M.H.: A José Luis Sampedro, escritor, humanista y economista español que propiciaba una economía «más humana y solidaria», se le atribuye la siguiente frase: «Si usted amenaza con la guillotina pero luego no mata a nadie, puede esclavizar a quien quiera. Ellos pensarán: ‘Al menos no estamos guillotinados’». En el blog Microfilosofía, Andrés Huergo sugiere […]
M.H.: A José Luis Sampedro, escritor, humanista y economista español que propiciaba una economía «más humana y solidaria», se le atribuye la siguiente frase: «Si usted amenaza con la guillotina pero luego no mata a nadie, puede esclavizar a quien quiera. Ellos pensarán: ‘Al menos no estamos guillotinados'». En el blog Microfilosofía, Andrés Huergo sugiere que el uso político del miedo es una vieja herramienta de los totalitarismos y ciertos modelos democráticos que buscan la cohesión social generando en la comunidad la disyuntiva de elegir entre lo malo y lo peor.
Mauricio Macri, ayudado por su dispositivo mediático-judicial, convirtió «el miedo a lo peor» en la premisa de la segunda etapa de su gestión en el gobierno nacional. La que va por las reformas profundas del plan de «reformismo permanente». Terminó 2017 y comenzó 2018 instalando temores: a las consecuencias de una devaluación abrupta del peso, a la pérdida de las fuentes de trabajo, a la persecución política con cárcel incluida, a la estigmatización, al regreso de los genocidas al barrio, a gastar más de lo que «corresponde» y así.
Utilizó un manual infalible: mientras una buena parte de la población goza del merecido descanso anual en playas o montañas, o tal vez en su propia casa, otra cantidad siente en carne propia el rigor de la pérdida del empleo y se convierte, allí mismo, en un mensaje disciplinador para los demás. Las escenas de trabajadores llegando a sus lugares de empleo para enterarse de que nunca más atravesarán el molinete de ingreso no constituyen un error ni expresan falta de sensibilidad. Hacen visible la división entre los que van a seguir participando y los que no. Hiere a ambos lados del molinete, pero convierte a los «salvados» en involuntarios culpables de lo que les sucede a los excluidos. Y además, como si fuera poco, en la segunda etapa de la perversión los empujará a aceptar condiciones laborales que en otro contexto no hubiesen podido imponerles.
Para los que resisten estas decisiones, la estrategia del miedo tiene otro plan: la licitación para la compra de 14 millones de postas de bala de goma con entrega previa al mes de abril -de la que hoy informa este diario- y la desopilante operación que buscó incriminar al Partido Obrero en un poco creíble atentado contra la sede de la Policía Federal, advierten a los menos temerosos sobre los «riesgos» de confrontar en las calles. Preparan el terreno para un marzo caliente. Saben que el miedo sólo se supera con la acción colectiva y, a juzgar por la impresionante capacidad de movilización que vastos sectores de la sociedad argentina exhibieron esta semana -masiva movilización de ATE, escraches al genocida Etchecolatz, protestas por los cortes de luz, pueblada en Azul- todavía quedan (citando nuevamente a Huergo) muchos dispuestos a ejercer la libertad dándole batalla al miedo.
Escribió Julia Izumi el domingo 7 de enero en el diario Tiempo Argentino.
-¿Qué reflexión te merece lo que acabo de leer?
-J.A.: La médula de lo que dice es correcta. Yo no creo que eso sea un atributo de los totalitarismos, sino que en cierto modo es un atributo de los regímenes democráticos. Es una forma de decir tenés esto, si jodés, te reprimimos. Al empezar a distinguir que esto es una democracia y que la represión es totalitarismo se olvida que los regímenes democráticos han matado mucha gente, trabajadores, y quiero subrayar esto para terminar con el mito de la democracia. La democracia es un Poder Judicial totalmente al servicio de los poderes económicos y el poder político.
Por ejemplo, lo que está ocurriendo en este momento, tenemos a dos compañeros detenidos y el juez se niega a excarcelarlos, es inconstitucional, no pueden tener presa a una persona, o dan una prisión preventiva porque alegan que va a obstruir la justicia o que se puede fugar, cosa que no sucedió porque ellos se presentaron. Como no pueden dictar la preventiva mantienen la no excarcelación.
