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La información es un arma de guerra que dispara de acuerdo a sus propios códigos

Fuentes: Argenpress

El diario El Comercio (de Quito, Ecuador, considerado uno de los más influyentes periódicos del sistema) tituló, en primera página (a una columna – viernes 9 de enero/2009)) un avance informativo de la visita oficial que esos días realizaba a Cuba el Presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado. El pequeño titular decía, en letras destacada: […]

El diario El Comercio (de Quito, Ecuador, considerado uno de los más influyentes periódicos del sistema) tituló, en primera página (a una columna – viernes 9 de enero/2009)) un avance informativo de la visita oficial que esos días realizaba a Cuba el Presidente de Ecuador, Rafael Correa Delgado. El pequeño titular decía, en letras destacada: «Correa dice que Ecuador es un Aliado de Cuba».

En la página 2-1 el periódico desplegaba la información proveniente de La Habana, de las agencias AP-DPA-AFP, bajo un titular muy destacado que decía:

«Correa cuestiona a EE.UU. en Cuba»

La frase de entrada a la información, decía textualmente: «En su primer día de visita oficial a La Habana, el Presidente Rafael Correa se declaró un aliado incondicional de Cuba. En forma paralela, lanzó críticas contra la política exterior de EE.UU. a la que calificó de absurda»

Leí con atención el despliegue informativo que traía el diario respecto de esta visita Y NO ENCONTRÉ EN PARTE ALGUNA una referencia textual a declaraciones suyas en la que se haya declarado «un aliado incondicional de Cuba» Había si, destacado que Cuba es un país con dignidad, de amplia democracia, que había resistido 47 años de bloqueo norteamericano y que sin embargo había logrado indiscutibles conquistas sociales en salud, educación.

También, el Presidente ecuatoriano había manifestado que el tenaz bloqueo contra la isla por el poderoso vecino del norte había sido una política absurda y que debía cesar de inmediato ya que era contrario a elementales normas del derecho internacional. Pero de ahí, a afirmar que ha cuestionado LA POLITICA EXTERIOR DE LOS EE.UU en términos generales, hay una gran distancia.

En los posteriores días a esta información, El Comercio ha ido tomando posiciones, en sus páginas de opinión, especialmente, en el sentido de tratar de identificar la política de Correa con la política de Cuba, lo cual para el periódico (y para los sectores económicos que representa) es poco menos que un delito de «lesa democracia»; de la democracia representativa neoliberal, por supuesto.

Mas, para efectos de este comentario, lo que yo persigo es demostrar lo que vengo denunciando desde hace años: que los medios privados del sistema «actúan, deciden, orientan y discriminan» según frase de ya no me acuerdo quién. Y esta política, la practican desde hace fuu, solo que en estos tiempos, frente al despertar de los pueblos de América Latina, al descalabro especialmente de credibilidad de los viejos partidos políticos de las oligarquías locales, el descrédito en que ha caído el propio sistema, pues, estos medios se han despojado del falso ropaje que exhibían antaño (la objetividad, la imparcialidad, la neutralidad) y hoy son el frente mediático que el imperio y sus aliados locales (esos si verdaderos incondicionales) han echado a andar, sin escrúpulos ni consideraciones para nada ni nadie.

En el caso citado, El Comercio mintió descaradamente al poner en boca del Presidente Correa la frase que se ha declarado «aliado incondicional de Cuba» La intención, para nosotros los ecuatorianos, fue la de establecer una comparación antagónica con el coronel Lucio Gutiérrez Borbúa quien, apenas posesionado como Presidente de la República, viajó a Washington y se declaró el «mejor aliado de Bush» (ese si, con todas las letras y la estupidez del caso)

Una segunda manipulación, en la misma edición, fue el titular y el párrafo que afirmaba que Correa había cuestionado LA POLITICA EXTERIOR DE EE.UU. Un caso flagrante de manipulación informativa ya que Correa lo único que hizo fue no solo cuestionar sino condenar ese bloqueo criminal y absurdo que el gran imperio mantiene contra la isla, desde hace 47 años. El Presidente Correa, en buena medida, ratificó lo que la Asamblea General de las Naciones Unidas (183 votos contra 3) ya lo hizo semanas atrás, por décima séptima vez, contra ese criminal bloqueo. Inclusive advirtió que ninguno de nuestros países aguantaría tres meses, un bloqueo semejante; y que pese a él, Cuba había podido desarrollarse y ofrecer a su pueblo salud gratuita, educación gratuita.

Las consignas mediáticas que aplican

Algún trasnochado «compañerito» aseguraba, hace poco, que los medios de comunicación del sistema actúan «bajo parámetros de libertad, democracia, honestidad»; y que si se equivocan, pues rectifican. Pero que de manera alguna actúan bajo consignas, bajo presiones «de ninguna naturaleza» La tesis es que los medios actúan de «buena fe» pero «nunca» bajo lineamientos de política empresarial, menos de ideologías o consignas foráneas. Veamos si esto es verdad.

