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Los medios están estructuralmente obligados a subordinar los beneficios a corto plazo para actuar contra el cambio climático

La sociedad desquiciada

Fuentes: Znet

En su clásico «La sociedad sana», publicado en 1955, el psicólogo Erich Fromm proponía que no los individuos, sino las sociedades enteras «puede que estén careciendo de cordura». Fromm argumentaba que una de las características más decepcionantes de la vida social entraña «la validación consensual».«Se asume ingenuamente que el hecho de que la mayoría de […]

En su clásico «La sociedad sana», publicado en 1955, el psicólogo Erich Fromm proponía que no los individuos, sino las sociedades enteras «puede que estén careciendo de cordura». Fromm argumentaba que una de las características más decepcionantes de la vida social entraña «la validación consensual».

«Se asume ingenuamente que el hecho de que la mayoría de la gente comparta ciertas ideas o sentimientos prueba la validez de esas ideas y sentimientos. Nada más lejos de la realidad… De la misma forma que existe la «folie à deux» existe la «folie à millions». El hecho de que millones de personas compartan los mismos vicios no hace de esos vicios virtudes, el hecho de que compartan tantas equivocaciones no convierte esas equivocaciones en certezas, y el hecho de que millones de personas compartan la misma forma de patología mental no los convierte en cuerdos». (Fromm, «The Sane Society», Routledge, 1955, págs. 14-15).

Fromm concluía que efectivamente la sociedad occidental moderna estaba perturbada, y que esta locura amenazaba a la mismísima supervivencia de la especie humana.

Si eso suena radical, considere la respuesta de los medios de comunicación a la amenaza más terrorífica de nuestro tiempo: la catástrofe climática mundial. En 2004 un artículo del destacado periódico científico Nature alertaba de que, a consecuencia del cambio climático, una cuarta parte de todas las especies animales y vegetales podrían estar condenadas a extinguirse hacia 2050. Las señales de peligro han sido muchas e incesantes desde entonces.

Al analizar la cordura de la reacción de los medios, tiene poco sentido analizar los peores (revistuchas, tabloides de cotilleos, etc.). Consideremos mejor la interpretación de los mejores medios en lo relativo al cambio climático. En Gran Bretaña es el periódico Independent. El 3 de diciembre, un titular del Independent declaraba:

«Cambio climático: Llegó la hora de actuar. Hoy, las protestas reúnen a 30 naciones: esto es lo que ocurrirá si no se hace nada.»

Los gráficos y el texto representaban la típica sarta de horrores: «tormentas asesinas, proliferación de enfermedades, elevación del nivel del mar, fauna y flora destrozadas, escasez de agua, confusión agrícola» y «el factor X»: la posibilidad de fenómeno climático imprevisto, devastador, que no podemos ni imaginar.

La página 2 informaba de protestas mundiales en 33 países, mientras la página 3 se centraba en «un monumento a la insensatez ecológica» en Dubai, una de las mayores estaciones de esquí cubiertas en medio del desierto.

«Mientras las temperaturas exteriores pueden alcanzar los 50ºC, el centro de esquí de Dubai gastará miles de vatios para mantener su temperatura interior a -1,4ºC durante todo el año.» (Maxine Frith, «En medio del desierto: un monumento a la insensatez ecológica», The Independent, 3 de diciembre de 2005).

Debajo, la propia insensatez del Independent empezaba a emerger en forma de un anuncio de coches Vauxhall. PC World anunciaba juegos de las consolas PS2 y X-Box en la página 4: «¡A jugar! Este fin de semana». Justo al lado, en el Independent ponía «10 cosas que puedes hacer en casa» para prevenir el cambio climático, incluyendo «Desconectar los aparatos eléctricos que no se estén utilizando»: se nos decía que «la energía desaprovechada libera un millón de toneladas extra de carbono a la atmósfera cada año».

En la página 5, flymonarch.com exhortaba a los lectores: «Deje que Papá Noel pague: Encuentre cientos de vuelos por 1 libra». Justo al lado, un llamamiento de Care International decía: «Crisis alimentaria por toda África», que explicaba: «Cosechas perdidas, lluvias caprichosas y pobreza crónica conlleva que millones de personas por toda África corran riesgo de inanición». Con ello se hacía eco de la propia portada del Independent, que vinculaba el cambio climático a causa de los combustibles fósiles con la sequía de África:

«Los cientos de millones de personas que viven en las regiones de tierras agrarias marginales del planeta, como los países de la región de Sahel, ya se enfrentan a una lucha desesperada para producir alimentos… Las terroríficas imágenes de la hambruna africana no son nada comparado con lo que está por venir.»
No es sólo Papá Noel el que paga los vuelos a 1 libra que promueve el Independent.

La página que seguía a la de las advertencias de inanición presentaba un anuncio en color a toda página de los relojes Dior Christal: «48 diamantes y cronógrafo de cristal de zafiro». El cuento del inminente colapso climático se había evaporado. Irónicamente, en vez de eso se presentaban en la página 7 unas enormes «Caídas de los precios de Kodak», que prometían «El futuro… por menos precio».

