierre de sucursales y despidos en Vea, una de las cadenas que Cencosud controla en el país además de Jumbo, Disco, Easy, Makro y Basualdo.

Recientemente, la cadena dejó de operar sus sucursales en Castelar y Moreno, en el conurbano bonaerense, y también bajó las persianas del supermercado en Villa Krause, en los alrededores de la capital de San Juan.
Al mismo tiempo, se anticipó el cierre de la sucursal del supermercado Vea instalado en la terminal de ómnibus de Catamarca capital. La novedad fue informada por Roberto González, secretario general del Centro de Empleados de Comercio de esa provincia.

En grupos de empleados de Vea en redes sociales señalan que una de las sucursales de Vea en La Plata correría la misma suerte. “El local, ubicado en calle 45 entre 2 y 3, aún sigue funcionando incluso con empleados. Pero acaba de entrar en subasta. Lamentablemente, eso es todo lo que se sabe “, indicó uno de sus integrantes.

También este año Vea activó recortes de personal en distintos puntos de la Argentina. Dos ejemplos: Bahía Blanca, con una ola de despidos en dos sucursales que cobró forma en febrero de este año. Y Luján, con cesantías que generaron protestas en la primera mitad de agosto.

Las PyMEs “Trabajan a menos del 60% de la capacidad instalada”

El economista, Federico Vaccarezza analizó el escenario económico tras el resultado electoral y advirtió que, pese al alivio financiero, la economía real “sigue mostrando signos de debilidad”, especialmente en el sector industrial y las pequeñas y medianas empresas.

“Hay que hacer un balance de cómo llegamos hasta acá, justamente, en el tema de la economía real, en lo que tiene que ver específicamente con el crecimiento, la producción y el consumo”, planteó Federico Vaccarezza. También explicó que, “el crecimiento se vino ralentizando, pensemos que el crecimiento hasta junio vino a una velocidad de junio para acá, empezó a plancharse”.

Según su diagnóstico, la recuperación se concentró en sectores muy específicos: “Los dos sectores que vienen empujando el crecimiento son las finanzas y el petróleo, principalmente”. En cambio, “la industria está en una situación muy difícil, está trabajando a un nivel muy bajo, menos del 60% de la capacidad instalada industrial, el desempleo también creció, el cierre de PyMEs también creció de manera muy preocupante durante estos dos años”.

Vaccarezza consideró que, hacia adelante, el panorama dependerá de la capacidad del Gobierno para impulsar el crédito y estimular la demanda interna. “Algo positivo, la baja del riesgo país y la baja de la tasa de interés que puede venir consecuencia de una mejor condición de financiamiento es un dato positivo”, señaló.

Sin embargo, agregó que, “la duda es si esa baja en la tasa de interés te puede llegar a empujar el consumo y si las familias van a tener como un resto más para poder gastar en estimular el consumo privado para que las PyMEs crezcan un poco más”.

El economista subrayó que el crédito será clave para cualquier intento de recuperación. “Si querés llevar una política productivista adelante, creo que habría que ajustar varios aspectos. No es un imposible, sería sumamente bienvenido por todo el sector productivo en su conjunto, tanto por la producción como por el lado de los consumidores y del trabajo”.

En ese sentido, destacó que, “si no viene por el lado del crédito, la baja sustancial de la tasa de interés consecuencia de la quita de presión que se tenía sobre el tipo de cambio abre un margen para poder llevar adelante una mejor perspectiva de la que veníamos teniendo básicamente hasta hace un mes atrás”.

Lo peor no pasó: las fábricas están en la lona, entre despidos y cierres

En la industria “lo peor” todavía no pasó. En contraposición a la idea que alzó el Gobierno en las últimas semanas, buscando llevar optimismo a las urnas, las fábricas hablan con un rotundo silencio, donde cuatro de cada diez máquinas están paradas.

Así lo explicó Federico Vaccarezza, economista de Industriales Pymes Argentinos (IPA), quien explicó que para encontrar datos de actividad similares hay que viajar hasta el 2020, cuando las fábricas se frenaron por la pandemia del coronavirus como consecuencia de medidas sanitarias.

“El número es preocupante. Mucho más teniendo en cuenta de que la estimación de hace con los datos oficiales del Indec. No hay registro desde la pandemia, que fue una situación dramática”, explicó a 660 días de la asunción de Javier Milei.

Y añadió: “Estamos hablando de un uso de capacidad instalada casi a los niveles que se estaba utilizando hacia el final de la pandemia, con una economía que está creciendo al cuarto por ciento anual”.

Entonces, ante la pregunta de si, tal como dijo el presidente ya cuatro veces, “lo peor ya pasó”, contestó: “Si hablamos del trabajo, de la industria, de los servicios, la situación es verdaderamente preocupante”.

