Presentación oral ante el Seminario “El Lawfare en América Latina” los días 3 y 4 de diciembre de 2021.
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En los últimos años se constituyó un espacio de acción entre la Liga Argentina por los Derechos Humanos (la Liga), el Foro por la Democracia y la Libertad de lxs Presxs Politicxs (el Foro), Justicia Legítima, la Asociación Americana de Jurista, la Comisión de DDHH del Parlasur y algunos juristas como Eduardo Barcesat, Maximiliano Rusconi o Alessandra Minnicelli. Quiero decir que las propuestas que elevamos en su momento al Parlasur, de tipificación del lawfare, de reversión del lawfare por revisión de convencionalidad, estas y otras propuestas han sido elaboradas en común. Y en el marco de la lucha real contra la expresión más contundente del Lawfare que son las y los presos políticos.
A esta altura del seminario es indiscutible que el LAWFARE existió.
Se lo puede explicar de varias maneras, es la utilización del poder judicial con objetivos políticos de persecución, dominación. Hay algunos que dicen que el lawfare es el Plan Cóndor de nuestros días, en relación a que existió un ciclo de golpes de estado en los `70 cuya característica principal se simboliza en este edificio, la Escuela de Mecánica de la Armada, este edificio que era asiento de los grupos de tareas que salían a secuestrar, a asesinar, o traían prisioneros para interrogar, para torturar y someter a formas brutales de esclavismo…
Y alguna vez dijimos en la puerta de Comodoro Py, en verdad en diciembre de 2019, que así como la ESMA era el símbolo del terrorismo de estado, o sea de la dominación por medios terroristas, Comodoro Py era y es el símbolo de la dominación por medios judiciales.
Creo que incluso el Lawfare se explica mejor haciendo una mirada histórica
Si nosotros miramos al pasado hubo un ciclo de golpes de estado en América latina: 1954 empezó en Guatemala y Paraguay, 1964 Brasil, 1972 Uruguay, 1973 Chile, 1975 Perú y en 1976 el que sufrimos en Argentina.
Puede que se me haya perdido algún golpe por ahí pero para finales de los 70 toda América Latina estaba bajo la bota militar. Eso no duró para siempre: para los 80’ se caen las dictaduras militares pero su peso es tal que sobreviene un ciclo de dominación neoliberal con forma “democrática”: el menemismo en Argentina, Collor de Mello en Brasil, Salinas Gortari en México y eso termina explotando para finales del siglo XX por efecto de las luchas y comienza un ciclo de gobiernos progresistas en la primera década del siglo XXI.
Ahí es donde el poder imperial (el poder real haya gobiernos electos o dictaduras) reflexiona –lo hace siempre- y decide no repetir el ciclo de dominación por medios terroristas justamente por el desgaste de los gobiernos militares, por la construcción de memoria verdad y justicia en muchos países, por el desprestigio de los militares.
Decide actuar apelando a uno de los poderes permanentes no electivos que ellos siempre han considerado. Saben ustedes que en los años 80 del siglo pasado, los think tanks de los yankees elaboran los documentos estratégicos llamados Santa Fe 1, 2, 3, 4; allí decían que se podía perder el gobierno pero que siempre iban a conservar el poder judicial, el poder mediático, el poder comunicacional, y eso es así.
Creo que el doctor Massoni ha sido muy claro: ese lawfare no actúa sobre un poder judicial democrático, transparente, igualitario, equitativo, sino sobre un poder judicial oligárquico, elitista, sexista, patriarcal, racista, xenófobo, clasista, así fue desde el comienzo de las repúblicas, un poder judicial oligárquico casi intocado con contadas y meritorias excepciones.
Siguiendo con esa reflexión histórica llegamos a final de 2019 y por medio de las luchas, de las iniciativas políticas, la articulación electoral, se consigue derrotar a Macri en la elección y se abre un nuevo proceso en el cual se depositaron tantas esperanzas.
Ahí vamos a una cuestión clave que ya fue planteada acá: ¿de qué manera?, ¿cómo se explica que el gobierno de los Fernández no actúa en este momento revirtiendo el lawfare?
Bueno, sobre todo en el discurso del presidente una y otra vez ha defendido lo que se considera la teoría del “continuismo jurídico”, que fue sancionada por primera vez en Argentina con respecto del golpe de Estado de 1930 cuando tenían que decir qué hacer con un golpe de Estado, que era el primero que ocurría formalmente.
Es decir, la Corte Suprema tenía dos teorías ante sí: una era la del continuismo jurídico, la Corte Suprema dice bueno, este gobierno será lo que será pero tiene el control, la administración de la cosa pública y sus actos por lo tanto se imponen de hecho.
Pero tenía otra teoría a su servicio, aclaro que no soy abogado ni fui a ninguna facultad de Derecho, pero era la teoría del “fruto podrido” que es una teoría jurídica inspirada en la Biblia. Básicamente la Biblia dice por el fruto los conoceréis y desde el punto de vista jurídico es más sencillo todavía, muy fácil de entender para los que no somos abogados: nada legal puede surgir de un acto ilegal. Si yo le robo el celular a Susi, no puedo decir tengo el celular, se lo robaste! Así de sencillo.