La página 8 presentaba un anuncio a todo color de British Airways: «Londres-Málaga ida y vuelta» por sólo 59 libras. «¿Aún no lo has pedido?», preguntaba el anuncio a los voladores potenciales. ¿Lo hicieron los lectores del Independent?

La página 9 se dedicaba completamente a la «Semana Canon: un gran ahorro con las ofertas de Canon» en cámaras digitales, cámaras de vídeo, impresoras y tarjetas de memoria.

La página 10 promocionaba las vacaciones de lastminute.com. Las páginas 12 y 13 vendían teléfonos de British Telecom. Toda la página 15 estaba reservada para los «Magníficos tratos con Citroen». Los anuncios de vacaciones baratas, coches, ordenadores y otros bienes de alta tecnología se sucedían: Comet, Davidoff, Travelodge, Halfords, Vauxhall, Currys, lastminute.com, bmibaby.com («la línea aérea de tarifas pequeñas»), Sony, 118trades.com, The Link.

Finalmente, tras docenas de páginas de propaganda implacable que promueve el consumismo masivo, el periódico vuelve al tema de la portada con un editorial en la página 40: «El calentamiento global y la necesidad de todos nosotros de actuar ahora para evitar la catástrofe».

«Los gobiernos han de pedir una mayor conservación de la energía de la industria. Y se deben tomar medidas para reducir las emisiones del transporte, lo que significa una mayor inversión en el desarrollo de combustibles alternativos e impuestos para los vuelos.»

Los redactores concluían:

«Pero no sólo los gobiernos son responsables. Los individuos han de actuar también. Optar por la bici o andar, en vez de conducir a cualquier parte, puede ayudar a reducir las emisiones. Si hubiera más gente que desenchufase los aparatos eléctricos cuando no se utilizan y reciclase sus desechos, nuestra sociedad sería mucho menos ineficiente en cuanto a energía se refiere… Si no actuamos ahora, las generaciones futuras no nos lo perdonarán.»

Como si estas palabras no estuvieran ahí, el resto de la página seguía con anuncios, consejos al consumidor y noticias financieras («Apueste por easyJet para volar más alto»). El suplemento de vacaciones del Independent, The Traveller, urgía a los lectores a subirse en los aviones quema-carburante y visitar París, Bruselas, Siria, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Aspen, Chamonix, Mallorca, Australia, Dubai, Nueva Zelanda, Laponia, España, Norteamérica, Austria, Alemania, las Maldivas, etcétera.

Más allá del petróleo – Más allá de la razón

Un día después, el Independent del domingo publicaba anuncios de dos páginas a todo color, en las páginas derechas, que promovían la campaña «Beyond Petroleum», BP.

El llamamiento de BP de ir más allá del petróleo es una farsa. James Marriott del grupo de justicia medioambiental social, Platform (www.platformlondon.org) nos dijo que las inversiones de BP en energías renovables (como la solar y la eólica) constituyen actualmente alrededor del 2 por ciento de las inversiones totales de la compañía. Marriott comenta:

«La cantidad de dinero que se destina a las energías renovables es mínimo. Por tanto ellos «van más allá del petróleo», pero a este paso tardarán varios cientos de años.» (Entrevista con Media Lens, 13 de diciembre de 2005)

«Beyond Petroleum» es parte de una estrategia cínica cuyo objetivo es lo que la industria de relaciones públicas llama «públicos especiales». Los anuncios están especialmente enfocados para el Independent, el Guardian, el Observer, el Financial Times, la revista Prospect, las noticias de Channel 4 y el New Statesman. Marriott explica:

«La campaña se dirige a la «intelectualidad liberal». No se dirige a los noveles conductores, sino a cambiar las opiniones de formadores de opinión. La idea es ponerlos de su lado, construir un nexo entre ellos y la gente a los que creen oponentes intratables. Shell usó la misma táctica con un éxito considerable».

Sin embargo, un artículo de Saeed Shah en el Independent tenía por título: «BP va «más allá del petróleo» con un gasto de 8.000 millones de dólares en energías renovables» (9 de noviembre de 2005).

Un título alternativo podría haber sido: «BP hace que parezca que va «más allá del petróleo»…».

Si se examina más profundamente, el artículo revelaba que el jefe ejecutivo de BP, Lord Browne de Madingley, admitía que la compañía planeaba continuar elevando su producción de petróleo y gas en los años venideros. Browne decía que el eslogan publicitario de «más allá del petróleo» no debía de tomarse al pie de la letra: «Es más bien una forma de pensar». No hace falta decir que no es la impresión que dan los anuncios.

Amigos de la Tierra (Friends of the Earth, FoE) analizó recientemente los anuncios de coches en los periódicos nacionales del Reino Unido y descubrió que los medios están básicamente promocionando los coches grandes que consumen mucha gasolina en vez de los coches más pequeños y ecológicos.