-M.H.: Uno de ellos se acaba de recibir de abogado.
–J.A.: Sí, al que le dieron hoy la prisión y que miserablemente Clarín titula «Se entregó» cuando siempre estuvo a disposición del juez, desde hace una semana al enterarse que tenía una orden de detención.
-M.H.: Dimas Fernando Ponce.
-J.A.: Exactamente. Es un juez garantista, me interesa señalarlo porque son los peores, los garantistas están pensando siempre en cómo se puede reprimir sin afectar la credibilidad del Estado. Entonces cuando lanzaron un proyecto de seguridad democrática con Horacio Verbitsky el arte era que para evitar la represión vos ya supieras en qué consistiría la manifestación, es decir, que la espiaras. El espionaje da lugar a la provocación y crea el ambiente más propicio para la represión. El garantismo no tiene salida bajo un régimen capitalista.
Una vez tuve un intercambio de cartas con un super garantista y le pregunté por qué no abolía el Código Penal, porque ser garantista con el Código Penal no es posible, inclusive el conflicto es un delito social y es resuelto por medio del castigo, porque de ahí nace el tema penitenciario, la respuesta al porqué tenemos tanta gente presa, inclusive sin proceso, hacinada en cárceles o en comisarías.
Creo que hay que hacer una crítica profunda al régimen democrático. Demostrar que es una pantalla que trabaja para el pago de la deuda, para domesticar al movimiento obrero premiando burócratas, prometiéndole a Moyano que depende de cómo se porte arreglan lo de OCA, y eso vale para esos casos porque hay jueces en la Justicia federal, por ejemplo, que están con la visión de ocupar el lugar que ocupaba Gils Carbó, entonces agarran a dos troskos y los condenan, quedan bien y con eso tal vez llegan a ser Procurador General de la Nación.
Las operaciones judiciales además las denuncia la propia Elisa Carrió. Con esto quiero decir que son oficiales y abiertas. Entonces hay que hacer esta crítica implacable y contraponerlo a lo que sería un régimen de soberanía popular donde elegís, revocás y donde se vota sobre la base de una deliberación política, no como sujeto pasivo que está mirando la televisión y escucha, como muy bien dicen ellos, cuatro «ofertas» electorales, como si la política fuera un mercado como lo es en la economía. Eso me parece esencial.
Y después poner de manifiesto claramente el entramado que hay entre la oposición y el oficialismo, que va de un extremo al otro, de un lado esta Macri y del otro Cristina, Cristina quiere hacer una alianza con Massa que es un perno de la alianza con Macri, que viajó con Macri a Davos y que le votó cien leyes, entonces está claro que entre bueyes no hay cornadas, porque hacer un pacto con Massa y compañía ya es una estrategia política.
Sobre esto quiero hacer una reflexión, cuando se realizaron las elecciones en Ecuador y cuando ganó Lenín Moreno yo me planteé el siguiente problema, qué pasaba acá si ganaba Scioli, nunca lo sabremos, pero nos acusan de que por no haber apoyado a Scioli tenemos a Macri. Nosotros tenemos la tesis de que iba a ser una variante del macrismo, pero cómo probarlo si no ganó. Cuando ganó Lenín Moreno, saqué un artículo bajo el nombre «Ganó el Scioli ecuatoriano» porque lo había designado Correa como candidato. Lo que está pasando ahora en Ecuador, hay una crisis política porque metió preso a su Vicepresidente que sería como el kirchnerista de Ecuador y tuvo que volver Correa del exterior porque claramente Lenín Moreno está en la línea divergente, que está buscando una salida hacia el capital financiero y la burguesía ecuatoriana.
-M.H.: Anotemos también que Scioli se retiró de la votación de la reforma previsional.
-J.A.: Además los gestos de Scioli apuntan en esa dirección también. Este era un ejemplo muy claro e ilustra perfectamente por qué la clase obrera, los trabajadores en general tienen que tener claro que no pueden volver a caer en una trampa en esta etapa política. Porque no deberían haber caído nunca, pero hipotéticamente, porque aparecían fuerzas que si ellos no agotaban esa experiencia no podían arribar a esta conclusión. Fuerzas que parecían mover el amperímetro, ahora no hay amperímetro que valga.