Entonces si venimos a la Argentina de 2019 el gobierno tenía otra opción a la nada que era justamente la teoría del fruto podrido: por lo tanto, la Corte Suprema ilegalmente constituida, el Consejo de la Magistratura que sufrió uno de los bochornos más increíbles de la historia, aprovecharon que uno fue al baño para votar.
Todo eso fue documentado, un conjunto de organizaciones denunciamos todo eso ante la ONU e incluso fue aceptado por el relator García Sayán en un dictamen muy importante en noviembre de 2019 donde está descripta la persecución a Alejandra Gils Carbó, la Corte Suprema, el Consejo de la Magistratura, la persecución a los jueces probos como Rozansky, como Freire, como otros, el ascenso de los amanuenses.
Yo estoy tratando de mostrar las cuestiones teóricas que están por debajo de decisiones políticos aparentemente incomprensibles, todo el tiempo el Presidente Fernández, quien era el Jefe del Gabinete Cafiero, han apelado a la idea de la autocorrección del poder judicial.
Me parece a mí que en esto podemos asumir las enseñanzas de uno de los políticos más importantes de la Argentina que era Juan Domingo Perón que decía que en definitiva la única verdad es la realidad: si después de dos años siguen diciendo que esta Corte Suprema se va a corregir, bueno… es poco serio.
¿Por qué habría que revertir, que cambiar la Corte Suprema, el Consejo de la Magistratura?
En primer lugar por razones éticas. Por un problema de reparación moral, porque eso hace a la superioridad moral del movimiento popular, sin la cual ningún movimiento popular puede aspirar a la victoria. Nosotros podemos perder TODO, y de hecho la noche del 24 de marzo del 76 habíamos perdido todo. Pero no perdimos la superioridad moral, por eso pudimos resistir.
Si se pierde la superioridad moral, si no se repara la injusticia, si no se defiende a los compañeros, el movimiento empieza a perder la superioridad moral. Es evidente que hay un desánimo en el movimiento popular argentino, que hay un desaliento, que hay una contradicción evidente entre la organización y las acciones.
Pero nadie está obligado a creer en la ética, y personalmente no creo yo que Fernández se preocupe mucho por la ética, no es un hombre en cuya vida haya demostrado que esté preocupado por la ética, ha estado con unos con otros…
No estoy juzgando, es un hombre que la cuestión ética no le preocupa mucho, de hecho hablaba a todo el mundo que se cuide y hace una fiesta ostentosa en su casa.
Pero debería tener algún sentido táctico, se supone que es un político inteligente, está promocionado como un gran táctico.
¿Cuál es el problema táctico?
Que este poder judicial es el que apañó el saqueo, defiende el saqueo, y es el que apadrina a la derecha que quiere ir contra el gobierno. La falta de acción es un problema ético y es una muestra de grave error político táctico.
Ha transformado la victoria electoral de noviembre de 2019 en una derrota electoral estruendosa en noviembre de 2021, que si no se revierte no solo se lo llevara puesto a Fernández y nos van a llevar puestos a todos.
¿Cuáles eran las opciones que tenía el gobierno?
Se las hemos propuesto de todas las maneras posibles. Por ejemplo, en diciembre de 2019 la senadora María Eugenia Catalfamo, senadora nacional por San Luis, presentó un proyecto de revisión de las causas por falta de convencionalidad.
Incluso recuerdo, fue la primera vez que un gobernador tocó timbre en la Liga y era el gobernador de San Luis. Nos vino a pedir que le permitamos presentar el proyecto a los organismos de derechos humanos, así lo hicimos. Tuvo una entrevista con la entonces ministra de Justicia pero el proyecto duerme el sueño de los justos en un cajón.
Se nos decía, ni aun así se resuelve el problema de Milagro Sala: bueno, se presentó un proyecto de intervención del Poder Judicial por parte de un senador nacional de Jujuy, el senador nacional Guillermo Snopek.
El proyecto duerme el mismo sueño, no sé si juntos pero…
Cuando vimos que había tantos problemas en el gobierno actual, cuando el compañero Luis Delia solicitó el indulto y se produjo el debate, se elaboró una propuesta bastante sofisticada que comenzó siendo una idea de Maximiliano Rusconi que le dimos vuelta entre todos, que era proponer al gobierno una Comisión de la Verdad sobre lo ocurrido durante el macrismo, una comisión de hombres y mujeres probos, un procedimiento que ya se había hecho muchas veces en Argentina: una comisión que pueda elaborar un informe en relación a los informes ya presentados ante las Naciones Unidas, ante la CIDH, ante la corte penal internacional.
Esa comisión hubiera permitido entonces que el Presidente dictara indultos no como perdón sino como reparación, que no es lo mismo, era mucho más fácil.
Hubiera permitido que el Congreso de la Nación discuta las leyes imprescindibles, mínimas, una de las cuales era la que presentó a la senadora de San Luis.
Pero el gobierno nacional y la fuerza política que gobierna se mantuvieron imperturbables, obcecados en no hacer nada. A lo máximo hacer algún comentario en twitter….
