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Lista de periodistas mercenarios crece en Miami

Fuentes: Granma

Nuevos nombres se suman en Miami al escándalo de periodistas pagados por el gobierno de Estados Unidos para hacer la guerra sucia contra Cuba. Ahora no son 10 los implicados en el bochornoso suceso. «Ya son reconocidos 13», se precisó en la Mesa Redonda de anoche, dedicada a analizar el tema: La mafia terrorista de […]

Nuevos nombres se suman en Miami al escándalo de periodistas pagados por el gobierno de Estados Unidos para hacer la guerra sucia contra Cuba.

Ahora no son 10 los implicados en el bochornoso suceso. «Ya son reconocidos 13», se precisó en la Mesa Redonda de anoche, dedicada a analizar el tema: La mafia terrorista de Miami, la política anticubana y sus voceros.

Entre los nombres que pasaron a la ya extensa lista está el de Alejandro Armengol, de El Nuevo Herald, quien asumió que «sí nos pagaron»; Andrés Reinaldo, comentarista y uno de los editores del propio rotativo y Oscar Haza, actual vocero de la ultraderecha miamense, personaje que desde que se destapó la batahola el pasado 8 de septiembre, ha sustentado una mentira tras la otra.

Lo ocurrido evidencia el doble rasero que en estas cuestiones se tiene por allá, porque se trata de Cuba y de promover la descabellada política del presidente George W. Bush.

Los especialistas rebatieron los intentos por crear la confusión al alegar que en El Herald hay agentes cubanos o que el libelo sirve a los intereses de la Isla. «Todo eso es ridículo y además, una gran mentira que trata de evitar todo el debate ético que se mueve alrededor del hecho», precisaron.

Por su parte la noticia ha tenido una gran repercusión en los más variados medios de prensa tanto dentro como fuera del territorio estadounidense. La mayoría de los artículos publicados reflejan el efecto muy negativo para estos «profesionales» y, por consiguiente, para el andamiaje de la política anticubana en la Florida.

No es pura coincidencia que los mismos asalariados, hubiesen sido los que crearon las condiciones de intimidación en Miami alrededor de los Cinco antiterroristas cubanos. Sus créditos respaldaron muchos de los trabajos publicados en aquella ciudad del sur para fomentar la tormenta perfecta de prejuicios que tanto hemos denunciado y que fue elemento esencial para condenar a nuestros hermanos.

La olla de Pandora que se destapó en Miami continúa dando luces: demuestra que el imperio sigue pagando a las plumas y a sus voceros, dispuestos a defender a cualquier precio la política anticubana, mientras mantiene injustamente en sus cárceles a hombres que luchan contra el terrorismo.