Tomemos los casos de la revolución bolivariana de Hugo Chávez (Venezuela) la revolución de Evo Morales (Bolivia) la revolución ciudadana de Correa (Ecuador) los ensayos de cambios en la Nicaragua de Ortega; la intención de introducir cambios y transformaciones en el Paraguay de Lugo; y veamos cuál es la actitud de los medios privados y sus «periodistas estrellas»

En Venezuela, los medios privados (qué ocupan un 80 por ciento del espacio comunicacional) le dicen de todo al Presidente Chávez (mono, gorila, dictador, autócrata) De pronto, advirtieron que «la delincuencia» había crecido, como nunca, que el tránsito es un caos, como que si estas tendencias hubiesen aparecido con Chávez. ¿Acaso la misma «tendencia» no fue «descubierta» por los medios del sistema en nuestro país? Antonio Peredo, un senador del MAS boliviano, nos decía que la misma táctica habían «descubierto» los medios opositores al Presidente Evo Morales.

¿Es o no es una misma táctica que se aplica ¡oh coincidencia» justo en los tres países sudamericanos en donde se llevan adelante ensayos políticos y sociales de cambios y transformaciones?

En cambio, ¡qué distinto! es el tratamiento que dan los medios privados colombianos frente al parapresidente Álvaro Uribe y su combo (las cadenas radiales y de televisión RCN y Caracol, el diario El Tiempo, de los Santos que están en el gobierno; el Colombiano de Medellín, el País de Cali). Para estos medios, la delincuencia común ha desaparecido: todo delito, especialmente si es secuestro o asesinato, pues «sospechan o le endosan» a las FARC, que «son narco terroristas» (y nuestra policía ecuatoriana, repite como loros, la «misma sospecha» cada vez que captura un alijo de droga o sicarios colombianos asesinan en pueblos de la frontera común a algún compadre).

Pero lo que estos medios no reconocen es que la propia DEA norteamericana (la que tiene a su cargo desde USA, el combate contra el narcotráfico que sigue campante y floreciente en el imperio) tiene información certificada que esta actividad criminal, en Colombia, está a cargo de capos muy populares y conocidos; y que estos capos estaban (¿siguen?) muy ligados a capos paramilitares que a su vez respondían a mandos de congresistas del partido de gobierno (cerca de 90 están en la cárcel).

Las víctimas son terroristas y los terroristas héroes

Para demostrar que esta orientación mediática es universal, me basta con examinar, así de pasada, el tratamiento que da la comunicación internacional en torno a la bestial y genocida agresión de Israel contra los legítimos dueños de esas tierras, los que siempre vivieron ahí, los palestinos. A manera de ejemplos, señalaré cómo la prensa informativa internacional (que está en manos de empresas judías, en mayor porcentaje) utiliza un lenguaje para describir acciones de agresión o de defensa, según sean de Israel o de Hamas:

– Para comenzar, siempre son los «fundamentalistas musulmanes» de Hamas los que agreden primero; los «pacíficos» israelitas, no tienen otra alternativa que responder a la agresión, A esto le llaman «represalia muy justificada» desde luego.

– La resistencia de Hamas lanza cohetes caseros contra Israel (en 10 años han causado 9 muertos) El cable internacional los califica de «terroristas».

– Los pilotos de los aviones de guerra y los tanquistas (que en 15 días de agresión han causado más de 1000 muertos y cerca de 5000 heridos, buena parte, niños, niñas, mujeres, ancianos) son «valerosos soldados» que están ejecutando una «operación quirúrgica».

– Los milicianos palestinos que, en situación de absoluta desigualdad frente a invasión tan bestial, tratan de organizar alguna resistencia al invasor (un derecho que hasta ha sido reconocido por las Naciones Unidas) son calificados de «fundamentalistas» que quieren desaparecer a Israel.

– Los bombarderos que han destruido casas, domicilios con familias enteras adentro, son calificados de patriotas que están respondiendo a una agresión de terroristas en lo que Bush llamaba «legítima defensa».

– Israel es una «democracia perfecta» (precisamente esta agresión se produce a pocas semanas de elecciones legislativas) pero si Hamas gana las elecciones en Gaza y desplaza a Al Fatah, entonces Israel «desconoce esta elección» por si y ante si; y el Consejo de Seguridad de las NN.UU. no pide sanciones contra el invasor y genocida.

Quizá, El Comercio de Quito, en su edición del miércoles 14 de enero/2009, en titular de primera página, refleja sin apelaciones este discrimen mediático. «Combates cuerpo a cuerpo en la Franja» dice el titular de anticipo; y en la página 8 del cuaderno 1, repite en un titular a todo lo ancho de página: «Israel y Hamas libran violentos combates».