Nosotros siempre hemos tenido objetivos más elevados, puede ser más ambiciosos: en el ámbito del espacio que discutió durante años la propuesta de Reforma Constitucional cuando terminó el macrismo se llegó a un acuerdo de proponer la puesta en comisión de los jueces federales pero estuvimos dispuestos a acompañar las iniciativas más mínimas siempre que vayan en un sentido de reversión del Lawfare..
Lamentablemente se mostró que la no reversión del lawfare no le dio al gobierno la bondad de la derecha o el apoyo de la derecha, sino que le hizo restar el apoyo popular, se mantienen sanciones increíbles como que Amado Boudou de por vida no puede ser candidato ni a consejero escolar, para no nombrar que Milagro Sala sigue presa y que aumentan los presos.
Somos el único organismo que lleva la lista de los presos políticos y en estos días han pasado de 37 a 38. Las últimas detenciones son muy dolorosas: Facundo Molares detenido por el gobierno nacional a petición de un fiscal de Colombia. Ya ahí está todo invalidado, los fiscales no pueden pedir una detención internacional, tiene que ser un juez pero además no es automática la activación de las alertas rojas, fue una decisión del gobierno esto, una de las cosas más incomprensibles de este gobierno.
Este gobierno que mandó un avión sanitario para rescatar a Facundo Molares de Bolivia, ahora lo mete preso en una cárcel de máxima seguridad. Es el mismo Molares, no cambió nada de Bolivia hasta acá. No podemos entender, pero posiblemente tenga que ver con aceptar las campañas antiterroristas del gobierno de los Estados Unidos, que tampoco lo perdonará por eso.
El gobierno de los EEUU ha convocado para los días 9 y 10 de diciembre una cumbre democrática en donde los más prestigiosos “demócratas” de América Latina van a hablar.
El primer demócrata va a ser el señor Guaidó, que como todos saben es una de las personas más democráticas de América Latina autoproclamado presidente y que sigue siendo autopresidente aun cuando el grueso de la derecha venezolana participó en las elecciones. Y habrá otros como Duque, el carnicero de Colombia, o Bolsonaro el genocida de Brasil
Creo que hay una intención de algunas y algunos de presentar el lawfare como un desvío, como una cosa que ocurrió, como si hubiéramos tenido antes un poder judicial democrático.
Y a mí me molesta mucho cuando se habla de lawfare como persecución a los funcionarios.
Es un discurso elitista muy lamentable. Ese discurso deja afuera a la izquierda que pelea con piedras en la calle y que también sufrió el lawfare y cuando termina la persecución a funcionarios a los que siguen persiguiendo es a los que tiran piedras.
Nosotros hemos defendido a todos, y no veo la misma convicción en defender a Facundo Molares, en defender a los mapuches, en pronunciarse contra el asesinato de Elías Garay.
Quiero decir que el defensor del asesino de Elías Garay es el apoderado del partido Justicialista de la provincia de Río Negro, asesor del ministro que ayer inauguró este seminario con lo cual no puedo dejar de decir que tengo una sensación extraña.
El ministro que dos veces nos recibió y que dijo que no podía hacer nada por los presos políticos, que desde que asumió no hizo nada, y viene a hablar de Lawfare.
Tenemos una diferencia profunda en lo que es la ética de la coherencia: yo creo que no se puede decir cualquier cosa en la vida y hacer otra, pero es una convicción mía, me doy cuenta que hay muchas personas que creen que pueden decir cualquier cosa y hacer todo lo contrario.
Terminar con el lawfare como se ve no es un problema para resolver las causas de los funcionarios que ya están libres sino efectivamente es terminar con un modelo de dominación, que en primer lugar afecta a los que luchan pero que después termina llevándose puestos a los que no luchan pero que incomodan también al Imperio.
Y vamos a una navidad que es incompatible con la idea de que en la Argentina hay respeto a los derechos humanos.
Vamos a una navidad con ajuste del FMI y con 38 presos políticos.
Todo lo demás son palabras, y es muy difícil contrarrestar por eso supongo yo que la secretaría de derechos humanos de la Nación no tiene un link sobre los presos políticos.
Hay mucha plata para muchas cosas pero no alcanza para hacer un listado de los presos políticos.
O Pagina 12 que ni siquiera publica la declaración de los organismos de ddhh encabezado por Abuelas y Madres, denunciando lo de Molares. Si el gobierno, que manipula Pagina 12 como si fuera un boletín oficial se atreve a manipular la opinión de los organismos de derechos humanos el nivel de autoritarismo que hay ya en este gobierno es alto.
Por lo tanto, efectivamente la reversión del lawfare es indispensable para la recuperación de un Estado de Derecho porque sí, recuerdo que todos dijimos –y espero que nadie haya cambiado de opinión- que con presos políticos no hay democracia.
Por eso posiblemente traten de ocultar a los presos políticos pero bueno, tirando la basura debajo de la alfombra no se resuelve nada.
En algún momento los presos políticos sacan la cabeza del agua y se ven.
Y entonces todos se darán cuenta que el Rey está desnudo.
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