Participación ciudadana, función social, papel educativo…Son algunos de los valores característicos de los medios de comunicación libres o comunitarios. Hablamos principalmente de un movimiento de radios comunitarias, también de alguna televisión, que se mantiene activo durante décadas en nuestro país. De hecho, las primeras experiencias documentadas de este tipo de radios datan del año 1976, hace ahora 45 años. La lucha por un reconocimiento legal ha seguido vigente durante todo este tiempo y 2021 debería ser, según sus protagonistas, un año clave para sus peticiones.
El movimiento de medios comunitarios es heterogéneo y variado. Además, existen matices diferenciales entre las definiciones. Por eso se suele diferenciar entre los conceptos de “libre” y “comunitario”. No obstante, no es el objetivo de este artículo entrar en detalle sobre estos debates. Una de las personas que más ha investigado y estudiado este fenómeno en nuestro país es el historiador José Emilio Pérez. Autor de varios artículos académicos sobre el movimiento, también ha formado parte de Radio Almenara, la radio comunitaria del barrio madrileño de Ventilla, en el distrito de Tetuán. ¿Por qué son importantes este tipo de medios?, le preguntamos. “La importancia radica principalmente en su función social. Son una de las pocas herramientas que tiene la ciudadanía para poder comunicar de forma colectiva”, responde.
El historiador recuerda que ese derecho de acceso a los medios de comunicación está reconocido en el artículo 20 de la Constitución o que la UNESCO recomienda potenciar este tipo de medios. “Históricamente se ha reconocido la validez e importancia de que estos medios existan, que permiten comunicar a la ciudadanía y tener una voz que de cualquier otra forma no se tiene. Es a través de los medios comunitarios como podemos acceder a ese derecho a informar”, destaca.
A pesar de las diferencias de modelos entre los diferentes medios, hay una serie de características y principios compartidos. Resumiendo y simplificando, se trata de que cualquiera que lo desee pueda tener su espacio radiofónico. Y aquí entran en juego desde personas a nivel individual, asociaciones vecinales u organizaciones que trabajan con personas con discapacidad o colectivos sociales de todo tipo. “Desde el punto de la vista de la historia podemos hablar del movimiento de las radios libres y comunitarias como uno de los grandes olvidados en los movimientos sociales”, indica Pérez.
Pérez ha estudiado en profundidad el fenómeno en sus inicios. Hablamos de la década de los 80. “Hay una efervescencia brutal porque se mezcla un poco todo. Pese a esa imagen que han intentado vendernos de los años del despelote y la Movida, en realidad había una movilización social importante y una efervescencia cultural y de ganas de comunicar. De repente toda esta gente que tiene algo que decir. O porque llevan 40 años sin poder hacerlo, o porque son jóvenes que se encuentran una situación terrible. Y encuentran un medio de expresión. Durante esos años “surgen radios como setas”. “Después de 13 años investigando incluso aún encuentro nombres de radios que ni siquiera se sabe si se llegaron a poner en marcha”, añade.
Las investigaciones de Pérez fijan el año 1976 como el año en el que se crea la primera experiencia radiofónica de este tipo. Así lo recoge el artículo La radio libre en Madrid (1976-1989): los orígenes del movimiento por la libertad de emisión, publicado en Commons. Revista de Comunicación y Ciudadanía Digital . “En Madrid encontramos en 1976 a Radio La Voz del Pobre, iniciativa puesta en marcha por estudiantes de Telecomunicaciones y radioaficionados que emitió de forma esporádica en el 102.0 de la FM hasta 1978. Un proyecto que si bien es cierto que no tenía en su horizonte los ideales que abanderarían las radios libres, es importante porque serían prácticamente las mismas personas las que años más tarde se encontrarían detrás de Radio La Voz de la Experiencia de la Cadena del Water, una de las emisoras más controvertidas de la historia de España”.
Otros ejemplos: en Cataluña, Radio Maduixa, emisora musical creada por radioaficionados en 1977 en Granollers, los Encuentros de Vic de 1978 sobre el futuro de las radios libres y Radio Poble Sec, la emisora del Ateneo Libertario de dicho barrio, que devendría en Ona Lliure.
