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La traición de Lino Barañao a la ciencia

Fuentes: Nuestras Voces

Desde que Cambiemos llegó al gobierno se redujo en más del 30% del presupuesto para la Ciencia. Se recortaron becas, subsidios para investigaciones y se excluyeron proyectos de investigación. Barañao se comprometió a reincorporar a científicos despedidos y nunca lo hizo. Por eso el Ministerio de Ciencia y Tecnología estuvo tomado desde el martes de […]

Desde que Cambiemos llegó al gobierno se redujo en más del 30% del presupuesto para la Ciencia. Se recortaron becas, subsidios para investigaciones y se excluyeron proyectos de investigación. Barañao se comprometió a reincorporar a científicos despedidos y nunca lo hizo. Por eso el Ministerio de Ciencia y Tecnología estuvo tomado desde el martes de la semana pasada, abierto a los vecinos y familiares de los afectados. El ministro Barañao ahora dice que va a «negociar» y se levantó la toma temporariamente. ¿Será así? Faltan incorporar 500 investigadores que en 2016 superaron las pruebas.

El sábado, en el edificio de la calle Godoy Cruz, los científicos organizaron el #LinoDaLaCaraFest donde tocaron bandas, se vendieron gaseosas (nada de alcohol), choripanes, hamburguesas (hasta que se acabaron) y recibieron el apoyo de vecinos y automovilistas que tocaban bocina al pasar.

En tanto, el domingo fue el Pic-Nic y la Feria de Ciencia a la que asistieron padres, madres e hijos para conocer qué hacen los científicos argentinos y entender por dónde va esta lucha que tuvo su origen en diciembre de 2016.

A la misma hora en que el sol iluminaba la tarde con juegos y actividades científicas para chicos y grandes, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao andaba de «timbreo» en apoyo a la campaña de Cambiemos: un espacio político que -a esta altura- le sienta muy cómodo.

Cuando la toma pacífica del Ministerio de Ciencia y Tecnología cumplía una semana los científicos y las autoridades pactaron una tregua para retomar el diálogo. El reclamo principal es la incorporación de los casi 500 investigadores que, habiendo aprobado el concurso, quedaron afuera de la carrera a fines de 2016.

En la asamblea de este martes más de un centenar de científicos resolvieron levantar la toma para mantener una reunión con el ministro Barañao -que hasta el momento se había negado a recibirlos- y acercar posiciones para resolver el conflicto.

De este modo los investigadores liberaron el hall de ingreso del Ministerio de Ciencia y Tecnología, previo limpiar y ordenar, para dejar ese espacio del edificio en las mismas condiciones que estaba el pasado martes cuando se inició la toma.

Esta instancia era una de las condiciones que puso Lino Barañao para seguir adelante con las negociaciones. En la carta enviada, el funcionario aclaró que propiciarán la discusión de la fecha de vencimiento para la suscripción de los becarios al Programa de incorporación de Docentes Investigadores a las universidades nacionales y atenderá las propuestas de adendas de la RFA (Red Federal de Afectados).

El conflicto aún no alcanza una solución y el próximo paso será una nueva reunión de las partes el martes 26 de septiembre.

Cómo viene la mano

Al día siguiente que empezó la toma pacífica del edificio del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao dijo a la prensa que «los investigadores que ocupan la sede no pertenecen al Conicet, sino que son becarios» y que «esta gente quedó afuera, no entraron y es algo que les cuesta ver».

«Quienes ocupamos la sede central (así como algunas dependencias del Conicet en otras provincias) somos los investigadores recomendados para su ingreso en 2016, investigadores efectivos de la Carrera de Investigación, trabajadores del organismo y becarios doctorales y postdoctorales. Todos pertenecemos al Conicet a pesar de que los becarios constituyamos el sector más precarizado y no seamos reconocidos como trabajadores por las autoridades», respondieron los científicos al ministro que se mantuvo en el cargo tras el cambio de gobierno.

A la vez aclararon que los casi 500 investigadores despedidos «pasaron con éxito todas las instancias formales de evaluación, ganando un concurso público de antecedentes y no fueron incorporados debido al recorte presupuestario y ajuste del sistema científico» impuesto desde la asunción de Mauricio Macri como presidente.

Desde que Cambiemos llegó al gobierno hubo una reducción del más del 30% del presupuesto para la Ciencia. Se recortaron la cantidad de becas, los subsidios para las investigaciones y se excluyeron proyectos de investigación.

