La campaña mediática anunciada contra Venezuela por Eliot Abrams, no es nueva, empezó desde que el comandante Hugo Chávez ganó las elecciones en Venezuela. Piensan recrudecerla, eso es otra cosa, por los reiterados fracasos que han tenido al no poder doblegar al pueblo venezolano y su gobierno constitucional.
En realidad, el debate sobre este tópico no es nuevo, pero hoy cobra mayor relevancia porque aflora con mayor ímpetu y eso es percibido por el mundo. Las apetencias de países que pretenden superar sus crisis internas, avasallando, interviniendo a las naciones a las que no pueden, en palabras de Obama “torcerles el brazo”, para arrebatarle sus recursos naturales. Ese es el quid de la cuestión, arrebatar a otros, para el confort de sus sociedades. En pocas palabras, así se puede sintetizar la conducta de los países imperialistas.
Por supuesto, la información, les brinda un mecanismo, apropiado para lograrlo y utilizan toda la tecnología aplicada a ese campo para preparar el terreno, que los lleve a su meta definitiva, la dominación, la explotación, de todas las naciones, la imposición de gobiernos títeres que sirva de medio a sus fines.
El tema ha venido siendo abordado desde la década de los setenta, la mayoría de las investigaciones sobre el tema comunicación en el área de la información internacional, han concluido en que el flujo de información entre los países autodenominados desarrollados y el resto, es totalmente desequilibrado. Más del 80 por ciento de la información que consumimos nos viene por vía internacional (Estados Unidos y Europa) y no hay correspondencia a la inversa.
Eso, incluso, lo puede apreciar cualquier persona de nuestros países, que viaje a Estados Unidos o Europa, sin ni siquiera, proponérselo, basta ver los periódicos del país visitado y observará, que los nuestros ni se nombran, al menos que sea en noticias negativas, calificándolos como países violentos, narcotraficantes, irrespetuosos de los derechos humanos, corruptos, incivilizados y otros calificativos, muy propios del arsenal de términos que tienen ellos para estigmatizarnos.
El tema de la información, que hoy es vital, porque se ha descubierto su poderosa capacidad, para ablandar, manipular, lavar cerebros etc. Ha entrado en el mundo de la globalización y hoy utilizando las agencias tradicionales de información, más los laboratorios de guerra sucia y el manejo sesgado de las denominadas Redes Sociales, se conforman verdaderos maquinarias, léase laboratorios interdisciplinarios, que al unisonó, con una labor planificada, desarrollan una labor de penetración, de desinformación, que ejerce una extraordinaria influencia en la opinión pública latinoamericana y sobre los pueblos de otras latitudes, porque su ámbito es mundial. Las Redes Sociales, pretenden ser utilizadas por algunos países, y eso no lo oculta Estados Unidos, por ejemplo, como verdaderas armas de penetración ideológica, modificando los flujos informativos a su favor y a sus fines intervencionistas.
De allí, que, con el apoyo de las agencias internacionales de noticias y el uso de nuevas tecnologías aplicadas al campo comunicacional, los mensajes audiovisuales, las noticias, todo el mundo Online, son utilizados por estos verdaderos carteles informativos, con carácter transnacional para influenciar a miles de millones de personas en el orbe y domesticar, si, esta es la palabra correcta, domesticar, para dominar y expoliar.
Todos somos víctimas de este experimento comunicacional y en el caso de Venezuela, país que ha sido sometido en los últimos años a una especie de “linchamiento comunicacional”, podemos observar, como se ha utilizado, una modalidad de esa nueva tecnología, las Redes Sociales, para mantener a la población en un estado de angustia, zozobra, intranquilidad, fomento de odio, propagación de noticias falsas, creación de verdaderos, como lo llaman los periodistas en sus redacciones, verdaderas hoyas de información contaminada para dividirnos, confundirnos, ponernos a dudar, avergonzarnos de nuestro propio país, de nuestra nacionalidad y colocarnos aunque sea transitoriamente al servicio de los intereses de esas grandes potencias manipuladoras. En la mayoría de los casos, ni siquiera nos damos cuenta de esos procesos, porque utilizan no sólo mecanismos explícitos, sino, también, subliminales.
Esta reflexión es confirmada recientemente por Elio Abrams, quien desnuda ante el mundo los propósitos mediáticos de los Estados Unidos y amenaza a Venezuela con una devastadora campaña de desinformación, para de alguna manera idiotizar a la opinión pública internacional, fomentar en nuestro país confusión y desasosiego entre la población civil, para luego justificar cualquier atropello, cualquier maniobra para dividir sus fuerzas armadas, debitándolo, para crear las condiciones propicias para un intervención.
Sin embargo, nuestra respuesta continua siendo débil, casi que por reflejo, cada quien responde por separado, si es que se responde, cuando en la práctica debería conformarse todo un equipo, con lineamientos claros, con ramificaciones nacionales e internacionales, utilizando al mismo tiempo todo los recursos que nos brinda la tecnología de la comunicación, para enfrentar y neutralizar la campaña estigmatizadora contra nuestro país, que no es nueva, sino que comenzó desde que el Comandante Hugo Chávez, llegó al poder por las vías constitucionales. En Venezuela hay que jerarquizar la información y entender que su desarrollo y manejo es vital en esta nueva etapa del acontecer mundial, donde es utilizada como herramienta fundamental de ablandamiento, penetración y dominación.
[email protected]. Profesor de la UCV
Fuente: https://barometrolatinoamericano.blogspot.com/2020/08/la-informacion-internacional-contra-la.html