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La patota no se mancha (pelota, perdón, fue el predictivo)

Fuentes: Rebelión

Estas últimas semanas salió la nueva novela sobre el comportamiento de los espías en Argentina y los operativos de inteligencia montados por la AFI en tiempos de Macri, para investigar a 400 periodistas, a los militantes del Instituto Patria, a funcionarios y empresarios detenidos en Ezeiza -por casos de presunta corrupción-, además de referentes sociales, jueces e, incluso, políticos del propio riñón entre los que aparece Horacio Rodríguez Larreta. Como el tema es grave pero ya está dando vueltas por un montón de sitios, en PostPeriodismo ponemos en relación algunas historias para tratar de entender en secuencia esta ensalada.

1. Animales sueltos

La cuestión del espionaje ilegal sobre los políticos -propios y ajenos- volvió a ocupar la agenda de los medios. Esta vez, se trata de personajes grises dedicados a operar como “corre, ve y dile” de los jefes de las agencias de inteligencia, a la orden del poder político. Silvia Majdalani es la estrella en desgracia del momento, con la eventual complicidad de un juez para la cobertura legal de sus “grupos de tareas” (versión 2.0 del ciberespionaje en el siglo XXI) y el guiño de unos pocos periodistas salidos de los nueve círculos del infierno. Esos que suelen trabajar con fuentes secretas. Entiéndase: espías.

Esta divina comedia parece de la época militar. Pero no es así.  El escándalo de Marcelo D’Alessio ocupó los titulares un año atrás junto su posible complicidad con el fiscal Carlos Stornelli. Allí se involucró también al cronista Daniel Santoro, quien por entonces era pate del staff fijo en “Animales sueltos”. Hoy, Santoro está procesado en “grado de tentativa de extorsión” dentro de la causa conocida como Gas Licuado. 

Por cierto, tanto este caso como la falsa denuncia sobre la existencia de una célula terrorista en la sede política de Cristina Fernández ocurrieron en 2018, un año clave para el gobierno de de Macri, porque sus errores económicos tornaban más visibles otros problemas graves, como las cuentas de sus funcionarios en paraísos fiscales -Panamá Papers-,  el creciente endeudamiento en dólares, con mecanismos de reflujo en tasas de interés local que terminaban sistemáticamente en blanqueo y fuga de capitales mediante instrumentos financieros, sumado a una falta de voluntad absoluta para gobernar con transparencia en la gestión, principal slogan de campaña junto al de “pobreza cero”.

2. Xanadú

Ese verano del 2018 también surgió una de las tramas más espectaculares con sexo, droga y muertes extrañas. El caso de abuso a los menores del Club Atlético Independiente denunciado por el periodista deportivo Gustavo Grabia abrió otra zona de riesgo, y Mirtha Legrand no quiso esquivarle al tema.

En ese ciclo indigesto, Natacha Jaitt pre anunció su propia muerte dudosa y de paso involucró a Carlos Pagni y Alejandro Fantino en la red de pedofilia. Después pidió disculpas al conductor por el exabrupto, mientras publicaba videos íntimos en sus redes sociales del periodista Juan Cruz Sanz, sobre el cual  divulgó imágenes frente a una computadora tomando cocaína y masturbándose. Entre otros detalles, lo señaló como integrante de la misma red en la que se investigaba al relacionista público Leonardo Cohen Arazi y al árbitro Martín Bustos.

La noche en la que Mirtha recibió a Natacha, la mediática figura llevó como apuntadora y “asesora de moda” a una ex empleada de la  Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Ana María Polero, despedida por la “señora 8” Silvia Majdalani en 2016. Lo dijo Clarín y como es un diario súper serio le creemos.

En febrero de 2019 un meme mostró el cuerpo sin vida y desnudo de Natacha Jaitt. Apareció en una habitación privada del salón de fiestas Xanadú. El dueño de la mitad de los archivos indebidos que no tiene la AFI, Luis Ventura, circuló las fotos a su millón y medio de seguidores en Twitter con la leyenda “investiguen”. 

Criticado por su “falta de ética”, Ventura explicó que la propia Jaitt le había solicitado que obre de esa manera frente a una situación como la ocurrida. El ojo avizor de Ventura agregó que la escena fotográfica parecía “armada”.

Xanadú era el nombre la fortaleza en la que se refugió El Ciudadano Kane (1941), la primera película dirigida por Orson Welles en la que  interpretó al megaempresario de los medios William. R. Hearst. En nuestro país existen unos cuantos aspirantes a Hearst.

Luego de la muerte de Natacha, del caso sobre abusos en Independiente no hubo más información.