Ha habido una lucha frontal el otro día y todo el mundo se apresuró a condenar a los manifestantes, en el campo de la alianza política que gobierna, que no es Macri solo. Entonces creo que esa es la conclusión importante. Respecto a lo que dice la periodista de Tiempo Argentino ese es el punto, ella está bien cuando habla del problema del temor, y muy bien cuando dice que tenés que elegir lo malo para evitar lo peor, ella hace un análisis de la operación mediática, cómo te presentan las cosas, ahora lo peor que te puede ocurrir es que gobierne el macrismo porque además de esta política de ajuste, va a ir a una catástrofe económica.
Empieza a desarrollarse una crisis al interior de la clase capitalista
-M.H.: Apuntás hacia una crisis económica, evidentemente la situación ha cambiado, el FMI exige una devaluación del 25%, modifican las pautas inflacionarias, la peor performance en la historia argentina en comercio exterior, y así podríamos agregar más elementos ¿Cuál es tu percepción de la situación económica que está atravesando nuestro país?
-J.A.: La situación económica como tal es la que describís vos, cuando le añadís el déficit comercial y de cuenta corriente se va a 30.000 millones de dólares, es un delirio absoluto. Ahora, cuidado con este análisis económico que está en boga desde siempre, que son las estadísticas, déficit, comercio, etc., porque al mismo tiempo entra capital a la Argentina y hay absorción de empresas, hay concentración.
Las cifras esconden el movimiento real del capital, una contabilidad todavía no te dice cuál es el movimiento del capital, tenés que desglosar y ver qué pasa. Por ejemplo, el kirchnerismo dice que toda la plata que entra se va al pago de la deuda. No. Ese es un mecanismo que al habilitar al capital a girar los dividendos al exterior provoca también que el capital venga al país y compre empresas. Hay todo un mecanismo, por eso sube la Bolsa, por eso hay empresas argentinas que cotizan en el exterior. Pero cuando ubicás la situación argentina en el marco mundial te das cuenta que la gran vulnerabilidad es que el nivel de endeudamiento con el que funciona la economía mundial es intolerable. Las grandes corporaciones industriales tienen un nivel de deuda que es incompatible con sus beneficios. Cómo resuelve eso el capitalismo, con una lucha intestina, no es que cae mañana.
Si salimos de la estadística hay dos cosas para ver, una, desde el punto de vista del comercio exterior lo importante es que Trump no nos compra el biodiesel.
-M.H.: Tampoco nos compra los limones.
-J.A.: Cómo es que un gobierno macrista puede plantearse una relación económica internacional con un capital financiero que no le compra el biodiesel después de toda la plata que invirtieron su producción. Y el biodiesel está ligado a la soja. Por ejemplo, he leído artículos que dan una explicación simplista de la baja de las retenciones a la soja; «los sojeros van a pagar menos mientras que el pueblo argentino se caga de hambre». Es correcto, pero la función de la baja del precio de la soja en esta ocasión es para habilitar el biodiesel, porque lo que dicen los yanquis es que con las retenciones a la soja, la soja vale menos y es una materia barata para el biodiesel, y el biodiesel hace dumping a los yanquis. Entonces subime el precio de la soja, es más caro comprar soja para el que produce biodiesel y encima le metió una retención al biodiesel, que la izquierda no puede elaborar porque puede entender que le saque retenciones a los sojeros pero no que las meta al biodiesel, entonces no hay ningún artículo que hable sobre el aumento de las retenciones al biodiesel.
Lo hacen para quitarle competitividad, le suben el costo, le ponen un impuesto y aún así los yanquis, hagan lo que hagan, no compran biodiesel. Y Héctor Huergo de Clarín, que es el representante universal de los sojeros en Argentina, sacó una editorial diciendo «se terminó», porque el biodiesel es un factor muy importante para aumentar la demanda de soja, que no es solo aceite de soja, harina de soja, o la venta de la soja para que la harina y el aceite lo hagan en otro lado, sino que necesitamos esta demanda.
Segundo punto, la crisis de la meta de inflación es seria, porque si le decís al capital extranjero que tome préstamos afuera a bajo interés, y que lo coloque acá a mucho interés, establecés una relación con el capital extranjero que vas a financiar de esa manera y un día le quebrás las reglas del juego, entonces se pudre todo, porque se pierde la certeza de que este es un negocio que el Estado respalda.
