Como las acusaciones de dictador contra Chávez hace tiempo que resultan ridículas e incomprensibles para unos lectores que saben que el presidente venezolano ha ganado ocho veces en las urnas en seis años, ahora El Mundo en su edición del 28 de noviembre recurre a ETA. El comentario aparece sin firmar en las páginas de […]
Como las acusaciones de dictador contra Chávez hace tiempo que resultan ridículas e incomprensibles para unos lectores que saben que el presidente venezolano ha ganado ocho veces en las urnas en seis años, ahora El Mundo en su edición del 28 de noviembre recurre a ETA.
El comentario aparece sin firmar en las páginas de opinión y comienza con el tema de las afirmaciones de Moratinos sobre la participación del gobierno Aznar en el golpe contra Chávez. Califica de «metedura de pata» que un ministro cuente la verdad a sus ciudadanos sobre el papel de un gobierno, sea el suyo o no. Y llega a considerar «extremos insólitos para defender lo indefendible» donde está llegando el gobierno al apoyar al ministro. El Mundo al parecer califica de «indefendible» la verdad, incluso llega a afirmar que el error de Moratinos «nunca ha estribado en la verdad o falsedad de sus afirmaciones». Asombroso papel el de un periódico considerar intrascendente en este debate la verdad. Quizás nos desvele cómo hace tiempo que eso dejó de ser el objetivo de algunos medios de comunicación.
Y recuerda también El Mundo que la búsqueda de pruebas de esas afirmaciones supondría recurrir a documentos clasificados que «desvelar su contenido supondría vulnerar la Ley de Secretos Oficiales». Quien ha visto y quien ve a este periódico, antes ardiente defensor de la desclasificación de documentos secretos.
Y seguimos leyendo y llegamos al colmo de la injuria: «la Policía española considera que ETA mantiene, desde 1999 y hasta hoy, una estrecha colaboración con las fuerzas paramilitares de apoyo a Chávez conocidas como los Círculos Bolivarianos». Se fundamentan en la información publicada ese mismo día titulada «ETA colabora desde el año 1999 con los Círculos Bolivarianos, los grupos de apoyo a Chávez».
El reportaje no puede ser más retorcido, el caso supuestamente más sólido de esa colaboración con el que empiezan la información es el del etarra Galarza Mendiola porque tenía una armería, pero el mismo periódico reconoce que fue extraditado a España hace dos años y medio. Con esa decisión ya me dirán con quien colabora el gobierno de Chávez si con ETA o con los jueces españoles.
La información de El Mundo asume como propia la consideración de los círculos bolivarianos como «fuerzas paramilitares» y la acusación de su responsabilidad en los muertos del 11 de abril del 2002 durante el golpe de Estado contra Chávez. Si el periódico y sus supuestas fuentes policiales fueran tan respetuosas con los jueces venezolanos como piden que se sea con los españoles deberían reconocer las sentencias de aquel país que han absuelto a los chavistas de aquellas muertes y mantienen en prisión preventiva a miembros de cuerpos armados opositores a Chávez.
Las siguientes acusaciones que aportan nombres de vascos las ofrece el opositor Nelson Castellano-Hernández sin pruebas algunas. Se da la circunstancia de que las denuncias de este opositor, son del mismo estilo de las que aireó cuando era cónsul de Venezuela en París. Allí comenzó a relacionar al gobierno de Chávez con el legendario preso Carlos el Chacal, cuyo verdadero nombre es Ilich Ramírez Sánchez, de nacionalidad venezolana y que cumple condena en Francia. No hace falta decir que sus acusaciones no merecieron ninguna atención por las autoridades francesas.
Continúan sus acusaciones en el periódico con la ONG internacionalista Askapena por colaborar con una radio en Venezuela. Pero Askapena es una organización legal y registrada en Euskadi, colaborará probablemente en Venezuela, pero también en España y en otros países como Irlanda o Francia.
Terminan recuerdan con malicia que «está pendiente la entrega de miembros de ETA a España», pero reconocen que «según declaró el pasado martes el propio Chávez en presencia de Zapatero, la decisión no depende de él, sino del Tribunal Supremo venezolano». En el artículo de opinión El Mundo afirma que «Chávez tiene una magnífica oportunidad para demostrar su ausencia de conexión con el mundo de ETA, y es entregando a la Justicia española los terroristas residentes en el país latinoamericano». Pero es que para que se cumpla una extradición primero lo debe aprobar la justicia del país y después el gobierno, así es como sucede con las extradiciones solicitadas a Francia. Si hay algún gobierno que nos niega las extradiciones aprobadas por sus jueces es el Reino Unido, cuyo gobierno denegó la extradición de Pinochet solicitada por la justicia española.
En conclusión, estamos ante un ejemplo más de los palos de ciego que dan los medios contra Hugo Chávez siempre con la mentira y el engaño por bandera. Aunque tampoco se puede esperar otra cosa de un periódico cuyos columnistas tienen como principal argumento contra Chávez la calificación racista de «gorila rojo» (Jiménez Losantos. El Mundo 23-11-2004) o chimpancé (Gabriel Albiac. El Mundo 15-3-2002).