¿No es verdad que, si uno lee tales titulares, lo primero que se imagina es que en Gaza se están librando tremendos combates «cuerpo a cuerpo» y que, por lo tanto, los «hereoicos soldados del sionismo» están librando una guerra total para librarse de los terroristas de Hamas, que les agreden?. Pero si se lee detenidamente la información (que desde luego ha llegado al medio vía agencias informativas que están en manos de empresas judías) a pesar del esfuerzo que hacen por darnos una idea de que no se trata de una vulgar y genocida agresión, se encuentra que la relación de medios de guerra no tiene comparación alguna. Los sionistas agreden primero por aire, con bombas incendiarias y destructivas y tras ellos van los tanques de última generación que disparan a distancia de kilómetros morteros bestiales que destruyen casas enteras y matan a todos sus ocupantes. ¿Y los terroristas islámicos? Pues algunos cuadros tratan de organizar la resistencia con carabinas viejas, alguna escopeta y piedras que son lanzadas por muchachos indignados. ¿Se puede aseverar que los invasores están librando tremendos combates cuerpo a cuerpo con los invadidos? A pesar de que estos tendrían todo el derecho del mundo a hacerlo.

Me preocupé por «constatar», a través de los informativos de la televisión, si había alguna escena o episodio que reflejara lo que El Comercio afirmaba. Verbalmente, la locutora en pantalla de uno de los canales abiertos (Canal 8) hablaba también de combates en el centro de Gaza pero el video que pasaba era uno en el que se veía el estallido de bombas incendiarias que caían sobre la población, como fuegos artificiales (las mismas escenas de la invasión de Irak) casas y edificios destruidos, víctimas que trataban de ser auxiliados y mucha gente corriendo, en busca de un refugio que, dada la dimensión del ataque bestial, prácticamente no existe. Si los sionistas bombardean escuelas, hospitales, edificios de las Naciones Unidas, ¿dónde podían las aterrorizadas familias palestinas buscar refugio seguro?.

¿Qué hacer?

«La información se ha convertido en un arma de guerra, para horadar proyectos políticos que resisten los planes hegemónicos» decía Noam Chomsky (politicólogo de la nueva izquierda norteamericana) y agregaba: «La propaganda es para la democracia lo que el fusil para un estado totalitario».

Es un hecho que nadie puede desconocer (o negar) que la gran comunicación social del sistema (prensa, radio, televisión, internet) se ha convertido en la vanguardia del sistema, tratando de enfrentar la lucha mundial que se libra contra el neoliberalismo rampante. Lo hace porque no puede seguir fingiendo que representa la opinión pública de los pueblos; porque el gran capital la ha penetrado hasta los tuétanos tanto como capital de inversión y propiedad como a través de la multimillonaria publicidad de la sociedad de consumo. Entonces, su papel de «medio» entre el poder político y la ciudadanía ha quedado al descubierto; y no puede seguir siendo juez y parte, como algunos ingenuos creen que pueden.

La gran pregunta es ¿qué hacer frente a esta actitud? Hay no pocas respuestas (los medios públicos o comunitarios, el desenmascaramiento continuo de los manipuladores, el cambiar de dial, el no comprar los productos que patrocinan esos programas informativos y de opinión, etc.) pero va imponiéndose la verdad; esa verdad que para Lenín era revolucionaria. Por lo menos en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, en Nicaragua, en donde hay enfrentamientos directos entre los procesos de cambios y la defensa a utranza del sistema, la consolidación electoral y popular de sus líderes y los sonados triunfos en las urnas de procesos electorales y de promulgación de nuevas constituciones, como que los medios de comunicación del sistema han perdido terreno y, sobre todo, credibilidad. Ya la gente común y corriente no traga ruedas de molino y se da cuenta que estas armas del neoliberalismo mienten, tergiversan, manipulan, inventan o niegan lo que en la realidad es muy diferente.

Ahí la condena mundial contra el sionismo judío y su genocida ataque (uno más) contra la indefensa palestina, a pesar de la información que se vierte a través de los grandes medios.

Ahí, los respaldos populares mayoritarios para los procesos de cambio y transformación que operan en Venezuela, Bolivia y Ecuador, a pesar de toda la oposición y manipulación de los medios privados del sistema.

Y como demostración en contrario, ahí, el ejemplo de Colombia, en donde una red informativa y de opinión muy fuerte y muy desvergonzada, y una historia de violencia feroz y sin cuartel, mantiene en niveles altos de aceptación al criminal gobierno de Álvaro Uribe, sus para militares, su iglesia católica comprometida, sus narcotraficantes y más. Ello explica, por ejemplo, esta última perla informativa que publicó el siempre inefable El Comercio de Quito:

Colombia: Tres niños mueren en ataque atribuido a las FARC

¿Quiénes atribuyeron al ataque a las FARC? Pues, el Jefe de Policía local y los medios del sistema.