Sturzenegger peleó por mantenerlo pero enfrentó a los que exportan y que necesitan un dólar más caro y un peso más devaluado para exportar. Se ha producido esta crisis. Con esto, en lugar de ver cuánto debemos quiero poner la atención en las fisuras al interior de la clase capitalista como consecuencia de esas contradicciones.
Esto ha acelerado el tema en el campo político, porque en parte las complicaciones que hubo para aprobar la confiscación de las jubilaciones derivan de una posición sorda de un sector del massismo que no está pensando en las jubilaciones sino cómo hacer pasar la quiebra de la meta de inflación y que se devalúe. Es decir, una manera de debilitar al otro, pero no por el motivo que estoy mostrando sino por otro que está por detrás.
Empieza a desarrollarse una crisis al interior de la clase capitalista que es el gran motor. Las organizaciones sindicales lo advierten a esto pero no quieren avivar a los obreros, por el contrario, buscan adormecer esa conciencia de lo que está pasando para frenar. Esta es la parte viva, concreta, que va más allá de la estadística, la deuda, etc. Por eso Quintana dice «yo escaloné la deuda».
-M.H.: Ese fue Gustavo Lopetegui, el Ministro de Finanzas.
El kirchnerismo quiere que la izquierda sea el furgón de cola de la causa nacional y popular devaluada
-J.A.: La idea que tienen los kirchneristas es que esto se viene abajo. Es una idea perniciosa, porque ellos sustituyen con el pronóstico de que se viene abajo el plan económico, el análisis de si ellos son la alternativa. Se lo dije a un tipo en la tele, ¿te creés que porque estos se caen ustedes vuelven? Ustedes no vuelven aunque este tenga un problema económico, porque hay un problema con ustedes. Dicen que hay que volver a la vieja distribución del ingreso, pero ¿a quién van a expropiar para que vuelva la redistribución del ingreso? Una vez en un programa de televisión todo el mundo se quejaba de los formadores de precios, yo me pregunto por qué no se dejan de joder con eso, si me lo dicen dos veces yo expropio a las empresas formadoras de precios y se terminó la historia. No se puede estar usando siempre el mismo pretexto.
Y el kirchnerismo está buscando una alianza con Massa. Jozami sacó un artículo en Página 12 explicando por qué hay que tragarse el sapo con toda la derecha peronista. Después de decir que eso sería tragarse el sapo dice que no hay que examinarlo desde ese ángulo, porque si empezamos a hablar de sapos no vamos a lograr la unidad.
-M.H.: Lo escuché hace un tiempo en la misma frecuencia a Guillermo Moreno.
-J.A.: Moreno fue terrible conmigo en un programa de televisión, cuando yo peleaba porque AGR Clarín estaba ocupada para que hubiera solidaridad y lucha, con el único propósito de que triunfen los trabajadores, no porque vaya a haber una revolución socialista por ese conflicto, él hizo la gran divergencia, dijo que ellos quieren que Macri dure hasta 2019. ¿El tema es que hay que sacrificar AGR para que dure hasta 2019 entonces? Decir eso es dar un cheque en blanco al gobierno, con muchos más años para incluso volver a ganar en el 2019. No estoy haciendo futurología, solamente que si le das beneficios a tu adversario sus chances de ganar son mayores que si no lo hacés.
-M.H.: Hoy conversando con Néstor Pitrola en la conferencia de prensa convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia para denunciar la escalada represiva del gobierno nacional y convocar al próximo jueves en el Congreso Nacional a una movilización para exigir cárcel común para los genocidas e inmediata libertad y cierre de las causas de todos los luchadores sociales presos y perseguidos; me decía Néstor que los hechos que afectan a los compañeros militantes del Partido Obrero habían generado una solidaridad que lo había sorprendido. Inclusive esta mañana leí declaraciones en ese sentido de organizaciones como La Cámpora. ¿Eso apuntaría a alguna suerte de frente democrático por la defensa de las libertades y contra la política que viene implementando a nivel represivo el gobierno nacional?
