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El periodista argelino Bouziane Khodja presenta el programa los domingos por la mañana en TVE-2

«Medina», una visión abierta y tolerante del Islam

Fuentes: Rebelión

Los domingos a las 9,45 horas el segundo canal de TVE emite el programa «Medina», de 15 minutos, que hasta hace dos semanas llevaba por título «Islam Hoy». El conductor, Bouziane Khodja (Orán, 1958), pretende una renovación ya que veía obsoletos el formato y los contenidos. La idea era abrirse a los jóvenes y a […]

Los domingos a las 9,45 horas el segundo canal de TVE emite el programa «Medina», de 15 minutos, que hasta hace dos semanas llevaba por título «Islam Hoy». El conductor, Bouziane Khodja (Orán, 1958), pretende una renovación ya que veía obsoletos el formato y los contenidos. La idea era abrirse a los jóvenes y a las mujeres -no atascarse en una audiencia de mayor edad-, con entrevistas y reportajes más dinámicos y un peso menor de la religión. «Yo no soy Imán, si la gente quiere saber más sobre el Islam tendrá que acudir a la mezquita», aclara el periodista argelino y musulmán. Si en «Medina» se habla del Islam es desde el punto de vista de la tolerancia, la convivencia y el intercambio entre religiones. Incluido el budismo. Se trata de que la opinión pública no asocie la religión islámica a la violencia y al terrorismo, es decir, que se considere una religión como cualquier otra.

Entrevista a investigadores, profesores y estudiantes de universidad, políticos y periodistas -muchos de ellos españoles- para que puedan opinar de religión, política y cultura. Bouziane Khodja habla con cristianos, ateos, musulmanes y budistas, aunque no renuncia a introducir la Economía. «En las finanzas islámicas está prohibido el interés», subraya el periodista. Se considera «usura» (riba) al hecho de ganar dinero sin realizar un esfuerzo. En el programa se han emitido reportajes sobre la presencia musulmana en Málaga. O entrevistas en materia de Historia Medieval. El director evita términos como «reconquista» (musulmana) así como loar una «edad de oro» del Islam en la Península Ibérica. «Muchos islamistas, y también grupos terroristas, están reivindicando la idea de Al-Andalus», argumenta. «Se considera poco menos que la patria perdida y quiero romper con ese mito; Hispania fue un territorio conquistado por los árabes, y después hubo una reconquista», explica Bouziane Khodja. «Al igual que ocurrió en territorios como Egipto o Argelia, colonizados por Gran Bretaña y Francia, que después alcanzaron su independencia».

Bouziane Khodja concede esta entrevista después de participar en una jornada sobre Periodismo y Refugio titulada «Desplazamiento forzado: la realidad detrás de los titulares», organizada por la Diputación y el Ayuntamiento de Valencia, CEAR-PV, Cruz Roja y Accem. Partió de Argelia al exilio en 2008 y en su currículo figuran tres décadas de oficio periodístico. Editor y director en su país de los periódicos «L’Echo d’Oran» y «Les Echos de l’Oranie», sufrió intimidaciones, persecuciones y hasta 43 denuncias por difamación y atentado al honor en un año. Achaca la criminalización al presidente de Argelia desde 1999, Abdelaziz Buteflika. Sufrió tres intentos de asesinato por parte del Grupo Islámico Armado (GIA) en la década de los 90, por las portadas de sus periódicos. Los lectores podían leer titulares que atacaban la esencia del terrorismo y citas del Corán que demostraban lo lejos que las matanzas estaban del Islam. También se doctoró en Sociolingüística en la Sorbona de París.

En 2016 el programa dominical de Televisión Española incluye asuntos vidriosos como el Halal (prácticas alimenticias que admite o prohíbe la ley islámica). La población musulmana no consume cerdo ni alcohol, pero «hay gente muy extremista, con miedo y prejuicios, de manera que a veces parece más bien una obsesión; es otro tema que quiero desmitificar». En las entrevistas a periodistas españoles sobre su visión del mundo árabe también aprecia alguna ignorancia. Todavía en determinados periódicos se utiliza la expresión «mahometanos», cuando los musulmanes no veneran a una persona (Mahoma) sino a un Dios (Alá). En la prensa y debates televisivos, hay informadores que utilizan como sinónimas las expresiones mundo «árabe» y «musulmán», a pesar de que sólo el 18% de la población musulmana es étnicamente árabe. Además, países que se sitúan lejos de la Península Arábiga como Indonesia, Uzbekistán, Irán, Filipinas, Malí, Mauritania, Chad, Somalia o Pakistán cuentan con una población musulmana muy destacada.

