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Las bandas divergentes de Milei: por qué el sistema cambiario más absurdo del mundo es argentino

Fuentes: CELAG

Nadie se casa creyendo que el amor fracasará, ni funda una empresa esperando verla quebrar. Es la miel del futuro prometedor lo que mantiene vivo el presente agridulce del matrimonio y de las empresas. Con el tipo de cambio es igual. Nadie espera que un régimen cambiario dure para siempre, pero al menos debe ser creíble y consistente en el tiempo. En economía, las expectativas mandan: si no es creíble, el final se adelanta.

En la Argentina de Milei, el sistema de bandas que construyó Caputo y avaló el FMI no tiene sentido, es absurdo y es fácil ver por qué.

Cómo es el sistema vigente:

  • En abril comenzó el esquema de bandas cambiarias, con un límite inferior de 1.000 pesos por dólar que baja un 1% mensual, y con un límite superior de 1.400 que sube un 1% mensual. El Banco Central se compromete a vender dólares cuando el tipo de cambio perfore el límite superior y a comprar cuando perfore el piso. Si el tipo de cambio se ubica entre las bandas, el Banco Central no intervendrá y sólo comprará divisas el tesoro cuando el Gobierno no pueda renovar los vencimientos de deuda1.

Por qué está mal diseñado:

  • El absurdo del esquema es que la banda superior suba y la inferior baje a un 1% mensual. Este esquema amplía la brecha entre bandas mes a mes: la brecha comenzó siendo de 400 pesos en abril y a finales del Gobierno de Milei será de 1.200 pesos, el triple que el piso de la banda en esa fecha. Al concluir el Gobierno siguiente, en diciembre de 2031, la brecha entre piso y techo sería de 2.656 pesos, 7 veces el valor del piso de la banda del momento. Imagine usted a un inversor o un exportador que tiene dólares y no sabe si van a valer entre 448 o 3.100 pesos, que serían los valores de las bandas a finales de 2031. Es un rango de valores que sólo le genera confianza a Nostradamus.
    • En diciembre de 2035, el piso de la banda estaría en 276 pesos y el techo sería 18 veces mayor: 5.003 pesos por dólar. Para la economía argentina, 2035 es Ciencia Ficción, pero estos valores inverosímiles ya entran en el género de la fantasía.
  • Es el único sistema cambiario de bandas que se haya diseñado en el planeta con trayectorias divergentes. Hay casos donde las bandas se ampliaron, pero nunca con trayectorias del piso y el techo divergentes. 
  • Suelen decir que el esquema cambiario de Milei se inspiró en el plan de Israel. Este plan inició en 1985 con un tipo de cambio fijo, cuidando siempre que no hubiera desbalance comercial, corrigiendo el tipo de cambio para evitar una apreciación, como la devaluación de 1987, entre otras medidas ortodoxas y heterodoxas que implementó. No devaluó más porque en esos años el dólar se estaba devaluando y eso le facilitó la tarea.
  • Recién implementó el sistema de bandas en 1989, que tenía una amplitud de sólo +/-3% sobre el valor medio entre las bandas. Inicialmente fueron bandas horizontales, es decir, que no se ampliaba la distancia entre ellas ni variaba el valor del piso ni del techo de la banda, prácticamente era un tipo de cambio fijo ancho. Luego, a medida que fueron ganando confianza -y siempre sin descuidar los flujos de comercio-, hicieron dos cambios: primero, se amplió la brecha entre las bandas, en un inicio al +/-5% sobre el valor medio entre bandas y, luego en 1998, cuando ya había confianza en el sistema monetario, subió hasta el máximo de +/-15%. En segundo lugar, el piso y el techo de la banda pasaron a ser móviles; se deslizaban hacia arriba en función de la inflación israelí con respecto a EE. UU. para evitar que se apreciara la moneda local. Es decir, procuraban que la economía sostenga la competitividad y el equilibrio de las cuentas externas, porque el principal problema de los planes de estabilidad, sobre todo si utilizan el ancla cambiaria, es la apreciación de la moneda local. A diferencia del esquema de Milei, “el piso y el techo de la banda se movían en la misma dirección”. Israel tuvo la precaución de evitar la apreciación, poniendo unas bandas que depreciaran la moneda al ritmo de la inflación y cuidó la competitividad externa. Milei, en cambio, diseñó una banda que, por un lado, devalúa y por el otro aprecia, como si la economía pudiera vivir en dos realidades opuestas al mismo tiempo.
  • Es tan absurdo el esquema cambiario de Milei que es difícil elegir por dónde empezar. Primero comenzó con una brecha amplia, 33% sobre el valor medio, diez veces la brecha con la que inició Israel su sistema de bandas. Luego, a diferencia de Israel, la brecha entre bandas no se estabiliza, se amplía gradualmente hasta el infinito y más allá, porque el límite superior y el inferior van en la dirección contraria. Al final del Gobierno de Milei, la amplitud entre el piso y el techo de la banda, que empezó con +/-33% respecto del valor medio, será de +/-44%, al finalizar el siguiente Gobierno será de +/- 75%, y al final del que le sigue a éste sería de +/-90%.