La implementación de un programa para la inserción de los científicos despedidos surgió del Acta Acuerdo de diciembre de 2016, cuando se realizó la primera toma. En aquel momento Barañao se comprometió a reincorporar a los científicos despedidos bajo las mismas condiciones salariales y de estabilidad que hubieran tenido como investigadores del Conicet.

El Acta dice que «serán reubicados en Universidades Nacionales y en distintos organismos para continuar con las investigaciones». Ahora ofrece un salario 10 mil pesos menor, sin estabilidad laboral.

En las últimas dos reuniones, donde los investigadores fueron recibidos por funcionarios de segunda y terceras líneas, le acercaron a las autoridades una contra-propuesta que incluye garantizar que no se reduzcan los salarios; que el trabajo sea estable y que el programa cuente con el financiamiento necesario.

Lo que propone el Ministerio es transferir a los científicos a Universidades con cargos docentes de JTP (Jefe de Trabajo Prácticos). En principio la oferta era por 2 años y después abrir concurso. «Ahí ya se nos originó un primer problema porque abrir concurso significa que hay una masa inmensa, también de docentes investigadores que están trabajando en las universidades, también en condiciones de precariedad y con los que estaríamos compitiendo dentro de 2 años por ese cargo», explicó a Nuestras Voces la doctora en Ciencias Sociales, Julieta Haidar.

Durante el gobierno anterior se había creado el plan Argentina 2020 pensando en el crecimiento de la población de investigadores, en relación a la población total. En el 2015 entraron 900 investigadores, en el año anterior 700 y la idea era ir incrementándolo.

Cuando asumió el gobierno de Mauricio Macri el ministro Barañao había dicho que si no tenía presupuesto no tenía sentido que siguiera. «Si no te dan fondos es porque no están contentos con lo que uno está haciendo y uno tiene que dar un paso al costado», volvió a decir en una entrevista realizada el lunes en Radio Cooperativa.

En este contexto donde Lino Barañao se metió de lleno en la campaña de Cambiemos dijo que «la toma se relaciona al período electoral» y que «no hay propuestas concretas a la hora de dialogar».

En tiempos de flexibilización laboral

Julieta Haidar es doctora en Ciencias Sociales y docente de la UBA y la Universidad del Litoral. Ella es una de las 500 afectadas. En su rostro se nota el cansancio de dormir en un colchón inflable y andar con sus compañeros en cada detalle de lo que fue la fiesta del sábado a la noche.

Su tema de estudio es el campo de relaciones laborales, en particular el sindicalismo. «Mi tesis doctoral lo desarrollé en relación a la economía gremial fue mi tema de investigación, cómo se financian las organizaciones sindicales y cómo eso va cambiando en distintos momentos de la historia».

En momentos donde se anuncia una nueva reforma laboral que, claramente, no está pensada para favorecer a la masa de trabajadores. Otra de las líneas de investigación de Julieta es la revitalización sindical: «como el sindicalismo desde el 2003 o con la pos convertibilidad crece su capacidad de negociación colectiva, su capacidad de protesta y afiliación en relación a la crisis que habíamos sufrido en los años 90, y ahora lo que nos encontramos es como una vuelta a esa situación de crisis», explica.

Su investigación es necesaria para entender los tiempos que nos tocan vivir aunque, a más de uno, le parezca un tema de menor importancia.

-¿Cómo le explicarías a alguien que no está informado por qué está tomando el Ministerio y con qué fin? -Lo que hay que dejar en claro es que la toma para nosotros, es una medida casi última, después de un repertorio de medidas. Por un lado presentamos proyectos en ambas Cámaras y en Senadores se aprobó, con la iniciativa del Frente Para la Victoria, de ampliar el presupuesto para Ciencia. Así como existe una ley de financiamiento educativo nuestra propuesta es una ley de financiamiento para la Ciencia: ir aumentando el presupuesto en en lugar de recortarlo.

El estudio de una vacuna que afecta a millones

Vanesa Sanchez es de Bahía Blanca y se doctoró en Biotecnología y Biología Molecular de la UNSAM. También entre los 500 investigadores que quedarían afuera de la carrera, actualmente trabaja en el desarrollo de vacunas contra la toxoplasmosis: una infección que afecta a casi la mitad de la población y de la que no existe un tratamiento ni prevención.

