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Los medios chilenos también caen en la consigna yanqui de la transición

Orgía desinformativa sobre Cuba

Fuentes: Por la Libre

Mientras gobernantes del orbe, intelectuales, organizaciones sociales, en fin la gente honesta de diversas latitudes han expresado y manifiestan fraternidad y solidaridad con Fidel Castro, la prensa comercial inició a comienzos de agosto una suerte de orgía desinformativa anti cubana plagada de invenciones ora ridículas ora extraídas del mentidero habitual. Desde que se anunció la […]

Mientras gobernantes del orbe, intelectuales, organizaciones sociales, en fin la gente honesta de diversas latitudes han expresado y manifiestan fraternidad y solidaridad con Fidel Castro, la prensa comercial inició a comienzos de agosto una suerte de orgía desinformativa anti cubana plagada de invenciones ora ridículas ora extraídas del mentidero habitual.

Desde que se anunció la operación quirúrgica a Fidel, en Chile, verbigracia, la conservadora prensa de papel y todas las televisoras cayeron de lleno en la consigna yanqui de una fantasmagórica transición que para ellos sería el retroceso al sistema capitalista. Se trata, pues, de convertir sus deseos en supuestas notas periodísticas, léase, la práctica de un desenfrenado subjetivismo convertido en engañifa para el receptor del mensaje.

La temática cubana, con incidencia mayor en el presidente Castro obviamente, ha cubierto un porcentaje sin precedentes de extensión con una característica: en diez páginas si acaso se menciona una sola vez el bloqueo comercial a la isla perpetrado por Estados Unidos desde 1961 y hasta hoy. Los diarios locales de Santiago de Chile reproducen, además, despachos de sus congéneres de otras naciones del mundo capitalista y ¡oh sorpresa! todos los escritos poseen la misma tónica.

Puede servir de muestra sobre la «calidad» el artículo en ‘The Economist’ reproducido por ‘El Mercurio’ (Santiago, 3/8/06). Titulado «Fiel protector de su hermano comandante» (¿cuál es cuál ya que los dos son comandantes?) y la entrada dice «Entre los rumores que circulan» (sic) Otras perlas: «Pero los cubanos no quieren mucho a Raúl./ Raúl enfrenta opositores dentro y fuera del país». Un escrito periodístico que comienza como ese es simplemente una bazofia profesionalmente inadmisible.

Hay más y lea con calma: «De acuerdo a la versión revolucionaria de la historia, Raúl era de la «línea dura» (comillas original) mientras que su mucho más atractivo hermano era un soñador». ¿Por qué en pretérito? ¿Desaparecieron o ya no son eso? Una insoportable vaguedad, carente de fuente y sin especificar a que temporalidad se refiere. Todo esto apareció en la llamada biblia periodística del libre mercado. Mas, hay una verdad en esa edición. A propósito de los llamados «disidentes», que tal revista llama «el movimiento», apunta: «Sus líderes siguen siendo desconocidos para la mayoría de los cubanos».

Otro rubro que ha servido para atacar a Cuba es el de los periodistas que, pasándose de vivos, quisieron ingresar al país sin visa para trabajar en su oficio y fracasaron al intentarlo como falsos turistas. De alrededor de 150 periodistas que pretendieron burlar la legalidad isleña, diez era chilenos. Se conoció al respecto una declaración formulada en La Habana por el cónsul chileno, Cristián Oschilewski: «No se puede hacer periodismo en Cuba con visa de turista. Son reglas que por años han regido. Los medios que están despachando desde acá, como CNN o BBC, lo hacen porque tienen oficinas aquí y cuentan con autorización del gobierno».

Que sepamos, ninguno de los eventuales informadores afectados ha dicho una sola palabra acerca de su irrespeto hacia la institucionalidad de Cuba. Lo que sí nosotros sabemos es que el ser periodista no significa poseer una patente de corso.

Llama la atención que órganos de comunicación estatales se hayan sumado en Chile al coro de los que están practicando una abierta propaganda en contra de Cuba digitada -y ello no es novedad- desde Washington. Así, escuchamos en Televisión Nacional (TVN) a la lectora de noticias Consuelo Saavedra, mencionar al jefe de Estado cubano como «el dictador». Ella es la esposa de Andrés Velasco, ministro de Hacienda de la presidenta Michelle Bachelet con cuyo gobierno, entendemos, Cuba mantiene normales relaciones diplomáticas. ¿Otra vez patente de corsario?

El matutino gubernamental ‘La Nación’ (LN) se ha adherido, de hecho, al tratamiento ofensivo para con Cuba. El uno de agosto al dar cuenta de la hospitalización de Fidel, tituló «Raúl Castro asume el poder ‘provisional’ en Cuba». ¿Por qué las comillas cuando todos quienes asumen como presidentes en cualquier lugar del mundo en reemplazo temporal, lo hacen a título provisional?

El seis de agosto, la edición especial de los domingos de LN insertó en su portada 21 fotografías de Fidel Castro en distintas edades. Tal despliegue, empero, no se justifica en los textos conformados por evidentes recocidos. Se salva, sin embargo por un documentado trabajo del periodista chileno Hugo Guzmán que ubica al lector en la real Cuba y proporciona datos de sus dirigentes.

A los editores, simultáneamente, no se les ocurrió nada más inteligente que pedirle una colaboración a Carlos Franqui, un enfermo de anticomunismo de quien ya nadie se acuerda en la isla. Se inserta, entonces, unas líneas que Franqui dice él escribió y una entrevista en que entrega una trasnochada versión acerca del que fue su país.

Las amenazas de Bush y Cia. exigiendo que Cuba regrese al capitalismo y se transforme en una «democracia» como la de Estados Unidos donde él llegó a la presidencia al ganar por un voto en.la Corte Suprema , esas noticias, constatamos, no merecen aquí escritos editoriales pero ellos sí abundan sobre Cuba.

Han sido escasas las informaciones de fuente cubana, aunque hay excepciones. El multicitado ‘El Mercurio’ reprodujo el seis de agosto un escrito de ‘Granma’ (Raúl está firme al timón del país) y al día siguiente destacó la declaración del cardenal Jaime Ortega cuya iglesia católica rechazó la injerencia extranjera en Cuba.

En lo genérico, la cobertura periodística de los medios que tienen a la noticia como mercancía, en la coyuntura actual de Cuba ha sido profusa en la forma, pero de magro contenido. En cuanto a la ética profesional, ella ha merecido en esa área el honor de la gaveta, Fidel dixit.//pll 

Hernán Uribe es Periodista y escritor chileno