Poniendo en evidencia su verdadera naturaleza supremacista, la OEA invitó a Alejandro Miró Quesada, Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), como orador principal de la Cátedra de las Américas, para hablar el martes 26 de junio sobre periodismo y gobernabilidad en América Latina y el Caribe.La SIP, que aglutina a los dueños y […]
Poniendo en evidencia su verdadera naturaleza supremacista, la OEA invitó a Alejandro Miró Quesada, Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), como orador principal de la Cátedra de las Américas, para hablar el martes 26 de junio sobre periodismo y gobernabilidad en América Latina y el Caribe.
La SIP, que aglutina a los dueños y directores de los principales medios de comunicación conservadores del continente, ha sido reiteradamente señalada de manipular la libertad de expresión, con el fin de defender de manera exclusiva los intereses del poder económico continental. Como organización, ha arremetido contra todo proceso político latinoamericano vinculado con los anhelos de justicia social de las mayorías empobrecidas, y complementariamente, ha silenciado los abusos de los procesos dictatoriales de extrema derecha.
El anterior presidente de la SIP, Julio Arbilla, estuvo vinculado con los procesos de censura y cierre de diarios durante la larga dictadura que asoló a Uruguay, sobre cuyos abusos nunca se pronunció la organización. Por su parte, Alejandro Miró Quesada es el director de El Comercio (Lima), considerado por sectores críticos como el órgano de prensa del Tratado de Libre Comercio entre Perú y EE.UU, que responde a los intereses de las corporaciones y es contestado por las organizaciones que representan a las mayorías populares.
Quesada lidera las absurdas acusaciones presentadas este año por la SIP contra Kirchner, que fueron repudiadas por la inmensa mayoría de la prensa argentina. En concreto, el presidente argentino fue señalado de recorrer los «peligrosos» caminos de Chávez en relación con la libertad de prensa, caminos por cierto ampliamente glosados por la organización conservadora Human Rights Watch, que en reiteradas oportunidades ha señalado que si hay un país en que existe plena vigencia de la libertad de expresión, es Venezuela.
El evento fue moderado por Eduardo Bertoni, quien desde la Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos viene realizando una amplia labor de justificación de los abusos del poder mediático – no en vano, la Relatora recibe fondos de la SIP para su funcionamiento.
En su cínica intervención, Quesada destacó que los medios deben «enfrentar valientemente a poderes de todo tipo: políticos, económicos y hasta mafiosos, y por el otro, a reconocer errores y rectificarse adecuadamente; así como la necesidad de que mantengan principios éticos y defiendan la democracia. Es decir, que realicen todo lo contrario a lo que se dedican los medios representados en la organización que preside, los cuales, en una práctica permanente de abuso de poder, pretenden gobernar en la sombra a modo de poderes fácticos parademocráticos. A su vez, señaló que la prensa escrita «en muchos casos debe reemplazar» a las instituciones, lo que representa una conmovedora confesión de la voluntad autocrítica de la institución que representa.
Finalmente, destaca la nota de prensa de la OEA, Quesada continuó con su retahíla de mentiras, recomendando que «el periodismo proactivo también debe buscar solucionar los problemas y no crearlos» para procurar «el mayor nivel de vida de sus ciudadanos mediante la transparencia y una fundación ética que incorpore la pluralidad, veracidad, equidad e independencia, entre otros elementos». En definitiva, un derroche de ridícula manipulación en tiempos en que la prensa en el continente enfrenta sus peores momentos en cuanto a credibilidad y a la percepción de su papel crecientemente intervencionista y negativo en los procesos de rebelión democrática que protagonizan los pueblos.
El perfil de los panelistas del foro posterior, provenientes de todos de medios o instituciones de marcado carácter conservador, complementan el modo en que los organizadores del evento interpretan el axioma gobernabilidad y periodismo. Entre otros, se encuentran representantes del Washington Post, Chicago Tribune y O Estado de S. Paulo, así como un «especialista» de la universidad católica San Martín de Porres del Perú.
En la página de la OEA pueden verse algunas fotos de esta edición de lo que no es más que un absurdo conciliábulo de un puñado de representantes de la exclusión todavía imperante en el continente, de la que la SIP es uno de los más valiosos baluartes y la OEA el soporte estructural para su continuidad. La presencia en esta reunión de lugares comunes de Inzulza, actual secretario general de la OEA, evidencia así mismo las prioridades de la agenda de la organización en que están representadas las naciones con mayores índices de desigualdad del mundo.
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