A los 34 años Vanesa ha brindado casi la mitad de su vida a formarse e investigar. «Ser científico no tiene horarios. Sabés a qué hora entrás a trabajar pero nunca sabés a qué hora salís. Esto es así», dice a Nuestras Voces.

Acobijada en una bolsa de dormir durante las últimas noches Vanesa dice que «preferiría estar investigando a tener que estar acá pero es lo que nos toca hoy: luchar para defender la Ciencia y el futuro de los que vienen atrás».

Vanesa vive en Chacarita y muchas veces va al laboratorio de la UNSAM (que queda en San Martín) en bicicleta. Allí trabaja con ratones y células vivas, que son su material de estudio.

«La toxoplasmosis se descubre muchas veces cuando una mujer busca ser madre y se hace estudios. Las verduras mal lavadas o la carne mal cocida son transmisores así como las heces del gato si es que está infectado», cuenta de una enfermedad que a largo plazo puede incidir sobre el comportamiento, el desarrollo cognitivo y otras enfermedades como esquizofrenia, bipolaridad y Alzheimer.

Los años dedicados a la investigación en Conicet también son un pedazo de vida. «Muchas mujeres que nos dedicamos a la Ciencia dejamos de lado nuestras vidas y resignamos la maternidad para continuar con la carrera científica. Es algo que no se tiene en cuenta pero que se suele sufrir en algún punto».

La investigadora, que a pesar de estar en la toma va a ver si sus ratones se tienen agua y comida, dice: «no somos chicos haciendo lío, como dice el Ministro, somos investigadores que creemos en la Ciencia argentina».

Todo lo que puede un volcán

Joaquín Llano es geólogo y becario del Conicet realizando su beca doctoral. Lo suyo son los volcanes activos. Su tarea es estudiarlos, predecir una posible erupción para tomar medidas de prevención.

Pocos saben que la Cordillera de los Andes es una de las cadenas volcánicas más importantes de la Tierra y que entre sus picos hay más de 200 volcanes activos. «Con un equipo de investigación analizamos las señales que dan habitualmente los volcanes y tratamos de detectar cuándo se están alejando de sus patrones usuales, lo que podría ser un indicador de próximas erupciones», dice este misionero de 26 años que conserva intacta su tonada.

En un trabajo que se realiza en equipo lo que hace Joaquín es ir a los volcanes, tomar muestras y analizarlas. El sur de Mendoza y el noreste de Neuquén son sitios de investigación permanente. «Se va estableciendo una línea de base que determina ese patrón de comportamiento que nos permite identificar cuándo hay variaciones significativas respecto del comportamiento habitual y podría estar aproximándose un proceso eruptivo».

Para las poblaciones de los alrededores la tarea de geólogos como Joaquín es muy importante ya que «cada vez que hay erupciones hay evacuaciones para evitar riesgos de vida».

Si bien Joaquín recién comienza a dar sus primeros pasos en el mundo académico sabe que es necesario estar junto a sus compañeros defendiendo la Ciencia. «Las condiciones son precarias y tener que defender la investigación porque de eso depende el futuro de millones, no sólo de los que investigamos».

¿Y si hablamos de la desnutrición infantil?

Laura Bergel es antropóloga social formada en la Universidad Nacional de La Plata. Su tema de estudio es la malnutrición infantil y los co determinantes socioambientales. Como el resto de sus compañeros/as también quedaría afuera de la carrera de investigadora del Conicet.

«El ajuste es presupuestario pero tiene que ver con una intención política que deja a los investigadores en una situación vulnerable. El problema no es que no hay plata, el tema es estratégico», dice la antropóloga a Nuestras Voces.

Hasta diciembre Laura continuará con la beca posdoctoral pero luego tendrá que repensar su futuro si es que no se soluciona el conflicto y se abre la instancia de ingresar a la carrera como había planeado mientras le dedicaba su vida a la investigación.

En el 2001, durante la gran crisis, Bergel estuvo viviendo y trabajando en Alemania. Ella prefiere continuar sus investigaciones en Argentina y no tener que emigrar. Pero todo este estado de situación la pone en duda y ella, como tantos otros, estarían mirando otra vez a Ezeiza como puerta de salida.

Fuente: http://www.nuestrasvoces.com.ar/entendiendo-las-noticias/la-traicion-lino-baranao-la-ciencia/