Con un presupuesto procedente de los millonarios fondos del Plan Bush de anexión de Cuba, Reporteros sin Fronteras desarrolla en este momento su último ciclo de ataques contra la Isla, con la complicidad de grandes medios de comunicación que fingen ignorar el financiamiento sucio de RSF y sus lazos permanentes con la extrema derecha cubanoamericana. […]
Con un presupuesto procedente de los millonarios fondos del Plan Bush de anexión de Cuba, Reporteros sin Fronteras desarrolla en este momento su último ciclo de ataques contra la Isla, con la complicidad de grandes medios de comunicación que fingen ignorar el financiamiento sucio de RSF y sus lazos permanentes con la extrema derecha cubanoamericana.
Además de disponer de una contabilidad secreta que mantiene en un bufete de Alexandria, Virginia -a menos de 15 minutos del cuartel general de la CIA- y de una cuenta en una sucursal de la City Bank de Nueva York alimentada por un chorro de billetes de la National Endowment for Democracy, Robert Ménard cuenta en la metrópoli norteamericana con una persona de confianza, Tala Dowlatshahi, que asegura la fluidez de los depósitos.
La fortuna de Ménard es luego transferida, por lascas de 10 000 dólares USA, a la cuenta No. FR76 4255 9000 9821 0281 del Credit Cooperatif (CCOPFRPP), en Paris, un tesoro al cual el cabecilla de RSF se reservó el acceso ¡exclusivo!
De acuerdo con un artículo publicado en agosto en el sitio web norteamericano Counterpunch, por los investigadores Diana Barahona y Jeb Sprague, la alianza entre RSF y el Departamento de Estado es tan confidencial que la NED se niega a revelar el contenido de los documentos IRI 2002-022/7270, IRI 2003-027/7470 y IRI 2004-035/7473 que contienen los detalles de los convenios existente entre RSF y el Internacional Republican Institute, el brazo propagandístico del Partido Republicano.
El IRI y la NED son dos de los intermediarios usados desde la administración Reagan para desviar fondos públicos hacia organizaciones extranjeras que apoyan los proyectos injerencistas de la extrema derecha norteamericana y de la Agencia Central de Inteligencia.
A las donaciones secretas de la NED/IRI se suman las de Frank Calzón, del Center for a Free Cuba y de Freedom House, y cheques puntuales de Orlando Gutiérrez-Boronat, del Directorio Democrático Cubano, quien con su subsidio de 663 690 dólares del fondo especial asignado por el Departamento de Estado, se ha robado el récord miamense del reguero anticubano, de acuerdo con cifras oficiales.
En esa última campaña, Ménard se ha conseguido la colaboración de agencias complacientes (la Reuters ha contribuido notablemente) que evitan tocar el tema de sus relaciones con la Bacardí, el Cuban Liberty Council y la Fundación Nacional Cubano Americana, todos asociados a las actividades de Luis Posada Carriles.
También ha podido contar con la «ética» colaboración del Nuevo Herald que padece del mismo problema de miopía cuando, teniendo colaboradores del Departamento de Estado en su redacción, no llega a mencionar que Ménard colabora con Radio Martí, luego le pagan por hacer propaganda contra Cuba. Por algo no dijo nada cuando fueron cesanteados (y repuestos) los otros colaboradores.
En un reciente artículo sobre Cuba a partir de un material de RSF, El Herald olvida que Menard, el dueño de RSF, no mencionó, en lo que califica de informe anual de su organización, la escandalosa expulsión de las páginas del Miami Herald del más popular de sus columnistas, Jim DeFede, por su condena del terrorismo cubanoamericano en una crónica publicada el 10 de julio del 2005.
Entretanto, Carlos Alberto Montaner, condenado por terrorismo en La Habana en 1960 cuando se dedicaba a poner bombas en tiendas, sigue publicando en ese mismo rotativo sus comentarios orientados por sus amos de la CIA.