Revisado por Caty R.
Creo que todo intelectual debe cuestionarse continuamente y, al decir de Castoriadis, no debe omitir sus ideas más arraigadas.
Pues bien, desde jovencito me preguntaba: ¿qué es la libertad de prensa? Tenía un amigo de mi edad que trabajaba en un importante diario porteño y me decía: hay cosas que están prohibidas en el diario. No puedes decir lo que quieras, el diario tiene una línea.
Como para tener un diario hay que tener mucho dinero, ya veía a unos magnates manejando la opinión pública. ¿Es ésa la tan sagrada libertad de prensa? Es claro que es libertad de prensa, pero libertad desbocada que da la oportunidad al poder y al dinero de manipular mentes. Es simplemente la opinión de un grupo de gente con poder y dinero que naturalmente tiñe todo con el color que le conviene.
El llamado Cuarto Poder es un poder con mucho poder y no tiene más límites que la ley. El tema es que la opinión mientras no sea encuadrada como un delito no tiene freno. En pocas palabras, un diario son tantas personas como las que lo lean y todas diciendo lo mismo. Cada ejemplar son tantas personas como las que lo lean. Eso es muy fuerte.
Eso es liberad de prensa? Es, pero tendenciosa. Los dueños del medio dicen lo que les conviene y con psicólogos y expertos en comunicación de masas pueden construir la opinión de un pueblo. Con un peligro adicional, a los bisoños se les magnifica lo que leen por el poder mágico de la palabra impresa.
Si se limitasen a las noticias igual habría sesgo reflejado en la elección de las noticias. Donde se manifiestan con todo las convicciones de los que mandan es en los artículos de opinión. Para ellos cabe la observación:
Cuando usted, amigo lector tenga un artículo en sus manos no olvide que este artículo refleja el pensamiento del que lo escribe o del que lo manda escribir. No crea nada «a priori», raspe, lea entre líneas, desmenuce, analice palabra por palabra a idea por idea, compare con otros, mantenga atento el espíritu crítico. Su contenido puede ir de lo más beneficioso al engaño más grande e interesado.
Con Internet la posibilidad de elección creció y con los foros de discusión de cada artículo en los diarios mejoró más aún la posibilidad de clarificar ideas, pese a que los foros son moderados (lo cual es necesario para eliminar obscenidades y maltratos pero con el peligro de que el diario discrimine ideas).
Con lo dicho no inventé nada, ya 500 años antes de Cristo el Buda Sakyamuni decía algo similar a sus discípulos respecto de sus sermones. Es claro que no estaba en su mente el engaño, pero sí se sentía un hombre falible y de su buena fe surgía la advertencia.
Lejos estoy de la sabiduría del Buda por eso con más razón, amigo lector, le pido que haga lo mismo con el presente artículo.
Guillermo F. Parodi es escritor, profesor universitario, miembro del Observatorio Internacional de la Deuda y de los colectivos Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala ( www.tlaxcala.es ), la red de traductores por la diversidad lingüística. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la revisora y la fuente.