Seguidamente, entre 1980 y 1981 surgen otras como Radio Ola, Radio Manzanares, Radio Keka, Radio Acción y la mencionada La Cadena del Water. Es, sin embargo, 1983 el momento fundacional de la radiodifusión libre madrileña. “En estos doce meses se suceden la aparición de una serie de emisoras que constituirían la primera hornada de radios conscientemente libres y la celebración del VI Encuentro de la Coordinadora Estatal de Radios Libres, hito clave en la historia del movimiento”, señala Pérez en su artículo.
“En enero, creada por el Colectivo Ecologista de Villaverde y exmilitantes del Partido del Trabajo, nacía en dicho barrio Onda Sur; en febrero, impulsada por gente del Sindicato de Banca de CNT, apareció, en el centro de la ciudad, Radio Lun; en abril Onda Verde Vallekana vinculada a la librería ecologista El Bulevar; en mayo se celebró el VI Encuentro de la Coordinadora Estatal de Radios Libres, en el Ateneo Libertario de Villaverde; en octubre nació Radio Hortaleza, en el barrio de Hortaleza; en noviembre aparecerían Antena Vicálvaro, auspiciada por jóvenes del barrio, y Radio Rara en Getafe; y, en fecha indeterminada, Radio Las Águilas, en Aluche, también habría comenzado a emitir”.
Los orígenes y el caso de Radio Vallekas
Uno de los pioneros en el universo de las radios libres y comunitarias es Mariano Sánchez. Formó parte de la mencionada Onda Verde Vallekana y luego de Radio Vallekas durante muchos años. Precisamente esta última ha sido noticia esta semana por tener una orden de desalojo de su local. Sánchez recuerda para cuartopoder los inicios: “Iniciamos una primera experiencia en Vallecas que se llamó Onda Verde Vallekana. Estaba impregnada del movimiento ecologista y tuvo un papel clave la Librería El Bulevar, que se había especializado mucho en ecología, cuando en aquella época era algo marginal”.
En algunos de los libros de aquella librería pudieron encontrar experiencias de las primeras radios italianas. Principalmente de la experiencia de Radio Alice, en Bolonia a finales de los años 70. “Una expresión del movimiento estudiantil que se generó allí aquellos años. Incluso algunos intelectuales como Umberto Eco la apoyaron”, señala.
Por aquel entonces se usaba el término “pirata” para muchas radios. Una definición que, como veremos más adelante, siguen usando determinados sectores alejados del movimiento. Sánchez recuerda cómo casi en paralelo iban surgiendo en otros puntos del Estado iniciativas similares: Radio Klara en Valencia (“emitiendo desde un barco”, recuerda Sánchez), Radio Paraíso en Pamplona, Radio Pica en Barcelona…
“Las radios bebíamos de las experiencias europeas y también de América Latina. El movimiento fue creciendo. Radio Vallekas aparece en el 86 y para dar respuesta al tema de la OTAN. Surge meses antes del referéndum y en la emisora solo se comentaba ese tema al principio”,
Sánchez reivindica, en un momento en el que el debate mediático está encima de la mesa, la lucha que mantenían ya aquellas radios entonces. “Se estaba luchando ya contra la concentración mediática. Nosotros en aquella época ya alertábamos y denunciábamos eso, la poca diversidad que ya estaba habiendo. Y quienes eran los dueños. Ya hacíamos esta crítica a los medios de masas. Ya lo advertíamos, que cumplían la función del mercado y no cumplían una función social. Hoy hay que seguir diciéndolo más fuerte”, comenta Sánchez.
Ejemplos de radios comunitarias que haya tenido una larga trayectoria hay muchos. A las ya mencionadas podemos sumar Radiópolis en Sevilla, Radio Kras en Gijón, Radio Enlace en el barrio madrileño de Hortaleza, Radio Televisión Cardedeu en Cataluña…Le preguntamos a José Emilio Pérez que nos ponga un par de ejemplos significativos. “Desde un punto de vista histórico-melancólico yo señalaría el caso de Radio Cero en Madrid. Me parece muy interesante y muy sintomático de una época. Porque fue una emisora muy potente pero tuvo sus líos con otras radios, porque se les acusaba de ser el altavoz del Movimiento Comunista, un partido que todavía tenía algo de tirón. La radio tuvo tirón a nivel nacional, es una radio que nació de la Comisión Anti-OTAN de Madrid, por lo que fue una radio muy pegada a una lucha social muy concreta, esa campaña, el antimilitarismo y el referéndum del 86”, comenta.
