Las recientes elecciones en México ponen en evidencia que la democracia es un gran negocio, 12 mil 920 millones de pesos de presupuesto público para este año, sumado al acopio de recursos legales e ilegales de cada partido, se gastaron en mayor medida en televisión, esto es, quien gana las elecciones «en pesos», son las […]
Las recientes elecciones en México ponen en evidencia que la democracia es un gran negocio, 12 mil 920 millones de pesos de presupuesto público para este año, sumado al acopio de recursos legales e ilegales de cada partido, se gastaron en mayor medida en televisión, esto es, quien gana las elecciones «en pesos», son las televisoras.
La democracia trabajando para las televisoras es un verdadero descaro, pero este pretender apoderarse a toda costa del espacio mexicano, no solo del radioeléctrico, también del cultural, del económico y del político, es un cinismo, que como sociedad no debemos aceptar.
Se llevan a su bolsa una gran cantidad del dinero público que bien podría usarse en impulsar al campo y frenar el hambre, la miseria y la migración, que vive la mayoría de los mexicanos, ¿y a cambio que nos dan?, confrontación, contenidos basura, violencia, mentira y ahora al candidato títere que quieren imponer a toda costa como presidente.
El poder de las televisoras radica en que se les ha permitido intermediar la comunicación social, pero esa intermediación se ha transformado en una tiranía, que pretende imponer a la sociedad mexicana: que comer, que vestir, que pensar y en suma: como ver el mundo.
Sin embargo hay un aspecto positivo que podemos vislumbrar en todo esto, y es que precisamente sus agandalles, sus torpezas, sus inconsistencias y sobretodo su cinismo, son tan evidentes, que están despertando la interacción social, de tal forma que si conducimos la inconformidad colectiva con acciones coordinadas, económicas y pacificas, podremos darles una lección sin precedentes. El país no debe ser rehén de esa miserable visión del mundo.
No esperemos a que exista una ley que limite el papel de las televisoras, nosotros como sociedad podemos construir ese límite, si somos capaces de apagar coordinadamente los televisores.
Esa es la idea de la campaña NO TV.
Se convoca a todos los ciudadanos de México a no sintonizar ninguna televisora los días 24, 25, y 26 de Julio próximos, en señal de desacuerdo a sus acciones cómplices del fraude electoral. Consulta y exprésate en medios alternos, radio, prensa, Internet. Reúnete con tu familia, platica con tus vecinos, con tus amigos, corre la voz. Debemos ser capaces de interaccionar, sin tele mafias, cara a cara, sin comerciales. Construyamos una realidad favorable a todos los mexicanos, basada en la confianza, mano a mano, voto a voto.
Esta acción no cuesta dinero alguno, no perdemos nada y es un mensaje muy claro no solo al títere, si no al títere tero.
No consumamos basura, despertemos la conciencia social, el secreto esten hacer de nuestro consumo, un consumo conciente.
http://no-tv-apagatu-tv