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Sobre Jorge Lanata

Mentirosos y mentirosas

Fuentes: Rebelión

Seré breve: Lanata fundó y dirigió Página/12. Otra vez: Lanata fundó y dirigió Página/12, y parece un chiste que yo esté escribiendo esta frase. Es público y notorio y comprobable que Jorge Lanata imaginó y fundó Página/12 en los primeros meses de 1987, que le inventó el estilo, que lo dirigió durante varios años y […]

Seré breve: Lanata fundó y dirigió Página/12. Otra vez: Lanata fundó y dirigió Página/12, y parece un chiste que yo esté escribiendo esta frase. Es público y notorio y comprobable que Jorge Lanata imaginó y fundó Página/12 en los primeros meses de 1987, que le inventó el estilo, que lo dirigió durante varios años y que convocó a los mejores periodistas que pudo convencer, que también contribuyeron a formarlo.

Digo: Lanata fundó y dirigió Página/12, y parece chiste que yo esté escribiendo esta frase -o que esta frase deba ser escrita- pero ese diario acaba de cumplir 25 años y lo celebró con un número especial que incluía a la mayoría de sus plumas actuales y ninguna -ninguna- de ellas hizo la menor referencia a Jorge Lanata: lo desaparecieron de su historia. Como si el diario hubiera salido solo, por generación espontánea, sin director, sin creador. O como si lo hubiera hecho un ente anónimo, secreto, clandestino. Va de nuevo: un suplemento de 40 páginas donde los periodistas y editores de un diario cuentan los principios de ese diario pero no nombran a su fundador y primer director. Lo callan, lo niegan. Y dicen que son periodistas. Todo terminó ayer miércoles cuando la señora presidenta de los argentinos, la doctora Jorgelina Griñones de Velotti, fue a una fiesta organizada para seguir celebrando tan magno evento y peroró y tampoco lo nombró –«la verdad que no quiero olvidarme de nadie», dijo, y nada-, y otros peroraron y tampoco.

Nadie recordaría aquella foto de Lenin con Trotsky si Stalin la hubiera hecho publicar con un epígrafe tipo «el exiliado León Trotsky antes de traicionar a la revolución». Pero nos acordamos porque lo que Stalin hizo fue borrar la imagen de Trotsky de la foto: borrarlo de la historia. Por eso aquella foto fue un símbolo de un régimen siniestro. Más allá de los personajes: los procedimientos. Se pueden discutir lecturas de la historia, interpretaciones de la historia, explicaciones de la historia. Pero no ciertos hechos precisos de la historia. Cambiarlos no se llama discutir: se llama mentir. Y si se tiene poder -el poder de reescribir esa historia desde un diario o un púlpito o un trono-, se llama abuso de poder, autoritarismo, estalinismo, canallada. No estoy hablando de Jorge Lanata. A veces acuerdo con él, a veces no, es mi amigo, lo quiero, pero no es importante en este asunto. Y el asunto tampoco: en última instancia, que Lanata haya fundado o no Página/12 no es relevante. Es relevante -impresionante- que esas personas se ensucien así por algo tan menor. Es relevante que unas personas se crean que pueden falsificar gratis, y que ofrezcan con esto un ejemplo demasiado obvio de lo que hacen tan a menudo, tantas veces. Digo: estoy hablando de unos idiotas que se creen que los demás somos tan idiotas como ellos y que pueden engañarnos con mentiras berretas. Estoy hablando de una banda de mentirosos y mentirosas que se jactan de respetar la Verdad y la Memoria y se cagan en cualquier verdad y cualquier memoria que no les guste o no les sirva, y se creen que pueden inventar cualquiera que sí, incluso cuando casi no importa -y más, por supuesto, cuando sí. Estoy hablando de personas penosas, peligrosas. Personas que me están dando miedo. Por eso estoy hablando.