-J.A.: El kirchnerismo está en contra de eso. Esto supone una movilización política, supone una serie de planteamientos dirigidos a la CGT para que esto tenga carácter de masas. Lo que el kirchnerismo está planteando es lo siguiente, firmamos declaraciones, mostramos que el campo popular está unido y luego vamos a las elecciones de 2019 todos juntos. De todos modos, si vamos unidos hasta 2019, el que vaya con nosotros y después no nos quiera acompañar hasta el final va a quedar aislado.
Acá hay que hacer otra alternativa política. Ellos quieren un frente político respecto de 2019 con la consigna de las libertades democráticas. Nosotros decimos que no, el frente por las libertades democráticas es incondicional, aunque nos matemos en 2019. Ahora tienen que estar todos libres, si ellos quieren gobernar en 2019 con Massa que lo hagan, cada uno hace lo que quiere, nosotros no, queremos un gobierno de trabajadores. Ahora eso sí, para que todos queden libres, un acto, una movilización, nosotros vamos a escribir un conjunto de cartas abiertas, no solo a la CGT sino también a la Corriente Federal, a la UOM, que estuvieron presentes en la plaza, pero ¿cómo concretamos para que esto triunfe? Porque no se trata de ir a la plaza y que después salga la Ley, el asunto es ir a la plaza y que la ley no salga, hay que infligir una derrota al gobierno y hay que obtener una victoria para los trabajadores, si ven que logran victorias la tendencia política del país cambia.
Entonces, nosotros vamos a proponer que en los sindicatos convoquen reuniones de base, a que hagamos un plan de lucha contra la reforma laboral y no llegar con los hechos consumados a último momento y organizar una manifestación. Nosotros en eso abogamos por un frente, ellos abogan por la unidad del peronismo y quieren que la izquierda sea el furgón de cola de la causa nacional y popular devaluada, después de que todos estos gobernaron dos años con Macri.
Por las libertades democráticas, por liberar presos, por aumento de salarios, por que se reabra Fabricaciones Militares en Azul, hacemos acuerdos con el diablo. Hay un club de Azul que no sé qué orientación política tiene, que organizó parte de la protesta, debe haber macristas en el club de Azul, pero están de acuerdo con que se reabra y que se tomen medidas para que se sostenga esa empresa que es fuente de trabajo, en eso yo estoy con ellos. Pero acá hay una envoltura diferente.
Por ejemplo, Zaffaroni proponía un acuerdo democrático mínimo, que consistía en que De Vido y los demás fueran procesados en libertad, entonces pueden apelar, estar 40 años apelando, como ha hecho Schiavi, que fue condenado en juicio oral y público por la masacre de Once y sigue libre porque apeló, eso hacían Sturzenegger y Cavallo con el fraude del megacanje, apelaron 12 años.
Eso no es un acuerdo democrático mínimo. Un acuerdo democrático mínimo tiene que tener planteamientos mucho más radicales. Por ejemplo, leo en un diario que el gobierno reconoce que determinadas corrientes, que el diario especifica cuáles son, se fueron retirando al percibir disturbios. Entonces, yo me pregunto, si cada uno se va a retirar por la suya cuando hay una manifestación común ¿qué somos? ¿Fuimos a que nos peguen? El juez que apresó a nuestros compañeros tiene un video que muestra que cuando se caen las vallas que separan a la policía de los manifestantes, la columna del PO en lugar de avanzar, retrocede. Nosotros teníamos como orientación general hacer una demostración masiva, no ir a ganar una pelea o como dice el gobierno, «ocupar las instalaciones del Congreso». Hay que entender que esas son cosas mayúsculas que suponen otra situación política.
-M.H.: O para lanzar panfletos con una bomba en la vereda del Departamento de Policía.
-J.A.: El volante que encontraron dice que queremos la libertad de los argentinos presos. ¿Estamos en Francia? ¿Dónde hubo 5 argentinos detenidos? Entonces decimos que queremos la libertad de los argentinos. ¿Cómo vamos a escribir estando en Argentina que queremos la libertad de los argentinos? Nosotros no tenemos lenguaje nacionalista, jamás diríamos «a los patriotas presos», salvo que estemos en una guerra, nosotros siempre nos referimos a luchadores. El que escribió eso es un servicio.