Otro ejemplo bueno, añade Pérez, es Radio Topo, de Zaragoza. “Tiene un papel muy importante porque mi impresión es que en cierta forma ha estado tirando de todas estas emisoras en Aragón. A muchas emisoras de allí les han prestado mucha ayuda. El papel de Radio Todo como elemento dinamizador de este tipo de emisoras es bastante interesante”. Menciona también el historiador como “gran ejemplo” de radio comunitaria a Cuac Fm, de A Coruña. “Por cómo desarrolla su labor, por el tránsito de radio universitaria a comunitaria y sobre todo por las batallas legales que ha ganado”, indica.
Pendientes de la nueva Ley
Tras la intervención del vicepresidente Pablo Iglesias en el Congreso hablando sobre el poder mediático, Mariano Fernández, presidente de la Red de Medios Comunitarios (ReMC) e integrante de Cuac FM, reivindicó en sus redes sociales el papel de este tipo de medios en el debate. “Es un debate en el que nosotros somos un agente relevante y en el que normalmente se nos invisibiliza. Nosotros también tenemos cosas que decir en este debate porque nuestras prácticas de comunicación son bastante buenas. Seguramente mejores que las de otros que están muy preocupados ahora”, explica a este medio.
¿Cómo es la situación actual de las radios comunitarias en nuestro país? Por un lado, Fernández se refiere a los problemas que viven los colectivos. “Salvo honrosas excepciones que van como un tiro,en general la cosa está mal porque somos el reflejo de la comunidad. Si la comunidad lo está pasando canutas, nosotros también”, señala.
Por otro lado, está la situación jurídico-política. “Es un año clave. Estamos en un momento absolutamente decisivo. Se está tramitando la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual, que más que una reforma es completamente nueva. Y también se está preparando la elaboración de un nuevo plan técnico, que seguramente será el último de FM. Se junta todo y es un momento sumamente decisivo. Aquí no llegamos en mal momento porque realmente tenemos una buena interloución con la Secretaría de Estado. De momento son todo palabras pero al menos hay comunicación. Se nos escucha, algo que antes no se hacía”, reflexiona el presidente de la ReMC.
Considera Fernández que Roberto Sánchez, secretario de Estado de Telecomunicaciones, “entiende un poco la situación” y que cuentan con un interlocutor con más conocimiento del tema. En 2010, aún con Zapatero en la Presidencia, se produjo un “salto cualitativo”. La Ley General de la Comunicación audiovisual, en vigor hoy, les reconocía como sujetos válidos. Una petición histórica de estos medios. “Todas las personas tienen el derecho a que la comunicación audiovisual se preste a través de una pluralidad de medios, tanto públicos, comerciales como comunitarios que reflejen el pluralismo ideológico, político y cultural de la sociedad”, destaca el artículo 4.
“El asunto es que de 2010 a 2021 no se ha dado una sola licencia a medios comunitarios. Durante los gobiernos de Rajoy la administración general del Estado se declaró insumisa. Se negó a aplicar la ley, nos quedamos como estábamos. Hubo intentos de cierre, incluso. Al ministro Soria le pasaron un informe diciendo que había que eliminar esta categoría audiovisual”, recuerda Fernández.
¿Entonces?
Responde el presidente de la ReMC: “Las
cosas con palabras están muy bien pero lo pasamos mal. Si se quiere
salvar el sector, es el momento. Y a poder ser, en esta legislatura.
Hay quien identifica cualquier tipo de manifestación de la sociedad
civil organizada como una amenaza o problema.
Realmente lo que pasa es que duele ver cómo los medios más potentes
y capacidad de influencia, y los más privilegiados, se quejan de que
se ataca su libertad de expresión cuando a ellos no han hecho una
portada o editorial cuando a nosotros nos masacraban o cerraban”.