3. Noticias inventadas

Mientras tanto, el “operativo puf” y otras invenciones periodísticas corrieron una vez más el lugar de relevancia del Caso D’Alessio o el intento por licuar la deuda millonaria del Correo Argentino con el Estado, que venía sonando desde 2017, entre otros temas calientes de los CEOs en el gobierno. 

Cabe destacar que el fiscal Stornelli se desempeñó como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, entre 2007 y 2010. En ese entonces, su principal tarea fue reincorporar a los agentes separados por su predecesor León Arslanian, quien intentó desarticular sin éxito en dos oportunidades la red de agentes bonaerenses conocida como “maldita policía”. Su salida de la gestión estuvo marcada por la desaparición en 2009 de Luciano Arruga, asesinado por miembros de esa fuerza y enterrado como “NN” en el cementerio de la Chacarita, hasta que su familia pudo dar con él en 2014. 

Los programas Periodismo Para Todos  (PPT) y La Cornisa, anunciaron como si hubieran descubierto la pólvora el ridículo “operativo puf”, con nuevas escuchas ilegales, interpretación libre de las mismas. Olvidaron mencionar la cobertura judicial de las escuchas realizadas bajo procedimientos vinculados al narcotráfico. Como cita de autoridad, la cuestionada titular de la Oficina Anticorrupción de entonces, Laura Alonso, acompañó a Majul en su análisis.

Esto fue en mayo de 2019, cuando la agenda marcada por las vedettes del periodismo incisivo señalaron que el ex embajador en el Vaticano -actual diputado nacional-, Eduardo Valdés, estaba construyendo una especie de contubernio para liberar a los presos políticos en Ezeiza por causas de corrupción, muchos de ellos detenidos bajo el plafón de la prisión preventiva gracias a la “doctrina Irurzun”. 

Stornelli tenía en carpeta otros temas preferidos por la agenda del periodismo para todos, la causa Hotesur y la de los cuadernos de Oscar Centeno. En esta última, el ex chofer habría escrito un diario de viajes con la presunta ruta de coimas por sobreprecios en el Ministerio de Planificación, de la cual Roberto Baratta sería un emisario o “valijero”. Esa era la pista que llevaba también, desde 2018, el fallecido juez de la servilleta Claudio Bonadío, y por la que el empresario Pedro Etchebest señaló a D’alessio por extorsión para que Stornelli no lo agregue en la causa por “asociación ilícita” que tenía como cabeza a Cristina Fernández.

Como lo vimos en la historia reciente, la corrupción es enemiga de la democracia, pero el debido proceso es una condición necesaria.

Así las cosas, las “pruebas” y los testigos protegidos se mojaban y aparecían como gremlins. Hoy se investiga si además de escuchas ilegales, hubo cableado con micrófonos en las celdas en Ezeiza.

Sobre los ocho cuadernos manuscritos  -de los cuales luego aparecieron seis “originales”-, a instancias del periodista Diego Cabot, hasta el momento sabemos que son parecidos a esos usados por los pibes en la escuela para hacer dibujitos y que su existencia hizo brotar de golpe un montón testigos “espontáneos”, así como no menos dudas sobre la veracidad de la historia de Centeno quién había asegurado que había incinerado esos papeles en la parrilla. 

Según parece, también para Mauricio había una célula de terroristas en el Instituto Patria y  la AFI era la encargada de identificar / perseguir a los malvados camporistas, en lugar de procurar su bienestar y el del resto de la ciudadanía.

El uso del aparato de inteligencia para hackear la política está siendo estudiado por la Comisión Bicameral de Control y Seguimiento de los Organismos de Inteligencia del Congreso, la preside Leopoldo Moreau, quien tiene la oportunidad histórica de ejercer el control externo sobre una fuerza que en estos 37 años de democracia se reinventó para recrear lo peor de las dictaduras con sus cómplices, aunque argumenten defender un bien noble como. la institucionalidad democrática.

Antes de la pandemia, Alberto Fernández señaló que la ex SIDE es un “sótano de la democracia”, lo cual muestra la condición de posibilidad de que el Poder Ejecutivo y el Legislativo actúen en consecuencia para reformar la AFI. Tarea más ardua tendrá el Poder Judicial que ostenta no pocos privilegios, y cuya Corte Suprema es desde 2016 la encargada de mantener en reserva las escuchas telefónicas, que suelen filtrarse. Lo hace a través de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (Dajudeco). La semana pasada, el máximo tribunal sacó una acordada tirando las orejas de jueces y fiscales.

4. Bond Ciro Bond

Nos queda en el tintero el otro ex jefe de Majdalani. Cuando resuena el nombre de Mauricio, hay que recordar que también se llevaba fenómeno con tipos como Jorge “Fino” Palacios, el primer Jefe de la Policía Metropolitana, quien falleció en marzo pasado mientras tomaba mate.