Para discutir sin enervarnos, en respuesta al Jefe de Policía que dijo que era un ataque nuestro, le respondemos que no, que esa bomba fue un ataque de la Jefatura de Policía contra el PO. Porque si ponés una bomba en tu casa para cagar al vecino de abajo, no podés decir que el de abajo te quiso cagar a vos. Tenemos una diferencia de caracterización.
-M.H.: El nombre del club de Azul que decidió becar a los niños de los trabajadores es Alumni, al que hacía referencia Jorge antes.
Se ha producido un fuerte ajuste contra los trabajadores estatales. Leyendo Tiempo Argentino un diario que vale la pena leer, que en algún aspecto me recuerda a La Opinión de los ´70, tardábamos 3 o 4 horas en leerlo, pone de relieve el caso de los despidos en el Senasa, que es el ente estatal que se encarga del control de la sanidad de la producción económica de animales y vegetales, donde hubo cesantías en dependencias vinculadas con el control de plagas o de impulso de las investigaciones fitosanitarias. Los despidos golpearon tanto que en el sector privado, es decir los empresarios, manifestaron su preocupación ante el temor de que se paralizasen los controles, con lo que podría haber fuertes consecuencias en la exportación de frutas vinculadas a la producción regional. E incluso advirtieron que el control de plagas estaba en riesgo. También tenemos el caso de la UEP en La Plata que es la encargada de controlar el estado de los edificios escolares, una serie de dependencias vinculada a áreas que tienen que ver con la educación, la salud, la justicia, etc., están siendo vaciadas de trabajadores.
-J.A.: Porque ellos tienen un concepto totalmente bruto del déficit fiscal. Ellos introducen el déficit fiscal que produce en cierto modo el sistema jubilatorio. Lo tienen que separar porque como desde Martínez de Hoz las patronales dejaron de aportar, fueron disminuyendo los aportes, generaron un déficit con respecto a su financiamiento tradicional y empezaron a financiarse con el sistema impositivo, con rentas generales, entonces por esa vía la Anses entra en déficit, porque rentas generales la financia, pero ésta no tiene que financiar al Anses, la Anses tiene que ser financiada por los patrones, si esto es así, sale del déficit objetivamente y, por lo tanto, la saco del déficit general y hasta puede ser, como creo yo, que entonces sea superavitario, y si es así en el Senasa no sobra nadie. Esto también tiene que ver con los métodos de gobierno y de cómo funciona un Estado.
Luego baja alguien la orden de que como hay que cubrir una deuda, hay que cortar tantos millones, ellos dicen, cuál es el sector al que puedo sacarle estos millones sin que se me llene la Plaza de Mayo de gente y le pega a ése. Pasa la tijera en forma bruta entonces.
Ese concepto del Estado que se organiza es un invento, porque como es un Estado burocrático controlado por camarillas, no vas a poder desarrollar nunca una depuración racional de sus excesos, deformaciones, es una concepción idílica del Estado.
Al mismo tiempo son creadores de conflictos que en este caso afectan a las empresas también. Este es el principal problema de China, la producción agraria en China no está concentrada, está dispersa. Tienen que garantizar que los supermercados en China tengan alimentos baratos, pero al tener una población agrícola tan dispersa ese control sobre la sanidad de todos los productos es más complejo, entonces se rebela el problema de que el campo chino no tiene todavía un desarrollo capitalista. Dicho en un lenguaje más preciso, todavía no ha sido expropiado en la escala que necesita el capitalismo para integrarlo a un proceso de mercado y conserva muchas características del régimen anterior. Entonces, tienen problemas con la sanidad, que es al mismo tiempo una bandera para expropiar a los campesinos.
La idea idílica del Estado es falsa, los intereses sociales del Estado, el Estado como maquinaria burocrática, impiden cualquier proceso racional, eso requiere una derivación colectiva, todo el mundo tiene que opinar. Porque también hay que tener la idea, y lo digo como socialista, de que si yo reúno una asamblea de trabajadores para implementar un régimen social y llegamos a la conclusión de que sobran cosas en un lugar y faltan en otro, estoy seguro de que firman a favor de pasar lo que sobra y llevar lo que falta. Por eso no me gusta la palabra ajuste, yo soy partidario del ajuste pero en el sentido de que si hay algo en un lugar que es excesivo y en otro deficitario cabe ajustar. La palabra ajuste la usan ellos para señalar que hay excesos en ciertos lugares, pero yo no le hago el juego a eso, lo que digo es que están haciendo una guerra de clases por la cual detrás de la palabra ajuste ellos disfrazan y ocultan la penalización de la masa trabajadora.
