Recomiendo:
0

Los retos de la libertad de prensa en Colombia

Fuentes: Revista Viento del Sur

La lucha por la libertad de prensa en Colombia debe afrontar el monopolio de la información, enfrentar la «cultura de la amenaza», y generar medios de comunicación alternativos que hagan contrapeso al hegemonismo informativo.El reciente exilio del periodista Daniel Coronel, director de «Noticias Uno», por las amenazas causadas contra su ejercicio profesional por parte de […]

La lucha por la libertad de prensa en Colombia debe afrontar el monopolio de la información, enfrentar la «cultura de la amenaza», y generar medios de comunicación alternativos que hagan contrapeso al hegemonismo informativo.

El reciente exilio del periodista Daniel Coronel, director de «Noticias Uno», por las amenazas causadas contra su ejercicio profesional por parte de un senador, es un reflejo más que en Colombia no se vive en plena democracia, como lo proclama a los cuatro vientos el presidente Uribe. Particularmente, la libertad de expresión, y específicamente la libertad de prensa, en los hechos no existe en Colombia, a pesar de ser norma constitucional o de tratados internacionales. Desde el punto de vista específico de la lucha por libertad de prensa (escrita, hablada, visual, etc), esta requiere afrontar los siguientes retos en la sociedad colombiana:  

1) El monopolio de la información: Esta problemática es palpable en Colombia, pues tan sólo existe un diario de circulación nacional, «El Tiempo», que para completar su misión es de servilismo al gobierno, mientras los noticieros de televisión de los dos principales canales, además de ser también siervos del gobierno, presentan formatos superficiales y light, que piensan más en ser mass medios del mercado que medios de información.

Dicho carácter monopólico de la información tiene una prueba más: la censura que desde la Comisión Nacional de Televisión se le hizo a Telesur, para evitar su transmisión, debido a argumentos ideológicos antes que periodísticos.

Como consecuencia del monopolio, asistimos a permanentes monólogos que construyen la opinión pública del presidente Uribe. Por eso se han transmitido 108 programas de televisión de los llamados consejos comunales, y como si fuera poco ahora van a continuar con su monólogo por medio del «ahora», periódico apologético del régimen,  caja de resonancia que estará dirigida por José Obdulio Gaviria, asesor uribista.
   
Para afrontar este reto, se requiere la proliferación de medios alternativos de información, que muestren la realidad nacional, independientemente de sus múltiples matices políticos.

2) La cultura de la amenaza: Un segundo reto es afrontar la «cultura de la amenaza», que bien proliferada está en Colombia, pues en los últimos días, se ha dado en el caso de los periodistas como Daniel Coronel, Holman Morris, Carlos Lozano, William Parra, entre muchos otros, quienes han sido amenazados por «fuerzas oscuras», a causa de su ejercicio profesional. La amenaza y el asesinato son medios que se utilizan en Colombia para acallar a quines son críticos del gobierno Uribe, aunque debe aclararse que desde regímenes anteriores esta ha sido una práctica cotidiana.

Pero la pregunta es ¿cómo asumir este reto? Pensamos que no se puede renunciar a la denuncia de los diferentes casos de amenazas para no dejar oculto dicho atentado contra la libertad de prensa, manteniendo la decisión resuelta de construir la patria incluso a costa de la vida, pues el exilio es lo que buscan quienes amenazan, y esta debe ser la última alternativa de quienes han propuesto miradas críticas a la realidad de este país. Claro está que para esto se requiere romper con la indiferencia de los diferentes sectores sociales y brindar la solidaridad a quienes se atreven a opinar en medio de la inseguridad fascista.

3) La política de Seguridad Democrática: En esta coyuntura de la historia de Colombia, surge un nuevo reto cual es afrontar la concepción de la política de seguridad democrática del presidente Uribe, que busca trazar una línea divisoria entre los periodistas que se convierten en sus cajas de resonancia y quienes muestran la realidad y un pensamiento crítico. A estos últimos se les señala de antipatriotas y colaboradores del «terrorismo».

No en vano en el primer capítulo del Plan de Desarrollo del gobierno Uribe se señaló el compromiso que la prensa debía tener con dicha política, para lo que se proponía no transmitir imágenes que mostraran la realidad del conflicto interno, pues hacerlo fue  catalogado como apoyo al terrorismo. Tal fue el caso de Holman Morris con los sucesos del Putumayo en el mes pasado, o el señalamiento a periodistas internacionales por atreverse a criticar la ley de «justicia y paz».

Es fundamental que los periodistas que aún mantienen su mirada crítica no se dejen amedrentar de las bravuconadas del gobierno, a pesar de los riesgos que se corren.

 4) Dejar de ser simples consumidores de la información: Otro reto es el proceso de pasar de la cultura del consumidor de medios a ser participes en los medios. Este reto corresponde más a los receptores de la información, pues por lo general se convierten en receptores pasivos, en muchos casos sin una mirada crítica de la información, lo que facilita el manto de opinión pública que los monopolios y los regímenes autoritarios crean a través de la información.

Para ser participes de los medios de información se requiere, por una parte, exigir espacios de opinión en los medios tradicionales de información, en los que la opinión contribuya a la construcción de una noticia objetiva, y por la otra, es fundamental que los diferentes sectores de la sociedad comprometidos con la lucha por la libertad de prensa gesten formas alternativas de comunicación para hacerle contrapeso al hegemonismo informativo.

Con certeza la lucha diaria por la libertad de prensa en Colombia hará evidente nuevos retos. Lo central es que quienes asuman esta loable tarea estén ligados a los intereses nacionales y populares, para que la solidaridad del pueblo en esta gesta se constituya en su muralla de hierro que los proteja de la cachiporra del fürer.