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Entrevista a Amadeu Sanchis, miembro del Consejo de Administración de Radiotelevisión Valenciana por Esquerra Unida

«Las opiniones de izquierda no existen para Canal 9»

Fuentes: Rebelión

El PP ha contado, desde que accedió al gobierno de la Generalitat en 1995, con una valiosa herramienta para consolidar su hegemonía: Canal 9. A fiscalizar la gestión del ente público, salpicada por las denuncias de censura informativa y oscurantismo en sus cuentas, dedica sus esfuerzos Amadeu Sanchis, miembro del Consejo de Administración de Radiotelevisión […]

El PP ha contado, desde que accedió al gobierno de la Generalitat en 1995, con una valiosa herramienta para consolidar su hegemonía: Canal 9. A fiscalizar la gestión del ente público, salpicada por las denuncias de censura informativa y oscurantismo en sus cuentas, dedica sus esfuerzos Amadeu Sanchis, miembro del Consejo de Administración de Radiotelevisión Valenciana (RTVV) por Esquerra Unida del País Valencià. «Para Canal 9 no existen las opiniones de izquierda, sobre todo en los programas de debate, donde son habituales periodistas de la derecha más radical que provienen de medios de comunicación privados», afirma Sanchis en la siguiente entrevista. 

Canal 9 no ha informado de la manifestación que pedía la dimisión de Camps por corrupción, el cierre de las emisiones de TV3 o el caso Gürtel. ¿Existe censura informativa en Radiotelevisión Valenciana? 

Es evidente que sí. Hay prácticas de censura en los informativos de Canal 9, en los que se da una notable falta de transparencia. Pero lo más grave se produce en los programas de debate, donde brillan por su ausencia las opiniones de izquierda y las críticas a Camps y sus consellers. Esto es así en términos generales. Ahora bien, es cierto que en el canal 24 horas las tertulias son algo más plurales y en Ràdio 9 la manipulación informativa no es tan escandalosa. 

¿Se ha convertido Canal 9 en una casa de acogida para periodistas de extrema derecha? 

Hay mucho de esto. Por ejemplo, se da una clara vinculación entre la cadena Intereconomía y el programa de Canal 9 DBT, que dirige Isabel Durán. Esquerra Unida ha propuesto la supresión del programa o un cambio radical del mismo, para que lo dirija alguien de la plantilla y que los colaboradores sean periodistas valencianos, no tertulianos de medios de comunicación privados de la derecha más radical. No sabemos tampoco cuánto cobran todos estos colaboradores, pues la dirección de Radiotelevisión Valenciana nos niega la información. A buen seguro sus emolumentos superan los de los presentadores de la casa. 

Los periodistas Pedro García (dimitido después que se revelara su supuesta implicación en la trama Gürtel) y José Luis López Jaraba son los dos últimos directores generales de RTVV. ¿Cuál es su responsabilidad en la línea informativa de Canal 9? 

Son los máximos responsables de la censura, la manipulación informativa y el endeudamiento de Canal 9. Entre ambos hay una línea de continuidad. Pedro García dispara la deuda del ente público durante su etapa como director, entre 2004 y 2009, y controla de manera estrecha los informativos colocando a dos periodistas, Lola Johnson y Lluis Motes. López Jaraba mantiene los altos niveles de deuda y a Johnson y Motes al frente de Televisión Valenciana y Ràdio 9, respectivamente. 

¿Consideras que esta crítica puede generalizarse a los periodistas de Radiotelevisión Valenciana? 

En ningún caso. Siempre hay que exonerar a los trabajadores, que suelen ser ejecutores de las órdenes que se dan desde la dirección. Todos los martes se manifiestan más de 200 trabajadores en la sede de Canal 9 para protestar contra la manipulación informativa y la situación económica y laboral de Radiotelevisión Valenciana. Esto es buena prueba de su implicación y compromiso con la empresa pública. Además, hay que considerar que la mitad de la plantilla es eventual. 

Otro problema añadido es el endeudamiento de RTVV, que ronda los 1.200 millones de euros. 

Una empresa pública no se puede regir, de entrada, con los mismos patrones contables de una empresa privada. La Generalitat Valenciana debería impedir que se produjera una quiebra técnica en RTVV. En la coyuntura actual, Esquerra Unida ha propuesto que el Gobierno Valenciano asuma la deuda del ente público y ponga el contador a cero. Esta idea tendría que complementarse con un Contrato-Programa por el cual la programación de Canal 9 se ajuste a la Ley de Creación de RTVV y a criterios como la primacía de la producción propia y de una programación de calidad y en valenciano. 

El director general de Radiotelevisión Valenciana, José Luis López Jaraba, acaba de proponer una privatización parcial del ente. ¿Se está utilizando el endeudamiento para justificar los anhelos privatizadores del PP? 