El valor real de las bandas dependiendo de la inflación

  • Lo que importa no es el valor nominal que tengan las bandas en el futuro, sino el valor real, ajustado por la inflación2 de Argentina con respecto al resto del mundo. Si la inflación argentina es mayor, se apreciará la economía argentina y si es menor, se depreciará.
  • Como los limites van hacia arriba y abajo al mismo ritmo, el valor medio entre bandas, que empezó en 1.200 pesos por dólar, crece a una tasa efectiva mensual del 0,5% (hasta fin de 2031).
    • Cualquier inflación mayor a este porcentaje implica que seguirá apreciándose el peso.
    • Al final del Gobierno de Milei, el valor nominal medio entre bandas se ubicaría en 1.325 pesos por dólar y al final del siguiente Gobierno en 1.775 pesos.
    • Pero con una inflación del 1% mensual, el valor medio de la banda sería de 964 al fin del Gobierno de Milei; una apreciación del 20% respecto de la actualidad.
    • Y al finalizar el siguiente Gobierno, en 2031, el valor real medio entre bandas sería de 801; una apreciación del 33%.
  • Para que el piso de la banda no se aprecie más, se necesitaría una “deflación” mensual del -1%. Pero en este caso, el límite superior se devaluaría un 2% mensual.
  • Para que el techo de la banda no se aprecie, la inflación tendría que ser menor al 1%. Cualquier inflación mayor significaría una apreciación tanto del piso como del techo.
  • Con una inflación +1%, el límite superior de la banda no se devalúa y permanecería en 1.400 pesos por dólar a valores reales, mientras que el límite inferior de la banda se apreciaría un 2% mensual y al finalizar el gobierno de Milei el valor nominal del límite inferior sería de un despreciable 527 a valores actuales. Un absurdo. 

En definitiva, el esquema cambiario de Milei, tiende a la apreciación, salvo que una deflación o inflación inferior al 0,5% venga a rescatarlo de la apreciación.

Reflexiones finales

Tal vez el piso descendente fue una estrategia de palo y zanahoria: una amenaza disfrazada de Milei para asustar a los tenedores de dólares –ahorristas y agro- con el riesgo de que el dólar siguiera bajando y así impulsar sus ventas, o una zanahoria para los especuladores del Carry Trade, a quienes les gustaría tener una ganancia de capital, además de los intereses. Es imposible que un absurdo engendre sensatez, así que cualquier hipótesis que presente será absurda.

Por otro lado, el piso descendente de la banda hará que cada vez sea más improbable que el Banco Central compre divisas, por lo que para cumplir el objetivo de acumular reservas sólo tendrá a mano las compras del Tesoro, es decir, obliga a un ajuste fiscal eterno. La intervención del Banco Central es más posible que ocurra cuando el tipo de cambio perfore el techo y, en ese caso, tendrá que salir a vender las divisas que no ha podido acumular y también a pedir préstamos. La deuda será eterna, como el matrimonio, mientras dure.

Este esquema cambiario de Milei, avalado por el FMI y bendecido por el mercado financiero, vino para irse pronto, pero sobrevivirá en los anales de Historia económica como un ejemplo del que no se sabe si reír o llorar.Comparte:0Compartidos

Guillermo Oglietti es doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), postgraduado del Instituto Torcuato Di Tella de Buenos Aires y licenciado en Economía por la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC, Argentina). Dirigió el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Territorio, Economía y Sociedad de la Sede.

Fuente: https://www.celag.org/las-bandas-divergentes-de-milei-por-que-el-sistema-cambiario-mas-absurdo-del-mundo-es-argentino/