“Vamos a una cuestión concreta, que es la que nos preocupa a los industriales, la dinámica de las empresas de la economía real y el empleo calificado. Desde diciembre de 2023, desde que llegó el nuevo gobierno, hasta junio, se perdieron 272.880 puestos de trabajo formales”, puntualizó.
Luego, sumó: “Estamos hablando de trabajadores registrados con el cumplimiento de toda la regulación. Es una pérdida de 15.000 puestos mensuales. Si a eso le sumamos el no registrado, estamos hablando de una destrucción de 30.000 por mes, casi 500.000 en 18 meses. Eso solo desde el empleo”.

Estos puestos de trabajo lleva años volver a recuperarlos: “Es dificilísimo recuperar el trabajo formal. A las pymes les cuesta mucho tiempo formar a un trabajador. Es una inversión de un año para formarlo y que esté en condiciones. Y tratan de no despedir gente”.

“Porque después eso le va a afectar su capacidad productiva. Entonces la situación es doblemente gravosa. Porque no estamos hablando de una actividad comercial. Estamos hablando de mucho tiempo, mucha responsabilidad. Es una máquina que puede llegar a valer 250.000 dólares y hay que formar un trabajador para que pueda usarla”, finalizó.  

La crisis textil

“La situación se está espiralizando”, lamentó un empresario textil respecto del escenario que vive el sector. La combinación entre la recesión, la apreciación cambiaria, la pérdida de poder adquisitivo y la ola de importaciones provocó el cierre de 381 empresas en un año y medio. Las elecciones no prometen cambiar el escenario, cualquiera sea el resultado, y las compañías que resisten ven venir meses aún más complicados con la apertura comercial en marcha y salarios que no parecen repuntar.

El clima es el de la paz de los cementerios: un rubro que invirtió alrededor de USD 1.400 millones en bienes de capital en los últimos cinco años pero que hoy esas máquinas producen a una capacidad instalada del 57%. Con casi la mitad de la industria paralizada, las cadenas de pago todavía se mantienen.

Un empresario que produce telas con clientes en todo el país aseguró que en los últimos tres meses sus ventas cayeron un 60%, en especial por la volatilidad de las tasas. “Los confeccionistas prefieren no comprar antes que endeudarse a tasas altas y no pagar”, graficó. La falta de consumo afecta en toda la cadena, pero se siente con más intensidad en la mitad. En cambio, en los extremos —hilados e indumentaria final— las importaciones inundaron el mercado argentino.

Según datos de Protejer, unos 14.000 cuits importadores se dieron de alta en el último año (un 38% más que en 2024). Aunque también existe un sobre stock de mercadería comprada en el exterior que cuesta ofertar para el consumo interno. “Salen a venderlo a un precio muy bajo”, planteó Jorge Sorabilla, director institucional de TN Platex, la empresa de Teddy Karagozian.

De acuerdo a un informe realizado por la fundación, la producción nacional solo cubrió el 30% del consumo aparente de textiles, mientras que las importaciones acapararon el 70% del mercado en los primeros ocho meses de 2025. Este fenómeno se vio impulsado por un aumento del 134% en el volumen de prendas de vestir importadas y una caída general de la fabricación del sector de 14,5%. Como consecuencia directa, entre diciembre de 2023 y junio de 2025 se perdieron 11.500 empleos registrados en la cadena de valor textil, de indumentaria y calzado.

El reporte enmarcó la crisis en la «fragilidad del modelo» económico que llevó adelante el Gobierno de Javier Milei. El diagnóstico atribuyó la situación a una caída persistente de los ingresos reales de la población, un atraso cambiario que favoreció las compras al exterior y una desregulación de las importaciones. A nivel general, la economía mostró una contracción en el consumo privado y el gasto público, con una pérdida total de 102.000 puestos de trabajo asalariados privados en el mismo período. El informe advirtió sobre los riesgos del frente externo, con un fuerte aumento de las importaciones de bienes (+32%), un déficit por turismo de 6.327 millones de dólares y una caída del 26% en el índice de confianza en el Gobierno.

“Nos estamos regalando”, sintetizó Luciano Galfione, presidente de la entidad, en una conferencia de prensa. Se refirió así a un tipo de cambio barato, sostenido artificialmente, que le trajo beneficios a los extranjeros que, además de la rebaja de aranceles, no pagan la carga impositiva que pesa sobre los productos argentinos. Según el sector, el precio de una prenda tiene entre un 40% y un 50% de componente impositivo, sumado a costos como alquiler y servicios, que aumentaron fuerte.

