El Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State ha incluido la ayuda médica de Cuba a Haití entre las informaciones más censuradas de 2010. Cuando la cadena CNN cambió la nacionalidad de un médico cubano en su cobertura sobre las consecuencias del terremoto en la isla caribeña, algunos esgrimieron distracción como causa del error. Sin […]
El Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State ha incluido la ayuda médica de Cuba a Haití entre las informaciones más censuradas de 2010. Cuando la cadena CNN cambió la nacionalidad de un médico cubano en su cobertura sobre las consecuencias del terremoto en la isla caribeña, algunos esgrimieron distracción como causa del error. Sin embargo, no se trata de un caso aislado. Como demuestra el estudio académico publicado el 15 de septiembre, el «error» se reproduce en la censura sobre el tema desde todos los medios que, como la televisora ubicada en Atlanta, juegan un papel líder en el mundo de la información. A partir de ellos, se generaliza en cascada un enfoque excluyente que determina lo que leen, ven y escuchan prácticamente todos los habitantes del planeta.
Para confirmarlo, la televisora española La Sexta acaba de reproducir la tecnología CNN en un reportaje sobre la alfabetización en la ciudad española de Sevilla. El importante canal de televisión ha silenciado la esencial participación de Cuba con el método Yo sí puedo -practicado por profesionales cubanos en veintinueve países- para sacar del analfabetismo a personas iletradas en una emblemática ciudad del Primer Mundo, y ni el nombre del proyecto ha podido ser mencionado.
Como el tema «damnificados en Haití», el asunto «analfabetos en Sevilla» parece ser atractivo para los medios, tanto que Televisión Española -según cuenta el periodista José Manzaneda en Rebelión – también se interesó en reportarlo. Con la experiencia anterior, los coordinadores sevillanos del proyecto pidieron a TVE no hacer lo mismo que La Sexta, y mencionar a Cuba, además de decir las tres inombrables palabras «Yo sí puedo«, ante lo cual la televisora pública desistió de sus nobles intenciones.
Para algunos -entre los que me incluyo- no quedará más remedio que pensar que existe una línea editorial muy clara en la llamada gran prensa que impide que la colaboración de Cuba en salud y educación, reconocida por organismos internacionales y envidiada hasta por Barack Obama sea no ya elogiada, sino apenas mencionada colateralmente.
De cualquier modo, resulta difícil comprender por qué profesionales preparados, inteligentes, con directivos hábiles para ganar millones, proceden de manera tan absoluta cuando de Cuba se trata. ¿Qué hace tan peligroso admitir que en una noticia entre miles, aparezcan durante unos pocos segundos las cuatro letras de nuestro nombre para identificar el lugar de procedencia de un médico o un profesor?
Los medios del capitalismo lo pueden publicar todo, hasta convertir en espectáculo el sexo, la barbarie o la muerte, pero sólo todo lo susceptible de ser trocado en mercancía. Por tanto, «todo» quiere decir todo menos la solidaridad. Pueden incluso fomentar la caridad – con la que esos mismos medios lucran día tras día-, esa que se da a un necesitado entre miles para que sea feliz por unas horas. Pero la SOLIDARIDAD, esa que se ejerce por sentido de la justicia hacia los que consideramos nuestros iguales, y hace a las personas seres sanos y conscientes para poder vivir libres de todas las dominaciones, capaces de demostrarse a sí mismos que sí pueden, les resulta subversiva. Es que la capacidad autocrítica del capitalismo tiene límites, están allí donde comienzan las alternativas ¿Será eso lo impublicable, lo que hace tan peligroso al «modelo» cubano?
Fuente original: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2010/09/21/lo-impublicable/
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