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Maruja Torres, Chávez y Fidel Castro

Fuentes: Rebelión

Maruja Torres, en un texto pretendidamente gracioso de esos que tanto se estilan en los semanarios de colorín y en las fechas veraniegas, relata en el diario El País del pasado 23 de agosto su desesperación como espectadora del Aló Presidente protagonizado por Hugo Chávez y Fidel Castro, emitido desde Cuba y difundido a todo […]

Maruja Torres, en un texto pretendidamente gracioso de esos que tanto se estilan en los semanarios de colorín y en las fechas veraniegas, relata en el diario El País del pasado 23 de agosto su desesperación como espectadora del Aló Presidente protagonizado por Hugo Chávez y Fidel Castro, emitido desde Cuba y difundido a todo el mundo por Cubavisión Internacional.

Parafrasea con desprecio algunas expresiones de ambos, reserva calificativos de «zorruno» para el presidente cubano e «infatigable conductor de verborrea» para Chávez y utiliza términos como «ronquido» para referirse a algún momento de la intervención de Fidel Castro. Las intervenciones de ambos le habían desesperado tanto que decía haber «sido sometida a un régimen intensivo de anestesia general, una sabia mezcla del tratamiento Bocaza Inmisericorde que Fidel viene aplicando a sus súbditos desde hace 45 años».

Como comenzó su artículo aludiendo a Donald Rumsfeld afirma que su sufrimiento televisivo fue tal que no le «habría importado que Rumsfeld me estampara un beso estilo desatascador de baño». Lo de menos para Maruja Torres, fue que ambos presidentes se reunieran con motivo de la colaboración de ambos países en cuestiones sanitarias, sociales y comerciales. O que se informase de los miles de venezolanos operados de cataratas en Cuba gratuitamente, o la construcción de viviendas en Cuba por soldados de Venezuela. Algo irrelevante comparado con lo que la periodista se agotó por las seis horas de duración de las alocuciones.

Por eso termina su columna así: «¡¡¡Rumsfeld!!! ¡Te necesito!. Contra él, todo es mucho más fácil. Puede que la Historia absuelva a ese par. Yo, no». Y es que, quizás, a Maruja Torres le parecen más entretenidas las imágenes de los bombardeos en Bagdad o las dinámicas ruedas de prensa de Bush con preguntas de periodistas domesticados.

Es de agradecer la sinceridad de Maruja Torres, su artículo es la viva imagen de socialdemocracia. Por supuesto, contra el imperialismo, pero si se le ven los cuernos a una revolución ya es otro cantar. Entre revolución e imperio, ya se sabe, beso de tornillo para Rumsfeld. Bromas ni una.