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España

Lara y Berlusconi destrozan el sueño mediático que prometió Zapatero

Fuentes: El Confidencial

Semana de copas navideñas en Madrid. Telecinco optaba por el cosmopolita The Gin Room, un paraíso para los amantes de la ginebra ubicado cerca del Museo del Prado con diseño de Philippe Starck. Antena 3 apostaba por el más castizo José Luis, al lado del Bernabéu. Ni en gustos estéticos se avienen. La Sexta, siempre […]

Semana de copas navideñas en Madrid. Telecinco optaba por el cosmopolita The Gin Room, un paraíso para los amantes de la ginebra ubicado cerca del Museo del Prado con diseño de Philippe Starck. Antena 3 apostaba por el más castizo José Luis, al lado del Bernabéu. Ni en gustos estéticos se avienen. La Sexta, siempre cool y apurando sus últimas horas de libertad, optaba por un loft de aire neoyorquino escondido en Concha Espina. Tres días festivos y sólo un tema de conversación: la fusión que concentra el sector audiovisual en las manos de José Manuel Lara y Silvio Berlusconi. Y que de paso destroza el diseño audiovisual alentado desde sus primeros días en el poder por José Luis Rodríguez Zapatero. Su sueño se desvanece al tiempo que lo hacen sus días en el poder.

«Es el fin de la Barroso connection«, suspira un alto ejecutivo entre canapé y canapé, en alusión al ex secretario de Estado de Comunicación y marido de Carme Chacón, Miguel Barroso. Él fue la mano derecha del presidente del Gobierno en asuntos mediáticos durante el arranque de su primera legislatura en 2004. Había participado en sociedades como Factoría de Ficción o La Corriente Alterna con nombres ilustres que luego levantarían el conglomerado Imagina (Mediapro/Globomedia). Entre ellos, José Miguel Contreras o Andrés Varela. Corría noviembre de 2005 y el Ejecutivo concedía una licencia de televisión a La Sexta, con Imagina como uno de los socios de referencia. Jaume Roures, Tatxo Benet, Daniel Écija, Emilio Aragón o el propio Contreras accedían a una cadena. Nacía una auténtica apuesta de izquierdas frente al monopolio de Prisa. Todo un cambio de guardia.

«Era un proyecto de jóvenes progresistas zapateriles frente a viejos felipistas trasnochados», lo definía con cierta amargura un alto ejecutivo de la compañía de los Polanco. Un sentimiento acrecentado por el empuje con que arrancaron los socios de La Sexta, que tiraron de chequera sin tino para hacerse con derechos deportivos ‘premium’ como la Liga de Fútbol o la Fórmula 1. Claro que Zapatero tampoco quiso soliviantar del todo a las huestes de Juan Luis Cebrián. Meses antes, el Ejecutivo había permitido a Canal+ ­-la frecuencia codificada del Grupo Prisa- emitir en abierto 24 horas, creando el germen de Cuatro. El argumento esgrimido entonces por el Gobierno para esas dos concesiones no puede sonar hoy más falaz: había que incrementar la pluralidad de la televisión.

Apenas un lustro después, nada queda de esa aspiración. La Sexta está en manos de José Manuel Lara, tras ser valorada en más de 260 millones y asumir Planeta una deuda de hasta 122 millones. Eso sí, sus dueños se quedan con un nada despreciable 7% en Antena 3 -la firma capitaliza en torno a mil millones-, ampliable a un 14% en función de los resultados de la cadena. José Miguel Contreras será el vicepresidente de la fusionada. Por otra parte, la que fuera cadena de los Polanco está en manos de la Mediaset de Berlusconi, tras abonar éste 500 millones. Una cantidad nada despreciable y que permitió al grupo reducir su galopante deuda. «La última fusión vuelve a equilibrar el sistema», admiten fuentes internas de Telecinco. Un viaje de seis años para el que han sobrado alforjas.

El ‘plan Lara’ se impone a Barroso

Las tornas cambiaron a principios de 2009. La arquitectura Zapatero-Barroso se topó con la crisis publicitaria. Según los datos de Infoadex, las televisiones nacionales en abierto se habían repartido más de 3.000 millones de euros en inversión de los anunciantes en 2007. Apenas dos años después la facturación se había desplomado en casi mil millones y con suerte rebasaba los 2.000. Y José Manuel Lara decidió descolgar el teléfono. «No hay pastel para todos», se quejó. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunciaba poco después la aprobación de una ley que facilitaba las fusiones entre televisiones. Zapatero terminaba por allanar el camino para un nuevo reinado de los grandes. Luego vendría la eliminación de la publicidad en RTVE. Nada era suficiente para las cadenas privadas. Mientras las televisiones se esforzaban por adaptarse a la TDT, el plan Lara se abría paso.

«Puede ser cierto -explican fuentes conocedoras de todo el proceso-. Pero la clave no está ahí. Todo cambia el 29 de octubre de 2010. Ese día la Comisión Nacional de Competencia aprueba con unas limitaciones ridículas la fusión de Telecinco y Cuatro. Ese día se cava la fosa de los operadores más pequeños y los medianos como La Sexta se ven abocados a fusionarse si quieren sobrevivir«. No faltó en el sector quien recordó entonces la necesidad de cash de Prisa y el eterno romance con Cebrián del ex ministro Alfredo Pérez Rubalcaba. Berlusconi aprovechó sus cartas. Tuvo que asumir el elevado precio de la adquisición de la cadena de los Polanco, pero a cambio logró meter la cabeza en el pago con la compra del 22% de Digital+. Todos contentos, pero competencia se quedaba en paños menores.

La última entente otorga a los dos nuevos conglomerados que se forman una potencia de fuego fenomenal. Al punto de que controlan el 85% del mercado publicitario. «Yo lo siento por los productores de contenidos. O le vendes a uno o le vendes a otro. Y eso de negociar los precios…», lamentaba tras conocer el acuerdo uno de los afectados. Tampoco los anunciantes están especialmente ufanos. Zapatero comenzó su gobierno huyendo del legado de José María Aznar. Su primera decisión fue retirar las tropas de Irak. Poco podía pensar que algo compartiría con el político popular al fin de su mandato: ambos fracasaron en su esfuerzo por articular un espectro de medios afines. El socialista no tendrá la satisfacción de verlo sobrevivir ni un sólo día más allá de su estancia en Moncloa. Lara y Berlusconi recuperan su histórica tiranía en el mercado español.

Fuente original: http://www.elconfidencial.com/comunicacion/2011/12/18/lara-y-berlusconi-destrozan-el-sueno-mediatico-que-prometio-zapatero-89516/