-M.H.: La última vez te entrevisté el 17 de octubre y hoy te estoy entrevistando en lo que fuera el comienzo de la Semana Trágica. ¿Tiene algo que ver lo que pasó hace 99 años en la Ciudad de Buenos Aires con lo que vivimos actualmente?
-J.A.: La Semana Trágica fue una huelga general en la Ciudad de Buenos Aires como nunca se vio, el movimiento sindical anarquista había tomado completamente la ciudad, fue el Cordobazo en Buenos Aires, que duró una semana y no un día. En el mismo enero, pero de 1959, se produjo la mayor huelga general de toda la historia argentina cuando las 62 Organizaciones declararon la huelga general indefinida del conjunto del movimiento obrero debido a los ataques a los trabajadores del frigorífico Lisandro de la Torre y en el barrio de Mataderos cuando vinieron los tanques de La Tablada empezaron con las barricadas y lucharon cuerpo a cuerpo contra los tanques.
-M.H.: Sacaban los adoquines para armar barricadas.
-J.A.: Empezó a darse lo de París, que después de tantos años de hacer barricadas con los adoquines terminaron creando los bulevares, que no era una inspiración arquitectónica abstracta sino un elemento de lucha contra la barricada de los parisinos. Entonces, tenés manifestaciones de tendencia revolucionaria en la clase obrera históricamente, eso es muy importante. Uno puede decir que los anarquistas lo hicieron por su ideología, pero las 62 Organizaciones no eran anarquistas y lo hicieron también. Eso comprueba que es una tendencia histórica porque no es un problema ideológico, es la tendencia de tu clase y si las 62 Organizaciones tenían defectos en la lucha, los anarquistas también tenían lo suyo, han sido criticados en toda la historia del movimiento obrero.
Después viene el Cordobazo. Todo el fenómeno de regimentación y estatización de los sindicatos es la respuesta que sistemáticamente dio el Estado a la Semana Trágica, a la huelga general de 1959 y al Cordobazo, estas son las dos grandes fuerzas en pugna. Nosotros no somos un partido que quiere imponer una ideología del movimiento obrero, que supuestamente sería nacional y popular, eso es mentira, nosotros pertenecemos a esta corriente histórica, nos identificamos con ella, buscamos no hacer lo mismo porque no solo los tiempos cambian sino que buscamos cuáles pueden haber sido los errores que cometieron.
Yo siempre planteé el movimiento obrero en esos términos, toda la tendencia revolucionaria, combativa, clasista y el esfuerzo por domesticarla con un régimen de conciliación de clase, estatización, burocratización, pero es tanto el odio que hay en el movimiento obrero y no es desde ahora, sino desde el gobierno de Perón, no del último, del anterior, a la burocracia sindical que nunca cesó bajo ninguna forma de regimentación la voluntad de los trabajadores de controlar sus sindicatos. Por ejemplo, había actos el 1º de mayo bajo el primer gobierno de Perón donde el Secretario general de la CGT no podía hablar porque lo chiflaban e interrumpían gritando «Perón, Perón». Hay una confusión porque Perón no tenía un objetivo diferente al del burócrata, pero el burócrata era altamente repudiado.
Te cuento una anécdota, mi papá me llevó una vez a una asamblea del sindicato gráfico que se hizo en el centro y vino el interventor, mi padre era enemigo total de él, que después fue funcionario de López Rega; también estaban el Ministro de Trabajo y Evita. Era por un reclamo sindical que no querían dar, ni el Ministro de Trabajo, ni el interventor, ni Evita, que la gente la adoraba. Hubo todo un forcejeo y se van. Se arma un quilombo terrible y vuelve Eva, y dice «compañeros los reclamos de ustedes están concedidos». Victoria total. Es decir, que incluso en esa relación medio patriarcal, que en este caso era matriarcal, yo viví esa rebeldía en relación a quién decide por la clase obrera. Yo tenía 9 años, en 1951.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.