Otra de las premisas que sustentan el programa «Medina» es la necesidad de una reforma del Islam. «El Corán fue redactado hace 13 siglos y tenemos que cambiarlo», defiende el presentador. Y se apoya en una ristra de argumentos que oscilan entre la demografía (aproximadamente el 75% de la población argelina tiene menos de 30 años, tendencia que se repite en los países del Magreb y en Egipto) y las incoherencias lógicas: se dice que el Corán recoge las palabras de Dios, pero realmente no lo ha escrito la divinidad, sino seres humanos que no podían predecir el futuro. Ni la evolución de las cosas. Así, entre el seis de junio y el seis de julio de 2016 se celebrará el Ramadán. «En el Corán se dice que si alguien marcha de viaje, por ejemplo a París, podría saltarse el ayuno», afirma Bouziane Khodja, quien de inmediato señala la contradicción: «El precepto está pensado para la gente que se desplazaba por el desierto, a pie o en camello, a 45ºC».

El periodista continúa enumerando desfases en los textos sagrados y fallas adaptativas respecto al presente. «Se afirma que una persona puede dar muerte a otra para defenderse de un ataque, o en el momento que vayan a apropiarse de sus bienes; pero hoy no se trata de guerras entre tribus, de hecho hay estados con sus leyes y organizaciones internacionales a las que apelar». Recuerda asimismo que el Corán necesitó casi dos siglos de elaboración para adquirir su forma final y que la lengua árabe, conformada a partir de idiomas previos como el arameo o el hebreo, «tenía sólo cinco siglos de presencia». Se trataba, por tanto, de una lengua joven y sin términos en ocasiones muy precisos, lo que ha dado lugar a confusiones en la interpretación de los textos.

La lectura de Bouziane Khodja no se atrinchera en dogmas ni se fosiliza en tradiciones superadas. Considera que los cinco grandes preceptos del Islam no son realmente novedosos, pues provienen de prácticas religiosas anteriores. La innovación, agrega, reside en que Alá haya enviado a un nuevo mensajero para que propague la nueva religión («que tampoco es nueva», matiza). «Todo esto hemos de reconocerlo y hablarlo». El periodista destaca que el Islam reconoce a Jesús, a Moisés y a Abraham, a las religiones del Libro como el judaísmo y el cristianismo. Pero de nuevo afloran contradicciones: «Se afirma que no podrá entrar en el paraíso un cristiano o un judío que no se hayan convertido al Islam». ¿Se trata sólo de preceptos teóricos? «Todas estas ideas están hoy muy arraigadas entre la población musulmana, ¿cómo se puede defender que un adultero tenga que morir».

Pero la política trasciende las verdades reveladas. Desde el cinco de mayo de 2016 es alcalde de Londres el laborista Sadiq Khan, hijo de un conductor de autobús pakistaní y primer regidor musulmán de una capital europea. A juicio de Bouziane Khodja, «esto es una anécdota». «Este señor es inglés y de cultura anglosajona, el problema es el bombo que se le está dando en las redes sociales porque los musulmanes actualmente no tenemos líderes; ahí reside el problema». Lo equipara a la circunstancia de Zinedine Zidane, hoy técnico del Real Madrid, nacido en Marsella y de ascendencia argelina, «pero que se ha olvidado de sus raíces». «A él no le importa el Islam, por mucho que en los periódicos árabes se pueda hablar del musulmán Zidane; se busca nuevamente una proyección de liderazgos, pero sin una base sólida». Por otro lado el candidato ultraderechista Norbert Hofer, del «Partido de la Libertad» (FPO), fue derrotado en la segunda ronda de las elecciones presidenciales en Austria, por sólo 30.000 votos y con un apoyo del 49,7%. Su consigna «Austria y los austriacos primero» representa «el claro giro xenófobo e islamófobo en la Unión Europea, que además rompe cualquier vía de diálogo interreligioso e intercultural», opina el periodista argelino.

Caracteriza al programa de la televisión pública el interés por enseñar «el lado bueno y de paz» del Islam. El próximo domingo se abordará el Ramadán como un mes de convivencia, diálogo y apertura al prójimo «cuando es una época en la que pueden aumentar los atentados», señala el presentador de «Medina». Tampoco se trata de limitarse a una visión negativa asociada a la prohibición (no beber ni comer o aislarse entre la casa y la mezquita), sino de poner el énfasis en la relación con el otro y la fraternidad. En el principio de ayudar a los pobres, en ese mes de purificación, aunque no profesen la religión musulmana. Para divulgar esta visión se transmitirá una entrevista con el coordinador de la Unión de Comunidades Islámicas en España, Mohamed Ajana El-Ouafi. Aclara Bouziane Khodja que no quiere en este espacio hablar de las normas del mes de ayuno: «De eso ya se habla en la mezquita». «Yo quiero hablar del espíritu de apertura, fraternidad y de no dañar al otro». «No es un mes para morir, sino para la vida».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.