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Organización noticiosa de América Latina

Fuentes: Barómetro Internacional

Recorre América Latina un hálito de democratización de las comunicaciones y la información que surge de la demanda de fuentes alternativas y de la insatisfacción con la concentración del poder de comunicar e informar en las antenas de transmisión de las empresas privadas. Los medios públicos y comunitarios han sido los protagonistas de los cambios […]

Recorre América Latina un hálito de democratización de las comunicaciones y la información que surge de la demanda de fuentes alternativas y de la insatisfacción con la concentración del poder de comunicar e informar en las antenas de transmisión de las empresas privadas. Los medios públicos y comunitarios han sido los protagonistas de los cambios en curso.

En octubre de 2010 un grupo de periodistas y participantes del «3er Congreso Mundial de Agencias de Noticias» en Buenos Aires, Argentina, sugirió la creación de un organismo que aglutinase las agencias estatales de noticias de América Latina en torno a intereses comunes. En junio de 2011 se formó en Caracas, Venezuela, la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias (ULAN).

Esta «organización noticiosa», como quedó establecida, está compuesta por nueve agencias estatales americanas de noticias: Prensa Latina (Cuba), Agencia Guatemalteca de Noticias (Guatemala), NOTIMEX (México), ANDES (Ecuador), Agencia Venezolana de Noticias, Agencia Boliviana de Información (ABI), Agencia Brasil, Agencia de Información Pública de Paraguay y TELAM (Argentina).

La defensa de este organismo internacional se hace en base al desarrollo de una «comunicación plural» con el objetivo de promover la integración entre los países de la región. El discurso de integración gradualmente incorpora desafíos diferentes de los que tenía al principio el «panamericanismo» o el «latinoamericanismo». Se reconoce actualmente el papel de la prensa y la televisión como dispositivos integrales y eficientes para alcanzar fines económicos y políticos.

De esta manera, ha faltado de todo menos un televisor ligado al hogar o una ventana comunicacional e informativa a los hechos, que advienen de la falacia del periodismo «independiente» y «objetivo». Los medios de comunicación se han transformado en recursos disputados por el Estado y el comercio para llegar a las mayorías, que de otro modo son inalcanzables.

La ULAN surge por lo tanto con el objetivo de subsidiar la democratización de la comunicación en América Latina y actualizar el discurso de integración regional. Parte de este trabajo sin embargo se realiza por los medios de comunicación privados, a los que se atribuye el crédito por hacer llegar la «información» a un gran número de escuchas, lectores y espectadores.

Lo que diferencia a los medios públicos es el democratizar y pluralizar la información siguiendo el criterio de divulgación global de los «puntos de vista latinoamericanos» y de la «lucha por la justicia social», que les interesan más a las bases que a las cúpulas de poder. Para ser más específicos, las agencias estatales pretenden ser más fieles a las ansias colectivas de los pueblos americanos.

El lema de estas agencias y de la ULAN es la defensa del interés «público» -el que se entiende como perteneciente a y controlado por, todos- a través de la representación más fiel de la «visión de nuestros pueblos». Uno de los desafíos es crear nuevas formas de encuentro o espacios públicos a partir de los medios de comunicación, visto que ellos hace ya algún tiempo sustituyen a las reuniones calurosas en las plazas públicas.

Las acciones de la ULAN se coordinan básicamente por el intercambio de contenidos periodísticos (su sitio oficial en Internet dispone de actualizaciones de noticias de sus agencias), el fortalecimiento del sistema informativo, la organización de eventos y el intercambio de experiencias ( la ULAN ha promovido seminarios sobre medios públicos) y ofertas alternativas a la porosidad de las empresas privadas transnacionales de comunicación.

Empresas privadas extra continentales frecuentemente nos venden noticias sobre nosotros mismos, o nos ofrecen torpes visiones de las realidades latinoamericanas. La ULAN pretende aumentar nuestra participación en los contenidos noticiosos sobre América Latina que circulan globalmente, y cambiar estereotipos, uno de los cuales es la indisociabilidad de la delincuencia en las imágenes cotidianas de nuestros países.

En la tarea de construcción de un «Nuevo Orden de la Información y las Comunicaciones», agencias de noticias comunitarias, cooperativas y religiosas solicitan el ingreso a la ULAN. Ellas tienen la esperanza de sumarse al proceso de democratización de la comunicación y ofrecer alternativas de contenidos que sean más educativas y menos sensacionalistas.

Algunas de las agencias estatales de noticias de América Latina existen desde hace décadas, como Prensa Latina y TELAM, pero el deseo de mancomunidad y el discurso a favor de los «sistemas públicos de comunicación» se intensifican y alientan los sentimientos de quienes creemos en la ética y la sensatez de la «información».

Destituidos de un mínimo de compromiso y responsabilidad en el manejo de la comunicación y la información, los medios sirven para denigrar hombres públicos, elegir presidentes-marionetas, promover golpes de Estado, legitimar guerras y encubrir asesinatos. Merecemos algo diferente.

Fuente original: www.barometro-internacional.org