Palacios se hizo notar antes del escándalo de las escuchas ilegales a uno de los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, Sergio Burstein, como responsable de la Unidad Antiterrorista por el atentado a la mutual judía en 1994.

Menos la muerte de Nisman, todo cierra. De hecho, la causa del Fino Palacios fue anulada en 2018, con Mauricio presidente. En las investigaciones, la justicia estudió la asociación ilícita entre Palacios y el policía Ciro James, junto a otros 11 imputados. En 2014 el juez Norberto Oyarbide había tratado de apartar sin éxito al entonces gobernador porteño.

Nisman: el fiscal, la presidenta y el espia (2020), el documental de Netflix, resume con distancia crítica y sin respuestas concluyentes los últimos días del titular de la unidad especial creada por Néstor Kirchner. Ante la falta de una historia fuerte, los seis episodios tiran de la piola sobre el poderoso espía Antonio “Jaime” Stiuso. Ese que hizo que Gustavo Béliz, el actual secretario de Asuntos Estratégicos de Alberto Fernández, se rajara del país por mostrar una fotito en la tele del agente secreto que lo estaba apretando, cuando Stiuso era Director de Operaciones de la SIDE.

5. Dei Opus Dei

Esto ocurrió en 2003. Pero lo cierto es que Béliz venía pisando fuerte desde menemismo. Tenía un perfil brillante con trayectoria meteórica. El joven abogado era un tipo que se hizo desde abajo y había ocupando el ministerio de Interior de Carlos Menem. Por entonces, sus vínculos religiosos en el integrismo católico de la época, en particular su amistad con la familia Trusso -cuya dinastía terminó en la estafa del Banco de Crédito Provincial-, le facilitaron un poco el rumbo.

El Opus Dei tenía mucha presencia durante los dorados noventa. Un rayo iluminado entre Dios y sus representante en la tierra lograron colar en la Corte Suprema de Justicia a los jueces Antonio Boggiano y Rodolfo Barra. La historia es de película: Barra había participado de muy pibe en la organización nazi Tacuara. Ya de adulto se arrepintió porque eso de perseguir judíos no estaba bueno. El genial Emilio J. Corbiere lo cuenta con detalle, separando la sensibilidad religiosa de las prácticas no santas de algunos pícaros en las cúpulas de esa congregación en el libro “Opus Dei. El totalitarismo católico” (Sudamericana, 2002).

Cabe destacar que el Opus nació como secta en los años treinta y, a la fuerza de estafas sistemáticas en la España franquista, terminó salvando a la Iglesia en Roma de la quiebra del Banco Ambrosiano. Su presidente Roberto Calvi, conocido como el “banquero de Dios” apareció colgado de un puente. Pero ya nos vamos de mambo a la mafia italiana y la sombra de “el titiritero siniestro” Licio Gelli, un “camisa negra” con el fascismo de Benito Mussolini, falangista de la primera hora y amigo de José López Rega en los setenta. Según los bibliotecarios de Wikipedia, también fue agente secreto del fascismo y de la CIA durante la Guerra Fría. Pero eso no es Cosa Nostra.

6. ¿Qué dice la ley de delitos informáticos al respecto de las escuchas ilegales?

Artículo 6º: “Artículo 155: Será reprimido con multa de pesos un mil quinientos ($ 1.500) a pesos cien mil ($ 100.000), el que hallándose en posesión de una correspondencia, una comunicación electrónica, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no destinados a la publicidad, los hiciere publicar indebidamente, si el hecho causare o pudiere causar perjuicios a terceros (…) Está exento de responsabilidad penal el que hubiere obrado con el propósito inequívoco de proteger un interés público.”

En otras palabras, en el peor de los casos la responsabilidad penal de publicar información irrelevante para el interés público es una multa de 100.000 pesos, un monto ridículo en relación con el negocio publicitario de la televisión -además de otros lobbys poco visibles-, que invita a violar la ley. Ahora bien, el funcionario que le facilita esa documentación obtenida de soportes que debieran ser destruidos, tiene una sanción excarcelable que tampoco asusta viejitas:

Artículo 7º: Artículo 157: Será reprimido con prisión de un (1) mes a dos (2) años e inhabilitación especial de un (1) a cuatro (4) años, el funcionario público que revelare hechos, actuaciones, documentos o datos, que por ley deben ser secretos.

En este sentido, se entiende con mayor claridad por qué se viola la cadena de custodia de la documentación secreta y algunos bastoneros televisivos deciden presentarse como superagentes de la verdad verdadera, a sabiendas que el show les dará una continuidad asegurada y mientan descaradamente sobre la calidad de sus fuentes.