FoE examinó los periódicos nacionales que más venden y las dos mejores revistas de coches durante las dos primeras semanas de septiembre. Encontró que alrededor de un tercio (35,8%) de los anuncios que promocionaban coches de la gama fiscal F, la más alta; coches que emiten más de 185 gramos de CO2 por km. Sobre la mitad (57,6%) eran coches de la gama fiscal E o F, que emiten más de 166 gramos de CO2 por km. Sólo el 3,1% eran coches de las gamas fiscales A y B, las franjas más bajas, que emiten menos de 121 gramos de CO2 por km. (http://www.foe.co.uk/resource/press_releases/government_and_industry_mu_09112005.html).

Proveen más detalles las fuentes provenientes de la industria de la publicidad, que nos han dicho que entre el 1 de enero y el 7 de octubre de 2005, Independent News y Media PLC (propietarios de los periódicos del Independent) recibieron los siguientes ingresos de los anunciantes:

BP Plc, 11.769 libras (ha subido sustancialmente desde el 7 de octubre a causa de la campaña «Más allá del petróleo»).

Citroen UK Ltd, 418.779 libras
Ford Motor Company Ltd, 247.506 libras
Peugeot Motor Co Plc, 260.920 libras
Renault UK Ltd, 427.097 libras
Toyota (GB) Ltd, 715.050 libras
Vauxhall Motors Ltd, 662.359 libras
Volkswagen UK Ltd, 555.518 libras
BMI British Midland, 60.847 libras
Bmibaby Ltd, 12.810 libras
British Airways Plc, 248.165 libras
Easyjet Airline Co Ltd, 59.905 libras
Monarch Airlines, 15.713 libras
Ryanair Ltd, 28.543 libras (email a Media Lens, 12 de diciembre de 2005)

Es llamativo cuando comparas estas estadísticas con la sugerencia de los redactores del Independent:

«Los individuos han de actuar también. Optar por la bici o andar, en vez de conducir a cualquier parte, puede ayudar a reducir las emisiones.»

Al mismo tiempo, el Independent presenta anuncios diseñados específicamente para desarmar a los disidentes y pacificar al público.

Dando vueltas al círculo vicioso

Los periodistas y redactores de los principales medios nunca se cansan de insistir en que tratan todos los temas ad nauseam: nos dicen que el problema es que los lectores se aburrirían hasta llorar si ellos siguieran repitiendo los argumentos disidentes. En realidad, análisis como el que estamos presentando aquí prácticamente nunca se muestran.

Pero los mismos periodistas regurgitan sin fin el mismo sinsentido vacío sobre «la necesidad de todos nosotros de actuar ahora» en cuanto al cambio climático. Tome las editoriales que quiera del Independent, el Guardian o cualquier otro periódico liberal de los últimos 25 años, y encontrará casi las mismas palabras: los gobiernos han de hacer más (¡especialmente los estadounidenses!), pero «nosotros» tenemos que poner nuestro granito de arena también, ¡ha de hacerse algo!

Periodistas y redactores, y quizás muchos lectores, no consiguen darse cuenta de que se intentan llevar adelante un sano debate sobre el cambio climático sobre un círculo vicioso. No consiguen darse cuenta de que los medios permanecen en ese círculo vicioso mientras ni siquiera se mencionan las cuestiones más importantes, mientras nada cambia, mientras los medios que son parte del mismo sistema corporativo destructivo continúan destruyendo el mundo.

El hecho es que los medios están estructuralmente obligados a quedarse en un círculo vicioso. ¿Qué va a decir una empresa corporativa como el Independent sobre el impacto de su propia publicidad corporativa en el colapso medioambiental? ¿Qué va a decir sobre las implacables actividades de los empresarios con los que están aliados y que trabajan para doblegar la mente del público a su voluntad durante décadas? ¿Qué va a decir sobre su determinación de destruir toda tentativa de subordinar los beneficios a corto plazo para actuar contra el cambio climático? ¿Qué va a decir sobre el poder histórico de la gente en cambiar sistemas afianzados e irresponsables como éste, del que forma parte?

¿Y qué vamos a decir nosotros a un público que continúa tomándose en serio esos comentarios triviales, como si fueran una respuesta razonable a la increíble amenaza a que nos enfrentamos?

Lo que podemos decir, desde luego, es que vivimos en una sociedad desquiciada.

Acciones sugeridas

El objetivo de Media Lens es promover la racionalidad, la compasión y el respeto hacia los demás. Al escribir cartas a los periodistas, rogamos encarecidamente a los lectores que mantengan un tono educado, no agresivo y no insultante.

Pregunte a los siguientes redactores cómo pueden pedir a la gente que actúe contra el cambio climático cuando ellos mismos están recibiendo millones de libras de algunos de los publicistas de los combustibles fósiles más nocivos del mundo.

Escriba a Simon Kelner, redactor del Independent: [email protected]

Escriba a Tristan Davies, redactor del Independent on Sunday: [email protected]

Escriba al Defensor del lector: [email protected]. Por favor mande copias de todos los mensajes a Media Lens: [email protected]

Éste es un servicio gratuito. Aún así, el apoyo económico es fundamental. Por favor, considere hacer un donativo a Media Lens: www.medialens.org/donate

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Traducido por Genoveva Santiago y revisado por Marga Vidal