El machismo ha utilizado muchos medios para perdurar más allá del tiempo y para que todo transcurriera bajo su control sin que nada sucediera en apariencia. El machismo es el resultado de un modelo jerarquizado de sociedad basado en la desigualdad, y necesita a los medios de comunicación para mostrar lo que no es y […]
El machismo ha utilizado muchos medios para perdurar más allá del tiempo y para que todo transcurriera bajo su control sin que nada sucediera en apariencia. El machismo es el resultado de un modelo jerarquizado de sociedad basado en la desigualdad, y necesita a los medios de comunicación para mostrar lo que no es y ocultar lo que es.
El machismo ha sido presentado como un exceso para aceptar toda la parte de la desigualdad que no llegaba al umbral criticable, lo cual no ha supuesto un rechazo del mismo, sino la integración práctica de la desigualdad en la normalidad. Lo inaceptable no está sólo en el exceso de determinados resultados, lo inadmisible son los valores que justifican que comience lo que luego es reprobado como hecho aislado. Por esa razón, el «machismo como exceso» ha sido la concesión de los privilegiados para que el modelo perdure, y los «machistas identificados», los chivos expiatorios que refuerzan el sistema al ser criticados. La estrategia es muy eficaz, por un lado muestran que ellos también quieren la igualdad, hasta el punto de expulsar a quienes actúan en contra, y por otro, marcan distancia y dicen, «nosotros no somos así», con lo cual refuerzan su credibilidad.
«Los medios de comunicación actúan como conciencia colectiva»
La defensa de las posiciones machistas necesita a los medios de comunicación para conseguir dos objetivos principales. Por una parte, presentar la transformación social como un enfrentamiento entre las propuestas de los partidos políticos , como si la igualdad se tratara de algo artificial al margen de la sociedad, y de ese modo conseguir menos implicación y más distancia.
Y por otra, generar cierta desorientación y dudas al lanzar mensajes moderados sobre la igualdad y hablar al mismo tiempo de los «excesos de las políticas de igualdad», que son presentadas como injustas y equiparables al machismo , para lo cual no dudan en difundir mitos y falacias que buscan el mismo objetivo (denuncias falsas en violencia de género, manipulación de los hijos y políticas de igualdad contra los hombres).
La realidad no es un accidente, es el resultado de lo que antes ha sido integrado dentro de la estructura de la convivencia. Y el futuro tampoco será una deriva del presente, sino lo que hoy construyamos.
«Si confunden la información con la opinión, perderán la credibilidad»
En un mundo posmoderno, individualista, fragmentado , materialista y alejado de lo cercano, lo que no se ve no existe, y los medios de comunicación actúan como conciencia colectiva, como esa plaza del pueblo donde se juntan las personas para hablar y debatir. Consciente de ello, el posmachismo ha colocado tarimas por el zoco y, como los predicadores ambulantes, se ha puesto a lanzar sus ideas y a darle legitimidad hablando de «lo normal».
Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad , si ceden para conseguir beneficios inmediatos al confundir la información con la opinión y a la sociedad con un cliente, perderán la credibilidad y habrán puesto el punto final sobre una página en blanco que cualquiera podrá rellenar.
Fuente: http://www.publico.es/espana/370503/los-medios-del-machismo