La privatización nunca solucionaría el problema de la deuda que, insisto, debería asumir la Generalitat. El endeudamiento es fruto de un sistema fracasado de financiación. Además, no puede procederse a la privatización de una televisión pública por la existencia de una ley del sector audiovisual que bloquearía esta posibilidad. En 2003 la sentencia judicial que siguió a un recurso de Esquerra Unida, CCOO y UGT ya impidió al PP privatizar Radiotelevisión Valenciana. 

¿Qué modelo de televisión valenciana propones?   

Una televisión educativa, pública y también con capacidad de entretenimiento, pero con calidad y sin caer en la chabacanería y el mal gusto. Esto no se está haciendo ahora. Se potencia, por el contrario, una programación muy controlada políticamente por el PP. Otra cuestión que se debería priorizar es la producción propia con trabajadores y recursos de RTVV, sin que ello signifique dejar de apoyar al conjunto del sector audiovisual valenciano. Por ejemplo, guionistas y actores de las series no es necesario que formen parte de la plantilla de Canal 9, pero sí es imprescindible en los programas deportivos, informativos y debates. 

Se habla de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que podría afectar a 500 trabajadores. ¿Se convertirán los trabajadores en los paganos de la mala gestión? 

Esquerra Unida se opone rotundamente a este ERE, que haría pagar el pato de la mala situación económica a los trabajadores, sobre todo los eventuales, de la primera empresa pública del País Valenciano. Los despidos no resolverían de ningún modo la deuda acumulada. El problema real es que RTVV es, en muchas cuestiones, un pozo sin fondo. Ahí están por ejemplo los contratos con productoras privadas, la esponsorización del Valencia Club de Fútbol, Levante y Villarreal y el contrato con Mediapro para las retransmisiones de las carreras de Fórmula 1. 

Además de la mala gestión, se han producido sonados escándalos como las acusaciones de acoso sexual por parte de tres periodistas contra Vicente Sanz, ex número dos de Radiotelevisión Valenciana. 

Hemos vuelto a exigir al director del ente público el despido disciplinario del que fuera responsable de recursos humanos, Vicente Sanz, después que un informe médico haya confirmado que las tres trabajadoras denunciantes fueran víctimas de acoso sexual. Más de un año después de que se conociera el caso la dirección de RTVV no ha tomado medidas. Es un escándalo y un hecho totalmente denigrante para las mujeres, más aún cuando el ente público ha aprobado un Plan de Igualdad.

Otro objetivo de las televisiones públicas en territorios con lengua propia es su uso y promoción. ¿Cumple Canal 9 con los mínimos exigibles? 

No se cumplen ni de lejos, ya que en Canal 9 -el canal principal de Radiotelevisión Valenciana- el uso del valenciano está por debajo del 50% cuando debería alcanzar el 100% de toda la programación. Lo cierto es que el valenciano se reserva principalmente para informativos y retransmisiones deportivas. No vale, en este sentido, el argumento de que vivimos en un territorio bilingüe ya que toda la parrilla de Ràdio 9 se emite en valenciano. Tampoco sirven las cifras tramposas que presenta la dirección de RTVV, en las que se mezclan los datos de Canal 9, el canal 24 horas y Punt 2 para poder dar una explicación favorable. 

¿Y en cuanto a los niveles de audiencia? 

Se sitúan entre el 9 y el 11% pero hay que ser realistas. Todas las televisiones públicas padecen actualmente una crisis de audiencia. El público está más fragmentado que nunca. A ello ha contribuido el TDT con la aparición de 40 canales nuevos y las plataformas digitales. Las televisiones públicas han de realizar una ofensiva para no perder cada vez más audiencia y, en mi opinión, la solución pasa por especializarse y fidelizar al público, como está haciendo TVE. ¿Cómo? En el caso de RTVV con series de producción propia en valenciano, informativos que recojan la pluralidad de la sociedad valenciana y profundicen al máximo en las noticias comarcales, y los debates abiertos. 

A pesar de todos los déficits señalados, RTVV tira en ocasiones especiales con pólvora de rey. Parece que la empresa pública gastó 15 millones de euros con motivo de la visita de Benedicto XVI a Valencia, además de la presunta relación con la trama Gürtel. 

La presunta relación con el caso Gürtel a raíz de los pagos a determinadas empresas es lo que se deriva de los informes policiales que han visto la luz. Sin embargo, desde la visita del papa en julio de 2006 hasta hoy la dirección de RTVV se ha negado a darnos información. La falta de transparencia es absoluta. Pienso, además, que las televisiones públicas han de ser aconfesionales y por tanto no deberían retransmitirse en directo este tipo de actos, a menos que Canal 9 se convierta en una televisión religiosa. El papa, en fin, debería tener el mismo tratamiento que cualquier otro jefe de estado. 

Por último, ¿Alguna propuesta para democratizar la Radiotelevisión Valenciana?

Esquerra Unida va a proponer la creación de un Consejo Asesor en el que estén representados sindicatos, asociaciones de consumidores y usuarios, universidades y profesionales de los medios de comunicación elaboren la parrilla programática a partir de los criterios de democracia, transparencia y pluralidad. Es una idea de la BBC que pretendemos incorporar a RTVV.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.