Lo que piden, recuerda Fernández, es algo que se está aplicando en muchos países europeos o de América Latina. Pone ejemplos concretos: “Este año, el sindicato nacional de radios libres de Francia pactó un presupuesto de 33 millones de euros. En Austria tenían 3,5 millones de euros para 14 radios y les dieron un millón más para superar el tema del covid. Cualquiera puede decir que lo que queremos es pasta.Lo primero que queremos es protección legal, y eso es gratis. Que nos den nuestras licencias para que nopuedan cerrarnos. ¿Queremos que pongan a nuestra disposición líneas de financiación? Pues sí, igual que se las das a los comerciales. Porque a ellos les llueve pasta pública en diferentes escalas”.
Para Fernández, el tema de la financiación es más complicado. No así el de las licencias FM. “Nos ayudaría que nos den la protección de las licencias, pero en todos los países de Europa donde están las radios regularizadas, se les reconoce como servicio público y tienen líneasde impulso. Nosotros podríamos hacer mucho mejor trabajo del que hacemos. Lo que pedimos es bastante razonable, que se nos deje sentarnos en la mesa con los demás”. Reconocen desde la ReMC, no obstante, avances. “Nos dieron un asiento en el Consejo Asesor para la Sociedad de la Información. Es la primera vez que se nos incluía como miembros de pleno derecho. Antes nos invitaban solo de oyentes. En este nuevo consejo ya somos miembros. Aunque claro, somos una voz entre 60”.
Habla Fernández de que tienen conexión con organizaciones sindicales de periodistas pero que generalmente los medios comerciales no han querido saber nada de ellos. “Creo que parte de desconocimiento por su lado, porque ellos siempre piensan que somos piratas y una amenaza”. El miembro de Cuac FM cita un informe realizado por la Generalitat de Catalunya en el que se señalaba que los medios comunitarios ayudaban realmente a que el espacio radioeléctrico estuviese “más limpio”. El informe destacaba además que para hacer el trabajo social, de inclusión o diálogo intergeneracional que hacen las radios comunitarias, las administraciones tendrían que desembolsar una cantidad de dinero importante.
Por último, Fernández destaca la tremenda labor que podrían hacer las radios comunitarias en la “España vaciada”. “Pero eso no se puede hacer si no hay medidas de impulso, si no se cuida un poco el sector. Porque mientras vemos en otros países, en todas partes les apoyan, aquí seguimos igual. No puede ser porque esto se muere. No quiero ser catastrofista porque la gente es la bomba y solo hay que mirar la historia de muchas de ellas, que han pasado por todo y siguen emitiendo”, destaca.
Sánchez, por su parte, también reconoce que el tema es complicado. Y más por la “competencia” de las nuevas tecnologías para emitir. “La radio necesita colectivo, es lo que tienen que hacer, incorporar las nuevas herramientas. No debemos de abandonar el discurso, esa forma diferente de hacerlo, incorporar nuevas tecnologías y ser esas personas que hacen de correa de transmisión. Tenemos un papel en la formación, en los usos éticos de los medios. Nuestro papel sigue siendo ese, abrir la participación, que los medios no sean solo de unos pocos, que sean realmente de todos, que la gente descubra cómo se hacen y que no nos engañen”, afirma.
Por su parte, Pérez considera un buen momento para reivindicar este tipo de medios. “Aunque sí que es cierto que hoy en día con tu ordenador puedas hacer un podcast desde casa y crear contenido, no hay que perder de vista el carácter colectivo de estas experiencias. Está muy bien ejercitar el derecho a la libertad de expresión que te genera un podcast en tu casa, eso está perfecto. Pero lo que llevan implícito estos proyectos y lo que lo diferencian de otras iniciativas es ese aspecto del común, de la defensa de lo común y de experiencia colectiva de transformación de la sociedad. Es una forma de incidir en tu territorio, una faceta que va más allá de lo comunicativo que es la incidencia real sobre tu comunidad. Creo que eso encerrado en tu casa grabando un podcast es más difícil”, concluye.