De esta situación se habló en la conferencia ProTextil que reunió a las principales empresas del sector y a dirigentes políticos. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, abrió el evento y advirtió que “el aumento de costos en dólares, junto con la competencia de productos importados más baratos, reduce drásticamente la rentabilidad y la capacidad de inversión de las empresas”. «A esto se suma la contracción del mercado interno, esencial para el consumo de bienes producidos en la provincia, completando un círculo vicioso de crisis industrial”, consideró.

Kicillof defendió el rol activo del Estado como elemento clave para asegurar el desarrollo del sector privado. “La inversión estatal debe verse como un facilitador indispensable para que las empresas puedan crecer. El Estado y el sector privado no van por carriles separados, ya que las empresas invierten cuando hay rutas, puertos e infraestructura adecuada: no hay que elegir entre uno u otro, sino trabajar de manera conjunta y pensando en el futuro”, afirmó.

La empresa de tejido de punto más importante de Argentina suspende casi 200 operarios por más de 4 meses

Una conocida fábrica de pulóveres atraviesa una profunda crisis económica debido a la caída de las ventas y decidió suspender a 170 empleados hasta marzo. Se trata de Textilana, una de las firmas más importantes del rubro textil, fabricante de la reconocida marca Mauro Sergio, instalada en Mar del Plata.

La drástica decisión fue tomada la semana pasada en el marco de una audiencia a instancias del ministerio de Trabajo durante la cual, a través de sus representantes legales y autoridades, la empresa solicitó la suspensión de gran parte de su personal.

Luego de varias negociaciones con la Comisión interna para mejorar las condiciones, las partes acordaron suspender a 170 operarios, lo que representa el 70% de los empleados de la fábrica. Además, se lograron reducir los tiempos durante los cuales se aplicará la suspensión. Si bien en un principio la textil había solicitado que sea durante seis meses, se acortó a cuatro. La medida rige desde el lunes 16 de noviembre y se prolongará hasta el 31 de marzo de 2026.

La negociación incluyó también un acuerdo para que, durante esos cuatro meses y medio, la empresa abone el pago del 78% de los salarios a los trabajadores en lugar de 75%, y que se les pague el aguinaldo en dos partes y no en tres.

“Dentro de lo malo, es lo menos malo con respecto a otros acuerdos. Hay suspensiones que muchas veces no se pagan. La empresa siempre se ha comportado y se ha manejado correctamente cuando se ha acordado”, valoró Mauro Galván, miembro de la Comisión interna de Textilana.

En ese sentido, afirmó que las condiciones impuestas fueron aceptadas por los empleados afectados por temor a un posible cierre total de la empresa: “Prefieren agarrar lo poco que te dan. Tienen temor a perder las fuentes de trabajo. El miedo te lleva a tomar esta decisión”.

Galván mencionó que algunos de los 170 empleados afectados por la suspensión tienen hasta 40 años de antigüedad, y comparó la situación actual con tiempos pasados, cuando la textil era próspera: “Trabajo hace más de 20 años acá. Han pasado diferentes gobiernos y nunca vi algo por el estilo. La fábrica está diezmada. En los mejores tiempos había 1.200 empleados y hoy quedan 240”.

“Antes veíamos salir camiones todo el tiempo, pero ahora no hay ventas. No hay guita en las calles. Además, las importaciones también nos joden. Siempre funcionó sola más allá de las decisiones de los patrones. Este Gobierno está haciendo un desastre”, aseguró Galván.

“Es una situación horrible la que estamos pasando todos”, lamentó el representante de los trabajadores para quien “por cuestiones políticas y económicas del Gobierno se está destruyendo la industria textil”.

Se cierran casi 30 empresas por día

En relación a noviembre 2023, mes base para evaluar la gestión  de Javier Milei, el sistema de riesgos de trabajo sumaba 511.337 empleadores y 9.840.290 trabajadores.

A julio 2025, después de 20 meses, se produjo una caída neta -entre altas y bajas- de 17.063 empleadores (casi 30 por día) o «unidades productivas» que emplean a uno o más trabajadores. Y disminuyó en 236.845 el total de trabajadores empleados.

Las áreas más castigadas en términos de empleio fueron las vinculadas a la construcción, afectada por la paralización de la obra pública; la industria manufacturera y el sector público.

Estos retrocesos, tanto de empleadores como de empleados, se explican por las desvinculaciones, retiros voluntarios y cesantías en el sector público y privado en un contexto en el que el consumo no repuntó por la suba del desempleo, caída de ingresos de las familias y reducción del dinero disponible para la compra de alimentos o vestimenta por el mayor peso que absorbieron las tarifas de los servicios, como electricidad, gas, prepagas o expensas.

Fuentes: Estación Sur / Agencia FARCO, Página12, Resumen Latinoamericano, El Destape, InfoGremiales, Perfil, Télam, Clarín

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