7. Todo pasa

Ninguno de esos comunicadores recuperó el llamado de atención de Luis Ventura sobre la muerte de Natacha, lo cual deja el picaresco mundo del espectáculo en un espacio inesperado para pensar la comunicación y obliga a repensar por qué no sabemos más sobre lo que ocurrió con abusos en el fútbol. Menos aún habrá una explicación lógica que indique el motivo velado de la designación Director General de la Agencia Federal de Inteligencia, entre 2015 y 2019, Gustavo Arribas, un manager de futbolistas, que llegó a ser el “señor 5” por su amistad juvenil y negocios con Macri, cuando éste presidía Boca.

Más preocupante sigue siendo la actividad ilegal de los servicios de inteligencia, que incluso alcanzó al heredero político en Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta. Por cierto, hoy Mariano Narodowski, ese ministro de Educación cuya cartera empleaba a Ciro James y debió renunciar por ello, suele pasearse como invitado experto en escuelas primarias de gestión privada cuando estas realizan jornadas de capacitación docente.

8. Chimento

En su autoexilio en el BID, Gustavo Béliz se especializó en el estudio de los algoritmos, la inteligencia artificial y los procesos de innovación tecnológica aplicados al diseño de  políticas públicas desde la ciencia de datos. Habrá que leerlo en Industria 4.0. Fabricando el Futuro, para saber un poco más acerca de este hombre que salió del integrismo católico, fue jefe de campaña de Néstor Kirchner en 2003 y, por entonces, compañero de ruta de Alberto Fernández. Rara pócima anti-stiusos entre un secretario de Asuntos Estratégicos que viene con sotana invisible y asesora a un presidente que está a favor de la interrupción voluntaria del embarazo. Todo esto parece al menos más interesante que el uso de la inteligencia artificial (o de la otra en organismos públicos) para crear domos de vigilancia, poner puertas traseras en computadoras o, directamente, armar listas negras y apretar jueces para legitimar prácticas afines con procesos totalitarios.

9. El semáforo

A diferencia de Gustavo Arribas, la actual Directora de la AFI no tienen cuentas en paraísos fiscales ni se dedica a la compra-venta de futbolistas. Como fiscal no dudó en investigar al dirigente ferroviario José Pedraza que murió en 2018 cumpliendo prisión domiciliaria por el asesinato de Mariano Ferreyra. Justo el 7 de junio, fecha en que se celebra el Día del Periodista en Argentina, abrió una caja fuerte de la oficina de un ex director de Contrainteligencia de la AFI. 

Allí había tres sobres con 403 fichas de periodistas locales y extranjeros etiquetadas con colores verde, amarillo y rojo,  destinadas a seleccionar las acreditaciones en las cumbres de la OMC y el G-20 en Buenos Aires. 

Los criterios utilizados: posición por el aborto, relación con la oposición y el oficialismo, orientación ideológica, afinidad con el peronismo y simpatía por Lula Da Silva en Facebook, entre otros indicadores con datos “sensibles”, que violan la Ley de Protección de Datos Personales, por las categorías utilizadas.

En su artículo 23 esa norma prevé excepciones para los organismos de inteligencia en el tratamiento de los datos, con fines de defensa nacional o seguridad nacional, siempre que los mismos se “cancelarán cuando no sean necesarios para las averiguaciones que motivaron su almacenamiento”. No da permisos para armar listas negras como en la gestión de la AFI saliente.

10. Rosebud

Ese era el nombre del trineo de El Ciudadano Kane y el misterio nunca revelado del por qué el romanticismo que lleva a tratar de mejorar el mundo desde la práctica periodística, termina siendo presa de la fascinación por ejercer el poder, vanidad y narcisismo o coso. Por supuesto, no es el caso de PostPeriodismo.

La semana pasada las investigaciones sumaron un nuevo capítulo que incomoda al ex presidente Macri. La justicia federal ordenó el allanamiento de la casa de su secretario privado Darío Nieto, quién hizo un escándalo a los gritos en la vía pública negándose a entregar su celular. El juez Federico Villena entendió que existe una posible conexión entre el colaborador del ex presidente y la ex encargada del área de Coordinación de Documentación Presidencial, Susana Martinengo, quien en una ironía con el cargo habría coordinado desde el segundo piso de la Casa Rosada las operaciones de espionaje ilegal.Según avanza la trama, Martinengo involucró a Nieto en conversaciones con Jorge Saez, uno de los integrantes del grupo de la AFI conocido como “Súper Mario Bros”, dirigido por el detenido Alan Ruiz. Sáez ya apuntó para arribas (Gustavo) el 19 de junio pasado en su presentación ante la comisión bicameral que sigue al organismo de inteligencia. Además de contar, según la agencia Télam, que también espió a Florencia Macri (hermana de Mauricio), los periodistas Carlos Pagni y Hugo Alconada Mon. Ya que estaba le armó un operativo al vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli (ese que anda con barbijo transparente), clasificado como: “Objetivo Pibe”.